RESEÑA:
FINDERS KEEPERS
Título: Finders Keepers (Bill Hodges #2)
Autor: Stephen King
Editorial: Scribner
Canción Identificada: Life Is What You Keep from the Reaper (Devilment)
Sinopsis:
Autor: Stephen King
Editorial: Scribner
Canción Identificada: Life Is What You Keep from the Reaper (Devilment)
Sinopsis:
The genius is John Rothstein, an iconic author who created a famous character, Jimmy Gold, but who hasn’t published a book for decades. Morris Bellamy is livid, not just because Rothstein has stopped providing books, but because the nonconformist Jimmy Gold has sold out for a career in advertising. Morris kills Rothstein and empties his safe of cash, yes, but the real treasure is a trove of notebooks containing at least one more Gold novel.
Morris hides the money and the notebooks, and then he is locked away for another crime. Decades later, a boy named Pete Saubers finds the treasure, and now it is Pete and his family that Bill Hodges, Holly Gibney, and Jerome Robinson must rescue from the ever-more deranged and vengeful Morris when he’s released from prison after thirty-five years.
Opinión:
Extrañamente, no dejo de pensar en que este libro es como un macabro y siniestro juego de "treasure hunt", es decir, de búsqueda del tesoro.
Y en cierto modo es así: el tesoro es uno muy gordo, los que lo encuentran se arman de buenas fortunas, pero, eso sí, hay muchos jugadores sobre el tablero... Y no es por nada, pero, cuando uno de esos jugadores es un estafador, y otro es un asesino, aquél que eres tú, no más que un chaval que se ha encontrado por buena suerte una enorme cantidad de dinero, se descubre en un serio problema donde realmente no tiene a nadie en quien confiar.
“Don’t let your good nature cloud your critical eye. The critical eye should always be cold and clear.”
Pero seamos justos: los "chavales" de Stephen King son tan realistas, y tienen tanto ingenio, que da igual su edad, en el fondo saben muy bien cómo entrar en el juego. Claro que a veces da igual todo lo que te esfuerces por ganar... en cuanto entra en escena un tío con pistola y ojos de loco, las cosas cambian.
Es por eso que esta "búsqueda del tesoro", por así llamarla, se vuelve realmente frenética, y ¡a qué nivelazo!
Ya me he leído varios libros de King (no tantos tantísimos como para ser considerada una fan, pero creo que me hago una idea de cómo escribe), y no sé cómo la gente puede preferir sus novelas más mágicas y paranormales, cuando a mí, desde luego, me parece que King es un genio con obras tan brutas y escalofriantes como las detectivescas.
Es más, creo que King saca el verdadero ingenio cuando hay menos cosas paranormales de por medio... pues el terror, eso que me hace sentir miedo, está directamente en personas que podrían ser reales, gente de carne y hueso que se obsesiona, se obceca, y busca derramar sangre. Gente que pisotea, aplasta, maltrata y engaña, gente que está aquí y en todas partes, y con la que es mejor no cruzar más de dos palabras.
Quizá por eso tenga en un gran pedestal la obra anterior a esta, Mr. Mercedes, ya que esa genial novela para mí es el culmen del mejor retrato psicológico que King ha hecho hasta la fecha: Brady Hartsfield, el asesino en cuestión, es un tipo tan brillante, tan lleno de odio, y con tantas pesadillas nocturnas, que de veras que me hizo sentir terriblemente acongojada.
En cualquier caso, os sugiero que no leáis más a partir de aquí si no habéis leído primero Mr. Mercedes, pues habrá spoilers del anterior libro, comenzando desde ya: Brady ha perdido todo lo que le hace ser "Brady" y no es capaz siquiera de moverse unos centímetros de su silla inmóvil de la habitación del hospital en el que está, podría decirse que, en este libro, no es una amenaza (aunque se empieza a formular que será una próximamente), pero quien le roba el papelazo en el escenario es Morris Bellamy, un tipo realmente perturbador que está tan lleno de obsesiones por su escritor preferido que, cuando este lo decepciona enormemente, irrumpe de joven en su casa, le roba todas las grandes cantidades de dinero que tiene, y le pega un tiro en la cabeza.
