Título: Room
Autor: Emma Donoghue
Editorial: Picador
Canción Identificada: The Backround World (Nine Inch Nails)
Sinopsis:
To five-year-old-Jack, Room is the world....
Told in the inventive, funny, and poignant voice of Jack, Room is a celebration of resilience—and a powerful story of a mother and son whose love lets them survive the impossible.
To five-year-old Jack, Room is the entire world. It is where he was born and grew up; it's where he lives with his Ma as they learn and read and eat and sleep and play. At night, his Ma shuts him safely in the wardrobe, where he is meant to be asleep when Old Nick visits.
Room is home to Jack, but to Ma, it is the prison where Old Nick has held her captive for seven years. Through determination, ingenuity, and fierce motherly love, Ma has created a life for Jack. But she knows it's not enough ... not for her or for him. She devises a bold escape plan, one that relies on her young son's bravery and a lot of luck. What she does not realize is just how unprepared she is for the plan to actually work.
Told entirely in the language of the energetic, pragmatic five-year-old Jack, Room is a celebration of resilience and the limitless bond between parent and child, a brilliantly executed novel about what it means to journey from one world to another.
Opinión:
Autor: Emma Donoghue
Editorial: Picador
Canción Identificada: The Backround World (Nine Inch Nails)
Sinopsis:
To five-year-old-Jack, Room is the world....
Told in the inventive, funny, and poignant voice of Jack, Room is a celebration of resilience—and a powerful story of a mother and son whose love lets them survive the impossible.
To five-year-old Jack, Room is the entire world. It is where he was born and grew up; it's where he lives with his Ma as they learn and read and eat and sleep and play. At night, his Ma shuts him safely in the wardrobe, where he is meant to be asleep when Old Nick visits.
Room is home to Jack, but to Ma, it is the prison where Old Nick has held her captive for seven years. Through determination, ingenuity, and fierce motherly love, Ma has created a life for Jack. But she knows it's not enough ... not for her or for him. She devises a bold escape plan, one that relies on her young son's bravery and a lot of luck. What she does not realize is just how unprepared she is for the plan to actually work.
Told entirely in the language of the energetic, pragmatic five-year-old Jack, Room is a celebration of resilience and the limitless bond between parent and child, a brilliantly executed novel about what it means to journey from one world to another.
Opinión:
De todos los libros leídos este año, no dudo en posicionar a este como uno de los mejores.
Los motivos son abundantes, aplastantes, y, aunque sin falta precisaré hacer mención a algunos, estoy segura de que muchos otros se me escaparán en esta reseña... Muchos otros que hacen necesario que diga revelaciones del libro, giros en la trama o desarrollos de personajes que mejor deben quedar innombrables para que los siguientes lectores los descubran.
Con todo, puedo dejar pestañeos de todo, todo lo que este libro trae consigo... todo, todo lo que este libro logra dejar atrás.
“Scared is what you're feeling. Brave is what you're doing.”
Hay una sección peligrosa de las etiquetas que pongo a los libros: es una sección que avisa de que saldrás cambiado del libro, DAÑADO muy probablemente, irremediablemente cicatrizado.
Este libro es uno de esos libros estrellas que llevan esas pegatinas con un honor amenazante, descorazonador, intimidante.
Sin darme cuenta, estaba embarcándome, una vez más, en una lectura que acabaría conmigo, un poquito más: la mente de un lector, bajo mi visión, no es nada más que fragmentos que han sido rajados con cristal por buenos libros, páginas dobladas, abiertas, cortantes, pesadas.
Por otro lado, establecer más semejanzas de este libro con cualquier otro es ciertamente difícil... en estructura, en personajes, en propio punto de vista, este libro destaca, sobresale, singulariza, sobre los demás.
“Stories are a different kind of true.”
Su temática es descaradamente desgarradora: realísticamente detallada.
