Título: Colmillo Blanco
Autor: Jack London
Editorial: Edimat
Canción identificada: Evolution (Korn)
Sinopsis: Colmillo blanco es una de las obras más célebres de Jack London (1872-1916). Reverso casi simétrico de La llamada de la naturaleza, en la historia del perro salvaje que, significativamente, se degrada en su contacto con el hombre, hallamos en efecto, matizadas por la belleza de los grandes escenarios naturales y una remota esperanza de redención, las inquietudes que rigen toda la obra del autor estadounidense: el choque entre civilización y naturaleza, la perpetua pugna entre el bien y el mal, la supervivencia del más fuerte, el determinismo genético, la selección natural.
Opinión:
Colmillo Blanco es una obra de arte. Desde el inicio de la historia, London nos transporta a un mundo inhóspito, poblado por injusticias y fría determinación por la supervivencia.
La historia alterna entre varias voces, pero gira en todo momento alrededor del lobezno, Colmillo Blanco. El valor de esta literatura no tiene número. Es distinta, narrada desde la asombrosa perspectiva de un lobo, un animal noble y vivo representante de la naturaleza más cruda.
Desde el principio, London ya tiene una clara idea de cómo mostrar a este maravilloso animal: no trata de cambiar nuestra opinión sobre él, ni de reafirmarla. Objetivamente, London se pone en la piel de este lobo. Mientras escribe la historia, deja de ser un hombre y se convierte en este otro ser vivo, y a medida que el lector se hunde más en la corta novela, él mismo también se convierte en uno.
Un excelente punto es su comienzo. ¿Qué mejor forma de introducir a la cruel madre naturaleza que con una comparación con la estructurada y segura sociedad humana?
En los primeros capítulos nos encontramos a dos hombres, Bill y Enrique. Junto a ellos, nosotros también comenzamos a sentirnos inquietos. Poco a poco, la naturaleza se instala gélidamente en el lector. Este mundo salvaje y hostil solamente se cobra presas.
Al principio, London nos muestra la tensión que inunda el ambiente. El acoplamiento de la loba junto a los perros de los dos hombres es escalofriante, por el mero hecho de que, en efecto, cuesta diferenciarlos, como un lobo camuflado en un rebaño de ovejas.
Finalmente, cuando los perros comienzan a ser devorados por el insaciable hambre de los lobos, la naturaleza se cobra nuevas víctimas... y es entonces cuando London decide sacar un nuevo y brutal jugador siempre presente en el mundo salvaje: la muerte.
¡Qué narrativa! ¡Qué maravilla de descripciones de su imparable presencia!
La muerte es retratada de muchas formas distintas: plácida, como en el cadáver que los dos hombres transportan; inesperada, como en la de los perros acompañantes de éstos... y cruel y carnicera, como en la muerte de uno de los hombres. También, sin embargo, es necesitada: London habla de la imperante hambruna que sufre la camada, sus propios deseos por la superviviencia. Y, cuando las fronteras entre la vida y la muerte se vuelven tan difusas, la escena comienza a desarrollarse a velocidad vertiginosa, quitándote el aliento.
A partir de entonces, todo se precipita. London comienza a imbuirte el miedo e inquietud, la sangre comienza a teñir las páginas del libro, y te encuentras enfrascado en una enganchante y escalofriante lectura.
Los pensamientos de Enrique, cuando se halla prácticamente solo, son extraordinarios. Cuando su vida pende únicamente del fuego, la única muralla de separación entre los lobos y él... y la espera. La impaciente espera del qué habrá a continuación. Tanto Enrique como el propio lector no saben qué esperarse, y la prosa es tan absolutamente absorbente que te deja con los nervios a flor de piel. La incertidumbre es tal que cuesta respirar...
Y, tras esa escena, llega de pronto un interludio, un capítulo de calma que narra los viajes de la loba y su camada. Por corta que sea, la acción jamás escasea en la novela, sin embrago. Nuevamente acude la presencia de la madre naturaleza, la búsqueda de alimento, los impulsos de los lobos a proteger a sus crías y buscar presas... y, nuevamente, como siempre, la naturaleza va acompañada de la muerte, su ley inexorable de comer o ser comido.
