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domingo, 28 de noviembre de 2021

Reseña: Fin de guardia

 


RESEÑA:
FIN DE GUARDIA


Título:  Fin de guardia (Trilogía Bill Hodges #3)
Autor:  Stephen King
Editorial:  Debolsillo
Canción Identificada: 




Sinopsis:

Al detective retirado Bill Hodges, que dirige una agencia de investigación privada con Holly, le diagnostican un cáncer de páncreas terminal. En ese momento Hodges investiga una serie de suicidios con un punto en común: todos los fallecidos tuvieron relación con Brady Hartsfield, el tristemente famoso Mercedes. 

Hodges y Holly dejaron al asesino en un estado vegetativo del que no se ha recuperado. Sin embargo, se le han estado suministrando drogas experimentales gracias a las cuales ha desarrollado la capacidad de mover objetos con la mente y de entrar en los cuerpos de ciertas personas vulnerables a su control, arrastrándolas a la muerte. 

Algunos asesinos usan cuchillos; otros, pistolas o incluso coches, pero todos tienen un objetivo en mente: volverte loco. Hodges y Hartsfield, Hartsfield y Hodges: la antigua batalla está a punto de llegar a su fin.




Opinión personal:

A un asesino coherente no le gusta cambiar de modalidad. Es decir, si ya le ha encontrado su regustillo a matar de una forma, no me espero que cambie demasiado su manera de operar. Somos criaturas de hábito, desde el que enciende la tele todas las noches a la misma hora hasta el que se dedica a intentar matar por medio de ardides a chavalitos jóvenes al borde de crisis nerviosas. 
No cambiamos a lo largo de nuestra vida tanto como creemos... ni siquiera cuando despertamos de un coma con unas excelentes capacidades para hacer que el mundo arda a nuestros pies...


Brady sí que le ha encontrado el regustillo a la muerte. Cuando la pruebas una sola vez, te sabe requetebién. O bueno, al menos, para algunos. En cualquier caso, Brady es una clase de personaje que me encanta, porque despierta mi curiosidad desde el primer momento


¿Y por qué en esta entrada del tercer y último libro de una trilogía que lleva el nombre de su detective, Bill Hodges, me dedico a hablar de este otro personaje? 
Porque, para mí, Brady es la verdadera chispa de la historia. De hecho, de ahí que el segundo volumen de esta trilogía no me entusiasmara tanto, pues Brady apenas tenía intervención.


Imaginemos un poco: después del insti, la uni, o el trabajo, donde quiera que os encontréis diariamente, descubrís, un buen día al despertar, que poseéis una facultad tremendamente imposible: podéis mover objetos con la mente (aunque ligeramente), y podéis comunicaros con otras personas telepáticamente. 
Suena la mar de guay, ¿verdad? Así haremos trampas en los exámenes, hablaremos con nuestros amigos, o hasta puede que nos echemos unas risas viendo hasta qué punto somos capaces de jugar con las personas. No está del todo mal. 
Los superhéroes puede que nazcan así, un poco por azar, un poco porque son buena gente... 

Cuando no hace tanta gracia es cuando, por este mismo azar, al que le toca tener esas facultades es a un asesino que estaba en estado comatoso desde hace varios años. Un asesino que debería no poder volver a levantarse jamás, pero que lo hace, y tiene bastantes cuentas pendientes... Entonces, la historia se vuelve un poco más comprometida.


(IMPORTANTE: ESTA RESEÑA CONTIENE SPOILERS DE LAS DOS NOVELAS ANTERIORES)


