Autor: Fyodor Dostoevsky
Editorial: Wordsworth Editions
Canción Identificada: Politics (Korn)
Sinopsis:
Translated by Constance Garnett, with an Introduction and Notes by Agnes Cardinal, Honorary Senior Lecturer in Comparative Literature at the University of Kent. Prince Myshkin returns to Russia from an asylum in Switzerland. As he becomes embroiled in the frantic amatory and financial intrigues which centre around a cast of brilliantly realised characters and which ultimately lead to tragedy, he emerges as a unique combination of the Christian ideal of perfection and Dostoevsky's own views, afflictions and manners. His serene selflessness is contrasted with the worldly qualities of every other character in the novel. Dostoevsky supplies a harsh indictment of the Russian ruling class of his day who have created a world which cannot accomodate the goodness of this idiot.
Opinión:
No es la primera vez que me sucede que mientras estoy leyendo un libro me encuentro agarrada a la mesa, los músculos y los huesos agarrotados de ansiedad y temor; y, al acabarlo, siento que es como si miles de elefantes en desfile me hubiesen aplastado y se hubiesen chocado contra mí de bruces.
Creo que incluso sería más acertado decir que es como si hubiese bajado con este libro al mismísimo infierno, hubiese hecho un recorrido en él, y hubiese conseguido salir, físicamente, sin un rasguño.
Allá donde se pueda juntar lo escabroso, lo vil, lo retorcido y lo más intenso que uno se pueda imaginar, es donde está un relato de Fyodor Dostoevsky.
“It is better to be unhappy and know the worst, than to be happy in a fool's paradise.”
Ya leídas tres obras suyas soy capaz de ver un patrón que siguen todos sus relatos, pero el caso es que es innegable: este escritor consigue poner la piel de gallina en situaciones trepidantes y llenas de tensión, y logra sacar cada una de tus emociones y aplastarlas sin el menor signo de piedad.
Dándonos la bienvenida en las puertas del mismísimo inframundo, Fyodor comienza este libro como siempre lo hace: sin cortarse ni un pelo en alargar una descripción de un personaje, sin importarle la duración de uno de sus capítulos, pero, de esta manera, exponiendo al detalle cada rasgo de la historia.
Una vez ha hecho eso, se cruje los dedos, con una de esas sonrisas que debe poner mientras escribe fragmentos del libro que sabe que acabarán con el corazoncito del lector, crea una maravillosa, fascinante y muy elegante historia sin despeinarse siquiera al poner a sus personajes, y al propio lector, en las situaciones más desesperantes y en las más tergiversadas, con una fuerte crítica a la sociedad y a la mismísima humanidad.
Puestos a destruir tu corazón, Fyodor lo hace con elegancia, con elocución y con una labia formidable.
Una vez ha hecho eso, se cruje los dedos, con una de esas sonrisas que debe poner mientras escribe fragmentos del libro que sabe que acabarán con el corazoncito del lector, crea una maravillosa, fascinante y muy elegante historia sin despeinarse siquiera al poner a sus personajes, y al propio lector, en las situaciones más desesperantes y en las más tergiversadas, con una fuerte crítica a la sociedad y a la mismísima humanidad.
Puestos a destruir tu corazón, Fyodor lo hace con elegancia, con elocución y con una labia formidable.
“One can't understand everything at once, we can't begin with perfection all at once! In order to reach perfection one must begin by being ignorant of a great deal. And if we understand things too quickly, perhaps we shan't understand them thoroughly.”
“A fool with a heart and no sense is just as unhappy as a fool with sense and no heart.”
“A fool with a heart and no sense is just as unhappy as a fool with sense and no heart.”
The Idiot (o el Idiota, en versión española) no es la clase de libro que uno se lee con una sonrisa en una tranquila noche de verano... En primer lugar, es un libro denso.
Los de este autor tienden a serlo: a exponer cada uno de los antecedentes, cada uno de los personajes, para luego lanzarlos al mismísimo tártaro y verlos sufrir y quemarse vivos.
“In every idea of genius or in every new human idea, or, more simply still, in every serious human idea born in anyone's brain, there is something that cannot possibly be conveyed to others.”
Esto es imprescindible: llevados a escribir una historia de una caída al averno y a un abismo infinito, lo mejor será que sientas apego hacia los personajes, o de otra forma dejarás este denso libro y no lo volverás a retomar.
No es una lectura ligera, ni sencilla, mucho menos agradable: es una realidad golpeándote en el rostro, un juego de retorcidas palabras que parece estar riéndose de ti, descripciones, muchas descripciones, y análisis del alma humana... Mucho, mucho estudio del ser humano y una directa introspección de su naturaleza.
Los de este autor tienden a serlo: a exponer cada uno de los antecedentes, cada uno de los personajes, para luego lanzarlos al mismísimo tártaro y verlos sufrir y quemarse vivos.
