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sábado, 12 de diciembre de 2020

Reseña: In the Miso Soup

 


RESEÑA:
IN THE MISO SOUP


Título:  In the Miso Soup
Autor:  Ryū Murakami
Editorial:  Bloomsbury
Canción Identificada:  Soup (Nuclear Rabbit)



Sinopsis:

It is just before New Year's. Frank, an overweight American tourist, has hired Kenji to take him on a guided tour of Tokyo's sleazy nightlife on three successive evenings. But Frank's behavior is so strange that Kenji begins to entertain a horrible suspicion: that his new client is in fact the serial killer currently terrorizing the city. It isn't until later, however, that Kenji learns exactly how much he has to fear and how irrevocably his encounter with this great white whale of an American will change his life. 



Opinión:

No soy capaz de salir de mi estado de éxtasis. Me siento sin oxígeno en los pulmones, con el corazón en la garganta y con los nervios a flor de piel, cosquilleándome en la epidermis. Me siento llena de adrenalina, como quien acaba de correr por su vida y aún no tiene muy claro de que se haya librado del peligro. Me siento... perseguida por un libro tan sensacional como lo es este. Está en mi cabeza, en mis pensamientos, en mis acciones, en mis sueños. Se ha agarrado a mí como una sanguijuela dispuesta a chuparte todo lo que llevas dentro. 

“Parents, teachers, government - they all teach you how to live the dreary, deadening life of a slave, but nobody teaches you how to live normally.”


Fuera la poesía, lo que me siento es estupefacta. Es casi final de año, y estoy que no me lo creo: este 2020 he hecho una de descubrimientos en la literatura... Prácticamente casi todos los libros son mis número uno. Pero creo, y puede que tenga que pensarlo más pero de primeras creo esto, que In the Miso Soup, que ha llegado tardíamente pero no me ha abandonado en ningún momento, es el no-va-más de los descubrimientos de este año. La estrella, el impacto. Mi libro más adorado de todo lo que llevo de lectura en mi vida. 

Lo que es decir mucho. 
Pero hasta decir que es extraordinario se queda escaso: In the Miso Soup ha supuesto en mi vida un antes y un después. Y atentos a las consecuencias de leerse un libro tan crudo, tan brutal y tan sanguinario como lo es este...

Pero empecemos la reseña, menos habladurías y más ir al grano:



¿De qué trata?

In the Miso Soup, hasta donde yo sé, es un libro individual, sin continuaciones, escrito por Ryū Murakami, al que por lo visto todos conocen como "el segundo Murakami". Para mí, es mi número uno. 

Japón, el foco de los avances tecnológicos y de la cultura popular y exótica, tiene a varias estrellas con el nombre de Murakami: Haruki Murakami, un escritor que ha ganado indecible cantidad de premios por sus obras de realismo mágico; Takashi Murakami, artista plástico de arte pop y contemporáneo, animado y de la cultura "baja" de Japón (anime, manga, y la subcultura más grande, otaku); y ahora, otro más en mi lista de artistas increíbles: Ryū Murakami, que domina la sordidez, el nerviosismo, la brutalidad y la plasmación de los lugares, y los personajes, más estratosféricos de la cultura japonesa. Es decir, la mala calaña, los don nadie, los desprotegidos, los habitantes de las zonas más periféricas de la sociedad. 

“When you're in an extreme situation you tend to avoid facing it by getting caught up in little details. Like a guy who's decided to commit suicide and boards a train only to become obsessed with whether he remembered to lock the door when he left home.”


En concreto, In the Miso Soup es una novela muy fina, que no tiene más de ciento ochenta páginas, y que retrata los estratos sociales menos deseables de la jerarquía japonesa: prostitutas, bares de poca monta, turismo por las zonas peligrosas, vagabundos y asesinos seriales. 

Además, una de las delicias de esta obra es que es una comparación grandiosa entre la cultura estadounidense, con sus estrellas de Hollywood, sus grandes empresas mercantilistas y su agresividad en forma del estrellato, y la cultura occidental, más sutil, más refinada, planificada y ordenada, con tradiciones cerradas y un estilo de vida que jamás ha vivido la invasión de culturas ajenas. Ambos mundos chocan en esta obra, donde en enlace entre los dos es el turismo mórbido, la crueldad, y el peligro.