Pero lo que Morris Bellamy realmente buscaba era otra cosa: los cuadernos llenos de nuevas historias de su escritor preferido, los cuales encuentra... y los cuales pierde al poco tiempo. Y, por tanto, se dispone a recobrarlo...
“They say half a loaf is better than none, Jimmy, but in a world of want, even a single slice is better than none.”
Pero esto ya es mucho adelantarse. Ha habido un cambio de villanos, pero los dos tienen un papel en la historia que simplemente no pueden sustituirse por cualquier otro, he disfrutado muchísimo de su punto de vista (todo lo que se puede disfrutar siguiendo los pensamientos de un asesino demente, claro está), y os aseguro que esta novela está a la altura de su antecesora, y hay incluso quienes dicen que la supera.
Bueno, pues allá vamos con la reseña finalmente, ¿os parece?
¿De qué trata?
Quizá lo de "búsqueda del tesoro" es una manera simplona e incluso divertida de llamarlo, pero es bastante cierta. Toda la historia gira en torno a una persecución, y ya no hablamos solo de carreras, esquives y golpes, sino que hay mucho más: engaños, mentiras, muchas elucubraciones, y un sin fin de maldades, que vienen prácticamente de todos lados.
Finders Keepers es una obra impresionante en cuanto a lo mucho que el ser humano es capaz de traicionar con tal de hacerse con lo que cree "suyo" por derecho; como la historia sigue numerosas perspectivas, al final uno tiene un cacao de quién tiene las de ganar, pero todo se va resolviendo (eso sí, con mucha sangre), y pronto nos encontraremos frente a un final explosivo, tan grande como el de Mr. Mercedes, incluso diría más: mucho más angustioso.
En cualquier caso, vayamos a lo concreto, que siempre es lo mejor: Finders Keepers realmente es la gran historia de venganza de Morris Bellamy, un joven obsesionado con el gran escritor John Rothstein que, tras decepcionarlo grandemente al dejar de escribir y dedicarse a otra cosa, busca hacerle pagar. Lleno de ira sin poder ser contenida, irrumpe en su casa una noche, liderando una banda de chavales que quieren hacerse con una buena cantidad de dinero, y, aunque lo encuentran, lo que Morris más deseaba eran los cuadernos llenos de historias sin publicar de Rothstein, los cuales se queda tras pegarle un tiro en la cabeza que incluso a él le pilla por sorpresa.
Después, desaparece.
Pero es tan solo un tiempo después cuando es detenido. No obstante, no es por lo que cree. En un momento de poca lucidez, ha cometido otro delito impensable que, aunque no lo aprisiona por el asesinato del famoso Rothstein, sí que lo deja durante no menos que larguísimos treinta y cinco años sufriendo el calvario de una prisión horrenda. Pero ahora, cuando finalmente sale de ella, Morris busca desesperadamente los libros y el dinero que escondió... para darse cuenta de que han desaparecido.
Y esto, ¿por qué es? Pues porque el que ahora vive en su casa, el adolescente Pete Saubers, los ha encontrado, y, durante mucho tiempo, ha estado ayudando a su familia económicamente con el dinero hallado. Los cuadernos se los ha guardado... y Morris hará lo que haga falta por recobrarlos.
“When someone says they’re going to be honest with you, they are in most cases preparing to lie faster than a horse can trot.”
Pero HAY MÁS AÚN. Pues un compañero de Morris también está tras la pista de Pete Saubers, y sabe exactamente cómo jugar sus cartas para engañar y acabar completamente con la seguridad del chico, y, así, hacerse con el "tesoro" encontrado.
Por otro lado, de manera paralela y sin tanta presencia en la historia, se encuentra el astuto trío de investigadores del retirado Bill Hodges, el que atrapó al Asesino del Mercedes en el libro anterior; Holly Gibney, a quien aún le queda un largo camino para hallar una paz interior que nunca ha tenido; y Jerome Robinson, que, con un buen futuro por delante, se niega a dejar marchar el caso que acude a ellos... la hermana pequeña de Pete Saubers les ha pedido ayuda, y, como es una conocida, deciden hacer lo que puedan por entender qué es lo que sucede con el chico... Pero el tiempo va claramente en su contra: cuanto más se acercan los "lobos" hacia Pete, más probabilidades hay de que el chico no salga nada bien parado de lo que va a suceder...
