Título: Shutter Island
Autor: Dennis Lehane
Editorial: Bantam Books
Canción Identificada: The Frayed Ends of Sanity (Metallica)
Sinopsis:
The year is 1954. U.S. Marshal Teddy Daniels and his new partner, Chuck Aule, have come to Shutter Island, home of Ashecliffe Hospital for the Criminally Insane, to investigate the disappearance of a patient. Multiple murderess Rachel Solando is loose somewhere on this remote and barren island, despite having been kept in a locked cell under constant surveillance. As a killer hurricane relentlessly bears down on them, a strange case takes on even darker, more sinister shades—with hints of radical experimentation, horrifying surgeries, and lethal countermoves made in the cause of a covert shadow war. No one is going to escape Shutter Island unscathed, because nothing at Ashecliffe Hospital is what it seems. But then neither is Teddy Daniels.
Opinión:
¿Qué hacen las grandes lecturas con el lector, que les dejan sin palabras, sin respiración y tan mareados de emoción que solo pueden reaccionar con débiles temblores?
Reformo la pregunta: ¿qué ha hecho este libro conmigo, para provocarme tal sonrisa inaudita, y tal pánico a hacer una reseña que no esté a su altura?
“Which would be worse, to live as a monster or to die as a good man?”
Es el talento de las palabras... la tinta impresa en papel, el sentimiento impreso en historias. Más allá de eso, los giros... los bucles, los caminos retorcidos, las cuestas y las bajadas demasiado peligrosas. Las ríadas y los arroyos, los tsunamis y la tenue acción erosiva de las olas del mar.
En definitiva, un libro de muchas subidas y muchas bajadas, de muchos caminos y de muchos estrangulamientos de la trama, que me ha dejado una sensación de desorientación, de terror y de una fuerte, inmensa alegría de haberlo encontrado.
No queda más que introducir con esto a Shutter Island, una excelente novela de Dennis Lehane que, para los cinéfilos, ha sido adaptada a la pantalla sin perder el frenesí de la novela, y que yo me leí sin saber nada del argumento más que lo que se atisbaba en la sinopsis: qué remedio tuve sino quedar profundamente embelesada con lo que se sugería, un mundo de engaños, de complots, de paranoias y de delirios descomunales, donde se inicia una investigación para encontrar a una paciente de un hospital mental para personas peligrosas, todo ello mientras, a medida que avanzan las indagaciones, también lo hace la sensación de amenaza, de estar siendo observado, y de que todos tienen algo que ocultar... Puede que, y en gran medida, los propios protagonistas...
La trama, que resulta sencilla, tiene lo que a mí siempre me ha gustado de algunas novelas policiacas: que nada es lo que parece, y que todo, todo, es más retorcido de lo que en principio resulta...
Total, que olvídense de un facilón misterio y una trama lineal, porque lo cierto es que si este libro no ha recorrido millones y millones de enredados senderos no ha recorrido ninguno.
“He wanted to ask her what sound a heart made when it broke from pleasure, when just the sight of someone filled you the way food, blood, and air never could, when you felt as if you'd been born for only one moment and this, for whatever reason, was it.”
¿Qué es real y qué es producto de nuestro mente? Y espera: ¿no es acaso nuestra realidad una ilusión?
¿Hasta qué punto la experimentación científica se convierte en un agravante delito de tortura?
¿Hasta qué punto personas delirantes dejan de tener voz a manos de la burocracia?
¿Qué es el pasado y hasta qué punto nos modifica, y hasta qué punto nos incapacita?
¿De qué manera se puede luchar contra la mentira de uno mismo, y sacar a flote una verdad que tratamos a toda costa de que quede sepultada?
¿Quién es el verdadero enemigo, qué desean las personas ajenas a nosotros, y hasta qué punto dejamos de poder controlarnos a nosotros mismos?
“This world can only give me reminders of what I don't have, can never have, didn't have for long enough.”
Con estas principales dudas, el escritor se pone manos a la obra a trazar una historia de engaños, mentiras y miradas escurridizas, interrogatorios insistentes y muchos personajes que acuden de cuando en cuando a la historia para aportar más enredos, más traiciones, más obscurecimientos...
El libro se inicia con la llegada a Shutter Island de dos agentes policiales, Teddy Daniels y su nuevo compañero, Chuck Aule, bajo el deber de iniciar una investigación para encontrar a una fugada del centro psiquiátrico Ashecliffe, localizado en la isla como una de las pocas estructuras y lugar de máxima seguridad debido a los internos que hay en él.
“The brain controls pain. It controls fear. Sleep. Empathy. Hunger. Everything we associate with the heart or the soul or the nervous system is actually controlled by the brain. Everything. What if you could control it?”
Bajo los delirantes mensajes del estado crítico mental de Rachel Solando, la desaparecida, los dos agentes comienzan sus indagaciones, valorando el estremecedor pasado de la mujer, quien, viuda y trastornada, asesinó a sus tres hijos, y también considerando la manera tan imposible que tuvo de escapar de su celda cerrada con llave, pasar por numerosos pasillos evitando a todos los empleados y guardas de seguridad, saltar el muro y esconderse sin dejar rastro en la pequeña isla. Puesto que la puerta de su celda no ha sido ni abierta ni forzada, y cada asistente médico afirma que no tienen idea de cómo pudo ser...
¿Fue alguien quien la ayudó a salir del centro?
Y ¿con qué intención?
