Título: Esmeralda (El Amor Más Allá del Tiempo #3)
Autor: Kerstin Gier
Editorial: Montena
Canción Identificada:
Sinopsis:
¿Qué se puede hacer cuando te han roto el corazón? Sin duda, la mejor terapia consiste en telefonear a tu mejor amiga, comer chocolate y hundirte durante semanas en la autocompasión. Lo malo es que la última viajera en el tiempo, Gwendolyn, tiene que emplear sus energías en cosas muy distintas; por ejemplo, sobrevivir. Porque los hilos que ha tejido el turbio conde de Saint Germain en el pasado se tensan ya para urdir una peligrosa red también en el presente. Con el objetivo de desvelar las intenciones secretas del Conde, Gwendolyn y Gideon, olvidando por un momento sus penas de amor, no solo deben bailar un minué en una esplendorosa fiesta en el siglo XVIII, sino también lanzarse a vivir increíbles aventuras que les llevarán más allá de las fronteras del tiempo.
Opinión:
El desgarro de terminar una saga de libros que te ha gustado mucho no puede ser comparado por ningún otro dolor de este mundo.
No es mi favorita... Ahora no es que me guste mucho, pero incluso entonces, cuando me la compré, ya hace un tiempo, tampoco es que me entusiasmara al nivel de las sagas que me estaban robando el corazón en esos momentos (como ejemplo Cazadores de Sombras y, por supuesto, Memorias de Idhún). Aun así, no dudaría en aquel entonces en posicionar a esta trilogía en uno de los puestos más elevados de la estantería... probablemente el tercero, si hago buena memoria.
“‹‹Si bien en el presente el pasado ya ha sucedido, es preciso extremar la prudencia para no poner en peligro lo presente a través de lo pasado al hacerlo presente>>”
Son fases, por supuesto, y al final uno cambia y sus gustos se diversifican y se encaminan a otras sendas. A saber qué será de mi libro favorito en unos dos años...
Como sea, centrándonos en el pasado (qué mejor forma que empezar una reseña que tratará de viajes en el tiempo que embarcándome en uno personal), este libro significó mucho, mucho para mí... En repetición a todas las palabras nerviosas y con brío que he soltado en las dos anteriores reseñas, se debe a la idea central, y a sus personajes.
Siempre dan ganas de darse cabezazos cuando uno lee sinopsis como la de este libro... El por qué es claro: parece que consiste, ni más ni menos, que en una lectura cliché y pastelosa, cuando la realidad es muy distinta: son risas, son llantos, son viajes en el tiempo a los lugares más insospechados, palacios del rococó que esconden misterios y traiciones, puñaladas en la espalda, sombras que te persiguen, y un secreto que es el centro de todo, y que puede llegar a costar la vida de los personajes...
Y en un plus a esto está el orbe de toda la saga... Viajes en el tiempo, lealtades traicioneras, amistades duraderas, ¡fantasmas amigables! ¡Gárgolas parlanchinas!
Es como si de pronto nos hallásemos en la mente de un niño pequeño, con las cosas más disparatadas y originales a existir. Y es que la mente de Kerstin Gier es en muchos aspectos como la de una dulce niñez que no tiene fin, y esto afluye en un libro animado, colorido, con toques fantásticos en todas las esquinas y decorando su interior, presentándonos un apabullante universo de magia e invenciones de lo más creativas.
“Don’t be scared,” said a voice behind me.
Those must certainly fall into the category of Famous Last Words, the sort that are the last thing you hear before your death. (Along with “it isn’t loaded” and “he only wants to play.”) Of course I was terrible scared.”
Esto es ensalzado, además, con una voz narrativa risueña, optimista, divertida y muy cómica, que pone el toque de burla y de descaro en cada momento difícil y ablanda nuestro corazoncito con sus metáforas descabelladas y su lucha interna, así como enamorándonos perdidamente de ella por su dulzura, su amor, y sus intensos sentimientos.