Una trama aceleradísima, llena de tensión, de cambios en la perspectiva, y de muchísimo ingenio en cuanto a estafas, muertes, mentiras y un millar de amenazas, que deja los nervios a flor de piel y una idea clara de que, pase lo que pase, sucederá algo muy, muy GRANDE
Últimamente hay muchísima gente que se desvive por exclamar a los cuatro vientos que Stephen King es el genio entre los genios... La verdad, no puedo tampoco tratarlos con mala consideración, pues tienen razón en muchísimos aspectos. No obstante, yo me había leído otras obras de King y me había encontrado bastante... digamos... neutra en cuanto a opiniones.
It estaba bien, pero se hacía pesado, lo que generaba menos tensión en el libro; El Resplandor era una novela muy original, daba mucho miedo, pero, al final, notaba que le faltaba cierta introspección de los personajes para hacerse más buena; El pasillo de la muerte (conocido también como La milla verde) me gustó mucho más, era más oscuro a mi parecer, pero, aun así, no encontré ningún personaje con el que maravillarme... Total, que King, para mí, era un escritor muy bueno, pero tampoco "de los mejores". Hasta que di con Mr. Mercedes. Y entonces todo cambió.
No voy a decir que sea el mejor entre los mejores, pero cielos, King es muy bueno, me consiguió enganchar con el villano de Mr. Mercedes, un tipo al que acabé conociendo mucho más que incluso a los propios protagonistas detectivescos... Y vaya si no disfruté entendiendo por qué el asesino era así, qué lo había llevado a matar de esa forma tan horrible.
La historia me pareció desdeñosa, cruel, el pensamiento de Brady estaba hecho para humillar a todo lo que existiera a su alrededor, y su odio era muy, muy palpable... Esperé y deseé que Morris Bellamy estuviera a su altura, y lo ha estado, de una manera completamente alucinante.
Me pareció, y lo tengo que decir, que la historia tardaba un tanto en "entrar en calor". No conseguí entrar en la novela hasta pasado un tiempo, en parte porque había saltos en el tiempo, y también de perspectiva, que me dificultaban interesarme por los personajes nuevos.
Pete Saubers, por ser realmente un chaval normal que tan solo quiere lo mejor para él y su familia, no me pareció demasiado icónico, pero finalmente me encontré muy enganchada a lo bien que se le daba esquivar los ataques de los lobos que iban directos a por él, y también empatizaba con sus meteduras de pata y sus miedos tan visibles.
“No. I was going to say his work changed my life, but that’s not right. I don’t think a teenager has much of a life to change. I just turned eighteen last month. I guess what I mean is his work changed my heart.”
Por otro lado, a Morris me costó cogerle el tranquillo, pues no era un tipo completamente demente como Brady, pero sí que era mucho más agresivo físicamente, tenía más experiencia y sabía ser un lobo, daba igual al edad que tuviera.
Por lo cual me encontré sintiendo un claro respeto hacia él... tantos años de prisión, y lo que conllevan (golpes, burlas, humillaciones y violaciones) lo hicieron convertirse en un tipo peligrosísimo, alguien que nunca perdió esa intensa obsesión hacia su escritor preferido. Y claro, si en treinta y cinco largos años de prisión la única esperanza que tienes es que, al salir, podrás leer lo que él ha escrito... y te encuentras con que han desaparecido estos libros... Se puede decir que estarías muy, muy furioso.
“You know what, kid? It's guys like you who give reading a bad name.”
La trama, como comento, tarda un poquito en empezar, comienza mostrando a todos y cada uno de los personajes, a cómo son, y, sobre todo, qué intenciones tienen, cómo de peligrosos pueden llegar a ser.
Ahí se separa claramente entre los buenos y los malos, los cazadores y las presas, pero sigue habiendo mucho caos en cuanto a los jugadores que hay en la historia. Finalmente, comprobados que hay cerca de cuatro bandos, dos de buenos, dos de malos, por decirlo simplemente, aunque algún que otro personaje más también tiene su papel en la historia.
Y cuando la trama empieza a tener mucha más fuerza, quizá pasadas las cien primeras páginas, a partir de entonces ya es todo un asegurado no parar de acción.