“If you are deemed insane, then all actions that would oherwise prove you are not do, in actuality, fall into the framework of an insane person’s actions. Your sound protests constitute denial. Your valid fears are deemed paranoia. Your survival instincts are labeled defense mechanisms. It’s a no-win situation. It’s a death penalty really.”
Los dos investigadores, de brillante razonamiento y volcados en el caso, se ven de pronto invadidos por un miedo: ¿por qué parece ser que cada participante del grupo terapéutico del centro está mintiendo?
¿Qué se esconde tras las paredes y las rejas del hospital psiquiátrico Adhecliffe, y por qué cada miembro del mismo, personal y pacientes, parecen saber más de lo que cuentan?
¿Qué está pasando?
¿Qué se oculta?
¿Cómo se puede salir de una pieza del lugar?
“She smiled darkly and shook her head. 'I'm not crazy. I'm not. Of course what else would a crazy person claim? That's the Kafkaesque genius of it all. If you're not crazy but people have told the world you are, then all your protests to the contrary just underscore their point. Do you see what I'm saying?”
Mediante entendemos más de cómo crece la trama y cómo se vuelve más y más complicada de entender, también percibimos que, de manera intencionada, el escritor deja algunos agujeros en las explicaciones y los sucesos que desencadenan en el libro un final bombástico... Me quedó claro, a las ciertas páginas, que Dennis Lehane no se contentaba con llevar al borde de la psicosis al personaje principal, sino que también tenía la intención de hacer lo mismo con los lectores... En resumen, Dennis Lehane juega con la mente de su público.
Destara un poco
solo un poco
solo para que tenga ganas de gritar leyendo el libro
tenga el corazón en la boca
y la respiración liberada en achacosos jadeos
y la mente, un adefesio
todo duda todo miedo todo pensamiento POR FAVOR QUIERO SABER MÁS.
“She was afraid of all that and so much more, but what terrified her most was inside of her, an insect of unnatural intelligence who’d been living in her brain her entire life, playing with it, clicking across it, wrenching loose its cables on a whim.”
¿Quiere el lector meterse de lleno en el misterio de un libro?
¿Quiere sentir el terror, el acelerón, el suspense, en cada centímetro de su mortal piel?
Pues aquí lo tenemos.
Aquí tenemos a Shutter Island.
Y la realidad en esta isla es una: todos ocultan algo. Todos planean algo. Todos harán lo que haga falta para conseguirlo...
¿Qué es, verdaderamente, el centro de Ashecliffe? La respuesta, aterradora y ahogada de un misterio que a toda costa tratará de ser desvelado, me ha llevado desde las primeras páginas hasta su impactante final por un recorrido lleno de emoción, de saltos en la trama, revelaciones, golpes de caja y mucho, mucho suspense.
Nada es lo que de primeras parece. Nadie es de lo que de primeras parece.
Algo se remueve en el hospital psiquiátrico de Ashecliffe.
Algo que es tanto vital como devastador.
“And she was so simply his love, his girl, watching him approach as if she were memorizing him and his walk and those flowers and this moment, and he wanted to ask her what sound a heart made when it broke from pleasure, when just the sight of someone filled you the way food, blood, and air never could...”
En la montaña rusa de emociones que es el libro, el patrón que sigue la narrativa es uno de los que a mí, personalmente, más me gustan en cuanto al avance de la trama. Este tipo de montañas literarias, lineales, con curvas o con picos bruscos, son las que mueven todo el libro. La estructura narrativa, dicho de otra manera.
En el caso de Shutter Island, la trama se ajusta a la de una de investigación como la que es: en primer lugar, y avanzando de manera escalada, tenemos la incógnita, los agujeros en las hipótesis y la seguridad de que la historia tira por un lado; después, comenzamos con la investigación, los interrogatorios, los sospechosos y la fugada, y así llegamos a dudar de lo que creíamos ser cierto, cada averiguación complica más las cosas y lleva a la paranoia y al mareo y a la duda, se continúa investigando, se averiguan cosas que suponen giros descomunales en la trama, y, entonces, tras una trama de alguna bajada pero casi todo subida, llegamos al pico de tensión, al clímax, al final, al hallazgo.
...Un pico que, debo decir, en este libro es afilado, brusco, impredecible, emocionante y frenético. Después, una pequeña bajada para las últimas páginas, y el final del libro ya está hecho.
“But as the years passed, he missed her more, not less, and his need for her became a cut that would not scar over, would not stop leaking.”
El hecho de que en una trama todo vaya en escalada hasta un punto concreto donde se libera toda la tensión acumulada me parece de las mejores tramas para mi persona que puedo encontrarme en la literatura, cine, e incluso música.
Además del clímax final, la novela tiene otros picos de tensión. Por ejemplo, la última vez que Teddy vio a su mujer, o el momento en el que entran en uno de los bloques del hospital en el que tienen prohibida la entrada.
“How am I supposed to let you go, that's all I'm asking. I want to hold you again, smell you, and, yes too, I just want you to fade. To please, please fade...”
Lo que más me apasiona de todo esto es que, pese a que están estos picos necesarios para enganchar de manera inmediata al lector, y para hacerle sudar la gota gorda, a medida que avanza la trama estos puntos de tensión son cada vez más gigantescos, más frenéticos y ansiosos.
Vamos, que puedo haber comenzado creyendo que sería una lectura para leer y ya, y me acabé siendo sometida a su inquietante historia...