Si bien los viajes en el tiempo nunca han sido un camino de rosas, ya no son lo que antes eran: ahora son mucho, mucho más peligrosos, y se asientan en un misterio que pocos conocen y que a nuestros protagonistas les puede costar la vida resolver...
Porque por supuesto, nuestra querida Gwen no se va a quedar mascando por más tiempo todas esas dudas y toda esa curiosidad sobre su línea genealógica que tanto la ha estado acosando, y piensa enterarse cuanto antes de qué es lo que tan oculto necesita estar, y para a un cruel y descomunalmente ingenioso e inteligente conde que no parece querer nada más que acabar con la armonía de toda la cronología temporal... ¡y el tiempo apremia!
Sufriendo un mal de amor, incapaz de mirar a Gideon a los ojos sin que se le caiga el mundo (y sin que se ponga a despotricar, porque ya sabemos el poco autocontrol que tiene nuestra amada prota en estas situaciones), a Gwendolyn no le queda más remedio que aceptar que tendrá que volver a confiar en quien le ha pisoteado su corazón para salvarse el pellejo, porque, de nuevo, nuestros dos personajes favoritos serán lanzados a una amenazadora misión... que cambiará en definitiva el curso de todo el mundo.
La saga pega un salto completamente exponencial con este libro, sin ni una sola bajada, y hace que en el acto se convierta en mi libro preferido de estos tres... Las razones son muy variadas, pero las más importantes son que hay mucha, mucha más acción, muchas, muchas más intrigas, y mucha, mucha evolución en los personajes.
¿Qué secretos guardan Paul y Lucy que les han llevado a ocultarse de tal manera del ojo de los demás de su familia? ¿Qué ocultaba su abuelo en esa misteriosa caja, y qué hay tras su muerte? ¿Cuáles son las verdaderas intenciones del misterioso y fría,mente calculador Conde de Saint Germain?
Todo esto quedará resuelto, y la misión parece sencilla... Pero ah, ya nos conocemos lo endemoniadamente complejas que son las historias de Gier, y sabemos también que difícilmente los problemas abandonarán a nuestra protagonista.
No nos queda más remedio que sentarnos en el sofá, dedos entrelazados y corazón bombeando a cien de los nervios, y sumergirnos en una de las lecturas más fascinantes de toda la literatura romántica.
Por otro lado está la portada... con unos colores muy bonitos, y con un fondo que transporta irremediablemente al lugar que se muestra, así como un toque mágico muy singular... Pero luego nos encontramos con el careto de una adolescente.
Realmente, nunca he sido partidaria de que salgan personas en las portadas, más que nada porque pasa esto, que todo queda horrible. Y esta es de las portadas más trabajadas con respecto a las caritas que ponen, pero hay verdaderas abominaciones.
Acepto que le da más cercanía, si cabe, a la protagonista, y la chica que sale en la foto es mona (aunque no sé identificar su edad, parece mucho, mucho, mucho más joven), su mirada es tanto inteligente como suave... Está bien, vamos. Pero ¿qué sentido hay en poner una cara en una portada?
Si fuera un poco más natural, estaría bien, pero es que en esta trilogía todas las poses que hace la chica parecen muy forzadas, como si se estuviese haciendo un selfie en cada una de las localizaciones...
En fin, cosas de portadas con caritas, qué se le va a hacer. No puedo quejarme, hay cosas mucho más espantosas. Además, la foto me ha mostrado a una Gwen tal y como yo me la imaginaba, así que tampoco es para quejarme.
Desde luego, el cariño ya está cogido a los personajes, ¡y en sobremanera!
En dos libros la escritora-alemana-destructora-de-sentimientos se las apaña para hacernos babear con la complejidad de sus personajes, hacernos amar cada uno de ellos (¡virtudes y defectos!), y abrazar el libro y pensar en sus protagonistas como única realidad existente en nuestras vidas.