La historia sigue el punto de vista de Kenji, un joven japonés contratado por un turista estadounidense, por el nombre de Frank, para hacer de guía por la vida nocturna de Tokio... en concreto, por los bares, los pubs y los prostíbulos más reconocidos, en un turismo que se mete de lleno en el universo del placer y de la venta de cuerpos. 

“What makes somebody nice or unpleasant to be around is the way they communicate. When people are fucked up, their communication is fucked up.”


Contratado para varias noches, desde el primer momento Kenji presiente que algo no va como debiera con Frank. Hay algo en él inusual, de alguna manera, repulsivo... Y cuando las noticias van llegando de macabros asesinatos en las zonas más bajas de Tokio, y cuando varias pruebas parecen apuntar a que Frank tiene algo que ver con cosas turbias, Kenji comienza a sospechar: puede que Frank, el turista al que sirve, sea, en el fondo, un asesino serial... Y puede que le tenga completamente en su poder. 

“Lady #1, Maki, had never once given any thought to what was really right for her in her life, simply believing that if she surrounded herself with super-exclusive things, she'd become a super-exclusive person.”


A medida que parece que la sed de sangre del asesino no se detiene, Kenji se va sintiendo más arrinconado, y ni siquiera su novia, Jun, puede llegar a salvarlo. La duda, poco a poco, se va convirtiendo más y más en una seguridad: Frank es peligroso. 

La pregunta está en: ¿qué hacer? ¿Cómo escapar de un hombre que le tiene en su poder... un hombre que, con solo su deseo de ver correr la sangre, puede causarte la muerte de manera horrenda? ¿Quién es realmente Frank, y qué oculta? 
Y, ¿cómo conseguir salvarse el pelo antes de que sea demasiado tarde? ¿Qué intenciones tiene Frank... y cómo poder sobrevivir a lo que está por llegar?



Ambientación: la escenificación de la cara en sombra de la sociedad, y el choque entre culturas

Frank lo afirma: en estos momentos, nos encontramos dentro de la propia sopa miso. Estamos metidos de lleno en el mundo japonés... No un mundo de color y anime como el que creemos conocer, sino uno más turbio, la cara más opuesta de lo que sabemos de Japón. 
Porque en realidad, la mejor manera de conocer un país es metiéndote en su zona más oculta y sin pulir... Las lacras del mundo contemporáneo. 

“And sometimes ignorance is even harder to deal with than deliberate evil.”


La ambientación es de las mejores cosas que tiene la historia

La ambientación gobierna cada paso que dan los personajes, cada persona y cada lugar con el que se encuentran. La ambientación habla por ella misma: son sitios retorcidos, culturas de veneno y de sangre, zonas con gente peligrosa y gente que se gana la vida de las peores maneras posibles. 

Conocemos varias partes de Japón: el Japón conocido, con sus grandes científicos, sus estudiantes dedicados y su buen nivel económico... y la zona que más se explora en esta historia, y la que más la sostiene: negocios ilegales, prostíbulos abiertos a todas horas de la noche, chicas que venden sus cuerpos pese a provenir de adineradas familias, y los niveles de angustia que caracterizan esta sociedad exigente y en busca de continuo éxito. 


La ambientación muestra todo esto: ¿cómo es posible que haya negocios tan terribles, teniendo en cuenta el buen nivel económico del que goza el país? ¿Qué lleva a la gente a comportarse de manera tan exigente consigo misma, con tanto autocontrol, con tanta distancia? ¿Por qué todos parecen sentirse tan solos, por qué todos buscan desesperadamente la compañía? 

