Autor: Daniel Ponalsky
Editorial:Regan Arts
Canción Identificada: Kill the Creator (Code Orange)
Sinopsis:
M is a drifter with a sharp tongue, few scruples, and limited magical ability, who would prefer drinking artisanal beer to involving himself in the politics of the city. Alas, in the infinite nexus of the universe which is New York, trouble is a hard thing to avoid, and when a rivalry between the city's two queens threatens to turn to all out war, M finds himself thrust in thrust in the unfamiliar position of hero. Now, to keep the apocalypse from descending on the Big Apple, he’ll have to call in every favor, waste every charm, and blow every spell he's ever acquired - he might even have to get out of bed before noon.
Enter a world of Wall Street wolves, slumming scenesters, desperate artists, drug-induced divinities, pocket steam-punk universes, hipster zombies, and phantom subway lines. Because the city never sleeps, but is always dreaming.
Enter a world of Wall Street wolves, slumming scenesters, desperate artists, drug-induced divinities, pocket steam-punk universes, hipster zombies, and phantom subway lines. Because the city never sleeps, but is always dreaming.
Opinión:
A City Dreaming es un libro escrito por Daniel Polansky, y es una auténtica maravilla de libro.
Y... Y ya no sabría muy bien cómo describirlo. A City Dreaming no se ajusta a ningún género, a ninguna palabra que pueda clasificarle.
Esa es una de las maravillas que tiene el libro. Que es... muy raro... de clasificar. Es muy difícil darle una descripción salvo anunciarlo como una mezcla de sentimientos y de emociones intensas que se van entrelazando hasta formar un nudo enorme.
Ocurren varias cosas cuando uno llega con una imagen mental de cómo va a ser un libro, como fue mi caso. Lo sé, sé que miles y millones de veces dicen que no se debe empezar un libro con ideas preconcebidas, pero creedme, tengo motivos más que plausibles para defenderme.
Por no decir, y seamos sinceros, que es imposible leerte un libro sin tener una idea ya en la cabeza de qué es lo que te vas a leer.
Eso ocurre un poco en las "citas literarias a ciegas", como las llamo yo, pero rara vez están en nuestras vidas. Hoy en día es raro comprarse un libro sin querer leer una reseña, o incluso su parte de atrás.
Sin irme más del tema, pueden ocurrir varias cosas cuando tienes una idea en mente de cómo va a ser el libro.
Opción A: que tengas una mala idea de él y te sorprenda.
Opción B: que tengas una mala idea de él y, en efecto, el libro acabe siendo una patata.
Opción C: que tengas una buena idea de él y al final te decepcione.
Y Opción D: que tengas una buena idea de él y en efecto sea tan maravilloso como te lo imaginabas.
Ah, y faltan dos más.
Opción E: que tengas una mala imagen mental del libro y este te sorprenda para mal, siendo aún peor de lo que tú ya te esperabas...
Y Opción F: que tengas una buena imagen de cómo va a ser y te sorprenda para bien... pero no de la forma que esperabas.
Bueno, pues este es el caso de A City Dreaming.
“Time is the name humans use to describe the expansion of the universe. It’s used to arrange events in sequence, and generally to avoid going mad.”
No sé muy bien qué me esperaba... pero no esto.
Y merece la pena correr el riesgo a la hora de idealizar un libro si una de las posibilidades es que te sorprenda aún más de como ya te esperabas que fuese, como me ha pasado con esta novela.
Con la sinopsis, la verdad es que ya iba con la idea de que iba a consistir en un libro de fantasía urbana, pero nada más terminarme los dos primeros capítulos supe que estaba ante un género completamente nuevo: una mezcla de fantasía urbana, lo que ya suponía (y no es difícil llegara esta conclusión ya que únicamente en la parte de atrás ya mencionan hombres lobo, fantasmas, zombis hipster, universos steam-punk... Vamos, claramente la definición de fantasía urbana).
Buen, con esto ya tenía una pinta estupenda, pero si luego le añadimos las cosas más disparatadas, personajes extravagantes y cuanto menos peculiares, puntos de vista de lo más extraños, seres increíblemente raros y una trama completamente imprevisible, a este libro le acompaña uno de los géneros que más están triunfando y que más elevados tengo en el listón: el New Weird.
Realmente, he leído pocos libros de este género... Que se ajusten completamente a él, solo Un Lun Dun, de China Miéville. Si buscáis leer sobre este género tan peculiar, China Miéville es el mejor escritor que os puedo recomendar.