Kerstin se separa de la línea que en los anteriores libros estaba siguiendo y bombardea a la alocada audiencia con más misterios, más desvelamientos, más acción, más relaciones complejas, más sentimientos amorosos, más encuentros, más despedidas, más risas, más lloros, más abrazos y más sacrificios...
En cuanto al romance, la escritora vuelve a hacer que tenga importancia, pero no abusa de él en absoluto, sino que lo deja fluir metiendo de por medio problemas y traiciones y acción que apenas nos da tiempo para centrarnos en él.
“Mi corazón se desbocó y luego dejó de palpitar un instante. ¡Fantástico! Mi corazón podía aguantar tranquilamente una estocada, pero Gideon era demasiado para él."
(y por eso me entanta en sobremanera el libro... sabe reírse del amor verdadero y el amor adolescente con una sencillez y una astucia impresionantes)
El libro comienza donde el anterior lo dejó: con corazones rotos, tanto el de la protagonista como el de los lectores, ansiosos por saber si se van a arreglar las cosas entre estos dos personajes.
“¿No podríamos seguir siendo amigos?... -Seguro que muere un hada cada vez que en algún lugar del mundo se formula esta pregunta.”
Como no podía ser de otra manera, Gwen maneja el desamor de excelente forma: con sus comentarios mordaces, sus ingeniosas contestaciones, sus resoplidos, sus bufidos, sus ojos en blanco y sus observaciones puntillosas y burlonas.
Sin perder, por supuesto, ese descomunal encanto que la rodea y que crea un profundo amor en los lectores.
"Una mentira disculpable, en mi opinión; tampoco iba a refregarle por las narices las lágrimas vertidas y mi urgente deseo de morir de tuberculosis."
Es, sin lugar a dudas, una de las protagonistas femeninas que más me han gustado de todos los libros que me he leído hasta la fecha.
No es una badass sin causa, no es perfecta ni fuerte ni tiene crueldad en ella. No es enigmática y asesina, ni nada de esas cosas que tan bien quedan en innumerables libros... Es una chica de nuestro mundo, torpe, insegura, también tenaz y obstinada, cercana pero con la cabeza en las nubes, que siempre saca el humor de cada situación y tiene una alocada imaginación.
Presentarnos su rico mundo interior en esta trilogía ha sido una maravilla, y ha sido terriblemente doloroso tener que despedirme de ella.
“You mean he's not afraid of me because I'm a woman? He ought to see Tomb Raider sometime. For all he knows, I could have a nuclear bomb under my dress and a hand grenade in each cup of my bra. I call it antifeminist!”
En contra de los furiosos corazones encendidos de los demás lectores, yo no he sentido ganas de insultar a Gideon, de meterme en el libro y abofetearle, ni nada de esas cosas... La razón está en que claramente lo que dijo delante del conde era falso.
En esta trilogía, llevo amando y enterneciéndome con Gideon desde el momento en el que salió en escena, y he llegado a ver qué se oculta bajo esa primera fachada de "don perfecto rompecorazones", y sé que hay un joven con un corazón de oro que quiere con locura a Gwen, así que estaba segura de que iban a volver juntos y lo iban a arreglar, porque le conozco, creo conocerle de verdad, y he visto la otra cara de su persona y también me he enamorado de ella.
Gideon ha sido otro personaje redondo, por el que acabas llorando incontrolablemente en el final, a quien acabas por querer como su fuera un hijo tuyo.
Más allá de esa rectitud, de esa mente que no deja de ordenar y controlar y ver qué es lo útil y lo manejable y lo que está a su favor en todo momento, Gideon también es inseguro, y tiene grandes vulnerabilidades que en este libro quedan al descubierto, y es que tiene una gran curiosidad, un espíritu aventurero, una fascinación por los inventos desmedida, y un gran cariño a su compañera.
"— ¿Conoces Campanilla?
— Encuentro que sus inventos son geniales — afirmó Gideon."
