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sábado, 29 de mayo de 2021

Reseña: Boy Parts

 


RESEÑA:
BOY PARTS



Título:  Boy Parts
Autora:  Eliza Clark
Editorial:  Influx Press
Canción Identificada: Pretty Boys (Paul McCartney)




Sinopsis:

Irina obsessively takes explicit photographs of the average-looking men she persuades to model for her, scouted from the streets of Newcastle.

Placed on sabbatical from her dead-end bar job, she is offered an exhibition at a fashionable London gallery, promising to revive her career in the art world and offering an escape from her rut of drugs, alcohol, and extreme cinema. The news triggers a self-destructive tailspin, centred around Irina’s relationship with her obsessive best friend, and a shy young man from her local supermarket who has attracted her attention…

Boy Parts is the incendiary debut novel from Eliza Clark, a pitch-black comedy both shocking and hilarious, fearlessly exploring the taboo regions of sexuality and gender roles in the twenty-first century.



Opinión:

Boy Parts es una novela genialmente escrita, con humor ácido, tensión a flor de piel, seducción con las palabras, y un retrato feminista y potente de una antiheroína atractiva y llena de pasión; una novela, en conclusión, que perfectamente podría estar al nivel de obras intensas e hirientes como las de Chuck Palahniuk, Bret Easton Ellis, y demás escritores de la "generación del descontento". 


No obstante, para mí, Eliza Clark pertenece a una distinta generación. Mientras que la generación que a mí tanto me gusta, la Generación X, habla del abandono, el rechazo y la hipocresía de finales del siglo XX, Eliza Clark hace otro tanto, con un humor burlesco y oscuro, en el mundo actual de hoy en día, el cual, en muchos aspectos, no está tan avanzado como debería, como puede ser el caso de lo mal vista que está la sexualidad femenina. 


Con una maña tremenda, Eliza Clark ha liberado todo lo que muchas mujeres (y muchos hombres) llevamos dentro: un giro en los acontecimientos, sacar a la luz la parte más femenina y menos explorada de nosotros mismos... Y con "femenino" no me refiero a delicado, como muchas veces se entiende (incluso por la dichosa RAE), sino que me refiero precisamente a lo contrario, a una fuerza de un género que ha sido oprimido durante demasiado tiempo, y que aún tiene un largo recorrido para finalizar su lucha por la igualdad. 



Irina, la sádica y aterradora protagonista de esta novela, es una mujer de acero, de poder y de atractivo, que sabe lo que quiere y que no duda en expresar su sexualidad en el arte, sin reprimir ni una sola parte de ella. 

Aunque Irina no es del todo un ejemplo a seguir, debido a su proclividad hacia la autodestrucción, sí es modélica en cuanto a ser uno mismo, tener ímpetu, y luchar por vivir según tus propias reglas. 

Con este personaje central tan carismático y tan lleno de rabia y agresividad, Eliza Clark sitúa la historia justo en nuestros días, que vagan entre la pereza y la disidencia, y muestra cómo es capaz de crear a unos personajes con muchísima voz, con muchísimo atractivo, y con una fuerza arrolladora. 


Para mí, Boy Parts ha sido una novela que me ha hecho despertar por completo, que me ha sumergido en un mundo cruel pero con belleza irrefrenable, y que, sin duda alguna, me ha internado en unas profundidades de delicias y maldades que me han encantado. Una novela buenísima, que me dispongo ahora mismo a reseñar:



¿De qué trata?

Reconozco que cuesta responder a esta pregunta. Boy Parts es una novela contemporánea, que tiene lugar justo en nuestro día a día, en una realidad tanto enfermiza como sugerente, donde el público se debate entre ocultar lo que es y lo que siente o liberar, de maneras dañinas, todo el estrés interno que lleva dentro. 


Nuestro mundo actual es tan inmenso, tan vasto y con tantas excepciones, que cuesta exactamente decir a qué nos inclinamos. Lo que puedo asegurar es que muchas personas tienen cierta proclividad hacia la autodestrucción, desde matarse a dedicar horas y horas y jornadas enteras al trabajo, hasta ir de fiesta y perderse por completo en el mundo de las drogas, el alcohol, y la violencia sentimental. 