Pero en comparación con China Miéville, la escritura de Daniel Polansky era... de lo más extraña, luego no es sorpresa que haya optado por elegir como la canción que más me ha recordado a este libro una del grupo Code Orange, que hace una música... Fantástica, muy peculiar, muy única y, sobre todo, muy imprevisible.
Y mira que ya es decir que la escritura de Daniel Polansky es extraña comparándole con el escritor con más imaginación que he tenido la ocasión de encontrarme.
Las diferencias están bastante marcadas entre estos dos libros que me he leído de los escritores: por un lado, Miéville tiene un universo en la cabeza muy disparatado y original, juntando elementos de lo más comunes (como una papelera) y otorgándoles animismo, dándoles vida, forma e incluso mentalidad.
Su universo está plagado de las cosas más curiosas y más raras que puedas imaginarte: sociedades que viven únicamente andando por los tejados sin entrar en contacto con el suelo, jirafas carnívoras, latas de basura como compañeros y paraguas como el arma más novedosa y poderosa.
En resumen, que te lees un libro suyo y te das cuenta de que el escritor claramente está flipando en colores, y que vive en otra realidad.
Y digo esto con una asombrada fascinación y admiración por este hombre, pues creo que hacen falta más personas como él para darle color y extravagancia al mundo. Su creatividad está por las nubes, presenta criaturas mitológicas, monstruos de lo más curiosos y unos personajes con mucha personalidad.
Como similitud, Daniel Polansky también tiene unos personajes muy buenos.
Pero de nuevo diferenciándolos, las estrellas de los personajes de Miéville son curiosamente los secundarios, mientras que los de Polansky son más los principales, aunque sin quitar importancia a los secundarios.
"You know, minds are like parachutes-they only function when open".
Daniel Ponalsky no crea, al menos en este libro, un universo tan extraño, aunque sí añade bastantes elementos que te hacen azar la vista del libro con los ojos abiertos como platos de la incredulidad y que, sin creerte lo que estás viviendo, tienes que releer la página.
"Magic is as olda as word, and the word is very old, passed down mouth by mouth during humanity's long adolescence, an eternal-seeming childhoos¡d, bereft of history or tragedy."
Un Lun Dun es como la introducción a A City Dreaming.
Orientado a un público más bien joven, Un Lun Dun es más lineal, con una trama bastante diferenciada (lo típico de un héroe, una profecía y un villano al que destrozar, aunque añadiendo ese "toque Miéville": el héroe es el que menos te esperas, la profecía no tiene ni pies ni cabeza y el villano ni siquiera parece considerarse un ser con vida).
Además, aunque en Un Lun Dun hay cosas de lo más raras, el personaje principal es una chica que, como el lector, también se sorprende al encontrar este mundo, pues es foránea a él, y de esta forma nos vamos introduciendo a la historia, a cada elemento peculiar de ella, soprendiéndonos junto con la protagonista y descubriendo con ella cada aspecto del mundo que crea el escritor.
En A City Dreaming no es así: al contrario, el escritor nos lanza en un mundo que, aunque basado en un lugar conocido, es muy distinto, sin echarnos ninguna mano u ofrecernos ayuda alguna.
Daniel Polansky nos lanza a la trama de golpe, con una sonora bofetada, como diciendo: esta es la historia, ajústate como puedas a ella.
Y, sin dar mucha más pausa, comienza la acción y los acontecimientos.
"March is a false month, offering sun just long enough to convince you not to bring a coat, then hitting you with a row of sleet for your presumption".
"May, however, was busy as hell, started busy and never wound down. M woke up one day and the city had shruggered off the last remnants of winter, a great brilliant lumpebring beast calling its strength of old, stamping its feet, roaring definace at the heavens, threatening to scale Olympus and uproot what it found liing there."
(Tenía que poner estas dos partes, me parecieron preciosas)
Pero si lo he puesto como New Wierd no ha sido únicamente por el estilo con el que el escritor crea su mundo, sino también en su forma de escritura: no sigue una trama lineal, con un nudo y un desenlace final, sino que cada capítulo está más bien separado de los demás.
Y la verdad es que no creo que deba seguir comparando estos dos libros, porque aunque este pueda tener trazos del New Weird, la verdad es que son muy, muy distintos.
El libro tenía un estilo sin duda único, como si el escritor pegase distintos eventos y los pusiese de mala manera en la historia... a propósito, y haciendo que queden en el libro de impresionante manera.
