Título: La Naranja Mecánica
Autor: Anthony Burgess
Editorial: Planeta
Canción Identificada: Unloved & Oxidized (Frontierer)
Sinopsis:
La naranja mecánica cuenta la historia del nadsat-adolescente Alex y sus tres drugos-amigos en un mundo de crueldad y destrucción. Alex tiene, según Burgess, los principales atributos humanos; amor a la agresión, amor al lenguaje, amor a la belleza. Pero es joven y no ha entendido aún la verdadera importancia de la libertad, la que disfruta de un modo tan violento. En cierto sentido vive en el Edén, y sólo cuando cae (como en verdad le ocurre, desde una ventana) parece capaz de llegar a transformase en un verdadero ser humano.
En 1971 Stanley Kubrick llevó al cine La naranja mecánica.
Opinión:
“We can destroy what we have written, but we cannot unwrite it.”
La Naranja Mecánica es uno de esos libros indispensables en la vida de un lector. Sea tu género favorito el que sea, seas quien seas tú mismo, La Naranja Mecánica es una novela que te desgarra por dentro y que, por supuesto, te deja fascinado por la cantidad de capas que tiene en su aparentemente desenfadada narrativa.
Estés en un lugar u otro, provengas de una familia u otra, tengas tal trabajo u otro... La Naranja Mecánica aportará algo único a tu vida.
(Parezco uno de esos vendedores de la teletienda)
“The important thing is moral choice. Evil has to exist along with good, in order that moral choice may operate. Life is sustained by the grinding opposition of moral entities.”
Así pues, ¿qué libro es este que levanta tanta polémica, y, entre otras cosas, tanta maravilla?
No es otro que el del aclamadísimo escritor inglés Anthony Burgess, creador de numerosas novelas pero conocido mundialmente por ésta en concreto... una exquisita maquinaria que funciona por medio del humor, de la crueldad y de la prosa más despreocupada y extraña, poniendo pelos y señales a cada detalle escabroso y truculento y narrando una situación aborrecible, horrible y despreciable que no es otra sino la desorientación juvenil en época de violencia.
“I see what is right and approve, but I do what is wrong.”
Últimamente estoy leyendo esa clase de libros que te dejan desconcertado, que te dejan todo el cuerpo frío (hielo en las venas, gélidos y afilados los pensamientos), y que, en especial, levantan en mí tantas dudas, cuestiones, reflexiones, estremecimientos.
Bien, pues, La Naranja Mecánica es una de las novelas reinas que me he leído de esa clase de libros, una lectura escalofriante que doblega tus pensamientos y te deja sumido en una lectura horripilantemente escabrosa.
“Oh it was gorgeousness and gorgeosity made flesh. The trombones crunched redgold under my bed, and behind my gulliver the trumpets three-wise silverflamed, and there by the door the timps rolling through my guts and out again crunched like candy thunder. Oh, it was wonder of wonders. And then, a bird of like rarest spun heavenmetal, or like silvery wine flowing in a spaceship, gravity all nonsense now, came the violin solo above all the other strings, and those strings were like a cage of silk round my bed. Then flute and oboe bored, like worms of like platinum, into the thick thick toffee gold and silver. I was in such bliss, my brothers.”
Para hacer la reseña breve, tendré que saltarme algunas partes de la historia (que por supuesto pienso hablar con alguna persona, en alguna situación, diablos, en cualquier situación en la que me encuentre: en cada conversación que tenga, de ahora en adelante, me será imposible no recomendar esta imprescindible novela)...
“If he can only perform good or only perform evil, then he is a clockwork orange—meaning that he has the appearance of an organism lovely with colour and juice but is in fact only a clockwork toy to be wound up by God or the Devil.”
Yo, que tiendo a doblar las páginas de los libros (delito que a mi parecer está excusado con que, al fin de al cabo, estás dando identidad, historia y personalidad a tu libro), me encuentro con que en éste el número de páginas dobladas es casi el mismo que el número de páginas en total... Cada parte de la historia era crucial, y cada parte de la historia despertaba en mí tantos razonamientos que me veía colmada de pensamientos lectores.
