Reseña: If We Were Villains

Título: If We Were Villains

Autor: M. L. Rio

Editorial: Titan Books

Canción Identificada: Born Villain (Marilyn Manson)

Sinopsis:

Enter the players. There were seven of us then, seven bright young things with wide precious futures ahead of us. Until that year, we saw no further than the books in front of our faces.

On the day Oliver Marks is released from jail, the man who put him there is waiting at the door. Detective Colborne wants to know the truth, and after ten years, Oliver is finally ready to tell it.

Ten years ago: Oliver is one of seven young Shakespearean actors at Dellecher Classical Conservatory, a place of keen ambition and fierce competition. In this secluded world of firelight and leather-bound books, Oliver and his friends play the same roles onstage and off: hero, villain, tyrant, temptress, ingénue, extra. But in their fourth and final year, the balance of power begins to shift, good-natured rivalries turn ugly, and on opening night real violence invades the students’ world of make believe. In the morning, the fourth-years find themselves facing their very own tragedy, and their greatest acting challenge yet: convincing the police, each other, and themselves that they are innocent.

Part coming-of-age story, part confession, If We Were Villains explores the magical and dangerous boundary between art and life. In this tale of loyalty and betrayal, madness and ecstasy, the players must choose what roles to play before the curtain falls. 

Opinión:

“What is more important, that Caesar is assassinated or that he is assassinated by his intimate friends? … That,’ Frederick said, 'is where the tragedy is.”

Mezcla de teatro, de thriller, de rivalidades y de amistades, If We Were Villains es una magnífica lectura con partes enternecedoras, otras estremecedoras y otras intensamente impactantes.

If We Were Villains es la clase de libro que te agarra las entrañas y lo mueve todo dentro de ti, haciendo que lo ames y que al mismo tiempo sientas y mareo y unas náuseas al no saber qué es lo que puede suceder al dar la vuelta a la página, porque en el teatro todos actúan, y nada es lo que parece.

M.L. Rio combina a la perfección (y vaya si lo hace) el misterio, el suspense y la muerte con un escenario teatral, donde todos esconden algo, y donde la pasión de cada individuo por la actuación acaba volviéndose en una peligrosa ambición y una turbia obsesión.

En If We Were Villains, nadie se salva, todos son culpables, todos son víctimas, todos son héroes, todos son villanos, y todos deberán intentar salir victoriosos de la prueba más importante a la que se han tenido que enfrentar en toda su vida: convencer a la policía, y a ellos mismos, de que son inocentes.

“There is no comfort like complicity.” 

Necesitaba leerme este libro de inmediato, así que me lo compré con muchas, muchas ganas.

M. L. Rio va enlazando y desbordando la historia con esta duda que tiene el lector desde que inicia el libro: ¿qué pasó, por qué pasó, quién lo hizo?, entre muchas otras preguntas que sacudirán el mundo del lector y hará que no esté sobre tierra segura, sino que se encuentre en todo momento tambaleante, perdido y reptando y dominándole los pensamientos la curiosidad más humana.

Con estas tres principales preguntas, M. L. Rio labra la historia, alternando las voces entre el presente y el qué pasó en el pasado.

Lo primero que hace, algo primordial que clava a la perfección, es presentar a todos y cada uno de los personajes (los cuales, como ya mencionaré posteriormente, son muy variopintos y tienen unas destacables y únicas personalidades), para luego el golpe final, brutal y arrollador.

¿Cómo empieza la historia? Con nuestro protagonista, saliendo de la cárcel tras años sentenciado por haber asesinado a alguien.

Pero si eso no fuera ya de por sí desconcertante, Oliver, nuestro protagonista, decide narrarle al inspector lo que sucedió realmente, ya que el hombre va a retirarse del trabajo y ya no podrá cambiar nada.