Tengo la sensación de que hay muchas cosas en nuestro día a día que, a base de ser oprimidas, acaban por explotar. 
Y quizá sea la sexualidad una de ellas... en la escuela no se habla casi de la misma (pese a que se está haciendo una labor por cambiar esto), en casa suele ser, para muchas familias, un tema tabú, y tan solo se expresa en relaciones de pareja, cuando, súbitamente, aparece un doble de nosotros mismos que libera una parte diferente de nuestra persona. 

“Geordie girls are up there with Irish girls and Scottish girls; the black women of white women, you know?”


Irina, la protagonista de la novela, no solo tiene fuerza con su impetuoso pensamiento, su impulsividad y su mala forma de hablar, sino que, en el tema de la sexualidad, saca a relucir una parte sádica y dominante de ella, algo que, usualmente, está peor visto en las mujeres. 


Pero puedo asegurar que esto a Irina le importa bien poco, razón de que sea uno de los personajes femeninos más fuertes y capaces que he visto en toda mi vida
Irina es como es, quiere lo que quiere, y no se detiene ante nada, vive para expresar su pasión por el arte y la sexualidad, y disfruta destruyéndose a sí misma en el proceso. 

En realidad, es un personaje con muchísimas capas, del que habría que pararse a hablar horas y horas para sacar una conclusión firme y contundente. 


Diría, pues, que esta novela es una obra que abre las puertas a muchas reflexiones, y que se detiene lo justo y necesario a expresar cómo el mundo, aunque tenga una belleza incomparable, también es un hábitat para la destrucción, el fracaso, el desamor, e incluso el odio. 

Para mí, que me gusta moverme por este terreno neblinoso de novelas insatisfechas con la sociedad, esta obra ha sido una perfecta manera de conocer una rabia diferente a la que estoy acostumbrada a leer... una rabia femenina. Y puede que esas sean de las más peligrosas...


Sea como sea, puedo asegurar que Boy Parts es una excelente manera de conocer la parte menos explorada de nosotros mismos, mediante un personaje que se mueve entre lucha y lucha por sacar de sí la parte que más valora: la de la agresividad, la violencia, y la fortaleza. 

Entre exhibiciones, modelajes, fotografías y relaciones de celos y envidias, Irina va mostrando a los lectores cómo es su mundo, cómo es ella, y de lo que estos dos factores son capaces cuando están muy, muy enfadados. 

¿Estáis dispuestos a descubrirlo?



Una trama de estilo práctico, muy móvil y dinámica, que cuesta digerir y que habla del narcisismo, el deseo femenino, y la furia incontrolable

Esta novela es todo menos despreocupada. Es desenvuelta, es adictiva, se lee en un periquete, pero tiene tantas escenas de tensión y temor que es imposible ver a la obra como algo despreocupado. 

Es más, parece que la intención de Eliza Clark es la de causar un resquemor extraño en uno, una sensación de inseguridad y susto que no termina hasta que no se ha finalizado la novela. 

De hecho, Boy Parts es una novela que revuelve, cuya temática puede hacerse bastante difícil de digerir. 


Saca los temas más tabúes de la historia de nuestro siglo actual... las drogas, el sexo fuerte, la traición, la rabia, la envidia, y los celos. 

Irina puede perfectamente ser la viva imagen de la liberación, pero también es un peligro en potencia, porque vive tan solo para salirse con la suya, da igual cuántas vidas destruya a su paso... da igual que, en el proceso, destruya la suya propia...


Cuando he hablado del estilo "práctico" de la novela, me refería, más que nada, a que se andaba sin florituras. 

No es una de estas obras que pone poesía en la narrativa, o que escribe tan solo para hacer música para los oídos. Todo lo contrario, para mí Boy Parts es distorsión

Los personajes son egoístas, piensan solo en sí mismos, y el ruido que hacen, los gritos que pegan y la rabia que sienten, generan una pared de ruido en la historia que complica mucho más que sea leída. 

La obra es práctica porque va a lo que va, no se detiene con nimiedades, sino que en todo momento tiene un estilo conciso, directo, e incluso podría considerarse que agresivo. 