Tras ello llegamos a mi parte favorita... cuando el pequeño lobezno deja la seguridad de la cueva y decide internarse en el mundo.
Ningún ser vivo se acuerda nunca de su primera reacción al ver el nuevo mundo... entonces, ¿cómo ha podido London crear una imagen tan clara, tan perfecta, de su primera impresión ante éste?
Las experiencias del pequeño lobezno en éste, su primera imagen de lo que es "bueno" y lo que es "malo", basado únicamente en la supervivencia del individuo... es cautivador; en especial cuando abandona la seguridad, cuando encuentra la luz, y todos los colores, todas las nuevas sensaciones de la vida. Y también sus peligros.
La elección de este animal como narrador es sin duda la acertada, pues es sencillo entrar en su mente con las palabras profesionales de London, ver cómo reacciona ante el mundo por primera vez, cómo aprende de sus peligros y experiencias. ¡Y todas las similitudes que le encuentra con el ser humano! Y sus diferencias... cierto, este animal vive en un mundo cruel en el que constantemente está la lucha por la supervivencia... pero también refleja la libertad en su estado más puro. ¿Qué elegir: sociedad, o naturaleza? ¿Libertad plagada de amenazas y peligros, o esclavitud segura?
Colmillo Blanco va relacionando vivencias y experiencias con lo que se encuentra en el día a día, y cuando su camino se cruza con el de los hombres, el lobo aprenderá que estos llamados "dioses" son completamente distintos a la naturaleza. De hecho, van en su contra, y poseen el dominio de la materia a su alrededor. Por otro lado, ellos nada ,más verle no atacan ni huyen, a diferencia del resto de seres vivos. Jack London relaciona la lealtad al principio con el temor y el respeto a un superior. Colmillo Blanco va aprendiendo de los hombres; y aprende a enfrentarse solo a los peligros, desarrollando una inteligencia inimaginable a un lobo.
Es un libro duro. Habla de injusticias, de sociedades, de miedos y de instintos crueles. El protagonista evoluciona, y se ve arrastrado en sus propios instintos de naturaleza. London describe a la perfección la mente de este indomable animal, y Colmillo Blanco te llagará al alma.
También aprende a imponerse a sí mismo con sus inferiores... otra ley más de la vida. Y el encuentro de los "dioses superiores", los blancos... Jack London no sólo habla de la superioridad de especies, sino incluso entre una misma raza.
Colmillo Blanco se vuelve de acero. Aprende a soportar huracanes, se vuelve cruel y temido... y luego llega Weedon Scott, probablemente el elemento clave en la historia, porque es quien desequilibra las primeras impresiones. Éste desequilibra la balanza y los esquemas que Colmillo Blanco se había trazado mentalmente: el lobo está acostumbrado a que las cosas sean de una única manera. A lo largo de su camino ha clasificado a los elementos por "buenos" y "malos". De pronto, se encuentra con el ser humano, superior, sin miedo a nada, fuerte y poderoso y gobernante, y la lealtad que Colmillo Blanco siente se basa en ello.
Y entonces llega Weedon Scott, y la lealtad da un giro inesperado. Además, no llega de forma instantánea. Weedon no se impone, por lo que poco a poco es el propio animal el que decide serle fiel... esta nueva lealtad se basa en el amor, en el cariño y las caricias; no en el odio, las amenazas y las palizas. es entonces cuando se da cuenta de que el ser humano es distinto al resto de animales: entre ellos hay buenas y malas personas, están en lo alto de la pirámide de la naturaleza pero a su vez han desarrollado nuevas cosas a parte de la supervivencia.
Colmillo Blanco se crea una propia ley: no puede matar a perros o gallinas porque va contra ella. Y hace esto no por miedo a ser castigado; lo hace por Weedon. Sin este otro personaje, la historia no habría sido tan fascinante. La relación que tienen lobo y humano es maravillosa y muy tierna, estrecha de igual a igual, contra la ley de la vida.
Conmovedora y llena de acción, la novela nos succiona a un mundo fascinante que dejará huella en todo lector.