Personalmente, adoro los flashbacks en una historia, sobre todo en un thriller, pues la trama deja de ser lineal y va alternando entre el presente, en el que se cuenta una desgracia que ha tenido lugar, y el pasado, en el que se explica cómo se originó esta serie de acontecimientos que llegaron a ese trágico y fatídico final.

Y es que... Guau. Con este libro, M. L. Rio junta todos los grandes elementos que hacen que una novela sea una auténtica pasada y los une y los presenta de tal manera que en muchas ocasiones alzaba la vista del libro, clavada en mi sitio, petrificada y con la piel de gallina. 

Un problemilla que le veo al libro es que, aunque sentías una enorme e insaciable curiosidad por ver por qué sucedió esa tragedia, y qué secretos se esconden tras ella, al menos en mi caso yo veía venir los giros en la trama casi desde el principio, por lo que no he notado ningún elemento de sorpresa. 

Aun siendo algo predecible, la trama sí consiguió engancharme, y bastante, debo decir, pues lo mejor de la novela no son los giros argumentales, sino los personajes, en los cuales, para mi gratitud, la escritora hacía especial hincapié.

Todos y cada uno de los personajes brillaban gloriosamente por sus particularidades, y me he dado cuanta con este libro que no se trata de un personaje que me guste más o menos, sino que con este libro te das cuenta de que no hay blancos o negros, y que son personas, que ninguno ha salido indemne, y ninguno se exonera de la culpa.

“Which of us could say we were more sinned against than sinning? We were so easily manipulated - confusion made a masterpiece of us.” 

Ha sido increíblemente intenso y apasionante leer sobre estos personajes y, en especial, sobre las relaciones que tenían. No había un personaje que me gustase más o menos, pese a que eran muy, muy distintos entre ellos.

La historia consta de siete personajes principales. De hecho, apenas se hace mención a ningún otro, aunque me ha gustado que se conversase en dados momentos acerca de las familias de cada uno de ellos, para también saber el contexto en el que está cada uno.

“James laughed brokenly, and I felt something deep between my lungs crack clean in two.”

Ninguno de ellos es confiable, no se puede creer en su palabra, ni siquiera en los sentimientos que muestren, pues son unos expertos en el engaño, y uno de los mejores grupos de personajes literarios con los que te encontrarás jamás.

“When it was his turn to speak I watched him closely, uncertain whether he was acting only, or if he and I were both gnashing secrets between our teeth.”

Tras estas siete fachadas, tras estos siete grandes y apasionados actores, se encuentra una persona a quien poco a poco vamos conociendo (o queremos creer conocer): 

Richard, fiero y posesivo, la estrella masculina de la companía; Meredith, quien teme ser juzgada por sus apariencias, estereotipada al ser la más guapa, la estrella femenina del grupo, obstinada y escéptica, quien duda de sus habilidades y de sus dotes; Wren, la inocente e ingenua del grupo, pequeña y adorable, delicada y tímida; Alexander, quien no sabe qué hacer con su vida, quien ejerce de villano en las obras y quien se escuda de sus propios problemas bebiendo, fumando y drogándose; James, inteligente y sensato, con las ideas claras pero con temor a perder el control; Filipa, seguramente mi personaje favorito junto con Meredith y Oliver, leal, sensible y sensata, siempre cuidando de los demás y tratando recomponer los cristales rotos de su relación; y Oliver, el protagonista, inocente, transparente para el lector y con un corazón de oro, quien no conoce la maldad y en la historia no es corrompido.

“But I stayed where I was, afraid to move toward him, afraid I might lose my footing on solid ground, detach from what had anchored me before and drift out into the void of space - a vagabond, wandering moon.” 

Al principio, un defecto que vi a la novela era que perfilaba al máximo a los personajes... menos al protagonista.

Por un lado, comprendo que la escritora haya hecho esto para que el lector se sienta más cercano al protagonista. 