Trata sobre nuestra concepción de mundo, de unidad, y de realidad. El desarrollo de nuestra visión de los mismos puntos, sus bases y, sobre todo, nuestra deformación de lo existente.
En palabras directas, afiladas y aniñadas, la escritora nos hace tragar una lluvia de miedos y de incertidumbres sobre lo que es pertenecer, conocer y ver como real.
Criado desde nacimiento rodeado de paredes intraspasables, Jack, recién y orgullosamente cumplidos los cinco años de edad, nos sitúa en una escena terrorífica: un encarcelamiento longevo, donde su madre, desde sus finales de adolescencia, ha estado presa y secuestrada por un hombre conocido por ellos como Old Nick... Y ha tenido un hijo: Jack.
Una de las cosas más... difíciles... espléndidas... impenetrables del libro es la mente de Jack.
Jack, pequeño, aventurero, descabellado e ignorante de lo que le hace vivir su vida en una única habitación, es quien nos narra la historia. Y este punto de vista, esta voz narrativa, es, sin duda, EL MAYOR ACIERTO QUE PUDO HACER DONOGHUE CON EL LIBRO.
“When I was a little kid I thought like a little kid, but now I'm five I know everything”
Se puede justificar la mente de un niño como de expresión simple, rápida, eficaz, pragmática y directa, pero lo cierto es que no cabe duda de que sus pensamientos esconden minas de pedruscos extraterrenales.
Se hace costoso seguir el hilo de pensamiento de un niño de cinco años, cuesta horrores tratar de poner voz a un pensamiento que no conocemos, que no recordamos, por nuestra propia mano, y que solo exploramos desde fuera.
“I've seen the world and I'm tired now.”
Es un logro, es un atrevimiento, hacer que todo un libro, que toda una novela de desvelaciones, desengaños y sobre todo de desgarro sentimental esté contado bajo la perspectiva de alguien aún incapaz de seguir la clasificación de un mundo del resto de la sociedad.
El pensamiento de Jack se presenta con una dulzura que no hace nada más que extenderse por nosotros a lo largo de todo el libro: un irrefutable y fuerte amor hacia su madre, una forma patosa e inexperta de ver la realidad, y una personificación de toda materia, de todo existente, que lo rodea: "silla" es un alguien, igual que lo es "armario", igual que lo es "lámpara", igual que lo es "alfombra". Tajante, su mente trata de moverse por un mundo de blanco y negro, donde lo "real" es lo que se puede ver y tocar desde la habitación en la que está encerrado, y donde lo "irreal" es todo lo que sale por la televisión que tienen en ella.
Todos sabemos de la controversia de la televisión...
Se nos ha enseñado que lo que hay en ella no es ni blanco ni negro, algo difícil de ver cuando eres un niño: lo que se muestra puede ser real, y también puede tener partes mañadas, de ficción.
La televisión nos da visión de las cosas del mundo, pero lo hace con ciertas mentiras, con numerables engaños.
Ahora pensemos en lo que supone creer que todo lo de la televisión es falso: las personas en ella, las voces, los animales, las casas, los juguetes, la comida, la ropa, las montañas, las ciudades, las familias, los padres, los abuelos, los hermanos, los regalos, las escuelas, los niños.
Y lo que supone darte cuenta, de manera demasiado inminente, de que todo lo que hay en ella en el fondo es verdad...
Puede que sea esta precisión directa, infantil e inocente lo que hace que cada palabra del libro parezca rasgada, mostrada de manera puntiaguda, dolorosa.
Es un libro que ha acabado conmigo en muchos sentidos. Y que me ha construido de nuevo en muchos otros.
La narrativa consiste en alguien que ha vivido encerrado y fuera del mundo toda su vida. La narrativa de alguien de cinco años. EN PRIMERA PERSONA, EN EL PRESENTE.
No encuentro forma de escribir más compleja, más difícil, más atrevida que esta.
Y Donoghue domina esto como si fuera una experta en este terreno.