Luego hay otros diamantes que resplandecen en este libro, como los siguientes:
Xemerius... esa gárgola pesada y divertida que, aun siendo útil en numerosas ocasiones, siempre logra irritar y sacar unas risas abruptas a los lectores. Sin él, este libro perdería mucha chispa.
Además, quedaba extremadamente bien que le añadiese gracia y burla al amor adolescente, hacía que la parte romántica no fuera nada pastelosa sino una divertida composición de un chico perfeccionista y estricto, una chica burlona y torpe, y entre medias de sus relaciones amorosas una gárgola parlante que no duda en hacer los comentarios más mofosos.
“—Oh, por Dios —gimió—. Si fueras un programa de la televisión, cambiaría ahora mismo de canal. "
Leslie...una ricura de personaje, también muy tierna, muy leal, y muy divertida, dispuesta a darlo todo por desvelar cualquier misterio y ayudar a su mejor amiga.
Charlotte...un personaje... que de veras que es muy profundo, y está muy bien caracterizado, y creo que se le podría haber sacado mucho, mucho partido (he echado en falta que se supiese más de ella), porque toda esa presión de ser perfecta y estar destinada a ser la viajera en el tiempo puede llegar a ocasionar un gran bajón cuando te das cuenta de que no eres la elegida...¿Tiene ella realmente la culpa de ser así?, y más personajes...
¿¿No concuerdan las personalidades de estos personajes con los de esta serie (Chloe-Charlotte, Adrien-Gideon, Marinette-Gwen)??
“Hearts can't be broken because they're made of marzipan.”
En este libro, Kerstin Gier juega todas sus cartas y nos planta una historia exquisitamente compleja, demoledora, tierna y mágica, que, pese a tener una extensión mayor que en los otros dos libros, se lee, a mi juicio, que mucha más voracidad.
La realidad es que se trata de un libro hecho para ser consumido en cuestión de pocas horas, porque te arrastra con su trama llena de acción y misterio y te traga con sus enredos en las relaciones y en las segundas intenciones de los personajes.
Ha sido, sin duda alguna, el mejor libro de los tres, porque los personajes ya estaban plenamente desarrollados y ya estaba prendida a sus protagonistas, y su final grandioso y aplastante, fue una conclusión más que magnífica para una serie que logró cautivar, a mí y a millones de más lectores, a lo largo de su progreso.
Más que recomendado. ¡Un final que deja un muy buen sabor de boca... y unas terribles ganas de llorar sobre la almohada de haber terminado la saga!
El desgarro de terminar una saga de libros que te ha gustado mucho no puede ser comparado por ningún otro dolor de este mundo.
No es mi favorita... Ahora no es que me guste mucho, pero incluso entonces, cuando me la compré, ya hace un tiempo, tampoco es que me entusiasmara al nivel de las sagas que me estaban robando el corazón en esos momentos (como ejemplo Cazadores de Sombras y, por supuesto, Memorias de Idhún). Aun así, no dudaría en aquel entonces en posicionar a esta trilogía en uno de los puestos más elevados de la estantería... probablemente el tercero, si hago buena memoria.
“‹‹Si bien en el presente el pasado ya ha sucedido, es preciso extremar la prudencia para no poner en peligro lo presente a través de lo pasado al hacerlo presente>>”
Son fases, por supuesto, y al final uno cambia y sus gustos se diversifican y se encaminan a otras sendas. A saber qué será de mi libro favorito en unos dos años...
Como sea, centrándonos en el pasado (qué mejor forma que empezar una reseña que tratará de viajes en el tiempo que embarcándome en uno personal), este libro significó mucho, mucho para mí... En repetición a todas las palabras nerviosas y con brío que he soltado en las dos anteriores reseñas, se debe a la idea central, y a sus personajes.