“Then, brothers, it came. Oh, bliss, bliss and heaven. I lay all nagoy to the ceiling, my gulliver on my rookers on the pillow, glazzies closed, rot open in bliss, slooshying the sluice of lovely sounds. Oh, it was gorgeousness and gorgeosity made flesh.”
Después de esta algo extensa introducción... ¿de qué trata el libro, pues?
La Naranja Mecánica narra la historia del joven inglés Alex Delarge, envuelto en una atmósfera social horriblemente violenta y agresiva, donde un peligroso gobierno controla, somete y fuerza a la población a actuar de cierta manera. La violencia está en las calles, en diferentes grupos de jóvenes feroces que no vacilan a la hora de golpear y fardar de su liderazgo.
“The next morning I woke up at oh eight oh oh hours, my brothers, and as I still felt shagged and fagged and fashed and bashed and my glazzies were stuck together real horrorshow with sleepglue, I thought I would not go to school.”
Pese a este aire distópico, debo recalcar que la novela, para mi gran satisfacción, no entraba tanto en el trapo de lo social y lo político sino que se centraba, siendo éste su propio narrador, en el protagonista de la historia, lo que le sucede que tiene relación con el ambiente en el que vive y sus pensamientos tan cambiantes, tan retorcidos y tan depravados.
“Where do I come into all of this? Am I just some animal or dog?' And that started them off govoreeting real loud and throwing slovos at me. So I creeched louder still, creeching: 'Am I just to be like a clockwork orange?”
Alex Delarge vive en esta explosiva y dura Inglaterra de la década de 1970 (libro escrito unos años antes de ella, así pues situándose en una distopía cercana) con sus tres amigos, o drugos, que se reúnen todos los días a realizar actos de ultra violencia, vandalismo y transgresión.
Venden sustancias adictivas mezcladas con la leche, asaltan a personas, entran en las casas ajenas, roban en ellas y si hay personas en sus hogares en esos momentos no dudan en emplear la violencia, a conciencia y con placer, hasta dejarlos tan desfigurados que necesitan de inmediato ser ingresados en los hospitales de la zona (los cuales muestran las diferencias sociales y las oportunidades que tiene cada nivel de la sociedad), pelean contra otras bandas y cometen fechorías a niveles de poderosos criminales cundiendo así el pánico en la ciudad entera.
“That's what it's going to be then, brothers, as I come to the like end of this tale. You have been everywhere with your little droog Alex, suffering with him, and you have viddied some of the most grahzny bratchnies old Bog ever made, all on to your old droog Alex. And all it was was that I was young. But now as I end this story, brothers, I am not young, not no longer, oh no. Alex like groweth up, oh yes.
But where I itty now, O my brothers, is all on my oddy knocky, where you cannot go. Tomorrow is all like sweet flowers and the turning young earth and the stars and the old Luna up there and your old droog Alex all on his oddy knocky seeking like a mate. And all that cal. A terrible grahzny vonny world, really, O my brothers. And so farewell from your little droog. And to all others in this story profound shooms of lipmusic brrrrrr. And they can kiss my sharries. But you, O my brothers, remember sometimes thy little Alex that was. Amen. And all that call.”
Líder de su propia banda, el joven Alex, de apenas 15 años, frecuenta en este mundo hostil y hórrido, mas un día, tras haber atracado a una mujer golpeándola sin descanso, sus compañeros de la banda le tienden una trampa, dejándolo, tras una buena paliza, tendido en el suelo, y Alex es detenido por la policía, acusado de homicidio debido a haber quitado, por accidente, la vida a esta señora de la casa en la que fue él mismo agredido por sus drugos.
“Suddenly, I viddied what I had to do, and what I had wanted to do, and that was to do myself in; to snuff it, to blast off for ever out of this wicked, cruel world. One moment of pain perhaps and, then, sleep forever, and ever and ever.”
Una vez queda encarcelado (no por primera vez), se le propone una idea capaz de cambiar por completo su forma de interaccionar con la vida... Un "remedio" nuevo que lo alejará de la maldad y de la violencia y lo hará sentirse enfermo con el mero pensamiento de ella.