“In every idea of genius or in every new human idea, or, more simply still, in every serious human idea born in anyone's brain, there is something that cannot possibly be conveyed to others.”
Esto es imprescindible: llevados a escribir una historia de una caída al averno y a un abismo infinito, lo mejor será que sientas apego hacia los personajes, o de otra forma dejarás este denso libro y no lo volverás a retomar.
No es una lectura ligera, ni sencilla, mucho menos agradable: es una realidad golpeándote en el rostro, un juego de retorcidas palabras que parece estar riéndose de ti, descripciones, muchas descripciones, y análisis del alma humana... Mucho, mucho estudio del ser humano y una directa introspección de su naturaleza.
“There is something at the bottom of every new human thought, every thought of genius, or even every earnest thought that springs up in any brain, which can never be communicated to others, even if one were to write volumes about it and were explaining one's idea for thirty-five years; there's something left which cannot be induced to emerge from your brain, and remains with you forever; and with it you will die, without communicating to anyone perhaps the most important of your ideas.”
La historia comienza, como de costumbre en sus obras, mostrándonos a su héroe: el príncipe Myshkin, quien regresa a Rusia tras haber estado años internado en un hospital de Suiza tratando con la epilepsia.
Hallando a su único familiar de su linaje, aterriza en una realidad mucho más sucia y desalmada que como la creía, donde conocerá a Natasya Filippovna, mujer de quien su enamoramiento llevará a la perdición. Sin embargo, él no será el único que sentirá un flechazo ante la presencia de Natasya Filippovna: Rogozhin, hijo de un adinerado mercader, también querrá su presencia.
Con un alma bondadosa, sosegada y cándida, el príncipe se verá de pronto golpeado por un realidad hostil y engañosa de una Rusia cambiante y ambiciosa por el poder económico, donde su carácter humilde y moral harán que todos lo traten como a un idiota, alguien objeto de burlas y engaños, lanzado a un cruel San Petersburgo de mediados del siglo XIX donde la codicia, el vicio, los juegos de poder y los matrimonios de interés pueblan a una sociedad vil y sin escrúpulos.
Maestro de la palabra y un certero asesino, Fyodor Dostoevsky disecciona a cada uno de sus personajes en esta destructiva obra, donde la muerte está en cada palabra, y esto lo hace de una forma que ciertamente es Dostoevskyana: con una voz omnisciente, de manera que se llegue a la mente de cada uno de los personajes y que la novela adquiera por sí misma una intensidad y dramatismo tan lacerantes que mantengan al lector en vilo durante toda la noche.
No obstante, si algo admiro de este escritor es la manera en la que tiene de meterse por completo en la obra, sonriendo con malicia mientras nos expone ciertas cosas del libro que distancias bastante de ser una mera narración objetiva, recalcando y enfatizando aquí y allá cosas que han sucedido o emociones de los personajes, y evaluando las emociones de estos para evocar así largas reflexiones del lector y de los protagonistas.
Seguramente lo más complejo sean todos esos nombres que hay flotando en el libro, lo que requiere atención, ya que todos y cada uno tienen una gran importancia en él.
Hallando a su único familiar de su linaje, aterriza en una realidad mucho más sucia y desalmada que como la creía, donde conocerá a Natasya Filippovna, mujer de quien su enamoramiento llevará a la perdición. Sin embargo, él no será el único que sentirá un flechazo ante la presencia de Natasya Filippovna: Rogozhin, hijo de un adinerado mercader, también querrá su presencia.
Con un alma bondadosa, sosegada y cándida, el príncipe se verá de pronto golpeado por un realidad hostil y engañosa de una Rusia cambiante y ambiciosa por el poder económico, donde su carácter humilde y moral harán que todos lo traten como a un idiota, alguien objeto de burlas y engaños, lanzado a un cruel San Petersburgo de mediados del siglo XIX donde la codicia, el vicio, los juegos de poder y los matrimonios de interés pueblan a una sociedad vil y sin escrúpulos.
Maestro de la palabra y un certero asesino, Fyodor Dostoevsky disecciona a cada uno de sus personajes en esta destructiva obra, donde la muerte está en cada palabra, y esto lo hace de una forma que ciertamente es Dostoevskyana: con una voz omnisciente, de manera que se llegue a la mente de cada uno de los personajes y que la novela adquiera por sí misma una intensidad y dramatismo tan lacerantes que mantengan al lector en vilo durante toda la noche.
No obstante, si algo admiro de este escritor es la manera en la que tiene de meterse por completo en la obra, sonriendo con malicia mientras nos expone ciertas cosas del libro que distancias bastante de ser una mera narración objetiva, recalcando y enfatizando aquí y allá cosas que han sucedido o emociones de los personajes, y evaluando las emociones de estos para evocar así largas reflexiones del lector y de los protagonistas.
Seguramente lo más complejo sean todos esos nombres que hay flotando en el libro, lo que requiere atención, ya que todos y cada uno tienen una gran importancia en él.