Siempre dan ganas de darse cabezazos cuando uno lee sinopsis como la de este libro... El por qué es claro: parece que consiste, ni más ni menos, que en una lectura cliché y pastelosa, cuando la realidad es muy distinta: son risas, son llantos, son viajes en el tiempo a los lugares más insospechados, palacios del rococó que esconden misterios y traiciones, puñaladas en la espalda, sombras que te persiguen, y un secreto que es el centro de todo, y que puede llegar a costar la vida de los personajes...Y en un plus a esto está el orbe de toda la saga... Viajes en el tiempo, lealtades traicioneras, amistades duraderas, ¡fantasmas amigables! ¡Gárgolas parlanchinas!
Es como si de pronto nos hallásemos en la mente de un niño pequeño, con las cosas más disparatadas y originales a existir. Y es que la mente de Kerstin Gier es en muchos aspectos como la de una dulce niñez que no tiene fin, y esto afluye en un libro animado, colorido, con toques fantásticos en todas las esquinas y decorando su interior, presentándonos un apabullante universo de magia e invenciones de lo más creativas.
“Don’t be scared,” said a voice behind me.
Those must certainly fall into the category of Famous Last Words, the sort that are the last thing you hear before your death. (Along with “it isn’t loaded” and “he only wants to play.”) Of course I was terrible scared.”
Esto es ensalzado, además, con una voz narrativa risueña, optimista, divertida y muy cómica, que pone el toque de burla y de descaro en cada momento difícil y ablanda nuestro corazoncito con sus metáforas descabelladas y su lucha interna, así como enamorándonos perdidamente de ella por su dulzura, su amor, y sus intensos sentimientos.
Si bien los viajes en el tiempo nunca han sido un camino de rosas, ya no son lo que antes eran: ahora son mucho, mucho más peligrosos, y se asientan en un misterio que pocos conocen y que a nuestros protagonistas les puede costar la vida resolver...
Porque por supuesto, nuestra querida Gwen no se va a quedar mascando por más tiempo todas esas dudas y toda esa curiosidad sobre su línea genealógica que tanto la ha estado acosando, y piensa enterarse cuanto antes de qué es lo que tan oculto necesita estar, y para a un cruel y descomunalmente ingenioso e inteligente conde que no parece querer nada más que acabar con la armonía de toda la cronología temporal... ¡y el tiempo apremia!
Sufriendo un mal de amor, incapaz de mirar a Gideon a los ojos sin que se le caiga el mundo (y sin que se ponga a despotricar, porque ya sabemos el poco autocontrol que tiene nuestra amada prota en estas situaciones), a Gwendolyn no le queda más remedio que aceptar que tendrá que volver a confiar en quien le ha pisoteado su corazón para salvarse el pellejo, porque, de nuevo, nuestros dos personajes favoritos serán lanzados a una amenazadora misión... que cambiará en definitiva el curso de todo el mundo.
La saga pega un salto completamente exponencial con este libro, sin ni una sola bajada, y hace que en el acto se convierta en mi libro preferido de estos tres... Las razones son muy variadas, pero las más importantes son que hay mucha, mucha más acción, muchas, muchas más intrigas, y mucha, mucha evolución en los personajes.
¿Qué secretos guardan Paul y Lucy que les han llevado a ocultarse de tal manera del ojo de los demás de su familia? ¿Qué ocultaba su abuelo en esa misteriosa caja, y qué hay tras su muerte? ¿Cuáles son las verdaderas intenciones del misterioso y fría,mente calculador Conde de Saint Germain?
Todo esto quedará resuelto, y la misión parece sencilla... Pero ah, ya nos conocemos lo endemoniadamente complejas que son las historias de Gier, y sabemos también que difícilmente los problemas abandonarán a nuestra protagonista.
No nos queda más remedio que sentarnos en el sofá, dedos entrelazados y corazón bombeando a cien de los nervios, y sumergirnos en una de las lecturas más fascinantes de toda la literatura romántica.
Por otro lado está la portada... con unos colores muy bonitos, y con un fondo que transporta irremediablemente al lugar que se muestra, así como un toque mágico muy singular... Pero luego nos encontramos con el careto de una adolescente.