La trama no de estas que dices "menuda originalidad", puesto que presenta, ni más ni menos, que nuestra realidad misma, pero lo importante de todo es cómo Eliza Clark nos cuenta las cosas de una manera fuerte y capaz, que arrolla al lector. 

Como muchos escritores de nuestro siglo, no es necesario crear una historia que tenga una trama clara y que se siga fácilmente, y Boy Parts es un muy buen ejemplo de ello. 

Aunque no tenga una idea central clara, la historia es muy móvil, el ritmo se marca sin problemas, y uno no se pierde en sus descripciones, al ser estas breves y muy cortas. 

El libro es dinámico y resultón, Clark dice lo que quiere decir y pone punto y final cuando ve que ya lo ha dicho todo. 

No se alarga por alargarse, cosa que es de agradecer, y, aunque tenga la extensión de una novela normal, Boy Parts se lee enseguida, de esto que te sientas en el sofá un instante y, cuando quieres darte cuenta, ya has terminado la aventura. 


La temática del libro es muy diversa. De hecho, una de las cosas que más me gustan era que trataba el aquí y el ahora, ponía tanta carga del presente en la obra que fue inevitable que, desde la primera página, me sumiese en sus páginas. 

Es decir, que mencionaba supermercados famosos, discos de música conocidos, libros de la actualidad, películas recién salidas en el cine, drogas actuales, y muchísimas más referencias de nuestro mundo que claramente me hicieron conectar con la lectura de primeras. 

“She liked Harry Styles a few years ago, and now she likes that white-bread, absolute fucking baguette of a lad from Call Me by Your Name.”


Podría decirse que el tema central del libro gira en torno a la sexualidad, pero eso es algo bastante amplio. 
Podríamos, pues, especificar que se habla de la sexualidad femenina, esa de la que es considerada tabú, y que está menos normalizada, al menos desde mi punto de vista, que la de los hombres. 

Pero esto, una vez más, es muy amplio, además de que es generalizar, puesto que los personajes masculinos de la obra también tienen un rol importante, y también se explora su propia sexualidad y sus propios deseos. 


La temática tiene una carga social, pero, además, un tono negativo en la manera de ver el mundo: cómo lo que somos, lo que fuimos y lo que seremos, va determinado por una sociedad que no repara en gastos y saca, a la larga, lo peor de nosotros... Narcisismo, egoísmo, hedonismo, nihilismo, vaguedad, abulia, desgana, rabia, odio, envidia... Cosas "humanas" que reprimimos y reprimimos, sin saber qué hacer con ellas o cómo canalizarlas, hasta que explotamos. 

Yo diría que ese es el verdadero tema central de la novela: la humanidad llevada por el mal camino.



Una protagonista con voz fuerte, poderosa, capaz, liberadora, y llena de frustraciones, que saca todo lo que lleva dentro... la mayoría de veces, con malas y autodestructivas decisiones...

Irina es un personaje tan inolvidable que, si os dais cuenta, he estado hablando de ella a lo largo de toda la reseña, de manera inevitable. 
Todo lo dicho y por decir se reflejará mucho mejor si os decidís a leer el libro, pero, como entrada, puedo asegurar que, muy posiblemente, sea mi personaje femenino más preciado de  toda la literatura que me he leído. 

Y no estoy exagerando. Me gusta esta clase de personajes... personajes que, aunque tienen debilidades, no cesan de sorprenderme por lo decididos que están a perseguir lo que quieren
Y me gustan los personajes que no sabes muy bien si son del todo buenas personas... Gente que me hace pensar seriamente en qué significa ser "bueno" o "malo", dónde radica nuestra lealtad, qué sueños tenemos, y qué esperanzas se han visto truncadas. 

Es decir, gente como tú o como yo, que no somos ni santos ni diablos, sino estos puntos intermedios llenos de facetas y complejidades. Es decir, necesito un personaje muy real, tan real que sea enteramente humano, e Irina es justo lo que yo andaba buscando.