“Waking, after all, was an almost natal state. You surfaced without history, then spent the blinks and yawns reassembling your past, shuffling the shards into chronological order before fortifying yourself for the present.”
Además de eso, nada de toda la historia tan frenética y abrumadora de Shutter Island habría tenido lugar de no ser por la prosa de Dennis Lehane, que no abusa de experimentación pero bien claro me ha dejado que tiene una voz propia y un estilo únicamente suyo...
Lo que más abunda en la historia son los diálogos, que marcan las voces de los personajes.
Por ejemplo, en las conversaciones Teddy hace de "poli malo", es directo, sagaz y ataja, mientras que Chuck hace de "poli bueno", es agradable, seguro y estar a su lado logra sosegar.
“...someday..., we'll medicate human experience right out of the human experience.”
Las descripciones son verdaderamente escasas, algo que se suele esperar en una novela de este género pero que aun así por su verdadera, verdadera escasez a mí me ha llegado a sorprender. Lo que más se suele describir en el libro son las apariencias externas de algunos personajes, pero eso, son bastante pocas. No hay apenas descripción de lugares, solo lo necesario, como la celda de Rachel Solando, los acantilados, los bloques del hospital.
Sin duda alguna, son los diálogos los que llevan toda la historia, de principio a fin, y esto es verdaderamente importante, porque, como novela psicológica que además es, solo podemos intentar saber cómo son los personajes a través de lo que dicen, no de lo que piensan... a excepción del personaje, del que sabemos poco de sus pensamientos pero mucho de sus pesadillas.
“Whatever she saw beyond the camera lens, beyond the photographer, beyond anything in the known world probably - wasn't fit to be seen.”
Con esto, puedo finalizar el apartado mencionando el verdadero atrevimiento del autor de hacer algo así, hablo muy en serio cuando digo que guiar toda una trama a partir de conversaciones de algo muy complicado de hacer, el escritor tiene gran profesionalidad, sabe saltar con gracilidad de prosas ligeras y divertidas en diálogos bromistas a escenas de impacto de terror, dolor, muerte y angustia.
“How much violence, Marshal, do you think a man can carry before it breaks him?”
La ambientación del libro, hay que añadir, es muy oscura, así que aunque haya alguna que otra bromilla entre los dos investigadores aviso de que el libro hará sentir intensa claustrofobia y una inmensa paranoia... Yo soy de esas a las que les gusta sentir el pánico en la lectura, pero claro, a gustos colores, advierto que el libro es bastante tenebroso.
En penúltimo lugar de la reseña, hablo de los personajes.
Debido a que, como ya he mencionado, todos ellos, y enfatizo, TODOS ELLOS tienen algo que ocultar, me es muy difícil poder hablar de ellos sin pensar en todos sus secretos, pero puedo asegurar que han sido muy adecuados para la historia.
Pese a que son varios los personajes que completan la trama, los más importantes se pueden contar con los dedos de una sola mano, entre los que se encuentra sin duda el protagonista, Teddy Daniels, su compañero, Chuck Aule, la fugada Rachel Solando, el doctor Cawley, y en este quinto espacio debo dejarlo en blanco adrede, poniendo como excusa que QUIENES SON EN REALIDAD la mayoría de los personajes se encuentran en esta categoría. Ya se me entenderá...
Pues eso, que debido a que un enorme porcentaje de la novela son diálogos, la personalidad de los personajes se traza según cómo hablan, y eso puedo decir por experiencia que para escribir es MUY JODIDO.
Con todo, el libro lo consigue, así que para aquellos que quieran ver cómo se puede hacer esto tan complicado, recomiendo también leer el libro.
Hay tres personajes en concreto que me han parecido muy logrados. En primer lugar, la pareja que hacen Teddy Daniels y Chuck Aule, recién conocidos en su viaje a la isla y con personalidades muy diferentes pero compatibles. Son un gran dúo, cada uno de ellos tiene su propia forma de operar y se resolver situaciones, y de las mejores partes en el libro eran cuando estaban hablando los dos y profundizando en sus situaciones personales (y temas duros como la guerra que ambos han vivido en sus propias carnes, pérdida de seres queridos...).
En muchos aspectos, es Chuck Aule el que salva a Teddy de sí mismo: Teddy Daniels es un ex-militar dedicado a la investigación policial, que vive atormentado por la muerte de su esposa en un incendio y vive más tiempo en su pesadilla interna que en el mundo de fuera. El incendio, ocasionado por un hombre del que poco a poco sabremos más, acosa a Teddy y le hace sufrir terribles jaquecas y mareos cada cierto tiempo, mas la presencia de Chuck, bonachona y agradable, consigue tranquilizarlo.
Chuck, por otro lado, es el compañero perfecto, leal, divertido, tierno, protector y de confianza, del que, sin embargo, a medida que avanza la trama comenzamos a dudar... En primer lugar: ¿de qué parte está Chuck? ¿Chuck juega en contra de Teddy, o es de veras el fiel compañero que parece ser? Y ¿qué se sabe de Chuck, puede NO SER REAL, puede SER IMAGINADO?
“Charm was the luxury of those who still believed in the essential rightness of things. In purity and picket fences.”
Se averigua poco de este personaje, luego se ve el por qué de esto, pero ha sido un muy bien elaborado personaje, enternecedor y divertido, contrastando con la sequedad y dureza de Teddy. Los dos juntos hacían un equipo muy bueno, debido a su gran inteligencia y a su forma de compaginarse.