Las situaciones son embarazosas, peliagudas, peligrosas, los momentos de estrés llegan a mansalva y apenas dejan respirar, todos amenazan con devorar hasta los huesos al pobre Pete, y su desconfianza hacia todos no le permite confiar en Bill Hodges y compañía.
La trama acaba siendo, por tanto, muy acelerada. Ya lo era al inicio, que comienza directamente con el asesinato a sangre fría de Rothstein, pero es que mejora en cuanto a tensión conforme vamos leyendo, con momentos intensos como el de la tienda de libros, el café en el que Drew le hace un gran chantaje a Pete, la conversación que éste tiene en el coche de Bill Hodges, y, claro está, la grandísima escena del final que hace estallar toda la tensión en llamas.
Todos los personajes están entre espada y pared, y eso es lo que a King mejor se le da mostrar: cómo cada uno de ellos, en estas situaciones límite, están tan desesperados que serían capaces de hacer CUALQUIER COSA con tal de escapar de la situación y salirse con la suya. No hablo solo de Morris o Drew, sino de tantos otros, incluso los considerados "buenos".
A mi parecer, Finders Keepers no tiene la astucia expresiva en los diálogos que tiene su predecesor, Mr. Mercedes, pero tiene algo también muy importante, y es que está plagadísimo de amenazas, tanto que apenas puedes respirar.
Me han faltado más juegos y sutilezas entre el persecutor y el perseguido, como pasaba anteriormente entre Bill Hodges y Brady Hastfield, cuya batalla era al inicio simplemente intelectual y con muchas provocaciones, pero de seguro que también me ha enganchado este estilo de amenaza, que era mucho más directo, a punta de pistola literalmente, lo que añade más acción física a la trama.
Personalmente, lo digo y lo diré hasta la saciedad: ¡menuda maravilla, qué joyita de segunda parte!
Un antagonista obsesivo y desquiciado que no tiene nada que perder, un estafador mezquino y controlador que tiene a su presa entre sus garras, un policía retirado tras la pista de algo más peligroso de lo que cree, y un adolescente desesperado que, sin más escapatoria, comete un terrible error que puede costarle su vida y la de sus seres queridos...
... Y es con estos personajes con los que se forma una historia delirante y persecutoria, un no parar de acción que a mí me dejó enganchadísima de inmediato.
Cuando leí por primera vez a King, no podría haberme imaginado que él podría pasar a escribir cosas con tanto detalle psicológico sin que le temblara el pulso.
El estudio que hace de los personajes es quirúrgico, no se deja nada atrás, y no duda en plasmar no solo lo más importante de ellos, sino cada detalle de su perfil, desde la relación con sus padres, sus relaciones románticas, cómo se llevan con sus hermanos (si es que tienen), en qué trabajan y en qué les hubiera gustado trabajar... De todo, de todo.
King ha creado a personas de carne y hueso, tan reales que también sabes que se pueden venir abajo en cualquier momento, lo interesante de esta serie de libros no es que te puntualice con enormes señales luminosas qué es EXACTAMENTE lo que ha hecho al asesino matar, sino que te da varias pistas, te expone la mente del criminal a plena luz del día, y cada lector sacará diferentes conclusiones.
Aunque con Morris Bellamy no tenemos tanto "marco psicológico" por el cual guiarnos, es decir, que no se sabe tanto de su pasado, sus relaciones y sus miedos como en el caso de Brady Hartsfield, sí que me he acabado haciendo una clara idea de todo lo que ha podido pasar para que cayera en tal agujero, cuando lo único que te sostiene anímicamente es la lectura, en especial de un escritor que te ha acabado defraudando enormemente y al que podías incluso considerar como el padre de toda tu personalidad, y además tienes un historial de delincuencia juvenil bastante amplio, puedes acabar como Morris, quien, además, tampoco es que tuviera una situación en casa muy estable.
De hecho, la tortura psicológica de su infancia y adolescencia está en parte en su madre, algo que resuena a lo que le pasaba a Brady con la suya, aunque en el caso de Morris no hay deseo ni fuerte apego, sino más bien rabia de que ella no deje de desvalorizar sus ideas acerca del mundo.