Irina no es pudorosa. Esto tiene que quedar completamente claro. Ella es decidida, expresiva, activa, emprendedora, no se anda con remilgos y dice siempre lo que tiene que decir, causando ciertos daños a sus seres queridos. 

Me parece curiosa la nota que la escritora dedica a sus padres al inicio del libro: "Por favor, no leáis esto". Razones tiene para decirlo...

Sin vergüenza alguna, Eliza Clark ha sacado a un personaje carismático, atractivo pero que, sin duda alguna, no es muy modélico, mucho menos el ideal de bondad al que antes se aspiraba. 

Irina dice lo que piensa, siente lo que ansía, lucha por lo que quiere, vive su sexualidad sin pudor ni normas, y se fascina hacia lo prohibido. 

Es potente, atractiva, tiene sus inseguridades (como su delgadez, cosa que otras personas no dejan de repetirle) pero vive el tema de la imagen corporal y las sensaciones corporales con una pasión que es muy envidiable. 

Tiene sus defectos, claro que los tiene, y muchas veces ella es consciente de ellos, pero eso no la frena. De hecho, lo que más impera en su tono de voz es esa liberación que pocas personas tienen, esa forma de decir "así soy, aquí estoy, y de esta manera me planto" que tanto la determina, y que, a veces, la lleva a roces con otras personas. 


Por ejemplo, con su amiga Flo, hay una relación de amor odio y mucha hipocresía, y también se respira mucha tensión en la relación que Irina tiene con su madre. 
Además, luego está la relación de Irina con los chicos, bastante complicada, no solo porque, en cuanto al sexo, suele ser muy agresiva y peligrosa, sino porque, además, se libera una parte mucho más insatisfecha de Irina, como un vacío que ella, a toda costa, trata de rellenar. 

Quizá estas intensas relaciones, tan constantes en el día a día, sean las que hacen que Irina esté tan llena de frustraciones, las cuales la llevan a tomar decisiones muy erróneas, tanto violentas como impredecibles, que ponen en riesgo su propia integridad. 

En cualquier caso, Irina es un personaje redondo, atractivo, y muy evolutivo, con gran carisma y mucho ingenio, inteligente y retorcido, que me ha enamorado. Un personaje alucinante, de pies a cabeza.



Una prosa con potencia, vigorosa, violenta y con tonos reflexivos pero muy contundentes, hecha para causar sensación

Como no me canso de repetir, un libro puede ser muchas cosas, pero no sería ninguna de ellas sin una prosa estable y firme, que logre causar sensación. 

La idea puede ser grandiosamente original, pero perderá toda fuerza si no tiene una prosa encantadora y hecha para la situación. 
La prosa se tiene que moldear a la idea: si es un libro que trata reflexiones, tendrá que ser más pausada; y si es un libro como este, de descontento y rabia, tendrá que ser, en efecto, una prosa endiabladamente malévola. 

Eliza Clark, en este caso, consigue lo que se propone, que es crear una prosa contundente, con mensajes claros, firme y a la que no le tiembla nada el pulso. 


El estilo de la narrativa es muy personal, cosa que me parece genial, porque la prosa de Clark destaca frente a otras, tiene su propia firma y su propia seña, y es muy diferente a otras escrituras que he conocido. Así que el punto número uno, el de la originalidad estilística, está más que conseguido. 


Pero es que, además, la prosa de Clark tiene mucho vigor, algo esencial en un libro como este, que hace que la obra sea muy rápida, activa, y llena de fuerza. De hecho, se pasa la barrera entre el vigor y la violencia, y entramos, en ocasiones, en el terreno de la rabia y la agresividad, donde el mensaje es claro: "todo se está yendo a la mierda, pero mira, al menos esto ocurre con encanto". 

El caso es que ese encanto es lo que más me encandila de la prosa de Clark: cómo, hasta el detalle más duro y difícil de digerir, lo expone con tanta carisma que se hace extraordinario y fascinante. 

Creo que es lo que más me ha gustado de libro, esa manera de atraer hacia la destrucción, como una polilla hacia una ardiente luz artificial. 
Y todos los lectores caemos en sus redes como moscas...


