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domingo, 4 de abril de 2021

Reseña: The Witch Elm

 


RESEÑA:
THE WITCH ELM



Título:  The Witch Elm
Autora:  Tana French
Editorial:  Viking, Penguin Random House
Canción Identificada:  DON'T CHASE THE DEAD (Marilyn Manson)



Sinopsis:

Toby is a happy-go-lucky charmer who's dodged a scrape at work and is celebrating with friends when the night takes a turn that will change his life: he surprises two burglars who beat him and leave him for dead. Struggling to recover from his injuries, beginning to understand that he might never be the same man again, he takes refuge at his family's ancestral home to care for his dying uncle Hugo. Then a skull is found in the trunk of an elm tree in the garden - and as detectives close in, Toby is forced to face the possibility that his past may not be what he has always believed.

The Witch Elm asks what we become, and what we're capable of, when we no longer know who we are.





Opinión:

¿Quiénes somos? ¿Qué nos hace ser lo que somos? ¿Qué nos lo impide, a veces? Y, ¿qué seremos, qué pasará para que lo seamos? 

Tana French crea magistralmente un enredo entre todas estas preguntas, un interrogante que lleva hasta la mismísima identidad de lo que significa ser "afortunado", lo que significa ser "bueno", y lo que significa ser "inocente". 

“The thing is, I suppose,” he said, “that one gets into the habit of being oneself. It takes some great upheaval to crack that shell and force us to discover what else might be underneath”


A la hora de la verdad, ¿quiénes nos libraremos de la culpa? Y aunque suene a que hablo del juicio de un cielo religioso, hablo de algo más cercano a todos nosotros: una investigación policial. Cuando se empiezan a revolver cosas en la investigación, ¿quiénes se salvarán del escrutinio, de ser culpados, de que se revele la peor parte de ellos? ¿Hay, realmente, gente buena y mala? ¿Qué nos hace ser de una manera y no de otra?


Con mucho ingenio, la escritora da un vuelco a la realidad y crea una fina línea entre el crimen y la justicia. Cuando uno deja de conocerse a sí mismo, cuando uno no recuerda qué le ha llevado a ser lo que es, ¿puede seguir confiando en su juicio? ¿Qué le queda?

¿Quién se atreve a averiguarlo?

“Then all the sharp intricate peaks on the monitor smoothed out to clean straight lines and my father made a terrible growling sound, but even without any of that I would have known, because the air around us had split open and whirled and re-formed itself and there was one less person in the room.”


Había leído previamente algo de Tana French... En concreto, había seleccionado como primera lectura, hará ya cosa de dos años o así, In the Woods, un libro del que esperaba grandes cosas, pero que, por x o por y, no logró engancharme como yo me esperaba. 

No obstante, seguía en todas partes ese rumor de que Tana French era una de las principales reinas del crimen de nuestro tiempo, y, tras mucho cavilar, decidí que debía darle una segunda oportunidad. 



Fue así como me encontré con The Witch Elm, una novela que me llamó la atención inmediatamente. De hecho, lo que yo andaba buscando, en el navegador, era algo exigente: novelas de crímenes contadas desde un narrador no fiable. Para el que no lo sepa, un narrador no fiable, en inglés unreliable narrator, es aquel que, por una razón o por otra (que se averigua conforme vamos leyendo), no acaba de ser creíble, en el sentido de que no te fías de lo que narra, de lo que dice, y de lo que asegura de hacer. Un narrador que puede mentir, que puede engañar, que puede no estar diciéndonos la verdad, aunque esté narrado en primera persona. 
Si conocéis algún libro con estas características, estaré encantada de que lo compartáis en los comentarios, porque siempre intento encontrar alguno así. 

“But we’re so desperate, aren’t we, to believe that bad luck only happens to people who deserve it.”


Total, que así conocí, también, a Toby, el protagonista de esta obra, el cual, por un incidente brutal al pillar a unos ladrones en su casa, ha perdido parte de sus memorias, y no acaba de saber quién es en realidad... Y cuando todas las pruebas de un asesinato apuntan a él, incluso Toby mismo comenzará a desconfiar de su palabra. 

¿Qué parte de su pasado no conoce, de qué es él realmente capaz?


¿Vamos a ello? Empecemos la reseña:



¿De qué trata?