No se deja palmo sin recorrer, y hace una indagación de la mente de los niños, y de la propia realidad en ella, de una manera extraordinaria.
Bajo mi concepción de escritores, Emma Donoghue se ha situado en una de las mejores.
Jack lleva al libro, POR COMPLETO. Esta novela no habría sido nada sin este personaje.
Su forma de ver el mundo es tierna, divertida, descabellada, única:
Para él, las cosas, todas las cosas, tienen poseedores. Para él, lo inanimado tiene vida y sentimientos, una persona no puede estar despierta si él está dormido, las personas malas tienen cráteres donde deberían estar sus corazones, las risas solo deben aparecer cuando hay chistes, las palabras se pueden unir entre ellas y formar otras nuevas, y en la televisión los dibujos son tan poco reales como las personas.
“I think buddy is man talk for sweetie.”
Y luego, su nueva idea del mundo: los roles de género, la historia conviviendo en el presente, los avances, las piruletas de muchos colores, el sistema capitalista de adquisición de bienes, la propiedad, los helicópteros, las hormigas, los dentistas, ciertas absurdeces en la forma en la que se enredan las cosas y se hace un mundo de un significado menor, las concepciones ajenas, distintas, que tienen los demás sobre el mundo...
“In the world I notice persons are nearly always stressed and have no time...I don't know how persons with jobs do the jobs and all the living as well...I guess the time gets spread very thin like butter all over the world, the roads and houses and playgrounds and stores, so there's only a little smear of time on each place, then everyone has to hurry on to the next bit.”
La estructura del libro no está del todo identificada.
De hecho, una de las cosas que me hacen ver a este libro como uno de los más realistas que yo tengo conocidos es precisamente porque no tiene una estructura poéticamente evolutiva: el cambio no es del todo gradual, las cosas aparecen a cuestas, con machaques.
Lo que en una novela normal resulta en tener un avance lento y tranquilo y concluir en un torbellino de eventos conocidos como el "culmen" del libro, en esta novela ese ruido de escenas IMPORTANTES y DESGARRADORAS está en segundo plano, en un sentido... Digamos... Parece que bajo toda esa tormenta de cosas, todas ellas iniciándose en brusquedad desde la primera parte, está un niño gritando, chillando, tapándose los oídos con las manos para no oír, cerrando los ojos para no ver.
“When I tell her what I’m thinking and she tells me what she’s thinking, our each ideas jumping into the other’s head, like coulouring blue crayon on top of yellow that makes green.”
Es decir, que hay momentos horribles ya desde las primeras páginas, esenciales para comprender la lectura, cruciales para saber su ritmo... Pero el protagonista, de voz demasiado joven como para entender a ciencia exacta estas cosas, trata de excusarlas, de ver vías para ignorar lo que de verdad significan.
Es como si viésemos la realidad con un ojo de pez, ignorando lo afilado y volviendo todo curvo, accesible y simétrico.
Uniendo nuestra naturaleza ordenadora con lo que Jack ha vivido, su mente se ha convertido en una defensa ante el mundo, donde cada evento es un campo de minas que tratar de evitar, donde lo real, por experiencia, es dañino: todo sigue jerarquías, órdenes, etiquetas, roles.
Nada se escapa de esta percepción.
...Hasta que, un día, la madre de Jack le revela que la realidad está en la televisión. Que la realidad está fuera.
...Hasta que, un día, la madre de Jack decide intentar escapar.
“This is a bad story.”
“Sorry. I’m really sorry. I shouldn’t have told you.”
“No, you should,” I say.
“But—”
“I don’t want there to be bad stories and me not know them.”
La estructura aquí se dobla, se rompe un poco, pierde la coherencia y se vuelve aún más real, aún más atronadora: son golpes fuertes, decididos, que nos devuelven a la realidad, que nos destrozan, que nos hacen imposible volver a reconocer el mundo con el ojo de pez.