¿Cuál es la primera imagen y descripción de Oliver? Era descrito como alguien normal, y no sé, entiendo que esto sea para que el lector se pueda ver identificado, pues si sale un personaje muy peculiar y extravagante a lo mejor no consigues entrar en él de manera más inmediata, pero por otro lado tenía la sensación de que entre todas esas sensacionales y únicas personas a Oliver no se le daba mucha voz.

Al menos, al principio.

Por fortuna, esto no es así por mucho tiempo, pues enseguida se ve que Oliver también es complejo, aunque con total sinceridad yo creo que me ha gustado más en las partes narradas en el presente, pues me parecía que tenía más personalidad y era más carismático. 

También es alucinante ver al inicio de cada acto cómo es Oliver en el presente y luego ver lo distinto que es en el pasado, pues mediante avanza la novela vemos qué factores son los que han hecho cambiar y evolucionar al personaje hasta ser lo que en la actualidad es. 

La personalidad de Olviver me ha encanado y me ha llenado de ternura. Era muy fácil sentir apego por este personaje, pues era cálido y cercano, muy inocente y lleno de luz y de amor hacia lo que hace.

“For someone who loved words as much as I did, it was amazing how often they failed me.” 

Los personajes, en su totalidad, resplandecían de pasión por el teatro y las obras, y esta admiración hacia Shakespeare y hacia la actuación era contagiada, rompiendo prejuicios que la gente pueda tener sobre esta profesión y abriendo nuevas puertas a nuevas posibilidades.

Dotada de asombrosos dotes para el teatro, se nota con total claridad cómo la escritora en su día fue actriz, pues no únicamente crea una novela que gira en torno a las obras de Shakespeare, como una oda a uno de los poetas y dramaturgos más famosos de todos los tiempos, sino que la escritora sabe cómo meterse completamente en el papel de los personajes, sabe cómo han de actuar en cada momento, cómo deben interaccionar, de una forma u otra, dependiendo de la persona, y cómo esta gran amistad puede pasar a convertirse en un funesto odio.

La escritora comprende y expresa con total claridad el ambiente y el sistema que hay en el escenario, y las personas y las interacciones que hay tras éste, creando de esta manera un libro complejo, un libro realista, y al mismo tiempo un libro que te carcomerá por dentro.

La razón de esta sensación de estar cayendo a un vacío se debe a que la escritora crea tan impresionantemente a unos personajes que son extremadamente, pero una barbaridad de complejos, tanto que no sabes en verdad quiénes son, cuándo son ellos mismo y cuando están actuando. 

La imagen que se muestra es tan intencionadamente falsa que te mareará y aturdirá el intentar comprender qué personas hay tras esos rostros y tras esas acciones.

If We Were Villains es una lectura exquisita, que transita por los senderos de la confianza, de las promesas rotas y del papel del villano que se juega en las obras de teatro. 

Y hago especial énfasis en este papel de villano ya que es necesario mencionar que las obras de las cuales se basan los actos de los personajes son de Shakespeare, ni más ni menos, y los villanos de este genio de la literatura no se pueden considerar simplemente los malos, sino que son muy complejos y muy difíciles de catalogar.

Dicho esto, la estructura del libro también es una de las grandes cosas y de  las más originales con las que me he encontrado.

Con esta fina línea entre el bien y el mal, entre los inocentes y los culpables, pues ninguno de ellos es exento de culpa, M. L. Rio confecciona estos elementos de manera que se encuentren estrechamente unidos, y de que uno lleve al otro, y propone una intrigante trama con frases y citaciones de Shakespeare que están muy relacionadas con los que está ocurriendo en la historia. 

“The things about Shakespeare is, he's eloquent...he speaks the unspeakable. He turns grief and triumph and rapture and rage into words, into something we can understand. He renders the whole mystery of humanity comprehensible.” 

La novela está dividida en 5 partes, más específicamente, 5 actos, cada uno dividido por escenas. No obstante, yo diría que lo que de veras divide a la historia son las obras en las que gira en gran parte el argumento. 