Por otro lado, pese a que el libro es, por normativa, ágil y fuerte, también tiene momentos para las descripciones, muy despreciativas e irónicas (con ese humor ácido que a mí tanto me gusta), y para las reflexiones, las cuales indagan mucho más en los temas más importantes de la novela. 

Boy Parts es una novela que tiene mucho detalle, mucha intensidad y mucha extraordinariez, así que, para mí, ha sido una de las mejores lecturas de lo que llevamos de año. 



Conclusión

En conclusión, Boy Parts es una de las mejores expresiones que he presenciado de intensidad, deseo y seducción, una febril personificación de lo que todos llevamos dentro (y que a veces nos cuesta identificar), y lo que sucede cuando se descontrola...


Con una prosa seductora, violenta y llena de pasión, y con una protagonista y antiheroína hecha para causar sensación, Boy Parts es una excelente manera de internarse en el deseo, en el nihilismo, en la desesperación y en el narcisismo, donde solo importa la persecución alucinatoria del hedonismo pleno, y donde conseguir lo que quieres, en ocasiones, lleva consigo la conocida marca de la destrucción. 


Boy Parts es una novela frenética, intensa, y llena de vida y atrevimiento, que no se corta ni un pelo y muestra una furia arrolladora. Para mí, ha sido una de las mejores lecturas de lo que llevo de año, persuasiva y ácida, que trabaja con mucho detalle y mucha viveza la sexualidad, los roles de género, y el álter ego de las personas del siglo XXI. Una obra sensacional, que recomiendo leer por necesidad. 



PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 6/5
♫ Acción: 3.75/5
♫ Trama: 4.25/5
♫ Originalidad: 4.25/5
♫ Tensión: 4.5/5
♫ Desenlace: 4/5
♫ Prosa: 5/5


VALORACIÓN PERSONAL 10/10



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Reseña: Ataque a los Titanes #32

 

RESEÑA:
ATAQUE A LOS TITANES #32


Título:  Ataque a los Titanes #32
Autor:   Hajime Isayama
Editorial:  NORMA Editorial
Canción Identificada:  March of the Pigs (Nine Inch Nails)




Sinopsis:

Eren ha obtenido el poder del titán Fundador y, por la paz de Paradis, la isla donde nació y creció, decide erradicar a la raza humana que vive fuera de la isla. Por ello, inicia la marcha junto a una legión de titanes. Sin que se haya llegado a ninguna conclusión, el grupo de Mikasa y Armin empieza a actuar para salvar al mundo.



Opinión:

Este trigésimo segundo volumen de Ataque a los Titanes (Shingeki no kyojin, como más se le conoce) abre con un sueño (Jean deseando tener un hogar y una familia), y acaba con una pesadilla (ni más ni menos, que el proceso inevitable del avance de los titanes de los muros). 
Y no solo esta antítesis está presente, sino que hay muchos otros puntos que añaden mucha salsa a este brusco y adictivo volumen: confianzas y alianzas, traiciones y deslealtades, vida y esperanza, y también muerte y, como no podía faltar, sangre. 


En resumen, no solo me he puesto al día con los mangas de Shingeki no kyojin que han salido en España, sino que, además, he disfrutado como una auténtica enana mientras sentía todo el estrés, la tensión y la emoción en cada parte de mi cuerpo. 

Me ha parecido una experiencia que no se olvida... y que, si lo pienso, me sigue dejando helada, porque: ¿de qué es capaz Eren? ¿Cómo podrá ser detenido? Y, ¿qué pasará si llega a ser parado? ¿Morirá? ¿La guerra seguirá en pie? 


Tengo demasiadas preguntas, y ahora toca la peor parte, que es esperar a que los últimos volúmenes salgan a nuestras librerías (que, según sé, finaliza a los 34 tomos, por lo que quedan tan solo dos mangas para que legue esta auténtica y frenética locura a su fin). 

Total, que toca la espera y la paciencia, cosa de lo que no me puedo quejar, pues he tenido la grandísima suerte de engancharme a esta saga cuando ya estaba casi finalizada, y, en contra de otros fans, yo no he tenido que morirme en la espera por ver cómo sale cada uno de los mangas y cada uno de los episodios del anime. 