La estructura del libro no está definida, tiene espasmos de aspereza y momentos mucho más pausados. Te sorprende, no ves llegar nada de lo que ocurre hasta que ya está de nuevo pisoteándote.
Es una lectura imprevisible, enganchante, adictiva.
Realmente.
Apenas pude dormir una noche, debido a todo lo que se desencadenaba. No encontraba punto en el que poder detener la lectura.
Tras esa noche, tras esa explosión de sucesos, todo se volvió menos frenético, más relajado, y admito que algunas partes, al no saber hacia dónde se dirigían, al no saber cuál sería esta vez el nudo de la historia, podían llegar a hacerse tediosas. No tenía ni idea de hacia dónde estaba tirando de nosotros el libro.
Y luego, otro golpetazo.
El libro tenía esta dinámica.
“The world is always changing brightness and hotness and soundness, I never know how it's going to be the next minute.”
La dinámica no es muy popular, no creo que se haya hecho nunca antes, y es difícil seguirla, igual que es difícil enterarte de las cosas, sobre todo en cuanto a lo que sienten y piensan otras personas, bajo el punto de vista de Jack.
Pero Donoghue nos deja acceso a estas cosas, lo que ocurre es que es complicado verlo, y es aún más complicado decidirte a hacerlo.
Es un libro que, al acabarlo, necesitas dejar pasar muchos días hasta asimilar todo por lo que has pasado con él.
Room ha sido una experiencia única, inspiradora, difícil y dura, donde la profesionalidad más detallada del lenguaje está en la simpleza más concreta y en la realidad más allanada, donde el mundo se construye por primera vez tras creerlo mentira, donde todas las cosas son nuevas, donde la narrativa es seca y desgarradora y dulce y tierna, donde los límites de la realidad están borrados y donde el amor de una madre hacia su hijo mueve montañas.
Es una lectura de adecuado formato conciso, preciso, sobrio pero con abundante imaginación que se cree igual de real que lo externo a ella. Se ajusta mucho a las cosas, no se alarga innecesariamente en nada, abrevia y da así un valor aún más compacto, angustioso, asfixiante y lleno de adrenalina. Puede que no fácil de leer, porque hay temas delicados, duros, fuertes, pero la verdad es que se hace una lectura ágil, que te traga por completo, que te deja desesperado por conocer más de él, y que te escupe al mundo en forma de una idea clara, nueva, diferente, con respecto a él. Merece la pena. Es necesario. Es destructor, también es creador. Es duro, también es agradable.
Es un libro que hace maravillas, que se te mete en la piel, que te hace llorar, aseguro que también reír, que te enternece y te destroza, que te hace contemplar muchas cosas, darte cuenta de muchas cosas, aprender, vivir, descubrir muchas cosas, valorar cada elemento como si fuera visto por primera vez.
Es delicado, precioso, acogedor, tierno, adorable... Estremecedor, brusco, duro, complicado, demoledor.
Si debo etiquetar de una única manera a este libro, con todo lo que él hace del mundo, lo llevaría directo a la identificación del núcleo de nuestra realidad común, social, humana, y conocida.
Los motivos son abundantes, aplastantes, y, aunque sin falta precisaré hacer mención a algunos, estoy segura de que muchos otros se me escaparán en esta reseña... Muchos otros que hacen necesario que diga revelaciones del libro, giros en la trama o desarrollos de personajes que mejor deben quedar innombrables para que los siguientes lectores los descubran.
Con todo, puedo dejar pestañeos de todo, todo lo que este libro trae consigo... todo, todo lo que este libro logra dejar atrás.
“Scared is what you're feeling. Brave is what you're doing.”
Hay una sección peligrosa de las etiquetas que pongo a los libros: es una sección que avisa de que saldrás cambiado del libro, DAÑADO muy probablemente, irremediablemente cicatrizado.
Este libro es uno de esos libros estrellas que llevan esas pegatinas con un honor amenazante, descorazonador, intimidante.