Pongámonos en la piel de Brady. Para empezar, eres consciente de que estás mal de la cabeza (no te queda más remedio que aceptarlo, teniendo en cuenta que te has cargado a decenas de personas al atropellarlas como loco con un coche), y además, mientras intentabas pasártelo "bien" tratando de llevar al suicidio al "poli gordo" que llevaba tu caso, éste acaba por ser un problema tremendo y todo resulta en varias desgracias:

a) Tu madre (con la que digamos que mantienes una relación bastante... freudiana) come la carne picada que llevaba veneno que habías preparado para un perro que te caía mal. Y tu madre muere, por supuesto.
b) Los buenos de la historia superan sus obstáculos y hacen nuevas amistades y alianzas mientras tú te pudres de asco, te toman el pelo, te engañan, juegan contigo y te llevan a la locura.
c) Decides matar al maldito poli gordo. Pero ¿adivina qué? Resulta que matas a su novia y lo enfadas aún más, haciendo que acabe por dar contigo.
d) No worries, piensas, podrás al menos matar a centenares de niñatas mimadas en un concierto de música cutre y lastimera. Pero ¿qué ocurre entonces? Que te lo chafan, no lo consigues.
e) Y, finalmente, una mujer ayudante del poli gordo te da semejante golpe en la cabeza que te quedas paralítico, con muchas neuronas de menos, y completamente en coma. DURANTE AÑOS.

No es tan gracioso. La justicia nunca duerme, pero bien que sabe dar tremendas tundas a los malos.


En fin, aquí no acaba todo. Pongamos ahora la siguiente situación:


a) Despiertas del coma. Tu cuerpo no responde pero tu mente está extremadamente activa, tanto que parece imposible.
b) El médico que te trataba te ha estado suministrando un fármaco experimental que te ha hecho desarrollar increíbles capacidades de control, manipulación, y poder. Menudo chute de dopamina es esto para ti.
c) Puedes controlar a la gente por medio de un estado de medio hipnosis, al cual se puede acceder con más facilidad desde ciertos dispositivos electrónicos que, para tu tremendo goce, será fácil suministrar a la población juvenil.
d) Tienes al médico y a prácticamente cada sujeto del hospital bajo tu control, estás despertando poco a poco y tienes motivación. Te encuentras sano, contento, porque tienes un objetivo en mente, que es llevar al suicidio a todos y cada uno de los chiquillos que asistieron a ese concierto en el que se suponía que iban a estallar todos en mil pedazos por tus explosivos.
e) Y encima, tienes la oportunidad de cobrarte la venganza con el poli gordo (ahora en dieta, pero para ti seguirá siendo el poli gordo) y con todos y cada uno de sus bonachones compañeros de investigación.

Es perfecto. Creo que se nota claramente que, en algunas circunstancias, los superpoderes son mucho más divertidos que meramente poder copiar sin dificultad en un examen de biología (nótese el sarcasmo, por favor)


Y es que a nosotros nos da bastante igual qué suceda en esos exámenes. Queremos marcha, temeridad, engaño, manipulación. Brady, que no solo es ingenioso sino que tiene una complejísima mente llena de carisma y crítica social (y también bastante locura, pero dejemos esto de lado para felicitarle), vuelve a la carga más dispuesto que nunca a convertirse en el Príncipe del Suicidio... él no se contentará con matar, sino que hará que otros se maten. 


Bill Hodges, su astuto adversario, empezará a ir tras su rastro, con cierta vacilación y con la mala noticia de un terrible cáncer de páncreas que se está extendiendo en él a velocidad de vértigo... pero deberá darse prisa, porque un cáncer mucho mayor, el que Brady va dejando en la mente de todos los jóvenes de la ciudad, se está propagando y amenaza con resultar en un combate a muerte entre ya no buenos y malos (un término que en este libro entra genialmente en desuso), sino entre polis y cacos, detectives y pirados, viejos rivales, viejos adversarios... un choque de titanes que puede llegar a resultar en la muerte de quién sabe cuántas más personas inocentes...



¿De qué trata?

