Últimas Reseñas

domingo, 16 de mayo de 2021

Reseña: Imperial Bedrooms

 


RESEÑA:
IMPERIAL BEDROOMS


Título:  Imperial Bedrooms
Autor:  Bret Easton Ellis
Editorial:  Picador Books
Canción Identificada:  The Kiss of Venus (Paul McCartney)




Sinopsis:

Twenty-five years on from "Less Than Zero", we pick up again with "Clay".

In 1985, Bret Easton Ellis shocked, stunned, and disturbed with "Less Than Zero", his 'extraordinarily accomplished first novel' ("New Yorker"), successfully chronicling the frightening consequences of unmitigated hedonism within the ranks of the ethically bereft youth of 80s Los Angeles. Now, twenty-five years later, Ellis returns to those same characters: to Clay and the band of infamous teenagers whose lives weave sporadically through his.

But now, some years on, they face an even greater period of disaffection: their own middle age. Clay seems to have moved on - he's become a successful screenwriter - but when he returns from New York to Los Angeles, to help cast his new movie, he's soon drifting through a long-familiar circle. Blair, his former girlfriend, is now married to Trent, and their Beverly Hills parties attract excessive levels of fame and fortune, though for all that Trent is a powerful manager, his baser instincts remain: he's still a bisexual philanderer.

Then there's Clay's childhood friend, Julian - who's now a recovering addict - and their old dealer, Rip - face-lifted beyond recognition and seemingly even more sinister than he was in his notorious past. Clay, too, struggles with his own demons after a meeting with a gorgeous actress determined to win a role in his movie. And with his life careening out of control, he's forced to come to terms with the deepest recesses of his character - and with his seemingly endless proclivity for betrayal.



Opinión:

Imperial Bedrooms es una novela que escogí con muchísimas ganas, porque, como ya bien se sabrá, soy una gran fan de la prosa de Bret Easton Ellis. Supongo que lo que más me atrae de su manera de escribir es la sordidez del diálogo, la pasividad de los personajes, la falta de emociones y de empatía que envuelve a la historia. Es materialismo, egocentrismo, incluso cierta crueldad. 


Pese a que para mí siga siendo la número uno su tercera novela, American Pyscho (y la primera que me leí de Easton Ellis), hay otras cuantas que me enamoraron... Una de ellas, Less than Zero, que cuenta la historia de un personaje que se deja llevar por una espiral de malas decisiones y, lo que es aún peor, malas influencias

Clay era uno de estos personajes de Ellis en los que, quizá, se podía ver cierta humanidad. Como todos sus personajes, era extremadamente realista, pero tenía un punto de inflexión en su voz... digamos, más reflexivo. 

“The movie was very different from the book in that there was nothing from the book in the movie. Despite everything — all the pain I felt, the betrayal — I couldn't help but recognize a truth while sitting in that screening room. In the book everything about me had happened. The book was something I simply couldn't disavow. The book was blunt and had an honesty about it, whereas the movie was just a beautiful lie.”


Por eso me encandiló la prosa de Less Than Zero, porque sacaba uno de los mayores pecados que pueden existir: cuando los problemas llegan, cuando las personas sufren, que tú no hagas nada al respecto. Pasividad, como antes estaba comentando. La inactividad emocional siempre me ha dado mucho de lo que pensar, porque supongo que todos, en algún momento, hemos decidido no actuar ante una injusticia. Quizá por eso Clay prefería guardarse para sí todas las cosas, porque había algo que lo impedía movilizarse...


Imperial Bedrooms retoma la historia de Less than Zero, con casi todos sus personajes, veinticinco años después, exactamente el margen de tiempo que hubo entre que se escribiera un libro y otro. 
A partir de una prosa cuidada e incluso a veces agresiva, Bret Easton Ellis nos cuenta las aventuras de unos personajes que ya están en su mediana edad, en una época de desencanto, donde tratan de salir adelante, y gozar de una vida plena, en un mundo que no deja demasiado espacio para la felicidad. 

“There are so many things Blair doesn’t get about me, so many things she ultimately overlooked, and things that she would never know, and there would always be a distance between us because there were too many shadows everywhere. Had she ever made promises to a faithless reflection in the mirror? Had she ever cried because she hated someone so much? Had she ever craved betrayal to the point where she pushed the crudest fantasies into reality, coming up with sequences that she and nobody else could read, moving the game as you play it? Could she locate the moment she went dead inside? Does she remember the year it took to become that way? The fades, the dissolves, the rewritten scenes, all the things you wipe away—I now want to explain all these things to her but I know I never will, the most important one being: I never liked anyone and I’m afraid of people.”


Me dije a mí misma: ¿cuánto habrá cambiado Clay? 