“I've built something valuable here. But valuable things also have a way of being misunderstood in their own time. Everyone wants a quick fix. We're tired of being afraid, tired of being sad, tired of feeling overwhelmed, tired of feeling tired. We want the old day back, and we don't even remember them, and we want to push into the future, paradoxically, at top speed. Patience and forbearance become the first casualties of progress.”
Del Dr. Cawley... mejor decir poco jeje. Solo que no es tan sencillo como se muestra al inicio. No es quien dice ser. Sus intenciones parecen ser otras, ahora bien ¿será paranoia de Teddy, o de verdad el doctor Cawley, y todos sus compañeros de trabajo, ocultan algo MUY GORDO?
¿Quién es Cawley, y qué quiere de Teddy en realidad?
“Believe it or not, Marshal, I believe in talk therapy, basic interpersonal skills. I have this radical idea that if you treat a patient with respect and listen to what he's trying to tell you, you just might reach him. ”
¿La llegada a la isla de Teddy es verdaderamente para encontrar a una desaparecida, para saldar cuentas del pasado... o ha caído en la trampa de algo mucho más peligroso?
¿Teddy está cuerdo?
¿Alguien está cuerdo?
¿En quién podemos confiar?
¿Quién dice la verdad?
¿Qué es la verdad?
AHHHH.
Puesto que he mencionado alguna que otra escena de pasada anteriormente, puedo ahora decir con la prisa de quien no quiere soltar ningún spoiler que el pasado de Teddy es... al final sobre todo... Me cuesta poder decir lo mucho que sufrí leyendo sobre su pasado, sobre su historia personal, y los personajes en ella.
Una cosa que tiene el libro es que va intercalando el pasado con el presente de la historia, las memorias aparecen únicamente en los sueños y ya voy avisando que más vale que vosotros como próximos lectores interpretéis y pongáis mucha atención a los sueños que aparecen en el libro, porque son de VITAL IMPORTANCIA.
Gracias a los sueños, de hecho, y con algún que otro agujero puesto adrede en la historia, podemos entender el final tan agobiante y descomunal que hay, y llegar a atar cabos y conocer de manera completa la carga que tiene Teddy Daniels sobre sus hombros...
Lo pasé muy mal leyéndolo, no voy a mentir. Soy sensible y, pese a que el libro en general no tenía muchos momentos de tristeza, no pude evitar soltar algún gemido de angustia con la historia de Teddy.
“She said once that time is nothing to me but a series of bookmarks that I use to jump back and forth through the text of my life, returning again and again to the events that mark me in the eyes of my more astute colleagues, as bearing all the characteristics of the classic melancholic.”
Con todo, una lectura NECESARIA, que ABSORBE y SUCCIONA para dentro... Una historia brillante, compleja, y llena de giros en la trama, que me ha dejado completamente agotada, fascinada y ansiosa.
“Those eyes, Teddy thought. Even frozen in time, they howled. You wanted to climb inside the picture and say, 'No, no, no. It's okay, it's okay. Sssh.' You wanted to hold her until the shakes stopped, tell her that everything would be all right.”
Hablando ya del final, queda decir que, pese a que el esquema de la historia puede tener similitudes con otras novelas policiacas, de pistas y de interrogatorios, a esto se le añade el factor de las entrañas psicológicas de los investigados y de los propios investigadores, todo se vuelve mucho más turbio y no se sabe en quién confiar, cuándo dudar y a quién creer.
Entre acertijos, mensajes encriptados, palabras intercambiadas con pacientes desquiciados y medias verdades del personal, la historia de crea hasta llegar el núcleo de todo, el final mismo, que ya he mencionado que es bombástico y es que LO ES.
Mi intención era dejar un día más para leer el libro, pero no podía, simplemente no podía, dejar de leer. Quería ver que todo se arreglaba. Quería que Teddy ABRIESE LOS OJOS.
Es una estrategia sucia y muy buena la que emplea en el final el escritor: que el lector sepa o tenga una certeza mucho más clara que la que tiene el personaje principal.
Hay dos palabras en inglés que ayudan a describir este final: mind-blowing y mindfuck, las dos muy adecuadas para hablar de los efectos devastadores que deja el desenlace, cómo se rompen los esquemas y te quedas en tu sitio clavado y sudoroso y boquiabierto.
Y el final final... las últimas líneas... Supongo que lo deja para que cada lector lo interprete de cierta manera... Aún más mind-blowing, demasiado abrumador para mí, puf, mi mente ha acabado destrozada con el libro de todo lo que me ha hecho pensar, desvariar y paranoiarme... ¡un librazo!
En conclusión, Shutter Island es una ingeniosa, impredecible y devastadora novela que mezcla una trama policiaca de desapariciones con la angustia más psicológica, que deja en todo momento la duda de qué es lo real, qué es lo que está pasando y la sensación de estar siendo engañados por cada personaje del libro, incluso por el mismísimo narrador (es lo que en literatura se llama un narrador no fiable), cuyo final, uno de los más emocionantes que me he leído en toda mi vida, deja las cosas para que sea el lector el que saque sus propias conclusiones, algo que a mí también me gusta mucho en los libros.
Hablar más del libro ya sería revelar demasiado, tan solo decir que es la clase de lectura tan angustiosa, frenética y emocionante que deja con el corazón en vilo, la cabeza dando vueltas y la realidad de que el lector no va a salir indemne de la novela...