Fin de guardia es un boom auténtico, que cierra de manera definitiva, y tremendamente bien escrita, una historia que a mi parecer debería ser considerada como simplemente la mejor de Stephen King


Para mí esta trilogía es sublime, porque al inicio es pura acción y, sobre todo, plenamente una novela policiaca, sin poderes ni magia ni ninguna de esas cosas, sino novela oscura y llena de perversión humana al cien por cien... Sus personajes no tienen atributos que los hagan ser mucho mejores que el resto de seres humanos, cada uno se gana la vida como puede, cada uno encuentra su lugar en el mundo desafiando a los otros... Hay quienes toman el lugar de los polis, y otros de los asesinos, y la historia de venganza, rabia y tremenda fuerza que se teje entre Bill Hodges, policía retirado, y Brady Hasrtsfield, joven colérico y frustrado con su vida, hace que salten chispas, que se sienta la electricidad de su furia y dolor en cada página del libro.


Debo reconocer que tampoco soy muy fan de Stephen King que se diga, pese a que ya me he leído bastantes novelas suyas. Pero leerme Mr. Mercedes hizo que todo cambiara para mí. Tensión, aceleración, ni una pizca de sobrenaturalidad, es más, un realismo crudo, sucio, desagradable, donde los insultos, las palabrotas, las muertes más atroces y las amenazas más ingeniosas se lanzaban en una lluvia de balas que impactaban en todas direcciones. 


Mr. Mercedes era una novela que costaba digerir, una obra que presentaba la rabia de una manera muy clara, muy desesperada, donde el asesino es una figura harta del mundo en el que vivimos, con ideas de grandeza y de propósito, que intenta jugar con un policía al borde de la ideación suicida y se acaba encontrando siendo dado caza y con todo lo que creía conocer perdido para siempre. 

La rabia, la rabia es esencial para entender a Brady, una rabia casi animal, enfermiza, desagradable, infecciosa, que se extiende como un terrible mal tumor. 

La trama de estos libros se reduce a lo más desquiciado, a una lucha por sacar el bien a la luz pero que, muy en el fondo, King parece emplear para poder demostrar todo lo que desconocíamos de la maldad humana, el dolor, la furia, el miedo, la ansiedad, el despotismo, la sorna, la burla y la mezquindad

Brady nació en el primer libro para convertirse en uno de los antagonistas más célebres y mejor perfilados psicológicamente de Stephen King, y ha resucitado, nunca mejor dicho, en este tercer libro para volver con mucha más fuerza y dar por acabada una trilogía de la que no tengo nada que objetar. 


Fin de guardia es pura adrenalina, al nivel de la primera obra de esta trilogía, Mr. Mercedes. 

Pese a que King vuelve a desplazarse a su terreno conocido, que es el de lo paranormal y sobrenatural, en el fondo tengo que decir que no me ha parecido tan mal como me esperaba, es cierto que es una lástima que no pudiéramos concluir la saga sin esa "fantasía paranormal y oscura" que tanto caracteriza a su autor (y que muchas veces me parece un truco barato para dar forma y consistencia a un argumento algo flojo, como en otras novelas suyas), pero debo decir que el hecho de que el peligro y la fantasía más turbia saliera del propio Brady mejoró muchísimo la historia, hizo que el villano tuviera la capacidad de salir de su estado de locura e internarse en uno aún más maníaco, donde sus aires de grandeza y de omnipotencia finalmente están justificados y, lo que es peor, hay mayor rienda suelta para que todo lo que desea hacer de la vida de los demás se pueda cumplir... 

“I arrested some bad doers when I was on the cops, some very bad doers – one was a mother who killed her three-year-old for insurance that didn’t amount to a hill of beans – but I never felt the presence of evil in any of them once they were caught. It’s like evil’s some kind of vulture that flies away once these mokes are locked up. But I felt it that day, Holly. I really did. I felt it in Brady Hartsfield.”



Por otro lado, nos enfrentamos a una historia que lleva la señal de CONCLUSIÓN desde el primer capítulo hasta el último, sabemos que aquí se va a cerrar todo, nos entra angustia, miedo, dolor, estamos de luto... 
Bill padece de un cáncer que puede que no logre curarse, Brady está en sus últimas, postrado en una cama, y al borde del colapso mental (aunque combatiendo para cobrarse cuantas más vidas mejor), el resto de los personajes también parecen estar haciendo su propia despedida, y, lo que es aún mejor (o peor), no tenemos ni idea de qué manera puede acabar esta grandísima obra de colisión entre lo que culturalmente conocemos como el bien y el mal.