La respuesta no fue del todo satisfactoria, pero, pese a todo, tengo que decir que ha sido una novela entretenida, de estas amorales y que te hacen sucumbir en cierto estrés, pero que, ante todo, me ha dado mucho de lo que pensar. 

Así pues, vayamos a la reseña:



¿De qué trata?

Como he comentado, Imperial Bedrooms es la continuación de Less than Zero, primera novela del autor, que recibió muy buenas críticas y le hizo saltar a la fama. Publicando Less than Zero a los veintiún años, se convirtió en un reconocido escritor que despuntó con American Pyscho, su obra, para mí, más intensa y carismática. 


Hay quienes afirman que sus novelas suelen tratar sobre "la perturbación de los jóvenes", y en cierto sentido, estoy plenamente de acuerdo.
Supongo que hay algo que atrae sobre los jóvenes... tengo la sensación de que nosotros, los jóvenes, a veces tan solo nos miramos el propio ombligo. Además, está la famosa "belleza de la juventud", esa época donde da igual que pasen los años, donde la piel está tersa y los deseos llegan a nosotros aunque no los pidamos. 

Los jóvenes, que son el futuro del país, se convierten para Ellis en personas crueles que han sido llevadas al mundo con la única intención de hacer daño. 
Hay crueldad en nosotros, una crueldad más consciente que la que pueden tener los niños, los cuales, por naturaleza, son egoístas. Eso es lo que a muchos escritores, no solo a Ellis, les debe parecer tan fascinante de la juventud. 


Por tanto, me vi intrigada al darme cuenta de que Imperial Bedrooms iba a tratar sobre gente de mediana edad. Gente que, de todas formas, sigue estando igual de desilusionada por la vida. 


En concreto, la historia cuenta la vida de Clay, y cómo, a sus cuarenta y pico años, y convertido en un célebre screenwriter, regresa a Los Ángeles, lugar que se convierte en un propio protagonista más en la novela. 


En el fondo, Clay extrañaba ese lugar, y, sobre todo, a su gente. De nuevo reuniéndose con las personas de su juventud, con las que no había terminado de perder el contacto, se someterá a la intensidad de las fiestas, las adaptaciones cinematográficas, la belleza y el amor, y conocerá a una chica joven que deseará tener el papel principal en la obra que Clay va a hacer pasar al cine, The Informers.

“That's how I became the damaged party boy who wandered through the wreckage, blood streaming from his nose, asking questions that never required answers. That's how I became the boy who never understood how anything worked. That's how I became the boy who wouldn't save a friend. That's how I became the boy who couldn't love the girl.”

Con voz lacónica y con cierto deje de frustración, Clay nos irá narrando sus encuentros con esta joven, y cómo un eje de destrucción parece girar en torno a ella... 
Ambiciada por personas conocidas por Clay, la chica, que se hace llamar Rain, lo llevará a un mundo de celos, codicia, desgana y desesperación, donde, nuevamente, nos encontramos ante una novela plenamente "sin salida", en la que no hay escapatoria posible...



Trama fácil de seguir, rápida y breve, cuyo foco está puesto en la desilusión, la ira, y la frustración personal

No hay que esperarse algo agradable a la hora de leer a Ellis. Sus novelas siempre están contadas con un tono apasionadamente doloroso

Los personajes se mueven en extremos, entre la ira, la vergüenza, la salvajada y el estrés. Metidos en un mundo de alcohol y pastillas para la depresión y la ansiedad, sus personajes no conocen otra salida salvo la de dejarse llevar por los efectos de sustancias, y también por esa pasividad de la que antes estaba hablando. 


La trama de la novela es lineal, muy fácil de seguir, y pone el foco en los sentimientos de los personajes, lo cual es curioso, porque, a falta de que se describan, los sentimientos destacan sobre todo en los diálogos, los cuales muestran perfectamente cada frustración interna y cada deseo demolido.

 
La historia es muy rápida, tiene un ritmo bastante ágil, el "pacing" de la historia es ligero y dinámico
Además, me sorprendió bastante la brevedad de la obra, que apenas si llega a las 175 páginas, y ahí me sentí algo desilusionada, aunque, al terminar la obra, pude comprender que no se podía añadir nada más, la longitud de la novela era la adecuada. 
Aun así, es una lástima que no se hubieran exprimido más a fondo estas "frustraciones personales" de los personajes centrales. 

“I'm thinking about the beautiful boy on the treadmill wearing the I STILL HAVE A DREAM T-shirt and realize that it might not have been ironic.”


Algo que también sale a la luz en la historia es la ira. Los personajes están ciertamente enfurecidos, porque no consiguen lo que quieren, y porque, a lo largo de los años, se han dado cuenta de que el mundo no les sonreirá a menos que ellos se esfuercen. Y a veces, la pereza y la desgana se imponen al esfuerzo que pueda haber... 