Realmente, nunca he sido partidaria de que salgan personas en las portadas, más que nada porque pasa esto, que todo queda horrible. Y esta es de las portadas más trabajadas con respecto a las caritas que ponen, pero hay verdaderas abominaciones.
Acepto que le da más cercanía, si cabe, a la protagonista, y la chica que sale en la foto es mona (aunque no sé identificar su edad, parece mucho, mucho, mucho más joven), su mirada es tanto inteligente como suave... Está bien, vamos. Pero ¿qué sentido hay en poner una cara en una portada?
Si fuera un poco más natural, estaría bien, pero es que en esta trilogía todas las poses que hace la chica parecen muy forzadas, como si se estuviese haciendo un selfie en cada una de las localizaciones...
En fin, cosas de portadas con caritas, qué se le va a hacer. No puedo quejarme, hay cosas mucho más espantosas. Además, la foto me ha mostrado a una Gwen tal y como yo me la imaginaba, así que tampoco es para quejarme.
Desde luego, el cariño ya está cogido a los personajes, ¡y en sobremanera!
En dos libros la escritora-alemana-destructora-de-sentimientos se las apaña para hacernos babear con la complejidad de sus personajes, hacernos amar cada uno de ellos (¡virtudes y defectos!), y abrazar el libro y pensar en sus protagonistas como única realidad existente en nuestras vidas.
Kerstin se separa de la línea que en los anteriores libros estaba siguiendo y bombardea a la alocada audiencia con más misterios, más desvelamientos, más acción, más relaciones complejas, más sentimientos amorosos, más encuentros, más despedidas, más risas, más lloros, más abrazos y más sacrificios...
En cuanto al romance, la escritora vuelve a hacer que tenga importancia, pero no abusa de él en absoluto, sino que lo deja fluir metiendo de por medio problemas y traiciones y acción que apenas nos da tiempo para centrarnos en él.
“Mi corazón se desbocó y luego dejó de palpitar un instante. ¡Fantástico! Mi corazón podía aguantar tranquilamente una estocada, pero Gideon era demasiado para él."
(y por eso me entanta en sobremanera el libro... sabe reírse del amor verdadero y el amor adolescente con una sencillez y una astucia impresionantes)
El libro comienza donde el anterior lo dejó: con corazones rotos, tanto el de la protagonista como el de los lectores, ansiosos por saber si se van a arreglar las cosas entre estos dos personajes.
“¿No podríamos seguir siendo amigos?... -Seguro que muere un hada cada vez que en algún lugar del mundo se formula esta pregunta.”
Como no podía ser de otra manera, Gwen maneja el desamor de excelente forma: con sus comentarios mordaces, sus ingeniosas contestaciones, sus resoplidos, sus bufidos, sus ojos en blanco y sus observaciones puntillosas y burlonas.
Sin perder, por supuesto, ese descomunal encanto que la rodea y que crea un profundo amor en los lectores.
"Una mentira disculpable, en mi opinión; tampoco iba a refregarle por las narices las lágrimas vertidas y mi urgente deseo de morir de tuberculosis."
Es, sin lugar a dudas, una de las protagonistas femeninas que más me han gustado de todos los libros que me he leído hasta la fecha.
No es una badass sin causa, no es perfecta ni fuerte ni tiene crueldad en ella. No es enigmática y asesina, ni nada de esas cosas que tan bien quedan en innumerables libros... Es una chica de nuestro mundo, torpe, insegura, también tenaz y obstinada, cercana pero con la cabeza en las nubes, que siempre saca el humor de cada situación y tiene una alocada imaginación. Presentarnos su rico mundo interior en esta trilogía ha sido una maravilla, y ha sido terriblemente doloroso tener que despedirme de ella.
“You mean he's not afraid of me because I'm a woman? He ought to see Tomb Raider sometime. For all he knows, I could have a nuclear bomb under my dress and a hand grenade in each cup of my bra. I call it antifeminist!”
En contra de los furiosos corazones encendidos de los demás lectores, yo no he sentido ganas de insultar a Gideon, de meterme en el libro y abofetearle, ni nada de esas cosas... La razón está en que claramente lo que dijo delante del conde era falso.