Sin otra salida, Alex acepta esta propuesta, decidido a cambiar para escapar de las rejas que lo apresan, y tras una serie de horribles tormentos, así con la consumición de "medicinas" ideadas para hacerlo cambiar, todo esto siendo la "técnica Ludovico", Alex va dando paso a ser una mejor persona... con terribles consecuencias.
“Is it better for a man to have chosen evil than to have good imposed upon him?”
Cada uno de los personajes estén tremendamente bien perfilados, pero debo resaltar, por supuesto, a la estrella de la novela, la cual se centra exclusivamente en este personaje: el joven Alex Delarge, libertino y malvado, suspicaz e impetuoso, impulsivo y despiadado, que apenas piensa antes de cometer crímenes y vive disfrutando del poder y el caso que desata a su alrededor.
No obstante, y como bien deja claro en numerosas ocasiones, a esto se le añade un exquisito gusto por la música clásica, que lo consigue amansar un tanto, tal como la música de Van Beethoven.
Alex es, así, uno de los personajes más evolutivos, más atroces y más definidos de toda la literatura, con una voz única y singular, un lenguaje propio inventado por el escritor y una capacidad impresionante para narrar las escenas más horribles por medio de una reflexión juvenil, intensa y desenfadada.
“There was me, that is Alex, and my three droogs, that is Pete, Georgie, and Dim, Dim being really dim, and we sat in the Korova Milkbar making up rassoodocks what to do with the evening, a flip dark chill winter bastard though dry. The Korova Milkbar was a milk-plus mesto, and you may, O my brothers, have forgotten what these mestos were like, things changing so skorry these days, and everybody very quick to forget, newspapers not being read much neither.”
Puedo hilar lo que comento de este personaje con la prosa y la propia narrativa, pues ambas cosas están fusionadas: queda completamente claro que Burgess no es el que cuenta la historia, sino que es Alex Delarge el que tiene el control de todo lo que es narrado.
La forma de escribir, a mi parecer, es profundamente estremecedora, y muy profesional. Abundan las onomatopeyas, que dan cierta diversión al escrito, así como una gran antítesis entre momentos de destrucción y de caos a otros donde el daño es infligido al propio destructor.
La violencia, que está disponible en la lectura desde la primera página, al inicio es inesperada, como su lenguaje, y cuesta entrar en escena, entender que todo lleva a un camino y que de un golpe a otro hay muchas cosas removiéndose en nuestro protagonista.
¿Qué lleva a tal personaje joven a obrar de esta terrible manera?
La edición del libro que ha caído en mis manos explica, al inicio, muy bien todo esto, con las notas del autor que nos ponen en situación, pero a mi parecer la magia del libro está en hacernos pensar a nosotros, en guiarnos por medio de la confusión al terreno tan escarpado de los pensamientos, y prosiguiendo a estos las acciones, de Alex.
“Youth is only being in a way like it might be an animal. No, it is not just like being an animal so much as being like one of these malenky toys you viddy being sold in the streets, like little chellovecks made out of tin and with a spring inside and then a winding handle on the outside and you wind it up grrr grrr grrr and off it itties, like walking, O my brothers. But it itties in a straight line and bangs straight into things bang bang and it cannot help what it is doing. Being young is like being like one of these malenky machines.”
El lenguaje es sórdido, cruel y repugnante, normalmente hablando de saliva, escupitajos, vómito, sangre y canciones de cuando en cuando, como si la necesidad del personaje principal de soltar toda la rabia y la confusión que lleva dentro lo obligase a hacer regurgitar a sus víctimas todo lo que guardan en sus bocas y en sus estómagos:
"De modo que lo cracamos bien, sonriendo entretanto, pero siguió cantando. Le hicimos una zancadilla y cayó pesadamente, y como un surtidor brotó un chorro grande de vómito de cerveza. Era repuygnante, así que comenzamos el tratamiento de la bota, una patada cada uno; y entonces de la roñosa y vieja rota le brotó sangre, no música ni vómito. Al fin seguimos nuestro camino."