Nuestro mundo se basa en inmediatos, en "lo quiero aquí y ahora, ya mismo", y por eso a veces se pierde de vista que tiene que haber un trabajo previo nuestro para conseguir lo que nos proponemos. 
Es duro tener que luchar por llegar a donde deseamos, y, a veces, ni con esas lo conseguimos. 
Por eso, ahí entra la ira, la rabia, la frustración, las ansias de que el mundo funcione de manera distinta. Ahí es cuando los personajes dicen: "el mundo es una constante injusticia". Quizá tengan razón, pero, sea como sea, eso hace que no reaccionen ante nada. 

Pero la ira sigue estando en ellos, y se deja ver en los diálogos, donde se comienza a dejar ver la tensión, ese punto de rabia que los lleva a hablar de malas maneras, a criticar, a meterse los unos con los otros, e incluso a amenazar con una naturalidad que deja helado... Es la ira acumulada, mal canalizada, la que lleva a que se salte en un momento de estrés, con muy malas consecuencias...



Personajes agotados, consumidos, y rabiosos, acostumbrados a no dejar de pedir, habituados a salirse con la suya

En otras palabras, hay quienes dirían que son "malcriados". A mí me parece un adjetivo demasiado fuerte, pero, probablemente, sea verdad. 
Todos nosotros, en cierto modo, estamos habituados a vivir pidiendo cosas. Soñamos, fantaseamos, deseamos... Y hay algunas personas que siempre se salen con la suya, y que, cuando no lo hacen, acaban por explotar. 

Los personajes de Imperial Bedrooms son caprichosos, y eso nadie me lo puede poner en duda. Son algo más maduros que en Less than Zero, pero tampoco demasiado. De hecho, a veces piden cosas por el simple hecho de pedir, sin que siquiera les guste. Quizá por eso el foco acabe puesto en Rain: porque ella es alguien que se acerca a ellos, que les hace ver que su "lo deseo y lo consigo" mágico sigue funcionando. Hasta que se dan cuenta de que Rain no los pertenece... y entonces, la cosa se complica. 


Los personajes están agotados, en el sentido de que creen saber cómo funciona el mundo y, precisamente por esa desilusión, están rabiosos. Son caprichosos, obstinados, cansinos, y están consumidos en deseos y ansias. Como siempre tienen lo que quieren, cuando algo falla, se obstinan por conseguirlo, a toda costa. 

“He was simply someone who floated through our lives and didn't seem to care how flatly he perceived everyone or that he'd shared our secret failures with the world, showcasing the youthful indifference, the gleaming nihilism, glamorizing the horror of it all.”


No obstante, tengo que destacar aquí el punto que menos me ha gustado de la novela, que es que he sentido que Clay, el protagonista central, estaba muy cambiado. 

Han pasado veinticinco años, por lo que está claro que habrá cambiado, pero, aun así, a veces sentía que estaba leyendo sobre una persona completamente distinta al narrador de Less than Zero

Me hubiese gustado saber por qué ha cambiado tanto, que lo ha hecho cambiar, pero apenas había pasajes donde se hablara del pasado, y nunca con intención de que se viera el desarrollo del personaje. 


Clay estaba más exigente, era más activo, más caprichoso y mucho menos pasivo que en Less than Zero
Con respecto al amor, parecía otra persona distinta, porque de veras que quizá sea cosa mía, pero yo nunca me habría imaginado que Clay, tan reflexivo y pasivo, pudiera llegar a obsesionarse con una chica, mucho menos a usarla aun sabiendo que ella es mucho más joven que él. Es simplemente... que no veía que fuera con su personaje. 

Pero claro, Bret Easton Ellis es el que realmente se conoce quién es Clay, así que será que yo, en Less than Zero, me llevé unas impresiones que no eran las correctas...


Como detalle, para mí una elegancia de las novelas de Ellis es que sus personajes son "incorregibles"; esto quiere decir que no cambian, que no evolucionan, que, al final de la novela, suelen seguir teniendo todos los defectos que hemos ido viendo a lo largo de la misma. 
Nuevamente, categorizo a esta novela como "sin salida", justamente por esa razón; no se desarrollan, no de la manera que es habitual. 
Pues bien, esto para mí no es un defecto, sino que habla, una vez más, del tono cínico y pesimista de sus obras: no existen los buenos, y los malos, jamás cambiarán.


El caso es que con Clay ha pasado justo eso, pero, como otro punto negativo, he sentido... Sencillamente, he sentido que la trama de este libro se quedaba un poco floja. 