En esta trilogía, llevo amando y enterneciéndome con Gideon desde el momento en el que salió en escena, y he llegado a ver qué se oculta bajo esa primera fachada de "don perfecto rompecorazones", y sé que hay un joven con un corazón de oro que quiere con locura a Gwen, así que estaba segura de que iban a volver juntos y lo iban a arreglar, porque le conozco, creo conocerle de verdad, y he visto la otra cara de su persona y también me he enamorado de ella.
Gideon ha sido otro personaje redondo, por el que acabas llorando incontrolablemente en el final, a quien acabas por querer como su fuera un hijo tuyo.
Más allá de esa rectitud, de esa mente que no deja de ordenar y controlar y ver qué es lo útil y lo manejable y lo que está a su favor en todo momento, Gideon también es inseguro, y tiene grandes vulnerabilidades que en este libro quedan al descubierto, y es que tiene una gran curiosidad, un espíritu aventurero, una fascinación por los inventos desmedida, y un gran cariño a su compañera."— ¿Conoces Campanilla?
— Encuentro que sus inventos son geniales — afirmó Gideon."
Luego hay otros diamantes que resplandecen en este libro, como los siguientes:
Xemerius... esa gárgola pesada y divertida que, aun siendo útil en numerosas ocasiones, siempre logra irritar y sacar unas risas abruptas a los lectores. Sin él, este libro perdería mucha chispa.
Además, quedaba extremadamente bien que le añadiese gracia y burla al amor adolescente, hacía que la parte romántica no fuera nada pastelosa sino una divertida composición de un chico perfeccionista y estricto, una chica burlona y torpe, y entre medias de sus relaciones amorosas una gárgola parlante que no duda en hacer los comentarios más mofosos.
“—Oh, por Dios —gimió—. Si fueras un programa de la televisión, cambiaría ahora mismo de canal. "
Leslie...una ricura de personaje, también muy tierna, muy leal, y muy divertida, dispuesta a darlo todo por desvelar cualquier misterio y ayudar a su mejor amiga.
Charlotte...un personaje... que de veras que es muy profundo, y está muy bien caracterizado, y creo que se le podría haber sacado mucho, mucho partido (he echado en falta que se supiese más de ella), porque toda esa presión de ser perfecta y estar destinada a ser la viajera en el tiempo puede llegar a ocasionar un gran bajón cuando te das cuenta de que no eres la elegida...¿Tiene ella realmente la culpa de ser así?, y más personajes...
¿¿No concuerdan las personalidades de estos personajes con los de esta serie (Chloe-Charlotte, Adrien-Gideon, Marinette-Gwen)??
“Hearts can't be broken because they're made of marzipan.”
En este libro, Kerstin Gier juega todas sus cartas y nos planta una historia exquisitamente compleja, demoledora, tierna y mágica, que, pese a tener una extensión mayor que en los otros dos libros, se lee, a mi juicio, que mucha más voracidad.
La realidad es que se trata de un libro hecho para ser consumido en cuestión de pocas horas, porque te arrastra con su trama llena de acción y misterio y te traga con sus enredos en las relaciones y en las segundas intenciones de los personajes.
Ha sido, sin duda alguna, el mejor libro de los tres, porque los personajes ya estaban plenamente desarrollados y ya estaba prendida a sus protagonistas, y su final grandioso y aplastante, fue una conclusión más que magnífica para una serie que logró cautivar, a mí y a millones de más lectores, a lo largo de su progreso.
Más que recomendado. ¡Un final que deja un muy buen sabor de boca... y unas terribles ganas de llorar sobre la almohada de haber terminado la saga!
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 5/5
♫ Acción: 3.5/5
♫ Trama: 4/5
♫ Originalidad: 3/5
♫ Desenlace: 5/5
♫ Pluma: 5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 9/10
VALORACIÓN PERSONAL: 9/10
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