Tras acostumbrarse a la jerga coloquial, y ficticia, del lenguaje nadsat, el libro fluye con facilidad, destrozando mi corazón sensible y embriagándome de impotencia, de miedo y de descontrol, algo así como lo que en el fondo siente Alex dentro.
El giro que toma la historia, en su final, me dejó más que satisfecha: cómo al final la cura no es tanto medicar y someter a tratamientos, sino el propio crecimiento personal...
“They don't go into what is the cause of goodness, so why of the other shop? If lewdies are good that's because they like it, and I wouldn't ever interfere with their pleasures, and so of the other shop. And I was patronizing the other shop. More, badness is of the self, the one, the you or me on our oddy knockies, and that self is made by old Bog or God and is his great pride and radosty. But the not-self cannot have the bad, meaning they of the government and the judges and the schools cannot allow the bad because they cannot allow the self. And is not our modern history, my brothers, the story of the brave malenky selves fighting these big machines?”
Sin decir mucho más, salvo saltar de nuevo como un resorte repitiendo "ha de ser leído, ha de ser leído de inmediato", dejo el libro en vuestras manos... para aprender, reflexionar, estremecerte y comerte el tarro, como bien un gran libro nos ha de hacer sufrir.
Ha sido una de las mejores lecturas que he tenido el placer de leerme.
Qué grandiosa obra.
“Senseless violence is a prerogative of youth, which has much energy but little talent for the constructive.”
La Naranja Mecánica, libro explícito, cruel, violento y en especial generador de grandes reflexiones en el lector, es una lectura fundamental, estremecedora y certera, afilada y desconcertante (de la manera más fascinante), con un lenguaje único y singular, una prosa desenfadada y brillante, y un personaje esencial, muy evolutivo, e inolvidable.
Una lectura fuera de lo normal, inspiradora y por supuesto monstruosamente destructora, llena de giros, de golpes, de pensamientos y de emociones, concisa y muy detallada, indispensable para todo lector.
Autor: Anthony Burgess
Editorial: Planeta
Canción Identificada: Unloved & Oxidized (Frontierer)
Sinopsis:
La naranja mecánica cuenta la historia del nadsat-adolescente Alex y sus tres drugos-amigos en un mundo de crueldad y destrucción. Alex tiene, según Burgess, los principales atributos humanos; amor a la agresión, amor al lenguaje, amor a la belleza. Pero es joven y no ha entendido aún la verdadera importancia de la libertad, la que disfruta de un modo tan violento. En cierto sentido vive en el Edén, y sólo cuando cae (como en verdad le ocurre, desde una ventana) parece capaz de llegar a transformase en un verdadero ser humano.
En 1971 Stanley Kubrick llevó al cine La naranja mecánica.
Opinión:
“We can destroy what we have written, but we cannot unwrite it.”
La Naranja Mecánica es uno de esos libros indispensables en la vida de un lector. Sea tu género favorito el que sea, seas quien seas tú mismo, La Naranja Mecánica es una novela que te desgarra por dentro y que, por supuesto, te deja fascinado por la cantidad de capas que tiene en su aparentemente desenfadada narrativa.
Estés en un lugar u otro, provengas de una familia u otra, tengas tal trabajo u otro... La Naranja Mecánica aportará algo único a tu vida.
(
“The important thing is moral choice. Evil has to exist along with good, in order that moral choice may operate. Life is sustained by the grinding opposition of moral entities.”
Así pues, ¿qué libro es este que levanta tanta polémica, y, entre otras cosas, tanta maravilla?
No es otro que el del aclamadísimo escritor inglés Anthony Burgess, creador de numerosas novelas pero conocido mundialmente por ésta en concreto... una exquisita maquinaria que funciona por medio del humor, de la crueldad y de la prosa más despreocupada y extraña, poniendo pelos y señales a cada detalle escabroso y truculento y narrando una situación aborrecible, horrible y despreciable que no es otra sino la desorientación juvenil en época de violencia.
“I see what is right and approve, but I do what is wrong.”