Decir más de qué va sería arruinar gran parte de la historia. Basta con decir que este tercer libro me ha parecido a la altura del primero de la trilogía. Aunque había menos juego de desafíos y provocaciones entre los dos personajes centrales, creo que siguen teniendo todos su gran carácter y su grandísima personalidad que me encandiló desde el inicio de esta saga, trata muchos temas y no lo hace de manera edulcorada sino que añade mucha crítica, mucho pensamiento, y burla y desdén a rebosar (especialmente en las partes de Brady, las cuales fueron las más potentes, a mi parecer). Acción, adrenalina, una vorágine de sentimientos encontrados, y muchísima angustia por saber el final... 


Me parece que Fin de guardia es una conclusión excelentísima, que tiene todo el derecho a ser considerada de las mejores obras de Stephen King, donde éste juega una vez más sus cartas, y, en un argumento sucio, perturbador y con una explosiva combinación entre lo policiaco y lo paranormal, crea un desenlace buenísimo para una historia que da mucho de lo que pensar y que, sobre todo, por un tiempo te hará sentir rodeado de amenazas, peligros y malos actos vayas donde vayas...



Un argumento veloz, desenfrenado, desafiante y con colisiones morales en todos los rincones, que te hará sentir inseguro y emocionado; un terror constante, un no saber, que te quitará el sueño

Una novela de King no es una novela para "hacer terapia", en el sentido de que no sales mejor persona, ni sales más feliz, ni siquiera sales con las ideas más claras. Es como entrar en un terreno pantanoso, donde no hay dualismo sino una escala de grises descomunal y llena de capas y capas que descubrir. 

“That’s me, Brady thought happily. When they give your middle name, you know you’re an authentic boogeyman.”


Los personajes son muchas veces despreciables, sobre todo los secundarios y el villano, y, de hecho, este asesino central está hecho para ser una persona cruel y sin piedad, pero me parece que, si nos atrevemos a ver más allá de sus actos y nos centramos en el mensaje que dejan, nos daremos cuenta de que cada personaje que entra en escena tiene una visión muy propia de las cosas, lo que hará que esta novela, al menos en cuanto a temática, no vaya en una sola dirección, sino que recoja diversas facetas de la realidad y les dé un análisis por separado a cada una de ellas. 

Fin de guardia trabaja muchas cosas, pero sobre todo nos hace replantearnos la posición que el ser humano tenemos en el mundo, lo inestables y vulnerables que somos todos en el fondo, lo fácil que es que los malos pensamientos nos coman la cabeza. 

Critica cada aspecto de cotidianidad de nuestro mundo, tanto el que tiene que ver con la gente "mala" como el que tiene que ver con la gente "buena". Y habla de la pasividad de la gente, del maltrato hacia otros y hacia uno mismo, de la agresividad que se esconde en las personas que tratan de parecer normales, de la tensión que todos tenemos dentro, la furia, la necesidad de chillar por la rabia que nos da no poder tener la fuerza para cambiar cosas que ojalá pudiéramos cambiar. 


Aunque Fin de guardia me parece un libro que claramente da mucho peso a los "héroes", y, sobre todo, a los supervivientes que pese a todo tratan de dar un lugar y una importancia a todos los que lo necesitan, así como preservar una bondad en el mundo, me parece que también esta es una novela que da espacio a su villano, que lo revela como un humano que se ha reducido a sí mismo a tanto cabreo y tanto odio que ya no sabe verse a sí mismo como semejante al resto. 


Con el segundo volumen de esta trilogía King pareció perder el hilo de su historia, pero en esta continuación lo ha recobrado a la primera, con increíble fuerza, dispuesto a dejar claro, proclamando con temeridad, que el infame Brady Hartsfield ha regresado y se prepara para su última partida, un juego que esta vez apunta a cobrarse un número demencial de víctimas...