Ya a la mitad del libro me di cuenta de esto, porque no había estado siguiendo ninguna trama en especial: no sabía a dónde me quería llevar el escritor en absoluto.
Y, como en muchos libros muy buenos, esta es una técnica gloriosa, de poner la vida del protagonista, además de hacerlo en un mundo sumamente original.
Recogiendo cada fragmento de la historia y viendo con detalle cada uno de ellos en forma de capítulos es como conocemos acerca del mundo, de los personajes, y de la intención del escritor.
Básicamente yo estaba todo el libro:
Y... Y ya no sabría muy bien cómo describirlo. A City Dreaming no se ajusta a ningún género, a ninguna palabra que pueda clasificarle.
Esa es una de las maravillas que tiene el libro. Que es... muy raro... de clasificar. Es muy difícil darle una descripción salvo anunciarlo como una mezcla de sentimientos y de emociones intensas que se van entrelazando hasta formar un nudo enorme.
Ocurren varias cosas cuando uno llega con una imagen mental de cómo va a ser un libro, como fue mi caso. Lo sé, sé que miles y millones de veces dicen que no se debe empezar un libro con ideas preconcebidas, pero creedme, tengo motivos más que plausibles para defenderme.
Por no decir, y seamos sinceros, que es imposible leerte un libro sin tener una idea ya en la cabeza de qué es lo que te vas a leer.
Eso ocurre un poco en las "citas literarias a ciegas", como las llamo yo, pero rara vez están en nuestras vidas. Hoy en día es raro comprarse un libro sin querer leer una reseña, o incluso su parte de atrás.
Sin irme más del tema, pueden ocurrir varias cosas cuando tienes una idea en mente de cómo va a ser el libro.
Opción A: que tengas una mala idea de él y te sorprenda.
Opción B: que tengas una mala idea de él y, en efecto, el libro acabe siendo una patata.
Opción C: que tengas una buena idea de él y al final te decepcione.
Y Opción D: que tengas una buena idea de él y en efecto sea tan maravilloso como te lo imaginabas.
Ah, y faltan dos más.
Opción E: que tengas una mala imagen mental del libro y este te sorprenda para mal, siendo aún peor de lo que tú ya te esperabas...
Y Opción F: que tengas una buena imagen de cómo va a ser y te sorprenda para bien... pero no de la forma que esperabas.
Bueno, pues este es el caso de A City Dreaming.
“Time is the name humans use to describe the expansion of the universe. It’s used to arrange events in sequence, and generally to avoid going mad.”
No sé muy bien qué me esperaba... pero no esto.
Y merece la pena correr el riesgo a la hora de idealizar un libro si una de las posibilidades es que te sorprenda aún más de como ya te esperabas que fuese, como me ha pasado con esta novela.
Con la sinopsis, la verdad es que ya iba con la idea de que iba a consistir en un libro de fantasía urbana, pero nada más terminarme los dos primeros capítulos supe que estaba ante un género completamente nuevo: una mezcla de fantasía urbana, lo que ya suponía (y no es difícil llegara esta conclusión ya que únicamente en la parte de atrás ya mencionan hombres lobo, fantasmas, zombis hipster, universos steam-punk... Vamos, claramente la definición de fantasía urbana).
Buen, con esto ya tenía una pinta estupenda, pero si luego le añadimos las cosas más disparatadas, personajes extravagantes y cuanto menos peculiares, puntos de vista de lo más extraños, seres increíblemente raros y una trama completamente imprevisible, a este libro le acompaña uno de los géneros que más están triunfando y que más elevados tengo en el listón: el New Weird.
Realmente, he leído pocos libros de este género... Que se ajusten completamente a él, solo Un Lun Dun, de China Miéville. Si buscáis leer sobre este género tan peculiar, China Miéville es el mejor escritor que os puedo recomendar.
Pero en comparación con China Miéville, la escritura de Daniel Polansky era... de lo más extraña, luego no es sorpresa que haya optado por elegir como la canción que más me ha recordado a este libro una del grupo Code Orange, que hace una música... Fantástica, muy peculiar, muy única y, sobre todo, muy imprevisible.
Y mira que ya es decir que la escritura de Daniel Polansky es extraña comparándole con el escritor con más imaginación que he tenido la ocasión de encontrarme.
Las diferencias están bastante marcadas entre estos dos libros que me he leído de los escritores: por un lado, Miéville tiene un universo en la cabeza muy disparatado y original, juntando elementos de lo más comunes (como una papelera) y otorgándoles animismo, dándoles vida, forma e incluso mentalidad.