Prácticamente casi todo ha sido dicho justo antes, pero vuelvo a ello: The Witch Elm es una magistral obra de ficción, aunque inspirada, según sé, en un crimen real ("Who put Bella in the Wych Elm?"), que está contada a partir de un narrador poco o incluso nada fiable, que, al regresar al hogar de su tío, enfermo terminal de cáncer, comienza a darse cuenta de que su infancia y adolescencia no son del todo como creía... 

A medida que va averiguando cosas acerca de su pasado, se dará cuenta de que no puede confiar en los seres queridos de su alrededor, pues le están ocultando demasiadas cosas, y tampoco puede confiar en sí mismo, pues el ataque de dos ladrones en su casa lo ha dejado conmocionado, emparanoiado, y con gran parte de sus memorias borradas. 

“Once the fear took hold, I was fucked. I'd never known anything like it could exist: all-consuming, ravenous, a whirling black vortex that sucked me under so completely and mercilessly that it truly felt like I was being devoured alive, bones splintered, marrow sucked. After an eternity (lying in bed with my heart jackhammering, adrenaline firing me like a strobe light, feeling the last few threads that held my mind together stretch to a snapping point) something would happen to break the vortex's hold—a nurse coming in so that I had to make mechanical cheerful chitchat, an uncontrollable rush of sleep—and I would clamber up out of it, shaky and weak as a half-drowned animal. But even when the fear receded for a while, it was always there: dark, misshapen, taloned, hanging somewhere above and behind me, waiting for its next moment to drop onto my back and dig in deep.”


La obra se inicia, de hecho, con este ataque mencionado, que parece no tener especial relevancia hasta que se averigua mucho más sobre él. 


En realidad, este incidente es un punto clave para entender la historia, aunque no de la manera que os imagináis. 

Tras unos meses encerrado en su casa, completamente aterrado del mundo exterior, y hosco con prácticamente todo el mundo, Toby se da cuenta de que tiene que empezar a volver a la realidad, y, cuando se le propone visitar la casa de su tío, el cual está en las últimas fases de su cáncer y su amenaza de muerte no queda lejana, Toby acepta, aunque lo hará acompañado de Melissa, su novia y fiel compañera, que no tarda en encariñarse del tío de Toby. 

“knew straightaway, from his smile, that he wasn’t a doctor; I’d already got the hang of the doctors’ smiles, firm and distancing, expertly calibrated to tell you how much time was left in the conversation.”


En la casa, también, están los dos primos de Toby: Leon y Susanna, y el marido de ésta, Tom, y dos hijos, unos niños que, jugando en el jardín y subiéndose a un muy viejo olmo, darán en las profundidades del árbol con una calavera... humana. 

Tras un estudio forense, se determina que esa calavera humana es reciente, y, tras una serie de pruebas, todo parece apuntar que está muy relacionada con la familia de Toby... y, sobre todo, con él mismo. 

“Honestly it wasn’t Susanna I was tired of, not really; it was me, wronged innocent, white knight, cunning investigator, killer, selfish oblivious dick, petty provocateur, take your pick, what does it matter? it’ll all change again”


Poco a poco, comienza a crecer la desconfianza entre los primos, el miedo y la angustia. ¿Y si uno de ellos es el asesino? ¿Qué oculta cada cual? ¿Qué están dispuestos a hacer por salir indemnes? 


Toby, dudoso de que sus primos digan la verdad, irá en busca de la verdad... sin saber que, realmente, hay mucho más en su pasado que un simple crimen: hay cosas que llevan enterradas en sus recuerdos demasiado tiempo, y que, de salir a flote, cambiarán por completo su percepción de su infancia... y de él mismo. Porque, ¿y si es el mismísimo Toby el asesino...? Y de no serlo, ¿quién está intentando culparlo de ello?



Argumento lleno de tensión, de interrogatorios, de planteamientos y de temores, que saca los verdaderos miedos de cada personaje, con sus consecuencias

El argumento, del que previamente he estado hablando, es bastante interesante: un cadáver en un viejo olmo de una casa de la infancia, una desconfianza entre tres primos que puede que tengan una relación más compleja de lo que parece, y el hecho de la pérdida de memoria, y de la intrusión de los ladrones a la casa, que quizá esté relacionada con el propio asesinato, y tenga motivos más personales que simplemente llevarse objetos de valor...


El argumento es lineal, pese a que se recuerda tantas cosas del pasado que está impregnado de recuerdos y momentos anteriores. 