De principio a fin, una obra maestra, que se ha convertido en una de mis tres lecturas preferidas de todos los tiempos, y que espero que consiga emocionaros tanto como lo ha hecho conmigo.
Para quienes lo hayáis leído ¿qué os ha parecido? Y para quienes lo tengan pendiente, ¿os llama la atención? ¡Buen día y buenas lecturas!
Autor: Dennis Lehane
Editorial: Bantam Books
Canción Identificada: The Frayed Ends of Sanity (Metallica)
Sinopsis:
The year is 1954. U.S. Marshal Teddy Daniels and his new partner, Chuck Aule, have come to Shutter Island, home of Ashecliffe Hospital for the Criminally Insane, to investigate the disappearance of a patient. Multiple murderess Rachel Solando is loose somewhere on this remote and barren island, despite having been kept in a locked cell under constant surveillance. As a killer hurricane relentlessly bears down on them, a strange case takes on even darker, more sinister shades—with hints of radical experimentation, horrifying surgeries, and lethal countermoves made in the cause of a covert shadow war. No one is going to escape Shutter Island unscathed, because nothing at Ashecliffe Hospital is what it seems. But then neither is Teddy Daniels.
Opinión:
¿Qué hacen las grandes lecturas con el lector, que les dejan sin palabras, sin respiración y tan mareados de emoción que solo pueden reaccionar con débiles temblores?
Reformo la pregunta: ¿qué ha hecho este libro conmigo, para provocarme tal sonrisa inaudita, y tal pánico a hacer una reseña que no esté a su altura?
“Which would be worse, to live as a monster or to die as a good man?”
Es el talento de las palabras... la tinta impresa en papel, el sentimiento impreso en historias. Más allá de eso, los giros... los bucles, los caminos retorcidos, las cuestas y las bajadas demasiado peligrosas. Las ríadas y los arroyos, los tsunamis y la tenue acción erosiva de las olas del mar.
En definitiva, un libro de muchas subidas y muchas bajadas, de muchos caminos y de muchos estrangulamientos de la trama, que me ha dejado una sensación de desorientación, de terror y de una fuerte, inmensa alegría de haberlo encontrado.
No queda más que introducir con esto a Shutter Island, una excelente novela de Dennis Lehane que, para los cinéfilos, ha sido adaptada a la pantalla sin perder el frenesí de la novela, y que yo me leí sin saber nada del argumento más que lo que se atisbaba en la sinopsis: qué remedio tuve sino quedar profundamente embelesada con lo que se sugería, un mundo de engaños, de complots, de paranoias y de delirios descomunales, donde se inicia una investigación para encontrar a una paciente de un hospital mental para personas peligrosas, todo ello mientras, a medida que avanzan las indagaciones, también lo hace la sensación de amenaza, de estar siendo observado, y de que todos tienen algo que ocultar... Puede que, y en gran medida, los propios protagonistas...
La trama, que resulta sencilla, tiene lo que a mí siempre me ha gustado de algunas novelas policiacas: que nada es lo que parece, y que todo, todo, es más retorcido de lo que en principio resulta...
Total, que olvídense de un facilón misterio y una trama lineal, porque lo cierto es que si este libro no ha recorrido millones y millones de enredados senderos no ha recorrido ninguno.
“He wanted to ask her what sound a heart made when it broke from pleasure, when just the sight of someone filled you the way food, blood, and air never could, when you felt as if you'd been born for only one moment and this, for whatever reason, was it.”
¿Qué es real y qué es producto de nuestro mente? Y espera: ¿no es acaso nuestra realidad una ilusión?
¿Hasta qué punto la experimentación científica se convierte en un agravante delito de tortura?
¿Hasta qué punto personas delirantes dejan de tener voz a manos de la burocracia?
¿Qué es el pasado y hasta qué punto nos modifica, y hasta qué punto nos incapacita?
¿De qué manera se puede luchar contra la mentira de uno mismo, y sacar a flote una verdad que tratamos a toda costa de que quede sepultada?
¿Quién es el verdadero enemigo, qué desean las personas ajenas a nosotros, y hasta qué punto dejamos de poder controlarnos a nosotros mismos?
“This world can only give me reminders of what I don't have, can never have, didn't have for long enough.”
Con estas principales dudas, el escritor se pone manos a la obra a trazar una historia de engaños, mentiras y miradas escurridizas, interrogatorios insistentes y muchos personajes que acuden de cuando en cuando a la historia para aportar más enredos, más traiciones, más obscurecimientos...
El libro se inicia con la llegada a Shutter Island de dos agentes policiales, Teddy Daniels y su nuevo compañero, Chuck Aule, bajo el deber de iniciar una investigación para encontrar a una fugada del centro psiquiátrico Ashecliffe, localizado en la isla como una de las pocas estructuras y lugar de máxima seguridad debido a los internos que hay en él.
“The brain controls pain. It controls fear. Sleep. Empathy. Hunger. Everything we associate with the heart or the soul or the nervous system is actually controlled by the brain. Everything. What if you could control it?”
Bajo los delirantes mensajes del estado crítico mental de Rachel Solando, la desaparecida, los dos agentes comienzan sus indagaciones, valorando el estremecedor pasado de la mujer, quien, viuda y trastornada, asesinó a sus tres hijos, y también considerando la manera tan imposible que tuvo de escapar de su celda cerrada con llave, pasar por numerosos pasillos evitando a todos los empleados y guardas de seguridad, saltar el muro y esconderse sin dejar rastro en la pequeña isla. Puesto que la puerta de su celda no ha sido ni abierta ni forzada, y cada asistente médico afirma que no tienen idea de cómo pudo ser...