Kenji lo afirma: antes, los que frecuentaban los prostíbulos eran gente mayor, gente abandonada, pero ahora es cada vez más común que vayan incluso jóvenes... las chicas se venden a sí mismas por soledad, los chicos van hacia ellas por soledad, es un bucle interminable. Hay más causas que se exploran y que tienen que ver con el por qué de que la sociedad japonesa funcione de esta manera, pero principalmente, se habla de las malas sensaciones que tiene su población: ambiciones, envidias, contención, miedo, soledad, angustia, desánimo, búsqueda de sentido en la vida... 

“It's always precisely the sort of smug old wanker you would never ever want to end up like. We don't live the way you tell us to because we're afraid that if we do we'll grow up to be like you, and the thought of that is unbearable. It's alright for you because you'll be dead soon anyway, but we've still got another fifty or sixty years to live in this stinking country.”


Kenji, que es una persona que se libra bastante de todo lo que remueve en angustia a la sociedad japonesa, también comienza a presentir que ellos no son la única cultura que cada año que pasa se va sintiendo peor consigo misma. 

Mediante Frank, entiende un poco más la agresividad que hay en Estados Unidos, la experimentación, la constante búsqueda de sentirse superior, la avaricia, la denigración de sus inferiores, el asco y rechazo hacia lo que es distinto, y también la soledad, que impulsa a miles de turistas a viajar hasta Japón para disfrutar del placer y del sexo en sus locales. 


Personalmente, me inquieta y me gusta bastante el mensaje que hay en esta clase de libros: "cada vez vamos progresando más, pero cada vez nos sentimos peor". 
¿Qué cambios está habiendo en nuestro mundo para que la juventud se sienta cada vez más desarraigada, y menos entendida? ¿Qué nos está pasando para estar obsesionados con la fama, el triunfo y la codicia? ¿Qué nos mueve sino intentar sentirnos menos, solos, intentar sentirnos más útiles? ¿Qué nos está pasando a todos nosotros, y de dónde nacen estas sensaciones? 


In the Miso Soup da justo en el clavo: no es cosa de solo uno, estamos todos metidos en el ajo. Este choque de culturas trae algo común consigo: la angustia, la desesperación. Sentir que no hay salida. Por ello, esta clase de libros para mí son llamados como "sin salida": no hay escapatoria, estamos destinados a chocar con fuerza contra las rocas del fondo. Caemos y caemos. Parece que no hay forma de huir. 

“After listening to a lot of these stories, I began to think that American loneliness is a completely different creature from anything we experience in this country, and it made me glad I was born Japanese. The type of loneliness where you need to keep struggling to accept a situation is fundamentally different from the sort you know you'll get through if you just hang in there.”


In the Miso Soup tiene pequeños guiños de esperanza: amistad, reflexión, amor. Hay pequeñas cosillas que me hacen ver que no todo está perdido, que hay que cuidar a los próximos, y cuidarse a uno mismo. Pero fuera de esto, lo que uno encuentra es una rabia tremenda todo el que puebla este mundo. Frustración, es la palabra. Sentir que no eres comprendido. 


Me atrevería a decir que justo esto (rabia, frustración, no sentir que se le entiende) es lo que mueve a Frank a ser quien es. Es lo que le hace estar algo desconectado del mundo, de buscar felicidad pero, al instante siguiente, tan solo querer liberarse del veneno que leva adentro con malas palabras y agresividad. La humanidad es venenosa, y estamos continuamente tratando de deshacernos del malestar con el que nacemos... un malestar que va creciendo a cada segundo que pasa. 

“Did you know that only a tiny minority of viruses cause illness in humans? No one knows how many viruses there are, but their real role, when you get right down to it, is to aid in mutations, to create diversity among life forms. I've read a lot of books on the subject-when you don't need much sleep you have a lot of time to read-and I can tell you that if it weren't for viruses, mankind would never have evolved on this planet. Some viruses get right inside the DNA and change your genetic code, did you know that? And no one can say for sure that HIV, for example, won't one day prove to have been rewriting our genetic code in a way that's essential to our survival as a race. I'm a man who consciously commits murders and scares the hell out of people and makes them reconsider everything, so I'm definitely malignant, yet I think I play a necessary role in this world.”