La historia se sigue con mucha facilidad, es llevadera y avanza rápidamente. En cada capítulo pasan muchas cosas, y la tensión no hace sino crecer y crecer. 


A medida que vamos averiguando más cosas, el temor de los personajes crecen, y, curiosamente, más dudas tiene el lector sobre lo que está pasando, sobre lo que es real y sobre lo que es engaño. ¿Quiénes dicen la verdad?

Los personajes son un elenco realmente bastante pequeño, aunque también tienen protagonismo figuras del pasado, como compañeros de clase, padres y tíos, novias pasadas, etc. Aun así, la historia se focaliza sobre todo en la relación entre los primos, y todo lo que se cuentan y no se cuentan. 


En cuanto a la acción, cabe decir que es más mínima en la historia, casi no hay momentos de forcejeo, pese a que sí que hay bastantes peleas verbales... y muchas discusiones. 

De hecho, el peso total de la tensión se sitúa en dos puntos, pilares fundamentales: los argumentos que tienen entre sí la familia, y los interrogatorios que van dividiéndose en la historia, llegando en los momentos más oportunos. 


Las discusiones familiares me han parecido un punto crucial de la historia, y muy bien trabajado, sobre todo porque no eran gratuitas, llegaban con clara coherencia y en los momentos más adecuados, a veces los personajes forzaban las discusiones, y otras veces, por el grado de tensión que tenían encima, estas llegaban solas. 

Como consejo, os recomiendo que prestéis mucha atención a lo que se dice en estas peleas, porque es lo que más datos va a dar de lo que está pasando. Y que también prestéis atención a cosas más sutiles... miradas, temblores, movimientos de mano, muecas, bocas torcidas... Tana French hace que cada mínimo detalle cuente, y eso se nota mucho, es algo que he apreciado y que me ha hecho sentirme como otra investigadora más. 


Otro momento de máxima tensión es a lo largo de los interrogatorios con los investigadores. 
En primer lugar, todo hay que decirlo, los investigadores tenían muchísima carisma, eran muy interesantes y muy puntillosos, y sus preguntas eran las más acertadas. 

De esta manera, vamos experimentando la incomodidad de los personajes, sus enfados, sus molestias, sus miedos, sus rabias, todas las verdaderas caras de ellos. Cuanto más incómodas y acusadoras se volvían las preguntas, más se revelaba la verdadera naturaleza de los personajes, y la tensión era prácticamente insoportable, pero muy bien llevada. 

Sin embargo, también cuanto más crece la tensión, y cuanto más sabemos de los personajes, más nos damos cuenta de que hay que ir con cuidado, porque las consecuencias de tal ansiedad pueden ser aún peores que la causa...



Personajes redondos, con muchísimo detalle, realistas y con muy buen trasfondo, voces fuertes y mucho carácter

Me parece fundamental, completamente fundamental, que en un thriller los personajes estén bien diseñados. De hecho, es por ellos que este libro tiene un diez redondo como nota. Al fin y al cabo, los personajes son los sospechosos, y cada sospechoso tiene que ser diferenciable, diferente a los anteriores, con voz propia y un pasado propio.


Pues bien, esto es lo que consigue Tana French, que dota a los personajes de muchísimo realismo. Tiene fuerza, carácter, voz y carisma, pero, por fortuna, no son nada exagerados, es decir, que son tan realistas, tan coherentes dentro del marco de la historia, que tampoco despuntan como muy extravagantes, sino que son personas como tú o como yo, del día a día, con sus propios problemas y sus propios sueños. 
Quizá sean los asesinos, o quizá no haya asesino, ¿quién sabe? Me quedé con la duda hasta prácticamente el final del todo, y disfruté muchísimo sabiendo sobre los personajes, que eran un punto clave en la obra. 


Toby es, por supuesto, el personaje con el que más cercana me he sentido. Es un tipo muy normal, que suele salirse con la suya, con buena labia y buen porte, pero que, debido al incidente y a la paliza que lo ha dejado con pérdidas de memoria, comienza a dudar de sí mismo y ya no sabe cuál es su identidad. 