¿Fue alguien quien la ayudó a salir del centro?
Y ¿con qué intención?
“If you are deemed insane, then all actions that would oherwise prove you are not do, in actuality, fall into the framework of an insane person’s actions. Your sound protests constitute denial. Your valid fears are deemed paranoia. Your survival instincts are labeled defense mechanisms. It’s a no-win situation. It’s a death penalty really.”
Los dos investigadores, de brillante razonamiento y volcados en el caso, se ven de pronto invadidos por un miedo: ¿por qué parece ser que cada participante del grupo terapéutico del centro está mintiendo?
¿Qué se esconde tras las paredes y las rejas del hospital psiquiátrico Adhecliffe, y por qué cada miembro del mismo, personal y pacientes, parecen saber más de lo que cuentan?
¿Qué está pasando?
¿Qué se oculta?
¿Cómo se puede salir de una pieza del lugar?
“She smiled darkly and shook her head. 'I'm not crazy. I'm not. Of course what else would a crazy person claim? That's the Kafkaesque genius of it all. If you're not crazy but people have told the world you are, then all your protests to the contrary just underscore their point. Do you see what I'm saying?”
Mediante entendemos más de cómo crece la trama y cómo se vuelve más y más complicada de entender, también percibimos que, de manera intencionada, el escritor deja algunos agujeros en las explicaciones y los sucesos que desencadenan en el libro un final bombástico... Me quedó claro, a las ciertas páginas, que Dennis Lehane no se contentaba con llevar al borde de la psicosis al personaje principal, sino que también tenía la intención de hacer lo mismo con los lectores... En resumen, Dennis Lehane juega con la mente de su público.
Destara un poco
solo un poco
solo para que tenga ganas de gritar leyendo el libro
tenga el corazón en la boca
y la respiración liberada en achacosos jadeos
y la mente, un adefesio
todo duda todo miedo todo pensamiento POR FAVOR QUIERO SABER MÁS.
“She was afraid of all that and so much more, but what terrified her most was inside of her, an insect of unnatural intelligence who’d been living in her brain her entire life, playing with it, clicking across it, wrenching loose its cables on a whim.”
¿Quiere el lector meterse de lleno en el misterio de un libro?
¿Quiere sentir el terror, el acelerón, el suspense, en cada centímetro de su mortal piel?
Pues aquí lo tenemos.
Aquí tenemos a Shutter Island.
Y la realidad en esta isla es una: todos ocultan algo. Todos planean algo. Todos harán lo que haga falta para conseguirlo...
¿Qué es, verdaderamente, el centro de Ashecliffe? La respuesta, aterradora y ahogada de un misterio que a toda costa tratará de ser desvelado, me ha llevado desde las primeras páginas hasta su impactante final por un recorrido lleno de emoción, de saltos en la trama, revelaciones, golpes de caja y mucho, mucho suspense.
Nada es lo que de primeras parece. Nadie es de lo que de primeras parece.
Algo se remueve en el hospital psiquiátrico de Ashecliffe.
Algo que es tanto vital como devastador.
“And she was so simply his love, his girl, watching him approach as if she were memorizing him and his walk and those flowers and this moment, and he wanted to ask her what sound a heart made when it broke from pleasure, when just the sight of someone filled you the way food, blood, and air never could...”
En la montaña rusa de emociones que es el libro, el patrón que sigue la narrativa es uno de los que a mí, personalmente, más me gustan en cuanto al avance de la trama. Este tipo de montañas literarias, lineales, con curvas o con picos bruscos, son las que mueven todo el libro. La estructura narrativa, dicho de otra manera.
En el caso de Shutter Island, la trama se ajusta a la de una de investigación como la que es: en primer lugar, y avanzando de manera escalada, tenemos la incógnita, los agujeros en las hipótesis y la seguridad de que la historia tira por un lado; después, comenzamos con la investigación, los interrogatorios, los sospechosos y la fugada, y así llegamos a dudar de lo que creíamos ser cierto, cada averiguación complica más las cosas y lleva a la paranoia y al mareo y a la duda, se continúa investigando, se averiguan cosas que suponen giros descomunales en la trama, y, entonces, tras una trama de alguna bajada pero casi todo subida, llegamos al pico de tensión, al clímax, al final, al hallazgo.
...Un pico que, debo decir, en este libro es afilado, brusco, impredecible, emocionante y frenético. Después, una pequeña bajada para las últimas páginas, y el final del libro ya está hecho.
“But as the years passed, he missed her more, not less, and his need for her became a cut that would not scar over, would not stop leaking.”
El hecho de que en una trama todo vaya en escalada hasta un punto concreto donde se libera toda la tensión acumulada me parece de las mejores tramas para mi persona que puedo encontrarme en la literatura, cine, e incluso música.
Además del clímax final, la novela tiene otros picos de tensión. Por ejemplo, la última vez que Teddy vio a su mujer, o el momento en el que entran en uno de los bloques del hospital en el que tienen prohibida la entrada.
“How am I supposed to let you go, that's all I'm asking. I want to hold you again, smell you, and, yes too, I just want you to fade. To please, please fade...”
Lo que más me apasiona de todo esto es que, pese a que están estos picos necesarios para enganchar de manera inmediata al lector, y para hacerle sudar la gota gorda, a medida que avanza la trama estos puntos de tensión son cada vez más gigantescos, más frenéticos y ansiosos.