Sin darme cuenta, estaba embarcándome, una vez más, en una lectura que acabaría conmigo, un poquito más: la mente de un lector, bajo mi visión, no es nada más que fragmentos que han sido rajados con cristal por buenos libros, páginas dobladas, abiertas, cortantes, pesadas.
Por otro lado, establecer más semejanzas de este libro con cualquier otro es ciertamente difícil... en estructura, en personajes, en propio punto de vista, este libro destaca, sobresale, singulariza, sobre los demás.
“Stories are a different kind of true.”
Su temática es descaradamente desgarradora: realísticamente detallada.
Trata sobre nuestra concepción de mundo, de unidad, y de realidad. El desarrollo de nuestra visión de los mismos puntos, sus bases y, sobre todo, nuestra deformación de lo existente.
En palabras directas, afiladas y aniñadas, la escritora nos hace tragar una lluvia de miedos y de incertidumbres sobre lo que es pertenecer, conocer y ver como real.
Criado desde nacimiento rodeado de paredes intraspasables, Jack, recién y orgullosamente cumplidos los cinco años de edad, nos sitúa en una escena terrorífica: un encarcelamiento longevo, donde su madre, desde sus finales de adolescencia, ha estado presa y secuestrada por un hombre conocido por ellos como Old Nick... Y ha tenido un hijo: Jack.
Una de las cosas más... difíciles... espléndidas... impenetrables del libro es la mente de Jack.
Jack, pequeño, aventurero, descabellado e ignorante de lo que le hace vivir su vida en una única habitación, es quien nos narra la historia. Y este punto de vista, esta voz narrativa, es, sin duda, EL MAYOR ACIERTO QUE PUDO HACER DONOGHUE CON EL LIBRO.
“When I was a little kid I thought like a little kid, but now I'm five I know everything”
Se puede justificar la mente de un niño como de expresión simple, rápida, eficaz, pragmática y directa, pero lo cierto es que no cabe duda de que sus pensamientos esconden minas de pedruscos extraterrenales.
Se hace costoso seguir el hilo de pensamiento de un niño de cinco años, cuesta horrores tratar de poner voz a un pensamiento que no conocemos, que no recordamos, por nuestra propia mano, y que solo exploramos desde fuera.
Es un logro, es un atrevimiento, hacer que todo un libro, que toda una novela de desvelaciones, desengaños y sobre todo de desgarro sentimental esté contado bajo la perspectiva de alguien aún incapaz de seguir la clasificación de un mundo del resto de la sociedad.
El pensamiento de Jack se presenta con una dulzura que no hace nada más que extenderse por nosotros a lo largo de todo el libro: un irrefutable y fuerte amor hacia su madre, una forma patosa e inexperta de ver la realidad, y una personificación de toda materia, de todo existente, que lo rodea: "silla" es un alguien, igual que lo es "armario", igual que lo es "lámpara", igual que lo es "alfombra". Tajante, su mente trata de moverse por un mundo de blanco y negro, donde lo "real" es lo que se puede ver y tocar desde la habitación en la que está encerrado, y donde lo "irreal" es todo lo que sale por la televisión que tienen en ella.
Todos sabemos de la controversia de la televisión...
Se nos ha enseñado que lo que hay en ella no es ni blanco ni negro, algo difícil de ver cuando eres un niño: lo que se muestra puede ser real, y también puede tener partes mañadas, de ficción.
La televisión nos da visión de las cosas del mundo, pero lo hace con ciertas mentiras, con numerables engaños.
Ahora pensemos en lo que supone creer que todo lo de la televisión es falso: las personas en ella, las voces, los animales, las casas, los juguetes, la comida, la ropa, las montañas, las ciudades, las familias, los padres, los abuelos, los hermanos, los regalos, las escuelas, los niños.
Y lo que supone darte cuenta, de manera demasiado inminente, de que todo lo que hay en ella en el fondo es verdad...