Últimamente estoy leyendo esa clase de libros que te dejan desconcertado, que te dejan todo el cuerpo frío (hielo en las venas, gélidos y afilados los pensamientos), y que, en especial, levantan en mí tantas dudas, cuestiones, reflexiones, estremecimientos.
Bien, pues, La Naranja Mecánica es una de las novelas reinas que me he leído de esa clase de libros, una lectura escalofriante que doblega tus pensamientos y te deja sumido en una lectura horripilantemente escabrosa.
“Oh it was gorgeousness and gorgeosity made flesh. The trombones crunched redgold under my bed, and behind my gulliver the trumpets three-wise silverflamed, and there by the door the timps rolling through my guts and out again crunched like candy thunder. Oh, it was wonder of wonders. And then, a bird of like rarest spun heavenmetal, or like silvery wine flowing in a spaceship, gravity all nonsense now, came the violin solo above all the other strings, and those strings were like a cage of silk round my bed. Then flute and oboe bored, like worms of like platinum, into the thick thick toffee gold and silver. I was in such bliss, my brothers.”
Para hacer la reseña breve, tendré que saltarme algunas partes de la historia (que por supuesto pienso hablar con alguna persona, en alguna situación, diablos, en cualquier situación en la que me encuentre: en cada conversación que tenga, de ahora en adelante, me será imposible no recomendar esta imprescindible novela)...
“If he can only perform good or only perform evil, then he is a clockwork orange—meaning that he has the appearance of an organism lovely with colour and juice but is in fact only a clockwork toy to be wound up by God or the Devil.”
Yo, que tiendo a doblar las páginas de los libros (delito que a mi parecer está excusado con que, al fin de al cabo, estás dando identidad, historia y personalidad a tu libro), me encuentro con que en éste el número de páginas dobladas es casi el mismo que el número de páginas en total... Cada parte de la historia era crucial, y cada parte de la historia despertaba en mí tantos razonamientos que me veía colmada de pensamientos lectores.
“Then, brothers, it came. Oh, bliss, bliss and heaven. I lay all nagoy to the ceiling, my gulliver on my rookers on the pillow, glazzies closed, rot open in bliss, slooshying the sluice of lovely sounds. Oh, it was gorgeousness and gorgeosity made flesh.”
Después de esta algo extensa introducción... ¿de qué trata el libro, pues?
La Naranja Mecánica narra la historia del joven inglés Alex Delarge, envuelto en una atmósfera social horriblemente violenta y agresiva, donde un peligroso gobierno controla, somete y fuerza a la población a actuar de cierta manera. La violencia está en las calles, en diferentes grupos de jóvenes feroces que no vacilan a la hora de golpear y fardar de su liderazgo.
“The next morning I woke up at oh eight oh oh hours, my brothers, and as I still felt shagged and fagged and fashed and bashed and my glazzies were stuck together real horrorshow with sleepglue, I thought I would not go to school.”
Pese a este aire distópico, debo recalcar que la novela, para mi gran satisfacción, no entraba tanto en el trapo de lo social y lo político sino que se centraba, siendo éste su propio narrador, en el protagonista de la historia, lo que le sucede que tiene relación con el ambiente en el que vive y sus pensamientos tan cambiantes, tan retorcidos y tan depravados.
“Where do I come into all of this? Am I just some animal or dog?' And that started them off govoreeting real loud and throwing slovos at me. So I creeched louder still, creeching: 'Am I just to be like a clockwork orange?”
Alex Delarge vive en esta explosiva y dura Inglaterra de la década de 1970 (libro escrito unos años antes de ella, así pues situándose en una distopía cercana) con sus tres amigos, o drugos, que se reúnen todos los días a realizar actos de ultra violencia, vandalismo y transgresión.
Venden sustancias adictivas mezcladas con la leche, asaltan a personas, entran en las casas ajenas, roban en ellas y si hay personas en sus hogares en esos momentos no dudan en emplear la violencia, a conciencia y con placer, hasta dejarlos tan desfigurados que necesitan de inmediato ser ingresados en los hospitales de la zona (los cuales muestran las diferencias sociales y las oportunidades que tiene cada nivel de la sociedad), pelean contra otras bandas y cometen fechorías a niveles de poderosos criminales cundiendo así el pánico en la ciudad entera.