No solo el personaje apenas progresaba, lo que no tiene por qué ser malo, sino que, además, la trama que avanzaba lo hacía un poco achacosamente, era ligera y fácil de seguir, eso es cierto, pero a mí se me hizo bastante aburrida

No sabría decir del todo por qué... simplemente, no he conseguido entrar del todo en la novela, y eso hizo que me sintiera mucho más distante con los personajes y los pasajes. 
Es una lástima, pero yo diría que es la novela de Ellis, de las que me he leído, que menos me ha gustado. Y aun así, era entretenida, por lo que tampoco estaba tan mal...



Una prosa apática, lacónica, pesimista y tensa, con diálogos muy naturales y muy escasas descripciones

Pese a lo que he mencionado del sentimiento de que no me ha terminado de llegar la novela, tengo que decir que la prosa de Bret Easton Ellis, una vez más, me ha encantado. 

Yo creo que es su estilo, que es justo el que a mí me gusta encontrarme en este tipo de novelas: un estilo desalmado, fructuoso, lacónico, breve y rápido, difícil de digerir, apático en muchas ocasiones. En resumidas cuentas, un estilo duro de leer, porque habla de la parte más turbia y menos deseada del ser humano. 


Bret Easton Ellis escribe de manera que sobresale la apatía y el pesimismo, pero, al mismo tiempo, se nota que pone una gran cantidad de pasión en lo que escribe. 

El tono de la novela suele ser juicioso, representativo, muestra sin tapujos la parte más íntima y personal de los personajes, sus idas y venidas, y sus sentimientos a flor de piel. Se basa en uno de los puntos más fundamentales de la escritura: el "show, don't tell", en el sentido de que no describe lo que sienten o lo que piensan los personajes, sino que, mediante la representación de sus acciones, se va entendiendo cómo son y qué quieren en la vida. 

“A vast and abandoned world laid out in anonymous grids and quadrants, a view that confirmed you were much more alone than you thought you were, a view that inspired the flickering thoughts of suicide.”


El pasaje que más me gustó de la novela fue, sin duda alguna, el de las primeras páginas, cuando se revela un estilo de meta-escritura que a mí me enamoró: el protagonista habla de cómo han hecho una película sobre ellos, y lo diferente que era a la realidad. Esto es muy interesante, ya que, en la vida real, se hizo una película sobre Less than Zero, y es muy cierto que era diferente a la novela. Es decir, se añade el punto de conexión entre un libro y otro, aunque se establecen las diferencias entre lo "real" y lo "creado". A mí me encantó. 


Además, los diálogos de los personajes son muy desenvueltos, directos, Ellis jamás se anda con rodeos, sino que muestra a la realidad en estado descarnado, tal y como es, sin adornos. Los personajes no se andan con remilgos, y a veces son quejicosos, duros con los demás, con palabras secas y contundentes. Los diálogos están llenos de carga emocional, y he disfrutado mucho leyendo sobre ellos, me inspiran bastante. 

“Her need is so immense that you become surrounded by it; this need is so enormous that you realize you can actually control it, and I know this because I've done it before.”


Así que, con todo, me ha parecido que Imperial Bedrooms era una buena novela para pasar el rato, que daba sobre lo que pensar, aunque, a mi parecer, es la que menos potencial tiene de las que me he leído de Ellis. 



Conclusión

En conclusión, Imperial Bedrooms es una novela que recoge los puntos más importantes de la firma del escritor: la rabia, el pesimismo, la apatía, la dureza, la desilusión, la frustración, incluso el egocentrismo. 

Los personajes, uno a uno, vuelven a entrar en escena, la mayoría de ellos sin apenas cambiar, aunque otros, como Clay, para mí han variado tanto que me costó entender que esta obra era una continuidad de la anterior. 

El tono de la novela es muy similar al de Less than Zero, aunque falta el puntillo que a mí tanto me gusta de Ellis de "adolescentes al borde de la autodestrucción". En su lugar, tenemos unos tonos de mayor madurez, pero, al mismo tiempo, menos carga de reflexión en los pensamientos de Clay, cosa que he echado mucho en falta. 

Aun así, la prosa es tan excelente como de costumbre, sórdida y con tensión, y la trama avanza sin problema, cosa que, añadido a la brevedad de la historia, hace que la novela se lea en un pispás. 


Personalmente, es la obra que menos me ha gustado de Ellis, pero me ha entretenido y me ha dado de lo que pensar, así que, con todo, ha estado bastante bien. 




PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 3/5
♫ Acción: 3/5
♫ Trama: 3/5
♫ Originalidad: 3.25/5
♫ Tensión: 3.25/5
♫ Desenlace: 3.5/5
♫ Prosa: 4/5


VALORACIÓN PERSONAL 7.5/10



Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/




No hay comentarios:

Publicar un comentario