Su universo está plagado de las cosas más curiosas y más raras que puedas imaginarte: sociedades que viven únicamente andando por los tejados sin entrar en contacto con el suelo, jirafas carnívoras, latas de basura como compañeros y paraguas como el arma más novedosa y poderosa.
En resumen, que te lees un libro suyo y te das cuenta de que el escritor claramente está flipando en colores, y que vive en otra realidad.
Y digo esto con una asombrada fascinación y admiración por este hombre, pues creo que hacen falta más personas como él para darle color y extravagancia al mundo. Su creatividad está por las nubes, presenta criaturas mitológicas, monstruos de lo más curiosos y unos personajes con mucha personalidad.
Como similitud, Daniel Polansky también tiene unos personajes muy buenos.
Pero de nuevo diferenciándolos, las estrellas de los personajes de Miéville son curiosamente los secundarios, mientras que los de Polansky son más los principales, aunque sin quitar importancia a los secundarios.
"You know, minds are like parachutes-they only function when open".
Daniel Ponalsky no crea, al menos en este libro, un universo tan extraño, aunque sí añade bastantes elementos que te hacen azar la vista del libro con los ojos abiertos como platos de la incredulidad y que, sin creerte lo que estás viviendo, tienes que releer la página.
"Magic is as olda as word, and the word is very old, passed down mouth by mouth during humanity's long adolescence, an eternal-seeming childhoos¡d, bereft of history or tragedy."
Un Lun Dun es como la introducción a A City Dreaming.
Orientado a un público más bien joven, Un Lun Dun es más lineal, con una trama bastante diferenciada (lo típico de un héroe, una profecía y un villano al que destrozar, aunque añadiendo ese "toque Miéville": el héroe es el que menos te esperas, la profecía no tiene ni pies ni cabeza y el villano ni siquiera parece considerarse un ser con vida).
Además, aunque en Un Lun Dun hay cosas de lo más raras, el personaje principal es una chica que, como el lector, también se sorprende al encontrar este mundo, pues es foránea a él, y de esta forma nos vamos introduciendo a la historia, a cada elemento peculiar de ella, soprendiéndonos junto con la protagonista y descubriendo con ella cada aspecto del mundo que crea el escritor.
En A City Dreaming no es así: al contrario, el escritor nos lanza en un mundo que, aunque basado en un lugar conocido, es muy distinto, sin echarnos ninguna mano u ofrecernos ayuda alguna.
Daniel Polansky nos lanza a la trama de golpe, con una sonora bofetada, como diciendo: esta es la historia, ajústate como puedas a ella.
Y, sin dar mucha más pausa, comienza la acción y los acontecimientos.
"March is a false month, offering sun just long enough to convince you not to bring a coat, then hitting you with a row of sleet for your presumption".
"May, however, was busy as hell, started busy and never wound down. M woke up one day and the city had shruggered off the last remnants of winter, a great brilliant lumpebring beast calling its strength of old, stamping its feet, roaring definace at the heavens, threatening to scale Olympus and uproot what it found liing there."
(Tenía que poner estas dos partes, me parecieron preciosas)
Pero si lo he puesto como New Wierd no ha sido únicamente por el estilo con el que el escritor crea su mundo, sino también en su forma de escritura: no sigue una trama lineal, con un nudo y un desenlace final, sino que cada capítulo está más bien separado de los demás.
Y la verdad es que no creo que deba seguir comparando estos dos libros, porque aunque este pueda tener trazos del New Weird, la verdad es que son muy, muy distintos.
El libro tenía un estilo sin duda único, como si el escritor pegase distintos eventos y los pusiese de mala manera en la historia... a propósito, y haciendo que queden en el libro de impresionante manera.
Ya a la mitad del libro me di cuenta de esto, porque no había estado siguiendo ninguna trama en especial: no sabía a dónde me quería llevar el escritor en absoluto.
Y, como en muchos libros muy buenos, esta es una técnica gloriosa, de poner la vida del protagonista, además de hacerlo en un mundo sumamente original.
Recogiendo cada fragmento de la historia y viendo con detalle cada uno de ellos en forma de capítulos es como conocemos acerca del mundo, de los personajes, y de la intención del escritor.
Cada capítulo es una historia independiente, aunque con la misma gran gama de personajes que presenta el libro, y sí es cierto que evolucionan mucho mediante el libro progresa.
“...and is there anything to compare to love? Is there anything at all, anything that has ever been built, grown or coalesced that can compare to love? Love as deep as the Mariana Trench and wild as a summer storm?”