A medida que avanzan las páginas, el libro se acaba convirtiendo en un auténtico delirio para el lector, un vaivén de emociones asaltantes donde el maestro de la palabra juega sus cartas y presenta, como en sus demás títulos, a un héroe afable, ingenuo, crédulo y honesto; manteniéndose a duras penas en una tormenta de ira, de tragedia, de odio, de pasión, de locura y de ambición, una lucha de supervivencia en un mundo depravado y descarnado.
“It's life that matters, nothing but life—the process of discovering, the everlasting and perpetual process, not the discovery itself, at all.”
Oscilando entre la locura y en la más pura e ingenua cordura, el príncipe Myshkin es un héroe literario muy pocas veces visto: parece que el autor ha juntado todas y cada una de las mejores cualidades y los requisitos más imposibles de realizar de lo que debe ser un alma pura, buena, humilde y cristiana y crea a un personaje muy singular, ajeno al mal que corroe las venas del resto de los personajes de la historia.
¿Puede esta alma cándida, pura, llegar a verse consumida y putrefacta al ser sometida y arrojada al mundo de los humanos, donde todo está embarrado y podrido del odio, de la codicia, y del engaño?
“Don’t let us forget that the causes of human actions are usually immeasurably more complex and varied than our subsequent explanations of them.”
Dostoevsky no decide quedarse en lo conciso con sus obras: todo lo narra al detalle, con pelos y señales, rasgando el velo que muchas veces nos ciega con uñas y dientes, hasta exponer una realidad, cruda y directa, de la sociedad en la que este hombre vivía.
Plasmando cada malestar de los personajes, imponiendo dudas tan existencialistas y tan fructuosas que harán que la mente del lector esté todo el rato oscilante entre ideas de diversos temas, hasta que todas estas se agolpen y acaben por liberarse con un rugido llegando al auge del libro.
Los finales de Dostoevsky llegan a ser siempre espléndidos. Aunque poco a poco la historia los vaya introduciendo, cada vez tornándose el libro más y más oscuro y más y más desgarrador, la imagen final siempre resulta chocante y apabullante, arrebatándote el aliento y haciendo que sientas un fuerte dolor oprimiéndote el pecho.
Con una elegante pluma, casi burlesca de lo delicada que es, Dostoevsky vuelve a hacerlo: vuelve a plantarnos una obra jamás vista, dura, seca y sangrante en cada doblez de la hoja, muy difícil de digerir y con un contenido muy profundo y al mismo tiempo salvaje, indomable y pérfido, placando contra los personajes y acabando con la cordura de los lectores...
...Hasta que, en medio de esta fiera carnicería, Dostoevsky revela un mensaje aún más descorazonador, plasmando, con máximo vigor y precisión, el alma humana, la corrupción moral en términos políticos y económicos, la ingenuidad, la maldad de la naturaleza de los seres humanos, siendo, de esta manera, un maestro retratador sin escrúpulos de la psicología de sus personajes, un fuerte e inmisericorde crítico de las clases sociales, del poder del dinero y de, en un trágico desenlace, la traición y el engaño, desembocando en una muerte fatal.
Plasmando cada malestar de los personajes, imponiendo dudas tan existencialistas y tan fructuosas que harán que la mente del lector esté todo el rato oscilante entre ideas de diversos temas, hasta que todas estas se agolpen y acaben por liberarse con un rugido llegando al auge del libro.
Los finales de Dostoevsky llegan a ser siempre espléndidos. Aunque poco a poco la historia los vaya introduciendo, cada vez tornándose el libro más y más oscuro y más y más desgarrador, la imagen final siempre resulta chocante y apabullante, arrebatándote el aliento y haciendo que sientas un fuerte dolor oprimiéndote el pecho.
Con una elegante pluma, casi burlesca de lo delicada que es, Dostoevsky vuelve a hacerlo: vuelve a plantarnos una obra jamás vista, dura, seca y sangrante en cada doblez de la hoja, muy difícil de digerir y con un contenido muy profundo y al mismo tiempo salvaje, indomable y pérfido, placando contra los personajes y acabando con la cordura de los lectores...
...Hasta que, en medio de esta fiera carnicería, Dostoevsky revela un mensaje aún más descorazonador, plasmando, con máximo vigor y precisión, el alma humana, la corrupción moral en términos políticos y económicos, la ingenuidad, la maldad de la naturaleza de los seres humanos, siendo, de esta manera, un maestro retratador sin escrúpulos de la psicología de sus personajes, un fuerte e inmisericorde crítico de las clases sociales, del poder del dinero y de, en un trágico desenlace, la traición y el engaño, desembocando en una muerte fatal.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 4.5/5
♫ Acción: 3.25/5
♫ Trama: 3.5/5
♫ Originalidad: 3.75/5
♫ Desenlace: 3.75/5
♫ Pluma: 4.75/5
VALORACIÓN PERSONAL: 8.5/10
VALORACIÓN PERSONAL: 8.5/10
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