Pese al estado de su cuerpo, Brady consigue manejar tan bien los hilos de esta historia que nos deja con el corazón en vilo en cada momento, con cada palabra. Vuelve a tener bastantes capítulos contados siguiendo su perspectiva, sus pensamientos están más caóticos y rabiosos que jamás, y, pese a que es un genio planificando todo al detalle, poco a poco vamos viendo que la impaciencia puede con él: lleva mucho tiempo en coma, y, ahora que ha vuelto, piensa hacérselo ver a Bill de una vez por todas.


La trama es rápida, si bien el enfrentamiento cara a cara solo se encuentra en el mismísimo final, pero entre tanto se retuercen muchas cosas en los personajes, hay muchos cambios, una dinámica muy buena entre ellos, y, en especial, acción para dar y tomar, llena de amenazas, riesgos, intrigas, conflictos, y situaciones de vida o muerte que nos harán sentirnos en estado de completa tensión tanto en las pieles de los investigadores como del propio investigado.

“It’s about how some people carelessly squander what others would sell their souls to have: a healthy, pain-free body. And why? Because they’re too blind, too emotionally scarred, or too self-involved to see past the earth’s dark curve to the next sunrise. Which always comes, if one continues to draw breath.”


A medida que avanza la historia, todo va encauzándose, de manera que el final está perfectamente bien cerrado, y es un placer poder afirmar ya con completa convicción que la maravilla de esta saga, para mí, es que en sí el argumento no se guía por las escenas, sino por la interacción entre los dos personajes principales (Hodges y Hartsfield), y sus respectivos puntos de vista, los cuales complican la historia, juegan con nosotros, y, finalmente, concluyen en un enfrentamiento que no nos dejará para nada indiferentes.

Sinceramente, qué más pedir, me ha parecido alucinante cómo una trilogía entera se puede cimentar sobre dos mentes en continua guerra que lo darán todo por ganar.



Unos personajes muy pensados, tan familiares que es fácil ponerse en su lugar, y que cada uno de ellos es una viva imagen de la humanidad general, la humanidad al desnudo, a veces complicada, a veces polémica, a veces desbordada; una imagen muy real, muy honesta y completa, de cada uno de nosotros

Aunque los bandos están muy bien separados, King sigue diseñando a unos personajes que te hacen dudar de lo que creías saber sobre el mundo. 
A veces, es su manera de pensar lo que te hace cambiar tu forma de ver las cosas, pero otras veces es su forma de actuar


Cada personaje actúa y reflexiona de manera diferente, y esto es clave para que entendamos que la historia se moverá de manera distinta dependiendo de con quién estemos (razón de que, en las escenas de mayor riesgo y peligro, la voz de Brady era la que a mí más encantada me dejaba, sobre todo por la manera tan carismática y sugerente, incluso divertida, de ver la realidad ante él).


Y lo que es más, King jamás muestra una inclinación más a favor o en contra de un personaje u otro, en todo momento da el espacio necesario a cada uno de los esenciales, incluso los más buenos tienen muchas capas, cosas que dicen que nos molestan, formas de ser con las que a veces estamos incómodos. 

Hodges, Holly y Jerome no son "la luz que nos salvará de la oscuridad", son gente común, muy común, con defectos, entre una que ha tenido crisis nerviosas y aún lo está superando (pero que no por eso siempre se la excusa su comportamiento alterado), otro que tiene que lidiar con que le haya tocado tener un color de piel que en este mundo directamente ya significa estar encasillado de una manera, y otro que no siempre hace lo que es adecuado, que muchas veces ha abusado de su poder, pero que trata de ser mejor persona a cada día que pasa.


Pese a que hay más personajes que entran en escena, se nota, por supuesto, que el corazón de esta novela está puesto en muy pocos, en el fondo. Porque el corazón lo que necesita es fuerza al latir, y no que a cuanto mayor número de personajes irá mejor. 

Y estos protagonistas de la historia tienen justo esa fuerza, no son abúlicos, tienen intenciones, objetivos, deseos, fantasías, incluso sueños que desean cumplir a todo coste

Creo que otra de las delicias de este libro es que no es cuando los personajes superan un obstáculo cuando notamos ese subidón de energía, sino que el verdadero núcleo de la fuerza de estos personajes está en cómo intentan, una y otra vez, afrontar los problemas. 