“That's what it's going to be then, brothers, as I come to the like end of this tale. You have been everywhere with your little droog Alex, suffering with him, and you have viddied some of the most grahzny bratchnies old Bog ever made, all on to your old droog Alex. And all it was was that I was young. But now as I end this story, brothers, I am not young, not no longer, oh no. Alex like groweth up, oh yes.
But where I itty now, O my brothers, is all on my oddy knocky, where you cannot go. Tomorrow is all like sweet flowers and the turning young earth and the stars and the old Luna up there and your old droog Alex all on his oddy knocky seeking like a mate. And all that cal. A terrible grahzny vonny world, really, O my brothers. And so farewell from your little droog. And to all others in this story profound shooms of lipmusic brrrrrr. And they can kiss my sharries. But you, O my brothers, remember sometimes thy little Alex that was. Amen. And all that call.”
Líder de su propia banda, el joven Alex, de apenas 15 años, frecuenta en este mundo hostil y hórrido, mas un día, tras haber atracado a una mujer golpeándola sin descanso, sus compañeros de la banda le tienden una trampa, dejándolo, tras una buena paliza, tendido en el suelo, y Alex es detenido por la policía, acusado de homicidio debido a haber quitado, por accidente, la vida a esta señora de la casa en la que fue él mismo agredido por sus drugos.
“Suddenly, I viddied what I had to do, and what I had wanted to do, and that was to do myself in; to snuff it, to blast off for ever out of this wicked, cruel world. One moment of pain perhaps and, then, sleep forever, and ever and ever.”
Una vez queda encarcelado (no por primera vez), se le propone una idea capaz de cambiar por completo su forma de interaccionar con la vida... Un "remedio" nuevo que lo alejará de la maldad y de la violencia y lo hará sentirse enfermo con el mero pensamiento de ella.
Sin otra salida, Alex acepta esta propuesta, decidido a cambiar para escapar de las rejas que lo apresan, y tras una serie de horribles tormentos, así con la consumición de "medicinas" ideadas para hacerlo cambiar, todo esto siendo la "técnica Ludovico", Alex va dando paso a ser una mejor persona... con terribles consecuencias.
“Is it better for a man to have chosen evil than to have good imposed upon him?”
Cada uno de los personajes estén tremendamente bien perfilados, pero debo resaltar, por supuesto, a la estrella de la novela, la cual se centra exclusivamente en este personaje: el joven Alex Delarge, libertino y malvado, suspicaz e impetuoso, impulsivo y despiadado, que apenas piensa antes de cometer crímenes y vive disfrutando del poder y el caso que desata a su alrededor.
No obstante, y como bien deja claro en numerosas ocasiones, a esto se le añade un exquisito gusto por la música clásica, que lo consigue amansar un tanto, tal como la música de Van Beethoven.
Alex es, así, uno de los personajes más evolutivos, más atroces y más definidos de toda la literatura, con una voz única y singular, un lenguaje propio inventado por el escritor y una capacidad impresionante para narrar las escenas más horribles por medio de una reflexión juvenil, intensa y desenfadada.
“There was me, that is Alex, and my three droogs, that is Pete, Georgie, and Dim, Dim being really dim, and we sat in the Korova Milkbar making up rassoodocks what to do with the evening, a flip dark chill winter bastard though dry. The Korova Milkbar was a milk-plus mesto, and you may, O my brothers, have forgotten what these mestos were like, things changing so skorry these days, and everybody very quick to forget, newspapers not being read much neither.”
Puedo hilar lo que comento de este personaje con la prosa y la propia narrativa, pues ambas cosas están fusionadas: queda completamente claro que Burgess no es el que cuenta la historia, sino que es Alex Delarge el que tiene el control de todo lo que es narrado.
La forma de escribir, a mi parecer, es profundamente estremecedora, y muy profesional. Abundan las onomatopeyas, que dan cierta diversión al escrito, así como una gran antítesis entre momentos de destrucción y de caos a otros donde el daño es infligido al propio destructor.