La ambientación trata todas estas cosas, de manera que en escasas páginas conocemos sobre la cultura estadounidense, y la cultura japonesa. Que tienen muchísimas diferencias, y Kenji repasa muy bien todas estas cosas, pero también tienen similitudes...
Nos encaminamos hacia la destrucción, nos llega el mensaje de autores como Ryū Murakami. Y aunque todos lo hagamos de una, seguimos estando solos en esto.



Los personajes y sus sensaciones: rabia, sentido en la vida, desconexión y soledad

Cuando uno está perdido, trata de rellenar ese vacío, ese mareo interno, con todo lo que pilla: materialidades, cercanía con otra persona, obsesiones, o liberación brusca y agresiva de la rabia. 


Incluso Kenji está perdido: no sabe lo que quiere, no entiende por qué le ha cogido tanto aprecio a Frank. Puede que porque Kenji en el fondo sea tan autodestructivo como el resto... o porque, en el fondo, sabe que no es tan diferente a su cliente. 

“They needed a reason why a little kid would commit murder, someone or something to point the finger at, and I think they were relieved when they hit upon horror movies as the culprit. But there's no reason a child commits murder, just as there's no reason a child gets lost. What would it be - because his parents weren't watching him? That's not a reason, it's just a step in the process.”


Frank también está perdido. Es una sensación que no abandona en ningún momento. ¿Cómo rellenar cada apartado de nuestras vidas, cómo darnos un sentido? A veces, la gente prefiere anestesiarse del dolor con actos horribles. A veces, la violencia es la que habla por uno mismo, la que nos mueve, la que nos deja sin otro pensamiento. Nos hace sentirnos algo más completos. La violencia nos salva en un primer instante... pero a la larga, según pasa el tiempo, nos va destruyendo. 

“When you're a kid, getting lost isn't just an event or a situation, it's like a career move. You get this thrill of anxiety and fear and a feeling that you've done something that can never be undone.”


Kenji no tiene violencia en él, pero sí que creo que tiene una carencia. No tenía un objetivo claro, era una persona bastante sosegada... pero había algo en él, un espíritu curioso, que sentía fascinación hacia lo macabro
Llamadme loca, pero creo que Kenji, por mucho que sea el protagonista de la historia, también tenía algo que le llevaba a sentirse abandonado a su suerte. El mundo nos deja a los jóvenes a nuestras anchas. Tenemos libertad, pero ¿qué hacer con ella? 


Kenji crea su propio negocio, y se nutre de la lujuria de sus clientes. Tiene una vida estable, con una novia joven y sencilla y un trabajo que le da para poder vivir con ciertas comodidades. 

Cuando se enfrenta al terror, a la decisión de no saber qué hacer, de empezar a creer que Frank es algo más que un simple turista, se enfrenta a una parte de sí mismo contradictoria y conflictiva: ¿qué hacer? ¿Puede que se haya sentido mínimamente identificado con Frank, como para sentirse incapaz de actuar como le dice su razón que lo haga? 

En muchos sentidos, creo que Kenji es bastante sumiso, se deja llevar por los demás, les da un espacio y una voz, y es más introvertido, más callado. Eso le bloquea cuando tiene que tomar una decisión tan precaria como a la que se enfrenta. 

“Malevolence is born of negative feelings like lonliness and sadness and anger. It comes from an emptiness inside you that feels as if it's been carved out with a knife; an emptiness you're left with when something very important has been taken away from you.”


En cuanto a Frank, él ha aprendido que a veces no hay razón en lo que hace, que a veces tan solo hay impulso, a veces tan solo hay experimentación. 

Él explica: no hay razones por las que un niño comete un asesinato, igual que no hay razones por las que un niño llega a perderse. Y aquí se habla de lo mismo: pérdida, sentirse perdido. 
Los adultos tratan de buscar explicaciones, pero a veces, sencillamente, es cuestión de algo tan básico como que uno se ha perdido en el camino a encontrarse. 

“That was with me for years--feeling I wasn't myself. And I do think I wasn't my real self then. Of course, I'm not sure there is such a thing as a real self. You could ransack your innards looking for the real you and never find it--slice yourself open and all you'll find is blood and muscle and bone.”