El vigor de la novela no está en el final, sino en todo lo que se va moviendo internamente en ellos y en nosotros hasta acabar tomando decisiones o superando miedos


De hecho, el tema de un final feliz no es tan importante como el simple hecho de que el proceso de haber luchado, la lucha misma, es lo que dio energía para que esta novela se hiciera posible. 

Por lo que ya voy adelantando que no importa en sí el futuro de estos personajes, no importa siquiera si consiguen lo que tanto han luchado por obtener, sino que al menos no han tirado la toalla, ni han dejado de lado a lo que los importaba (ya fuera un sueño por cumplir, o sus propios seres queridos). 
Tiran para adelante aun cuando el mundo se desmorona a su alrededor... y no hablo solo de los "buenos", hablo también de los antagonistas. 

Todos avanzan imparables. Y tal es su fuerza de colisión que, inevitablemente, alguno tendrá que caer...



Una prosa experta, carismática, divertida y con un humor negro que a veces te deja sin palabras; reflexiva pero con los pies sobre la tierra, crítica y muy presente, claramente personal, coherente, tensionada, y dejando una intriga bárbara en cada momento

Pero lo que más me ha quedado claro de todo es que aun con toda la acción, las trampas, los interrogatorios, las investigaciones, las muertes, los suicidios, la manipulación mental, y las nuevas provocaciones que hay entre los dos adversarios, en realidad lo que a mí más me atrae de toda esta novela es sin lugar a dudas la manera en la que está escrita. 

“Payback is a bitch, and the bitch is back.”


Creo entender finalmente por qué tanta gente ama el estilo de prosa de King. 
Personalmente, me parecía muy poco original a veces cómo este autor crea poderes o usa elementos sobrenaturales para explicar algunas cosas, sobre todo debido a que esta parte de "magia" es bastante común y no le da vueltas a cómo hacerla más propiamente suya; pero creo que no es por eso en el fondo por lo que yo leo a King, sino por la manera que tiene de contar las cosas, siempre cuestionándote como lector, siempre atrevido, siempre exponiendo los pensamientos más íntimos y conflictivos que ningún otro se atrevería a plasmar. 


King desnuda al alma humana, le da su verdadera forma, las emociones están a flor de piel y no hay filtros, sino que King escribe con honestidad, sin miedo, reflejando un mundo duro, lleno de injusticias, donde no solo es el gobierno o quién sabe qué otra empresa gigantesca los que nos dominan; en realidad es que todo ser humano estamos envueltos en estos juegos de traición y cólera, de los que muchas veces formamos parte. 

King, así, genera en la mente de los villanos un perfil muy realista, la clase de pensamiento que realmente podría tener un loco asesino de nuestro mundo de verdad. 
A veces, hasta nos descubrimos dándoles la razón a estos antagonistas, pues ¿es que solo por hacer daño éstos van a dejar de tener validez de pensamiento? 


En cierto sentido, son de hecho los personajes más villanos de King los que más hablan de la propia mente humana, de sus procesos de afrontamiento de peligros, de sus miedos al fracaso, de su furia ante el mundo, de su sentimiento de abandono, o hasta de las técnicas que utilizan para engañarse a sí mismos y sentirse un poco mejor en un mundo que se les queda demasiado grande... 
Algunos simplemente se dicen una y otra vez que son mejores que el resto, que tienen más fuerza y poder; otros ejecutan acciones horribles para dejarlo aún más claro; cuando, en realidad, tan solo están hablando de su más profunda debilidad.


Pero va mucho más allá de eso. Puede que estos personajes estén bien trabajados justo debido a la complejidad de sus pensamientos, pero lo mejor es cómo King los expone, cómo da voz a cada una de sus intenciones. 