Por ende, Toby añadía el golpe de duda existencial a la novela, el planteamiento de quiénes somos, de dónde venimos, y qué queremos. 
Toby ha tenido muchísimo detalle en la historia, desde cosas nimias, como de qué manera le gusta el desayuno, hasta cosas más grandes, como un secreto que llevaba guardándose mucho tiempo y que, en un punto de la historia, acaba revelando. Además, pese a que está algo más torpe con las palabras debido al golpe, es indiscutiblemente un excelente investigador, y se toma muy en serio todo lo que averigua, siempre preguntándose si él será una buena persona. 


Otros dos personajes cruciales en la novela son sus primos. Leo es un personaje con mucha fuerza y mucho temperamento, pero que también sabe mantener la cabeza fría, y con el que, cuando sabemos de su pasado, no podemos evitar simpatizar. 

Susanna es un personaje que me ha encantado, porque tiene la mente muy fría, es muy resuelta y calculadora, pero también se deja llevar por sus emociones, sabe lo que quiere y cómo conseguirlo, y su pasado también es importantísimo para entender cómo es ella. 

“At first I barely recognized it as a person; stripped of substance by the bright sunfall through the leaves, flutter of white T-shirt, confusing gold swirl of hair, white brushstroke face and dense dark smudges of eyes, it had something illusory about it, as if my mind had conjured it from patches of light and shadow and at any moment it might break up and be gone.”


Finalmente, dos personajes también muy importantes en la historia son Melissa, la voz de la razón y de la ternura, pero que no es tan santa como parece, y Hugo, el tío de Toby, cuya afabilidad y serenidad pueden ocultar también sus propios secretos. 


Otro puntazo en la obra, que de verdad de verdad que me encantó, fueron los detectives, tanto el investigador del robo en la casa de Toby como los que trabajan con el delito del posible asesinato. 
Son increíblemente salseros, carismáticos y brillantes, un tanto molestos, pero hacen las preguntas más adecuadas en todo momento, y saben cómo meter el dedo en la llaga. Aunque Toby los odiara, y con razón, me parecen personajes divertidísimos y con mucha inteligencia, y me han encantado, además de sus vaciles e ingenios. Muy buenos, realmente, y con mucha personalidad. 



Giros en la trama bastante abundantes, lógicos y muy coherentes, que incorporan muchas más preguntas y tensiones a las escenas

Que digan lo que quieran, pero, para mí, una novela de misterio no es novela si no tiene buenos giros en la trama. Y con buenos giros en la trama, me refiero a de estos que te vuelan los sesos de la locura que son. Giros en la trama como el de American Pyscho, como el de The Wasp Factory, como el de We Need to Talk About Kevin, como los de Shutter Island... En fin, giros en la trama muy, muy buenos. 

Aunque el giro central de The Witch Elm no es tan mind-blowing, sí que me parece que Tana French hace una cosa muy bien, y es que deja con muchísimas pistas que tenemos que ir recogiendo, fundamentales para que el final no solo sorprenda sino que tenga mucha lógica. 
Además, la historia en sí cuenta con muchos giros en la trama, no uno solo, que van aportando miguitas para entender mejor la historia.

“the evening wasn’t a cold one, but it was starting to get dark and there was a sharp-edged, fidgety breeze prowling the garden, with no plants or long grass to soften it, tugging at branches and jabbing its way into corners.”


Es decir, que hay mucha abundancia en las revelaciones, y, aunque estas sean menores y no tan impactantes, al final lo que consigue es una cosa: que la obra sea un juego, un "whodunnit", un misterio que hay que resolver, no solo los investigadores ficticios, sino nosotros mismos. 


French nos arma con la posibilidad de resolver el misterio antes de que lo hagan otros por nosotros, y eso es algo muy considerado por su parte, porque muchas veces no es así en otras novelas del género. 

Pero aquí hay pequeñas y muy numerosas pistas, y hay que prestar atención a todas. Aunque, muy profesionalmente, la escritora crea algunas pistas que tan solo están como obstáculo, para engañarnos y desviarnos de la verdad... ¿Quién cree que sabrá diferenciar cuáles son esas...?

“It’s taken me this long to start thinking about what luck can be, how smoothly and deliciously deceptive, how relentlessly twisted and knotted in on its own hidden places, and how lethal.”


El giro central de la trama la verdad es que se veía venir, sobre todo por la escasez de los personajes, pero French lo vuelve a bordar, porque, aunque al inicio en lo primero que pensé fue en esta revelación, a lo largo de la historia la escritora me trató de disuadir para que dudase de otros personajes... 