Su personaje es pleno y sus pensamientos absorbentes, con el único afán de comprender el mundo en el que ha de aprender a luchar y sobrevivir. Muestra un lugar inhóspito, cruel, y a un personaje temerario y de increíble inteligencia, que ha pasado por situaciones muy difíciles. Junto a él nosotros también empezamos a ver con distintos ojos nuestro mundo.
No tiene ningún defecto, es sencillamente asombrosa.
PUNTUACIÓN
♫ Acción: 4/5
Colmillo Blanco va relacionando vivencias y experiencias con lo que se encuentra en el día a día, y cuando su camino se cruza con el de los hombres, el lobo aprenderá que estos llamados "dioses" son completamente distintos a la naturaleza. De hecho, van en su contra, y poseen el dominio de la materia a su alrededor. Por otro lado, ellos nada ,más verle no atacan ni huyen, a diferencia del resto de seres vivos. Jack London relaciona la lealtad al principio con el temor y el respeto a un superior. Colmillo Blanco va aprendiendo de los hombres; y aprende a enfrentarse solo a los peligros, desarrollando una inteligencia inimaginable a un lobo.
Es un libro duro. Habla de injusticias, de sociedades, de miedos y de instintos crueles. El protagonista evoluciona, y se ve arrastrado en sus propios instintos de naturaleza. London describe a la perfección la mente de este indomable animal, y Colmillo Blanco te llagará al alma.
También aprende a imponerse a sí mismo con sus inferiores... otra ley más de la vida. Y el encuentro de los "dioses superiores", los blancos... Jack London no sólo habla de la superioridad de especies, sino incluso entre una misma raza.
Colmillo Blanco se vuelve de acero. Aprende a soportar huracanes, se vuelve cruel y temido... y luego llega Weedon Scott, probablemente el elemento clave en la historia, porque es quien desequilibra las primeras impresiones. Éste desequilibra la balanza y los esquemas que Colmillo Blanco se había trazado mentalmente: el lobo está acostumbrado a que las cosas sean de una única manera. A lo largo de su camino ha clasificado a los elementos por "buenos" y "malos". De pronto, se encuentra con el ser humano, superior, sin miedo a nada, fuerte y poderoso y gobernante, y la lealtad que Colmillo Blanco siente se basa en ello.
Y entonces llega Weedon Scott, y la lealtad da un giro inesperado. Además, no llega de forma instantánea. Weedon no se impone, por lo que poco a poco es el propio animal el que decide serle fiel... esta nueva lealtad se basa en el amor, en el cariño y las caricias; no en el odio, las amenazas y las palizas. es entonces cuando se da cuenta de que el ser humano es distinto al resto de animales: entre ellos hay buenas y malas personas, están en lo alto de la pirámide de la naturaleza pero a su vez han desarrollado nuevas cosas a parte de la supervivencia.
Colmillo Blanco se crea una propia ley: no puede matar a perros o gallinas porque va contra ella. Y hace esto no por miedo a ser castigado; lo hace por Weedon. Sin este otro personaje, la historia no habría sido tan fascinante. La relación que tienen lobo y humano es maravillosa y muy tierna, estrecha de igual a igual, contra la ley de la vida.
Conmovedora y llena de acción, la novela nos succiona a un mundo fascinante que dejará huella en todo lector.
Su personaje es pleno y sus pensamientos absorbentes, con el único afán de comprender el mundo en el que ha de aprender a luchar y sobrevivir. Muestra un lugar inhóspito, cruel, y a un personaje temerario y de increíble inteligencia, que ha pasado por situaciones muy difíciles. Junto a él nosotros también empezamos a ver con distintos ojos nuestro mundo.
No tiene ningún defecto, es sencillamente asombrosa.
PUNTUACIÓN
♫ Acción: 4/5
♫ Personajes: 5/5
♫ Originalidad: 5/5
♫ Trama: 4/5
♫ Desenlace: 4.5/5
♫ Pluma: 5/5
♫ Originalidad: 5/5
♫ Trama: 4/5
♫ Desenlace: 4.5/5
♫ Pluma: 5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 10/10
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