Vamos, que puedo haber comenzado creyendo que sería una lectura para leer y ya, y me acabé siendo sometida a su inquietante historia...
“Waking, after all, was an almost natal state. You surfaced without history, then spent the blinks and yawns reassembling your past, shuffling the shards into chronological order before fortifying yourself for the present.”
Además de eso, nada de toda la historia tan frenética y abrumadora de Shutter Island habría tenido lugar de no ser por la prosa de Dennis Lehane, que no abusa de experimentación pero bien claro me ha dejado que tiene una voz propia y un estilo únicamente suyo...
Lo que más abunda en la historia son los diálogos, que marcan las voces de los personajes.
Por ejemplo, en las conversaciones Teddy hace de "poli malo", es directo, sagaz y ataja, mientras que Chuck hace de "poli bueno", es agradable, seguro y estar a su lado logra sosegar.
“...someday..., we'll medicate human experience right out of the human experience.”
Las descripciones son verdaderamente escasas, algo que se suele esperar en una novela de este género pero que aun así por su verdadera, verdadera escasez a mí me ha llegado a sorprender. Lo que más se suele describir en el libro son las apariencias externas de algunos personajes, pero eso, son bastante pocas. No hay apenas descripción de lugares, solo lo necesario, como la celda de Rachel Solando, los acantilados, los bloques del hospital.
Sin duda alguna, son los diálogos los que llevan toda la historia, de principio a fin, y esto es verdaderamente importante, porque, como novela psicológica que además es, solo podemos intentar saber cómo son los personajes a través de lo que dicen, no de lo que piensan... a excepción del personaje, del que sabemos poco de sus pensamientos pero mucho de sus pesadillas.
“Whatever she saw beyond the camera lens, beyond the photographer, beyond anything in the known world probably - wasn't fit to be seen.”
Con esto, puedo finalizar el apartado mencionando el verdadero atrevimiento del autor de hacer algo así, hablo muy en serio cuando digo que guiar toda una trama a partir de conversaciones de algo muy complicado de hacer, el escritor tiene gran profesionalidad, sabe saltar con gracilidad de prosas ligeras y divertidas en diálogos bromistas a escenas de impacto de terror, dolor, muerte y angustia.
“How much violence, Marshal, do you think a man can carry before it breaks him?”
La ambientación del libro, hay que añadir, es muy oscura, así que aunque haya alguna que otra bromilla entre los dos investigadores aviso de que el libro hará sentir intensa claustrofobia y una inmensa paranoia... Yo soy de esas a las que les gusta sentir el pánico en la lectura, pero claro, a gustos colores, advierto que el libro es bastante tenebroso.
En penúltimo lugar de la reseña, hablo de los personajes.
Debido a que, como ya he mencionado, todos ellos, y enfatizo, TODOS ELLOS tienen algo que ocultar, me es muy difícil poder hablar de ellos sin pensar en todos sus secretos, pero puedo asegurar que han sido muy adecuados para la historia.
Pese a que son varios los personajes que completan la trama, los más importantes se pueden contar con los dedos de una sola mano, entre los que se encuentra sin duda el protagonista, Teddy Daniels, su compañero, Chuck Aule, la fugada Rachel Solando, el doctor Cawley, y en este quinto espacio debo dejarlo en blanco adrede, poniendo como excusa que QUIENES SON EN REALIDAD la mayoría de los personajes se encuentran en esta categoría. Ya se me entenderá...
Pues eso, que debido a que un enorme porcentaje de la novela son diálogos, la personalidad de los personajes se traza según cómo hablan, y eso puedo decir por experiencia que para escribir es MUY JODIDO.
Con todo, el libro lo consigue, así que para aquellos que quieran ver cómo se puede hacer esto tan complicado, recomiendo también leer el libro.
En muchos aspectos, es Chuck Aule el que salva a Teddy de sí mismo: Teddy Daniels es un ex-militar dedicado a la investigación policial, que vive atormentado por la muerte de su esposa en un incendio y vive más tiempo en su pesadilla interna que en el mundo de fuera. El incendio, ocasionado por un hombre del que poco a poco sabremos más, acosa a Teddy y le hace sufrir terribles jaquecas y mareos cada cierto tiempo, mas la presencia de Chuck, bonachona y agradable, consigue tranquilizarlo.
Chuck, por otro lado, es el compañero perfecto, leal, divertido, tierno, protector y de confianza, del que, sin embargo, a medida que avanza la trama comenzamos a dudar... En primer lugar: ¿de qué parte está Chuck? ¿Chuck juega en contra de Teddy, o es de veras el fiel compañero que parece ser? Y ¿qué se sabe de Chuck, puede NO SER REAL, puede SER IMAGINADO?
“Charm was the luxury of those who still believed in the essential rightness of things. In purity and picket fences.”
Se averigua poco de este personaje, luego se ve el por qué de esto, pero ha sido un muy bien elaborado personaje, enternecedor y divertido, contrastando con la sequedad y dureza de Teddy. Los dos juntos hacían un equipo muy bueno, debido a su gran inteligencia y a su forma de compaginarse.
“I've built something valuable here. But valuable things also have a way of being misunderstood in their own time. Everyone wants a quick fix. We're tired of being afraid, tired of being sad, tired of feeling overwhelmed, tired of feeling tired. We want the old day back, and we don't even remember them, and we want to push into the future, paradoxically, at top speed. Patience and forbearance become the first casualties of progress.”