La violencia, que está disponible en la lectura desde la primera página, al inicio es inesperada, como su lenguaje, y cuesta entrar en escena, entender que todo lleva a un camino y que de un golpe a otro hay muchas cosas removiéndose en nuestro protagonista.
¿Qué lleva a tal personaje joven a obrar de esta terrible manera?
La edición del libro que ha caído en mis manos explica, al inicio, muy bien todo esto, con las notas del autor que nos ponen en situación, pero a mi parecer la magia del libro está en hacernos pensar a nosotros, en guiarnos por medio de la confusión al terreno tan escarpado de los pensamientos, y prosiguiendo a estos las acciones, de Alex.
“Youth is only being in a way like it might be an animal. No, it is not just like being an animal so much as being like one of these malenky toys you viddy being sold in the streets, like little chellovecks made out of tin and with a spring inside and then a winding handle on the outside and you wind it up grrr grrr grrr and off it itties, like walking, O my brothers. But it itties in a straight line and bangs straight into things bang bang and it cannot help what it is doing. Being young is like being like one of these malenky machines.”
El lenguaje es sórdido, cruel y repugnante, normalmente hablando de saliva, escupitajos, vómito, sangre y canciones de cuando en cuando, como si la necesidad del personaje principal de soltar toda la rabia y la confusión que lleva dentro lo obligase a hacer regurgitar a sus víctimas todo lo que guardan en sus bocas y en sus estómagos:
"De modo que lo cracamos bien, sonriendo entretanto, pero siguió cantando. Le hicimos una zancadilla y cayó pesadamente, y como un surtidor brotó un chorro grande de vómito de cerveza. Era repuygnante, así que comenzamos el tratamiento de la bota, una patada cada uno; y entonces de la roñosa y vieja rota le brotó sangre, no música ni vómito. Al fin seguimos nuestro camino."
Tras acostumbrarse a la jerga coloquial, y ficticia, del lenguaje nadsat, el libro fluye con facilidad, destrozando mi corazón sensible y embriagándome de impotencia, de miedo y de descontrol, algo así como lo que en el fondo siente Alex dentro.
El giro que toma la historia, en su final, me dejó más que satisfecha: cómo al final la cura no es tanto medicar y someter a tratamientos, sino el propio crecimiento personal...
“They don't go into what is the cause of goodness, so why of the other shop? If lewdies are good that's because they like it, and I wouldn't ever interfere with their pleasures, and so of the other shop. And I was patronizing the other shop. More, badness is of the self, the one, the you or me on our oddy knockies, and that self is made by old Bog or God and is his great pride and radosty. But the not-self cannot have the bad, meaning they of the government and the judges and the schools cannot allow the bad because they cannot allow the self. And is not our modern history, my brothers, the story of the brave malenky selves fighting these big machines?”
Sin decir mucho más, salvo saltar de nuevo como un resorte repitiendo "ha de ser leído, ha de ser leído de inmediato", dejo el libro en vuestras manos... para aprender, reflexionar, estremecerte y comerte el tarro, como bien un gran libro nos ha de hacer sufrir.
Ha sido una de las mejores lecturas que he tenido el placer de leerme.
Qué grandiosa obra.
“Senseless violence is a prerogative of youth, which has much energy but little talent for the constructive.”
La Naranja Mecánica, libro explícito, cruel, violento y en especial generador de grandes reflexiones en el lector, es una lectura fundamental, estremecedora y certera, afilada y desconcertante (de la manera más fascinante), con un lenguaje único y singular, una prosa desenfadada y brillante, y un personaje esencial, muy evolutivo, e inolvidable.
Una lectura fuera de lo normal, inspiradora y por supuesto monstruosamente destructora, llena de giros, de golpes, de pensamientos y de emociones, concisa y muy detallada, indispensable para todo lector.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 6/5
♫ Acción: 4.5/5
♫ Trama: 4.5/5
♫ Originalidad: 4.5/5
♫ Desenlace: 5/5
♫ Pluma: 6/5
VALORACIÓN PERSONAL: 10.75/10!
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos :3
VALORACIÓN PERSONAL: 10.75/10!
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