No es tanto que el cine oscuro sea mala influencia, no es tanto que haya falta de calcio en los huesos, sino que va mucho más, es más complejo: sentir por uno mismo lo prohibido, lo que no está bien. 
Ha habido algo en concreto que ha dicho Frank que me ha interesado: un niño a veces hace lo que no debe hacer tan solo para asegurarse a sí mismo de que no es tan malo, de que todo va bien
La gente que ve películas de terror es gente con "vidas aburridas", como él dice, gente que tiene que estimularse, que necesita asegurarse a sí misma de que su vida no va tan mal, de que están vivos y todo va bien. 

“People who love horror films are people with boring lives... when a really scary movie is over, you're reassured to see that you're still alive and the world still exists as it did before. That's the real reason we have horror films - they act as shock absorbers - and if they disappeared altogether, I bet you'd see a big leap in the number of serial killers. After all, anyone stupid enough to get the idea of murdering people from a movie could get the same idea from watching the news.”


Un acto cruel se lleva a cabo primero con un proceso, un momento de experimentación, puede que para reconocerse: "¿Ves? No era para tanto". 
Me gusta pensar que esto es lo que ha pasado con Frank. Lo que primero es tratar de indagar en la muerte, tan tabú y secreta para los adultos, se convierte rápidamente en una obsesión, una necesidad, una adicción, un estímulo que llega y es irrefrenable. 
La violencia maneja tu cuerpo como un titiritero con su juguete, y te acabas sintiendo viviendo a expensas de ella. Todo lo que eres, es violencia. Todo lo que piensas, es violencia. 
Te pueden intubar, te pueden sedar, te pueden dejar inconsciente, pero tú ya has experimentado lo que es la adrenalina, y estarás el resto de tu vida tratando de volver a sentirla. 

Esas son las raíces que tiene este libro con respecto a la muerte y al asesinato. Es una huida de la fragilidad de la vida monótona. Una única escapatoria, una sensación de poder y dominancia. Es dejarte llevar por tus impulsos, ser incontrolable. Y eso es lo que lleva, a mucha gente, a cometer el acto de matar. 

“He invited me to his apartment in the wee hours one morning and pulled out a set of children's building blocks. It seems he used to ride around and around on the Yamanote Line with them, building castles on the floor of the train.”



Una prosa visceral, elegante en la crueldad, sórdida y penetrante

El estilo de Ryū Murakami es bastante diferente al que estoy acostumbrada a leer con esta clase de libros. 
Pese a que la historia está narrada en primera persona por Kenji, hay algo muy analista en ella, una forma de narrar que es ciertamente elegante, exploradora, experimental. 

“Very few people of our generation or the next will reach adulthood without experiencing the sort of unhappiness you can't really deal with on your own. We're still in the minority, so the media lump us together as "The Oversensitive Young", or whatever the latest catchphrase is, but eventually that will change.”


Ryū Murakami no se queda en tan solo narrar lo que sucede, sino que busca maneras de expresar de distintas formas, con distintos recursos, una historia que es mucho más que "y pasó esto": la historia, es, en realidad, una manera de mostrar cómo afecta a alguien la idea de que un conocido sea un asesino, de que la muerte pille tan cerca de ti mismo. 
La historia es macabra, sangrienta, llena de detalle, y Murakami maneja a la perfección cómo se va sintiendo Kenji en todo momento, y cómo se debate consigo mismo entre qué hacer. 

“The feeling that the world was at my feet and the feeling that I alone was cut off from the world, the sense of power and the anxiety, had both stayed with me ever since that evening at the pond.”


La prosa tiene un estilo muy visceral, muy brusco en algunas ocasiones, pero, otras veces, consiste en una manera de exponer con la mayor soltura posible algo tan truculento como un asesinato. 