Aun así, hay que echarle valor, y, si os estáis pensando en si cogeros este manga o no, ya puedo yo decir que a mí me ha parecido muy, muy bueno, al nivel de los anteriores, y, de hecho, en cuanto a acción tiene muchas más toneladas de ella...

Pero no me demoraré más, ¡empecemos la reseña!



¿De qué trata?

El número 32 de Shingeki no kyojin lo retoma donde lo dejó el anterior, exactamente en ese punto de inflexión de preguntarse "¿qué diantres pasará con la humanidad?". 

Puesto que ya no están en juego solo las vidas de los personajes, sino que hay otros factores mucho más cruciales... como la mismísima humanidad. 

El mundo está al borde de la destrucción, la guerra lo ha dejado destrozado, y, además, está en tema de los titanes, los cuales se recluyeron principalmente en Paradis, pero ahora, ante la amenaza de muerte de otras naciones, han vuelto a resurgir... 

Eren ha sido capaz de levantar el poder del Retumbar, y cada uno de los gigantescos titanes que se encontraban encerrados en los muros se han puesto en marcha, imparables, para aniquilar a toda forma de vida fuera de la isla, sin deseos de dejar a nadie con vida. 


El plan de Eren, que en sí mismo es un genocidio, hace saltar muchas dudas. ¿Realmente no hay otra forma de arreglar las cosas? ¿Realmente es tan horrible como parece, o es la única solución? ¿En qué se ha convertido nuestro protagonista principal, que parece ser que, a ojos de todos, ahora es un antagonista? 

El final de esta saga está cada vez más cerca, y no tengo ni idea de cómo puede acabar. Acabe como acabe, sé que se correrá mucha sangre, puesto que Eren, con el poder del Titán Fundador, es ahora una amenaza que tiene que ser erradicada...


La decisión es complicada, por supuesto, ya que los que lo quieren ver muerto son demasiados, y, entre las filas que desean detener a Eren, se encuentran sus propios amigos y compañeros del escuadrón, como Mikasa, que aún desea salvarlo, Armin, que se enfrenta a duras decisiones que pondrán a prueba su madera de líder, Jean, que ha dejado de ser un tipo estirado y se ha convertido en un líder nato, o Connie, que ha pasado de vivir en la ignorancia a convertirse en una persona que luchará por su familia y por sus amigos hasta el final. 

Y entre otros dispuestos a frenar el Retumbar, se encuentran Hange, que actúa prácticamente en solitario y acaba de formar una alianza inestable, e incluso Levi, aunque, debido a sus numerosas y graves heridas, no se encuentra en la mejor posición para luchar. 

Además, por separado, se encuentran Falco, que recién ha adquirido el poder de uno de los principales titanes, y Gabi, que aún guarda en ella un profundo odio hacia cualquiera que quiera destruir su hogar, aunque comienza a plantearse que quizá el mundo no sea como le habían enseñado, y la barrera entre el bien y el mal se encuentre mucho más difusa...


Total, que personajes hay para dar y tomar, y la tensión, finalmente, saca lo mejor de los mangas. La obra avanza vertiginosamente, y no deja pausa ni suspiro, así que, si lo que se quiere es un manga plagado de acción y estrés, este es el más adecuado...



Tensión en cada página, acción vertiginosa y acelerada, y amenazas de muerte que sacarán lo mejor y lo peor de cada personaje

El mundo es injusto y complicado. Mucho más lo es este mundo creado por Isayama, que libera la parte menos humana y más cruel de las personas

Los personajes, en situaciones de vida o muerte, tendrán que sacar todo lo que llevan dentro, tanto las cosas buenas como su parte más oscura, para salir adelante y proteger a los suyos. Cosa que no es sencilla, porque, muchas veces, tendrán que tomar decisiones que no solo harán peligrar su vida, sino también la de sus seres queridos y, más ampliamente, la de la propia humanidad extramuros. 


La tensión en cada página es algo que se respira. Está presente allá donde te encuentres, y a mí me volvió loca de emoción y con miles de miedos. 