Me parece un acierto en la elección de todos estos personajes, era como... Como la "panda badass" de M, rompedores, valientes, algo locos y muy entrañables.
Los personajes en cada capítulo luchan contra increíbles peligros, viven emocionantes aventuras... Y todo sin que sepas qué diantres va a ocurrir en la siguiente página debido a que, como ya he dicho, la trama no era nada previsible, y estaba yo prácticamente todo el rato como si tuviera una venda en los ojos.
“It surprised M not at all to discover that though the library had technically been closed for hours, there was a small door in the back that was still open, and that it led to a long, hushed corridor, and then into a chamber, which was more like the nave of an immense cathedral than the checkout room in a library. Libraries—like train stations, crossroads, church belfries, and attics—are places where worlds leak together, where the Management, in its ineffable wisdom, tends not to look too closely on what goes on.”
Creo que esto es una gran técnica si lo que quieres es que el lector no se sienta intrigado únicamente por saber el final, sino que se preste más atención a los acontecimientos que se presentan ante sus ojos en ese mismo momento.
No sólo eso, cada capítulo más o menos individual contaba con un mensaje bastante profundo que además diseccionaba al detalle la mente del protagonista... De quien, ya puestos, voy a hablar a continuación para finalizar esta reseña, pues creo que es la clase de personaje que merece un apartado especialmente dedicado a él.
Y es que una de las cosas que hay que aplaudir del libro es su personaje principal.
Irritante y frustante a veces, pero también melancólico, adorable y encantador, M es un personaje digno de ser recordado.
"He was always strange. Ever frowning when others simile, never satisfied with his hearth or the lot appointed to him, always searching, searching, searching. Also, he is very lazy and would rather mock or coplain than apply himself to a situation."
Su personalidad estaba muy definida, no únicamente por cómo se comportaba con los demás sino que también estaba reflejada en su forma de pensar y de actuar.
“M did not like communities, which were usually filled with people, whom M liked even less.”
Engañador, hábil y brusco, M es un personaje con el que es difícil conectar a la primera, debido a que su fuerte e intensa personalidad hace que al principio te eches hacia atrás, sorprendido por toda esa espontaneidad y esa forma de ser tan abierta y tan... Bueno, tan M, lleno de energía, de comentarios mordaces y de esa actitud tan despreocupada y altanera, peor también con un gran espacio para quebraderos de cabeza de los suyos que en ocasiones ser tan directo y tan súbito puede jugarle malas pasadas, y puede hacer que su cabeza sea un infierno.
Aun así, M es la clase de personaje que no se queda a gusto eludiendo este infierno sino que le planta cara con dos narices y aplasta todos los obstáculos que se pongan en su camino junto con un delicioso humor para cada situación peliaguda, razón por la que he amado (personalmente, me encantan estos personajes que tienen demonios interiores pero que en lugar de verlo todo negro lo que hacen es aplastarles y aniquiliarles con emociones agresivas y violentas). Yup, ese es M.
""You're not as funny as you think you are."
"But I think I'm really, really funny, and so even at half rate, I'd still be hysterical"".
M era una pasada de personaje, de las mejores cosas que tenía el libro, y me alegro muchísimo de que el escritor haya elegido, de entre todas las posibles voces, su voz narrativa como primer punto de vista, porque tiene una forma de ser simplemente fantástica, burlesca y con un humor negro exquisito.
Oda a la cuidad de Nueva York tiñendo sus calles de magia, de imposibilidades y de la más astuta originalidad, A City Dreaming es un libro impresionante, extravagante y único, innovador.
Hechiceros, guerras entre dos mágicas reinas muy poderosas, aventuras estrafalarias y personajes únicos y muy variopintos, todo esto en una buena dosis junto con un gran toque de magia en un estilo completamente nuevo y complejo, juntando pequeñas historias en un mismo libro con mensajes muy profundos que darán mucho de lo que pensar.
A City Dreaming ha sido una excelente lectura que recomiendo leer a todo el mundo, plagada de magia, de fantasía urbana y con un toque a New Weird, con una escritura ágil y estilizada narrada desde un interesante y a veces desconcertante y algo irritante punto de vista de un personaje tan peculiar que será imposible que te deje indemne.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 3.5/5
♫ Acción: 2.75/5
♫ Trama: 3/5
♫ Originalidad: 4.75/5
♫ Desenlace: 3/5
♫ Pluma: 3.5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 8.5/10
VALORACIÓN PERSONAL: 8.5/10
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