Ryū Murakami domina a la perfección la palabra, y transmite todo tipo de sensaciones a tu cuerpo, dejándotelo helado, como magullado tras una paliza. 
Se siente en la piel, en las venas, en el pecho; todo lo que sucede, se siente en vivo y directo: las escenas más desgarradoras, las conversaciones más gélidas, la tensión más letal; y hay algo que a veces resulta hasta dulce en las descripciones, una ligereza a la hora de narrar que deja a cuadros. 


Para algo tan brutal como la muerte prematura, se sigue con muchísima facilidad la historia, tiene una cadencia suave, dinámica, con mucho jugo y temblor en las descripciones. 
Se vive en primera persona, y eso es lo más importante. 

“I wasn't sure I knew any longer what was right and what was wrong. It was a very precarious feeling, but it hinted at a sense of liberation like I'd never experienced. Liberation from the countless little hassles of everyday life. It was as if the border between 'me' and 'not me' was dissolving, leaving me in a sort of slush.
I was going somewhere I'd never been before.”


La prosa de Ryū Murakami me ha sorprendido gratamente, me parece que sabía perfectamente cómo combinar lo más directo y salvaje con lo más introspectivo y analista, el espíritu de la novela lleva consigo muchísima reflexión, se estudia al detalle las diferentes culturas, con sus diferencias y similitudes, y el origen de la personalidad y de los impulsos más agresivos del ser humano. 

Las relaciones entre los personajes eran verdaderas joyas, no había nada de la conversación que sobrase y faltase, iban al grano y se indagaba mucho en la personalidad de cada uno. 

“But why is it that if you imagine a baby who smells of milk, for example, you can't help smiling? Why is there such an agreement around the world about what is or isn't a foul smell? Who decided what smells bad? Is it impossible that somewhere in this world there are people who, if they sat next to a homeless fellow they'd get the urge to snuggle up to him, but if they sat next to a baby they'd get an urge to kill it?”


La novela es mucho más que tratar de discernir si Frank es o no es un asesino, consiste, principalmente, en una relación entre dos personas de diferentes culturas, lo que viven, lo que exploran, lo que sienten y con lo que conectan con el otro, la relación que tienen está muy trabajada, y, si tuviese que puntualizar lo mejor mejor de la obra, yo diría que destacaría las conversaciones entre ambos, enganchaban que no veas, tenían muchísimo detalle y eran concisas y resultaban naturales y muy dinámicas. 


A mi parecer, In the Miso Soup es la mejor novela que me he leído hasta la fecha, es increíble cómo una obra de tan pocas páginas puede haber significado tanto para mí. Extraordinaria.



Conclusión

En conclusión, In the Miso Soup es una novela muy breve, pero en la que el autor demuestra muchísima paciencia con la historia, con increíbles reflexivas observaciones, mucho contenido de análisis entre las diferentes culturas que explora, y, sobre todo, una introspección en los personajes que me dejó helada. 


In the Miso Soup es una novela difícil de leer, que se sigue con mucha facilidad, sin traba alguna, pero que a veces deja una fuerte sensación de malestar en el estómago. 
Es muy descriptiva con la muerte, y saca lo mejor de Alfred Hitchcock, Bret Easton Ellis, y, en una escena concreta, de Quentin Tarantino. 

Con los personajes muy destacables, con conversaciones intensas y llenas de detalle en quienes son, no me cabe duda de que In the Miso Soup se ha convertido en, hasta la fecha, mi libro más inspirador y preferido, y no puedo esperar a leer más de este tan destacable autor que me ha robado el aliento y me ha dejado maravillada. 


In the Miso Soup es una lectura sensacional, plagada de inspecciones, sangre y delirio, que profundiza muchísimo en el corazón de los suburbios de Tokio, y en la esencia de lo que le hace a alguien descarrilarse por el mal camino...


“I wondered if there were planets where it's okay to murder people. I decided there must be, reminding myself that in war, after all, killers are heroes.”



PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 6/5
♫ Acción: 4.75/5
♫ Trama: 5/5
♫ Originalidad: 5/5
♫ Tensión: 5/5
♫ Desenlace: 5/5
♫ Prosa: 6/5


VALORACIÓN PERSONAL 11/10!!!!!



Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/

1 comentario:

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