Una de las cosas que más aprecio de la literatura (ya sean novelas, mangas, cómics, o de lo que sea) es que no hayan personajes inmortales que sabes que sí o sí sobrevivirán. 
No me gusta que se sepa de primeras que hay personajes que seguirán con vida pase lo que pase, porque le quita la emoción ante el peligro a la obra. Y hay situaciones en otros animes que precisamente lo que hacen es eso, crear personajes que a ojos de todos, aunque pasen calvarios, se sabe que sobrevivirán. 

Pero ese no es el caso de otras obras, como pueden ser Juego de Tronos, o, mismamente, Shingeki no kyojin. En Ataque a los Titanes, sabes de sobra que, aunque haya personajes más principales, incluso estos pueden morir en cualquier momento. 

Esta idea tan clara, que, además, está justificada y tiene sus ejemplos (como la dura muerte de Sasha, que aún pesa sobre mí), está aún más acentuada en estos últimos volúmenes, ya que se acerca el final, y, por lo que parece, no va a ser un final muy alegre que se diga... Sí o sí, se ve que va a correr la sangre, y todo gira en torno a dos desenlaces más probables: que Eren erradique a toda la humanidad de la faz de la Tierra, o que los personajes principales y amigos de Eren acaben asesinando a Eren, el mismísimo personaje central de toda la obra. 
Ambos finales dejan un sabor ácido y amargo, ¿no es cierto? Sobre todo para mí, que Eren siempre ha sido mi personaje favorito de la saga. 


Total, que la muerte llegará, y muy próximamente, y yo, que por suerte no me he tragado ningún spoiler, no tengo ni idea de qué puede pasar. Apostaría a que Eren acaba siendo asesinado, pero, sinceramente, es un final en el que no quiero pensar... Aunque, realmente, él ya tiene los días contados, muera o no de manera inmediata...


En cualquier caso, a lo que voy es a que acción hay por un tubo, frenética, acelerada, vertiginosa y llena de estrés, este manga tiene muchísimas batallas y muchas luchas, hay forcejeos, peligros y ataques entre guerras, y la obra intercala perfectamente los puntos de vista de numerosos personajes para dar una idea de "colmena" narrativa, es decir, que se sepa, mediante muchos personajes, una realidad común y general, en la que cada uno de ellos sufre lo que no está escrito.



Personajes inolvidables, muy evolutivos, y llenos de determinación

Lo que más valoro de esta serie, entre otras muchas cosas, es la evolución de los personajes. 

En realidad, vuelves la vista atrás, a todo lo que ha pasado, y te sorprendes al ver lo mucho que han cambiado los personajes. 
Porque, en realidad, al inicio de toda la serie eran todos unos niños. Estaban llenos de inseguridades e intranquilidades, acababan de ver cómo se destruía su hogar, y no querían otra cosa salvo la de acabar con todos los titanes de la isla. 
No tenían ni idea del origen de los titanes, de que había algo más allá de los muros, o de que muchas otras civilizaciones y naciones peligrosas controlaban sus movimientos más allá de estos, gracias a espías que habían incorporado al escuadrón de los protagonistas... 

La verdad, vivían en completa ignorancia, donde lo único que importaba era sobrevivir y proteger a su nación, pero, progresivamente, fueron despertando y averiguando todo lo que un pasado de sufrimiento y sangre los había estado ocultando.


Uno de los cambios que más me llaman la atención es el de Eren, que ha pasado de ser un niño lleno de rencor y de intensidad a ser una persona madura, con planes fríos y calculadores, que, aunque sigue en su corazón esa fuerte determinación de acabar con toda amenaza, piensa mucho más las cosas y no se deja llevar por sus emociones. 

Y Eren no es el único que en ese sentido ha cambiado, puesto que todos y cada uno de los personajes han madurado muchísimo de un manga a otro, y así progresivamente. 
Jean, por ejemplo, que es un personaje que me encanta, al inicio era un estirado y repelente niño de una familia rica, que velaba únicamente por su propia seguridad, y no pensaba en nada más salvo en triunfar. Pero ahora, Jean es uno de los personajes que más se preocupan por el equipo, sabe trabajar cooperando y, de todo lo que ha perdido y lo que ha visto, ha descubierto que posee una gran madera de líder. 