Puede que sea esta precisión directa, infantil e inocente lo que hace que cada palabra del libro parezca rasgada, mostrada de manera puntiaguda, dolorosa.
Es un libro que ha acabado conmigo en muchos sentidos. Y que me ha construido de nuevo en muchos otros.
La narrativa consiste en alguien que ha vivido encerrado y fuera del mundo toda su vida. La narrativa de alguien de cinco años. EN PRIMERA PERSONA, EN EL PRESENTE.
No encuentro forma de escribir más compleja, más difícil, más atrevida que esta.
Y Donoghue domina esto como si fuera una experta en este terreno.
No se deja palmo sin recorrer, y hace una indagación de la mente de los niños, y de la propia realidad en ella, de una manera extraordinaria.
Bajo mi concepción de escritores, Emma Donoghue se ha situado en una de las mejores.
Jack lleva al libro, POR COMPLETO. Esta novela no habría sido nada sin este personaje.
Su forma de ver el mundo es tierna, divertida, descabellada, única:
Para él, las cosas, todas las cosas, tienen poseedores. Para él, lo inanimado tiene vida y sentimientos, una persona no puede estar despierta si él está dormido, las personas malas tienen cráteres donde deberían estar sus corazones, las risas solo deben aparecer cuando hay chistes, las palabras se pueden unir entre ellas y formar otras nuevas, y en la televisión los dibujos son tan poco reales como las personas.
“I think buddy is man talk for sweetie.”
Y luego, su nueva idea del mundo: los roles de género, la historia conviviendo en el presente, los avances, las piruletas de muchos colores, el sistema capitalista de adquisición de bienes, la propiedad, los helicópteros, las hormigas, los dentistas, ciertas absurdeces en la forma en la que se enredan las cosas y se hace un mundo de un significado menor, las concepciones ajenas, distintas, que tienen los demás sobre el mundo...
“In the world I notice persons are nearly always stressed and have no time...I don't know how persons with jobs do the jobs and all the living as well...I guess the time gets spread very thin like butter all over the world, the roads and houses and playgrounds and stores, so there's only a little smear of time on each place, then everyone has to hurry on to the next bit.”
La estructura del libro no está del todo identificada.
De hecho, una de las cosas que me hacen ver a este libro como uno de los más realistas que yo tengo conocidos es precisamente porque no tiene una estructura poéticamente evolutiva: el cambio no es del todo gradual, las cosas aparecen a cuestas, con machaques.
Lo que en una novela normal resulta en tener un avance lento y tranquilo y concluir en un torbellino de eventos conocidos como el "culmen" del libro, en esta novela ese ruido de escenas IMPORTANTES y DESGARRADORAS está en segundo plano, en un sentido... Digamos... Parece que bajo toda esa tormenta de cosas, todas ellas iniciándose en brusquedad desde la primera parte, está un niño gritando, chillando, tapándose los oídos con las manos para no oír, cerrando los ojos para no ver.
“When I tell her what I’m thinking and she tells me what she’s thinking, our each ideas jumping into the other’s head, like coulouring blue crayon on top of yellow that makes green.”
Es decir, que hay momentos horribles ya desde las primeras páginas, esenciales para comprender la lectura, cruciales para saber su ritmo... Pero el protagonista, de voz demasiado joven como para entender a ciencia exacta estas cosas, trata de excusarlas, de ver vías para ignorar lo que de verdad significan.
Es como si viésemos la realidad con un ojo de pez, ignorando lo afilado y volviendo todo curvo, accesible y simétrico.
Uniendo nuestra naturaleza ordenadora con lo que Jack ha vivido, su mente se ha convertido en una defensa ante el mundo, donde cada evento es un campo de minas que tratar de evitar, donde lo real, por experiencia, es dañino: todo sigue jerarquías, órdenes, etiquetas, roles.
Nada se escapa de esta percepción.
...Hasta que, un día, la madre de Jack le revela que la realidad está en la televisión. Que la realidad está fuera.