En cualquier caso, como digo, todas estas cosas están menos profundizadas que en la historia personal del Asesino del Mercedes, pero al final leer directamente los pensamientos de Morris, y toda su furia cultivada desde su infancia, nos hace entender mucho mejor con quién lidiamos.
Precisamente, me gustan más estos dos libros de Stephen King que sus otros porque no se centra en lo paranormal, sino en lo psicológico, en eso tan aterrador que está dentro de nosotros mismos, y que, si no manejas bien, puede llevar a la enajenación total.
En esta historias trabaja mucho el tema de las obsesiones, especialmente del asesino, pero también muestra una realidad cruda: aparte de los que muy claramente son los malos, como Morris, hay otros personajes que, aunque no hayan matado, no son trigo limpio, y harán todo lo posible por atrapar y destruir a su objetivo crucial, en este caso, el vulnerable Pete Saubers.
“A good novelist realizes he is a secretary, not God.”
Pete ha sido un buen personaje, entraba dentro de los que no destacan demasiado porque están hechos para ser bastante normales, bastante del día a día, pero precisamente que fuera tan real, que fuera un chico tan corriente pese a todo, me hizo conectar mucho con él, y, además, tenía bastante carisma en ciertos momentos, muchas veces metía la pata, pero, para su edad, sabía desenvolverse muy bien en ocasiones donde cualquiera de nosotros nos habríamos quedado congelados de puro miedo.
Bill Hodges y su "tropa" son, curiosamente, los que a mí menos me han llamado la atención, posiblemente porque, en esta ocasión, no eran tan importantes como otros personajes, como pueden ser Bellamy o Saubers.
Me sentía muy segura con Bill, Holly y Jerome, y son definitivamente unos personajes inolvidables, sobre todo porque los tres no se parecen en nada, y la diferencia de edad es bastante notable, pero, pese a todo, tienen un buen rollito entre ellos que me parece maravilloso.
Tenían muy buenas escenas juntos, aunque, al final, tampoco hacían demasiado trabajo investigador como en el primer libro, pero, aun así, destacaban entre el estado lúgubre de la historia con sus burlas entre ellos, sus tomaduras de pelo y lo mucho que se querían y se esforzaban por ayudar a Pete.
Bill, Holly y Jerome ya son personajes a los que creo conocer de cabo a rabo, por lo que no estaba tan atenta con ellos, pero siguen siendo alucinantes, y aún tienen muchas cosas que revelar de sí mismos, además de que hacen un trío formidable, de los mejores que me he encontrado en todas las novelas de crímenes que me he leído.
Los otros personajes son mucho más secundarios, algo que destaca de esta trilogía es que parece que hay pocos personajes principales, pero esto es mucho mejor, porque, aunque haya numerosas perspectivas, al final nos ceñimos a pocos bandos y conectamos mucho mejor con ellos, tanto con los buenos como con los malos.
El desarrollo de los personajes también ha sido bueno, no muy grande como para que parezca exagerado, pero, para el poco tiempo que ha pasado dentro de la novela, me parece que tienen buenas evoluciones. Realmente, son unos personajes de diez, se han ganado un espacio importante en mí.
Una prosa que sabe perfectamente lo que hace, bastante concreta y directa, que no se corta a la hora de presentar malos pensamientos o perspectivas traicioneras y crueles, y que ya domina una profesionalidad que hace que no tiemble el pulso en ningún momento
Tantos años de escritura, y tantísimos libros publicados en ellos, SE HACEN VER.
Stephen King ya tiene un dominio del lenguaje que solo se puede encontrar desde la experiencia, sabe moverse por la historia como el rey de ella que es, pero también entiende que tiene que dejarse guiar por los propios personajes y ver a dónde le llevan.
“A good novelist does not lead his characters, he follows them. A good novelist does not create events, he watches them happen and then writes down what he sees.”
Hay mucha fluidez en el relato, eso es lo que quiero decir, la historia no avanza a trompicones como podría suceder en otras, sino que va justo al grano, es directa y el autor sabe lo que hace, domina la prosa y, a su vez, no solo idea escenas interesantísimas y llenas de tensión, sino que también sabe cómo plasmar esa tensión con las palabras, cómo manejar el lenguaje para guiarnos por un camino u otro, e incluso jugar con nuestras propias sospechas.