Hay cuatro obras que dan forma a la narrativa: Macbeth, Julio César, El Rey Lear, y Romeo y Julieta.

La historia tiene lugar girando en torno a estas obras, mientras se ve cómo cada una de estas obras teatrales va cambiando a los personajes, y cómo, poco a poco, con ellas los villanos se convierten en víctimas, y las víctimas en villanos.

A medida que iba avanzando el libro, me vi fascinada por el mundo del teatro, pues se veía con pelos y señales cómo las obras de Shakespeare se volvían la realidad de los personajes, cómo no simplemente actuaban, sino que se volvían parte de la misma actuación, se absorbían en la historia y en el papel y por cada rol que tenían éste les iba cambiando. 

Los personajes eran parte de las obras, y se transmitía al lector toda esta pasión, todo este inmensurable amor por la literatura, el drama y el teatro.

“One thing I’m sure Colborne will never understand is that I need language to live, like food- lexemes and morphemes and morsels of meaning nourish me with the knowledge that, yes, there is a word for this. Someone else has felt it before.”

Para bien y para mal, pues su mundo únicamente giraba en torno a la actuación, hasta que prácticamente se hubieron perdido a ellos mismos. 

Incluso fuera del escenario, los personajes citaban a Shakespeare (detalle que me ha encantado, por cierto), sus respuestas, sus sentimientos y sus temores, todo ellos estaba enfocado al teatro, que se había convertido en su vida.

“For us, everything was a performance.” A small, private smile catches me off guard and I glance down, hoping he won’t see it. “Everything poetic.”

Esta obcecación hace que todos cuelguen de un fino hilo, como si, además, estuviesen agarrados con cuerdas, y si uno cae, todos caerán también...

“My martyrdom is not the selfless kind. I can't look at Filippa, shamed by all the injuries I've inflicted- like a man with a bomb strapped to his chest, ready to blow himself up without a thought for the collateral damage.”

La novela contiene una fuerte pasión transmitida por el arte, por el teatro, y también contiene una crítica a aquellas personas que menosprecian la carrera de actores. 

“Actors are by nature volatile—alchemic creatures composed of incendiary elements, emotion and ego and envy. Heat them up, stir them together, and sometimes you get gold. Sometimes disaster.”

El libro defiende y critica muchas cosas, profundiza al máximo en las relaciones y, sobre todo, en la amistad, y cómo ésta, en algunos casos, puede llegar a ser más fuerte que los lazos familiares.

Y cómo, así mismo, la amistad puede atrozmente retorcerse y convertirse en la peor y más putrefacta enemistad...

Novela de amistades y enemistades, de culpables e inocentes, de traiciones, de pasiones y de obsesiones, If We Were Villains es una excelente novela donde la fina línea entre el bien y el mal es apenas existente y donde los personajes con un completo y retorcido enigma difícilmente solucionable, presentando a unos personajes extremadamente complejos, únicos y con una fuerte personalidad. 

La pluma de M. L. Rio es deliciosa, afilada y precisa, y crea una agobiante y al mismo tiempo hermosa y atrayente atmósfera de tensiones, de confianza y de dudas, haciendo que estés con el corazón en vilo en todo momento y que ardas en deseos de querer saber el final.

Mientras el chocante desenlace se acerca, la tensión va en aumento, junto con tus ganas de saber, y al mismo tiempo te ves invadido con miedo a lo que te encontrarás.

If We Were Villains es una novela oscura, intensa y muy compleja, con unos grandes personajes y un desgarrador final, preciosa, conmovedora y escalofriante, que os fascinará.

Exeunt Onmes

PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 5/5

♫ Acción: 3.25/5

♫ Trama: 4.5/5

♫ Originalidad: 5/5

♫ Desenlace: 4/5

♫ Pluma: 4.75/5


VALORACIÓN PERSONAL: 9.75/10