No sabría bien cómo definirlo, pero el autor parece jugar con la interpretación que tenemos de los personajes, les da un sentido determinado pero demuestra que tienen muchísimas más capas que no siempre veremos, o que nos dejará atisbar a ratos. 

“Bill Hodges is her touchstone, the way she measures her ability to interact with the world. Which is only another way of saying that he is the way she measures her sanity. Trying to imagine her life with him gone is like standing on top of a skyscraper and looking at the sidewalk sixty stories below.”


Sobre todo, en esta trilogía King crea una voz narrativa desdeñosa, apática, hostil y a veces hasta desagradable, que no rodea en algodones a ningún personaje, sino que trata de pulirlos al máximo y hacer que cada uno de ellos posea un pensamiento burlesco y afilado (especialmente el de Brady), la clase de mentalidad que, aunque no quieras, te hará soltar carcajadas de sorpresa y de cierto horror sin poder evitarlo. 

Las escenas más sucias, desagradables o siniestras están expuestas de manera sórdida, cruda, aguda, y, sobre todo, con sorna, desdén, crítica y una mirada muy humana y a veces hasta bastante imaginativa para dar forma a situaciones que, de mano de otros autores, no habrían impactado tanto como lo hacen con la riqueza de metáforas y, sobre todo, de humor negro de Stephen King.


Más allá de la mera descripción, King domina unos diálogos que se sienten muy reales y cercanos, de los que no abusa, y que expresan mucho sobre quienes dicen cada cosa. 

Hace mucha separación entre los personajes, los hace ser diferenciables, particulares, cada uno con sus propios pensamientos, ideas, sentimientos. 
Las relaciones entre sí no los mezclan en exceso, sino que hacen que haya mayor fuerza en la manera de contar las cosas y de demostrar sus grandes desarrollos y todo lo que se mueve en torno a ellos, ya no solo en cuanto a asesinatos, sino a nivel más emocional, más de interacción social.

“If life hands you lemons, make lemonade! Words to live by, especially when you kept in mind that the only way to make them into lemonade was to squeeze the hell out of them.”



Crea muchos planos diferentes con los que ver nuevas caras de los "villanos" y los "héroes", todo entrando dentro de una historia que me ha parecido que avanzaba a un ritmo de vértigo, que depuraba muy bien las cosasdaba más impacto a las escenas, y, sobre todo, que lograba calar en mí como lectora, haciendo que cada palabra importara, y que el argumento central, que en el fondo se basa en una cacería pero tiene originalidad de sobresaliente, me dejara completamente destrozada cuando acabó llegando a su final.


Alguna vez tenía que acabar, pero tengo que decir que, de todas las formas posibles en las que podría haberlo hecho, ésta ha sido la mejor.



Conclusión

En conclusión, Fin de guardia me ha parecido pura adrenalina, quizá no del todo al nivel de Mr. Mercedes, pero cercano al mismo, con tensión en cada página, una trama que atrapa, un argumento que sostiene de maravilla toda la acción y la intriga, y, en especial, con unos personajes que son los que dan la fuerza y el significado a la historia, los que hacen que nos importe esta trilogía que a mí, personalmente, me ha conquistado.

Fin de guardia es un desenlace al puro y duro estilo de King, con buenísima voz crítica y sarcástica, un humor negro afilado y que nunca está de más, y una experiencia que ya nos es muy conocida por narrar la historia y hacer que o bien nos tiremos de los pelos de la angustia o bien nos sintamos tan interesados por los personajes que no podamos parar de leer hasta haber acabado por completo el libro.


Personalmente, esta trilogía me parece la razón de más peso para demostrar que Stephen King está hecho un verdadero hacha con la escritura; quizá no sea del agrado de la mayoría, pero, para mí, es su mejor obra escrita hasta la fecha.

Por supuesto, recomendadísima.




PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 6/5
♫ Acción: 5/5
♫ Trama: 4.5/5
♫ Originalidad: 4.5/5
♫ Tensión: 5/5
♫ Desenlace: 4.5/5
♫ Prosa: 6/5


VALORACIÓN PERSONAL 10/10!!!!



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