Es decir, que el truco de The Witch Elm no está, realmente, en quién lo hizo, porque eso se puede averiguar fácilmente, sino en no dejarte engatusar por French, que hará todo lo posible por engañarte, una y otra vez, hasta que acabas dudando de todo y de todos. Yo solo decir que, ya a la mitad del libro, comencé a pensar que hasta la propia Melissa, tan buena y adorable, no era trigo limpio... y quizá no lo sea...

Pero claro, ¿quiénes son los buenos y quiénes los malos? ¿Puede el asesinato estar justificado, o, al menos, ser entendido? Pues quizá sí, quizá no, quizá juzgar sea más complejo de lo que parece...



Una prosa ligera pero con contundencia en los golpes de tensión, frenética en los momentos donde se requería, y con mucha estrategia y gran planificación previa

Siempre lo diré, me parece que el paso fundamental de una novela de thriller es la planificación. En muchos otros géneros, se puede ir por libre, improvisar según al marcha, incluso sacar muchas cosas en claro justo al final de la obra. Pero me parece que, en líneas generales, para que un buen thriller sea escrito todo tiene que estar planificado al milímetro. 

“The button developed a life of its own, swollen with symbolism, a single chance at salvation pulsing redly in the corner and if I blew it too soon or left it too late then I was lost.”


En cualquier caso, esa es la sensación con la que me he quedado al leer The Witch Elm, una novela que situaba los giros en la trama en los momentos más oportunos y que tenía el pasado de los personajes elaborado al más mínimo detalle. 


Se nota mucho que la estructura de la novela es exactamente como tenía que ser, no se deja nada y no abusa de relleno, es una lectura ágil que saca lo mejor de su género. 

Además, las verdaderas revelaciones llegan justo al final de la obra, y eso hace que estemos gran parte de la novela cambiando de teorías sobre el crimen, guiados por pistas que a veces pueden ser falsas. 


La forma de escribir es bastante ligera, es profesional y utiliza palabras complejas, pero en todo momento se sitúa para que sea fácil de entender para todos. Tana French quiere llegar a todos los lectores, y tiene una prosa desenvuelta, nada achacosa, que tira para adelante sin ningún problema. 


Pese a su ligereza, en el sentido de que se sigue con facilidad y es bastante llevadera, la prosa es muy contundente con los giros argumentales y las situaciones de tensión, cae el plomo con fuerte peso en estas escenas y todo se siente mucho más acelerado, mucho más peligroso. 
Yo, por mi parte, tenía el corazón latiéndome a gran velocidad en las discusiones, conflictos familiares, o interrogatorios

Además de que la historia no lo pone nada fácil para los personajes, que luchan por mantener sus secretos en silencio. 

Con todo, la prosa me ha parecido perfecta, ideal para el modelo de historia, muy profesional y con buenos golpes de caja, con mucha tensión y gran misterio. Una prosa, en resumen, perfecta para la buenísima novela de crimen que es The Witch Elm. 

“Lord, we know what we are, but know not what we may be.”



Conclusión

En conclusión, The Witch Elm es una tensionada y brillante novela de thriller psicológico que deja en voz alta muchísimas dudas, desde existenciales (¿quiénes somos, qué nos hace ser lo que somos, qué significa tener una identidad, qué es ser buna persona?) hasta otras más prácticas en la revelación (quién lo hizo, por qué lo hizo, a qué está dispuesto a llegar con tal de salvarse el pellejo).


Con giros en la trama muy abundantes, muchas pistas pero también algunas falsas para despistarnos, Tana French sitúa en un marco familiar y hogareño una historia de posible asesinato que congela la sangre de las venas, y que va anticipando un final redondo, muy coherente, y plagado de frenesí. 


Pese a su tamaño, The Witch Elm es una novela que se lee en muy pocos días, porque a mí me ha enganchado muchísimo, y tengo muy claro que seguirá rondándome la cabeza mucho tiempo más tarde. Es una excelentísima novela de crímenes, donde incluso la neutralidad puede traer terribles consecuencias, y que recoge la parte más turbia de los pasados de cada cual. 

Buenísima, muy recomendada.




PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 5/5
♫ Acción: 3.75/5
♫ Trama: 4.5/5
♫ Originalidad: 4/5
♫ Tensión: 4.25/5
♫ Desenlace: 4/5
♫ Prosa: 4.25/5


VALORACIÓN PERSONAL 10/10



Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/




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