Connie no sería la clase de personaje que sería mi favorito, pero es innegable que ha tenido una completa y redonda evolución, porque, de ser el torpón y menos espabilado del grupo, se ha convertido en una persona que no solo es muy efectiva a la hora de acabar con titanes, sino que tiene las ideas mucho más claras.

Armin también ha cambiado muchísimo, porque antes era demasiado niño, demasiado asustadizo y temeroso, pero, a base de ver cómo morían sus seres queridos, ha dado el paso de controlar la situación, armarse de valor, y enfrentarse ya no solo a los gigantescos y peligrosos titanes, sino lo que es peor, a gente que tan solo quiere causar daño en el mundo. 

Por otro lado, Mikasa es un personaje que ha progresado menos, aunque hay que destacar que antes era mucho más dependiente de sus seres queridos, y ahora, ni más ni menos, se enfrenta a la decisión de acabar con la persona que más quiere en el mundo... Cosa que no es nada fácil, pero Mikasa está hecha de acero. Aun así, algo en su personaje que no me acababa de convencer es precisamente esa gran dependencia que tiene hacia Eren, pero me gusta que poco a poco vaya siendo desmontada, y que aprenda a valerse por sí misma y a no luchar únicamente por la protección de a quienes quiere. 

Luego, podría tirarme horas hablando de los demás... De Falco, que es muy tierno y leal; de Pieck, que es un personaje fuerte y capaz; de Gabi, que me recuerda al Eren de pequeño y está llena de temeridad; de Hange, que, a base de golpes, ha perdido esa diversión en su mirada y solo cabe en ella la preocupación; de Levi, que ha visto morir a demasiados seres queridos sin poder él hacer nada para evitarlo... 


En fin, muchos personajes que, en esta obra, han añadido mucho contenido de confianza, porque llevamos con ellos mucho tiempo, en un viaje de tensiones y horrores que nos ha hecho ver cómo son en sus buenos y malos momentos. 


Sus voces están muy bien intercaladas, y, nuevamente, algo que destaca de este manga y de esta última parte de la serie es que casi no sabemos del punto de vista de Eren, el cual se ha acabado convirtiendo en antagonista, por lo que tan solo podemos conocer de lo que le sucede mediante otros personajes, los cuales nos llevan acompañando un largo recorrido de la historia. 


En cuanto al estilo del manga, yo he acabado por habituarme con mucha facilidad, los diálogos son muy buenos, y esenciales, puesto que dicen lo justo y no añaden nada que pueda sobrar, además de que la ilustración es alucinante, de trazos a veces salvajes, y, además, una cosa que me ha encantado de este volumen es el dibujo del Titán Fundador, me parece que este titán impone muchísimo, además de que es muy, muy original cómo ha sido retratado. 
Personalmente, me parece un manga de diez, lleno de acción y momentos duros, que me ha gustado mucho.



Conclusión

El volumen 32 de Shingeki no kyojin es una obra muy, muy fuerte, con toneladas y toneladas de acción y tensión, de momentos a punta de pistola o de luchas emocionantes entre titanes gigantescos, que además es prueba de que Isayama sabe cómo hacer que la conclusión de su famosa saga esté llena de detalle y frenesí. 


La emoción está en cada página, el final se acerca, y los personajes, que han progresado muchísimo en la historia, se enfrentan a decisiones complicadísimas que ponen a prueba cada parte de ellos, incluida su lealtad hacia sus seres queridos.

Con decisiones difíciles, un sin fin de incógnitas, y esa sensación de que la muerte y la conclusión están muy cercanas, el volumen 32 de Shingeki no kyojin me ha parecido buenísimo, precipitado, que deja con las palabras en la boca y ganas de más. 
Ahora, tan solo queda esperar, pero ¡valor! Porque tengo muy claro que el final va a ser buenísimo...



PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 4/5
♫ Acción: 5/5
♫ Trama: 3.75/5
♫ Originalidad: 4/5
♫ Tensión: 5/5
♫ Desenlace: 4.5/5
♫ Prosa: 4/5
♫ Ilustración: 4/5


VALORACIÓN PERSONAL 9.25/10



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