...Hasta que, un día, la madre de Jack decide intentar escapar.
“This is a bad story.”
“Sorry. I’m really sorry. I shouldn’t have told you.”
“No, you should,” I say.
“But—”
“I don’t want there to be bad stories and me not know them.”
La estructura aquí se dobla, se rompe un poco, pierde la coherencia y se vuelve aún más real, aún más atronadora: son golpes fuertes, decididos, que nos devuelven a la realidad, que nos destrozan, que nos hacen imposible volver a reconocer el mundo con el ojo de pez.
La estructura del libro no está definida, tiene espasmos de aspereza y momentos mucho más pausados. Te sorprende, no ves llegar nada de lo que ocurre hasta que ya está de nuevo pisoteándote.
Es una lectura imprevisible, enganchante, adictiva.
Realmente.
Apenas pude dormir una noche, debido a todo lo que se desencadenaba. No encontraba punto en el que poder detener la lectura.
Tras esa noche, tras esa explosión de sucesos, todo se volvió menos frenético, más relajado, y admito que algunas partes, al no saber hacia dónde se dirigían, al no saber cuál sería esta vez el nudo de la historia, podían llegar a hacerse tediosas. No tenía ni idea de hacia dónde estaba tirando de nosotros el libro.
Y luego, otro golpetazo.
El libro tenía esta dinámica.
“The world is always changing brightness and hotness and soundness, I never know how it's going to be the next minute.”
La dinámica no es muy popular, no creo que se haya hecho nunca antes, y es difícil seguirla, igual que es difícil enterarte de las cosas, sobre todo en cuanto a lo que sienten y piensan otras personas, bajo el punto de vista de Jack.
Pero Donoghue nos deja acceso a estas cosas, lo que ocurre es que es complicado verlo, y es aún más complicado decidirte a hacerlo.
Es un libro que, al acabarlo, necesitas dejar pasar muchos días hasta asimilar todo por lo que has pasado con él.
Room ha sido una experiencia única, inspiradora, difícil y dura, donde la profesionalidad más detallada del lenguaje está en la simpleza más concreta y en la realidad más allanada, donde el mundo se construye por primera vez tras creerlo mentira, donde todas las cosas son nuevas, donde la narrativa es seca y desgarradora y dulce y tierna, donde los límites de la realidad están borrados y donde el amor de una madre hacia su hijo mueve montañas.
Es una lectura de adecuado formato conciso, preciso, sobrio pero con abundante imaginación que se cree igual de real que lo externo a ella. Se ajusta mucho a las cosas, no se alarga innecesariamente en nada, abrevia y da así un valor aún más compacto, angustioso, asfixiante y lleno de adrenalina. Puede que no fácil de leer, porque hay temas delicados, duros, fuertes, pero la verdad es que se hace una lectura ágil, que te traga por completo, que te deja desesperado por conocer más de él, y que te escupe al mundo en forma de una idea clara, nueva, diferente, con respecto a él. Merece la pena. Es necesario. Es destructor, también es creador. Es duro, también es agradable.
Es un libro que hace maravillas, que se te mete en la piel, que te hace llorar, aseguro que también reír, que te enternece y te destroza, que te hace contemplar muchas cosas, darte cuenta de muchas cosas, aprender, vivir, descubrir muchas cosas, valorar cada elemento como si fuera visto por primera vez.
Es delicado, precioso, acogedor, tierno, adorable... Estremecedor, brusco, duro, complicado, demoledor.
Si debo etiquetar de una única manera a este libro, con todo lo que él hace del mundo, lo llevaría directo a la identificación del núcleo de nuestra realidad común, social, humana, y conocida.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 5/5
♫ Acción: 3.75/5
♫ Trama: 4.25/5
♫ Originalidad: 4.5/5
♫ Desenlace: 4/5
♫ Pluma: 6/5
VALORACIÓN PERSONAL: 10.5/10!
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos :3
VALORACIÓN PERSONAL: 10.5/10!
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