¿Quién es Cawley, y qué quiere de Teddy en realidad?
“Believe it or not, Marshal, I believe in talk therapy, basic interpersonal skills. I have this radical idea that if you treat a patient with respect and listen to what he's trying to tell you, you just might reach him. ”
¿La llegada a la isla de Teddy es verdaderamente para encontrar a una desaparecida, para saldar cuentas del pasado... o ha caído en la trampa de algo mucho más peligroso?
¿Teddy está cuerdo?
¿Alguien está cuerdo?
¿En quién podemos confiar?
¿Quién dice la verdad?
¿Qué es la verdad?
AHHHH.
Puesto que he mencionado alguna que otra escena de pasada anteriormente, puedo ahora decir con la prisa de quien no quiere soltar ningún spoiler que el pasado de Teddy es... al final sobre todo... Me cuesta poder decir lo mucho que sufrí leyendo sobre su pasado, sobre su historia personal, y los personajes en ella.
Una cosa que tiene el libro es que va intercalando el pasado con el presente de la historia, las memorias aparecen únicamente en los sueños y ya voy avisando que más vale que vosotros como próximos lectores interpretéis y pongáis mucha atención a los sueños que aparecen en el libro, porque son de VITAL IMPORTANCIA.
Gracias a los sueños, de hecho, y con algún que otro agujero puesto adrede en la historia, podemos entender el final tan agobiante y descomunal que hay, y llegar a atar cabos y conocer de manera completa la carga que tiene Teddy Daniels sobre sus hombros...
Lo pasé muy mal leyéndolo, no voy a mentir. Soy sensible y, pese a que el libro en general no tenía muchos momentos de tristeza, no pude evitar soltar algún gemido de angustia con la historia de Teddy.
“She said once that time is nothing to me but a series of bookmarks that I use to jump back and forth through the text of my life, returning again and again to the events that mark me in the eyes of my more astute colleagues, as bearing all the characteristics of the classic melancholic.”
Con todo, una lectura NECESARIA, que ABSORBE y SUCCIONA para dentro... Una historia brillante, compleja, y llena de giros en la trama, que me ha dejado completamente agotada, fascinada y ansiosa.
“Those eyes, Teddy thought. Even frozen in time, they howled. You wanted to climb inside the picture and say, 'No, no, no. It's okay, it's okay. Sssh.' You wanted to hold her until the shakes stopped, tell her that everything would be all right.”
Hablando ya del final, queda decir que, pese a que el esquema de la historia puede tener similitudes con otras novelas policiacas, de pistas y de interrogatorios, a esto se le añade el factor de las entrañas psicológicas de los investigados y de los propios investigadores, todo se vuelve mucho más turbio y no se sabe en quién confiar, cuándo dudar y a quién creer.
Entre acertijos, mensajes encriptados, palabras intercambiadas con pacientes desquiciados y medias verdades del personal, la historia de crea hasta llegar el núcleo de todo, el final mismo, que ya he mencionado que es bombástico y es que LO ES.
Mi intención era dejar un día más para leer el libro, pero no podía, simplemente no podía, dejar de leer. Quería ver que todo se arreglaba. Quería que Teddy ABRIESE LOS OJOS.
Es una estrategia sucia y muy buena la que emplea en el final el escritor: que el lector sepa o tenga una certeza mucho más clara que la que tiene el personaje principal.
Hay dos palabras en inglés que ayudan a describir este final: mind-blowing y mindfuck, las dos muy adecuadas para hablar de los efectos devastadores que deja el desenlace, cómo se rompen los esquemas y te quedas en tu sitio clavado y sudoroso y boquiabierto.
Y el final final... las últimas líneas... Supongo que lo deja para que cada lector lo interprete de cierta manera... Aún más mind-blowing, demasiado abrumador para mí, puf, mi mente ha acabado destrozada con el libro de todo lo que me ha hecho pensar, desvariar y paranoiarme... ¡un librazo!
En conclusión, Shutter Island es una ingeniosa, impredecible y devastadora novela que mezcla una trama policiaca de desapariciones con la angustia más psicológica, que deja en todo momento la duda de qué es lo real, qué es lo que está pasando y la sensación de estar siendo engañados por cada personaje del libro, incluso por el mismísimo narrador (es lo que en literatura se llama un narrador no fiable), cuyo final, uno de los más emocionantes que me he leído en toda mi vida, deja las cosas para que sea el lector el que saque sus propias conclusiones, algo que a mí también me gusta mucho en los libros.
Hablar más del libro ya sería revelar demasiado, tan solo decir que es la clase de lectura tan angustiosa, frenética y emocionante que deja con el corazón en vilo, la cabeza dando vueltas y la realidad de que el lector no va a salir indemne de la novela...
De principio a fin, una obra maestra, que se ha convertido en una de mis tres lecturas preferidas de todos los tiempos, y que espero que consiga emocionaros tanto como lo ha hecho conmigo.
Para quienes lo hayáis leído ¿qué os ha parecido? Y para quienes lo tengan pendiente, ¿os llama la atención? ¡Buen día y buenas lecturas!
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 5/5
♫ Acción: 4.5/5
♫ Trama: 6/5
♫ Originalidad: 6/5
♫ Tensión: 6/5
♫ Tensión: 6/5
♫ Desenlace: 6/5
♫ Pluma: 5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 11/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/
VALORACIÓN PERSONAL: 11/10
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