La prosa de King es bastante directa, bastante cruda, y muy bruta, en el sentido de que no duda en emplear palabrotas cuando mejor convienen según los personajes y la situación de la historia (sin excederse para nada), o crear situaciones de dolor y rabia tan intensas que realmente te quieres "cagar en todo" como los propios personajes (y perdón por este lenguaje malsonante).
Sabe crear mucha desesperación, sabe cerrar todas las salidas, y hacer que el lector no tenga ni idea de cómo los protagonistas van a poder escapar de lo que se les cae encima.
En este libro también ha habido mucho juego de astucia, de que cada cual intentaba engatusar y engañar a otros, y King ha sabido manejar estas cosas para hacer que se vea increíblemente peliagudo.
Aunque hay menos "provocaciones" expresivas que en Mr Mercedes, Finders Keepers tiene posiblemente muchas más amenazas, y desde diferentes lados, así que hay que estar alerta en todo momento.
En la novela también hay mucho contenido literario, como no podía faltar al centrarse plenamente en una historia ficticia sobre escritos desaparecidos y un aclamado autor de novelas consideradas obras magnas de la literatura del siglo XX... Pero no hay tanto contenido literario como me imaginaba, lo que creo que es mejor, porque no me desenganché de la trama principal.
“For readers, one of life’s most electrifying discoveries is that they are readers—not just capable of doing it (which Morris already knew), but in love with it. Hopelessly. Head over heels. The first book that does that is never forgotten, and each page seems to bring a fresh revelation, one that burns and exalts: Yes! That’s how it is! Yes! I saw that, too! And, of course, That’s what I think! That’s what I FEEL!”
Aun así, Stephen King juega mucho con el terreno de la literatura, desde presentar a un personaje que es un entretenido y simpático profesor de Lengua y Literatura hasta hacer observaciones acerca de otros autores del siglo pasado, como lo es Hemingway, o, por ejemplo, ir revelando más acerca de lo que trataban las obras del ficticio escritor John Rothstein y su mítica frase "Shit don't mean shit", que se repite a lo largo de la historia, hay algunos personajes, como Morris, que consideran que quiere decir que no debe importarte nada en el mundo, que lo único que importa es sobrevivir y superar cualquier obstáculo en tu camino, ni siquiera las vidas ajenas importan "una mierda", pero luego Holly Gobney, por ejemplo, le da otro "insight" al decir "That shit means a lot", es decir, que sí que hay cosas que importan en el mundo, como el cariño que te pueda dar un viejo amigo, incluso con todas las adversidades que hay por delante.
Hay dos puntos de vista, entonces: el nihilista, y el valorativo, y los dos están muy bien trabajados, y conducen a distintos desenlaces para cada uno.
“Go with your bad self.”
Vamos, en resumen, que se puede decir que he disfrutado muchísimo de Finders Keepers, y no dudo en que los fans del primero gozarán de él somo solo se puede estar enganchado a las novelas de Stephen King, creo que, con esto, ya me he sumado al montón de gente que adora a este escritor, y, para mí, este libro y su anterior son unas auténticas joyas que son tanto escalofriantes como auténticamente innovadoras.
Un grandísimo aplauso, ¡qué absoluta maravilla de libro!
Conclusión
En conclusión, Finders Keepers es una segunda parte buenísima que no pierde en ningún momento su acelerado ritmo, con una trama ágil y muy activa, un final que me dejó sin respiración, y unos personajes que estaban muy conseguidos y tenían muchísimas capas.
Lo que es más, la prosa sabía moverse por su propio escrito sin vacilar, dominaba a la perfección distintas perspectivas y sabía generar tensión en los momentos más indicados.
Sinceramente, un libro del que es imposible desengancharse, y una excelentísima continuación de su anterior, que lleva a que tenga unas ganas tremendísimas de leerme cuanto antes el último de la trilogía...
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 5/5
♫ Acción: 5/5
♫ Trama: 4.75/5
♫ Originalidad: 4.5/5
♫ Tensión: 5/5
♫ Tensión: 5/5
♫ Desenlace: 4.75/5
♫ Prosa: 5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 10/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/
VALORACIÓN PERSONAL: 10/10
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