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sábado, 9 de enero de 2021

Reseña: Glamorama

 


RESEÑA:
GLAMORAMA



Título:  Glamorama
Autor:  Bret Easton Ellis
Editorial:  Picador Books
Canción Identificada:  Glam Glitz Guts & Gore (KMFDM)




Sinopsis:

The author of American Psycho and Less Than Zero continues to shock and haunt us with his incisive and brilliant dissection of the modern world.In his most ambitious and gripping book yet, Bret Easton Ellis takes our celebrity obsessed culture and increases the volume exponentially.


Set in 90s Manhattan, Victor Ward, a model with perfect abs and all the right friends, is seen and photographed everywhere, even in places he hasn't been and with people he doesn't know. He's living with one beautiful model and having an affair with another onthe eve of opening the trendiest nightclub in New York City history.And now it's time to move to the next stage. But the future he gets is not the one he had in mind.

With the same deft satire and savage wit he has brought to his other fiction, Bret Ellis gets beyond the facade and introduces us, unsparingly, to what we always feared was behind it. Glamorama shows us a shadowy looking-glass reality, the juncture where fame and fashion and terror and mayhem meet and then begin to resemble the familiar surface of our lives."




Opinión:

Tratemos de pensar en un mundo sin moda, y nos daremos cuenta de que es casi imposible. Somos personas consumistas, personas engañadas, personas con la cabeza llena de pájaros. Allá a donde miremos, hay anuncios publicitarios, modelos de impecables cuerpos y un sin fin de trucos para atraer nuestra atención al mundo del mercado. 

“The better you look, the more you see.”

Y sí, se habla desde las vestimentas hasta cosas más tontas, como, por ejemplo, comprarse un paquete de qué sé yo, por ejemplo almejas. En todas estas cosas, hay modelos posando, modelos sonriendo a la cámara, modelos muy bien pagados, bien contratados, en los que Bret Easton Ellis se enfoca en esta nueva novela. Modelos que, en Glamorama, el autor nos dice: A estas personas tan perfectas, a estos cuerpos de diez, les falta algo.


Ahora bien, ¿qué puede faltarle a alguien que lo tiene todo? ¿Qué hay en este mundo materialista, consumidor y acomodado que tan destrozada deja a mucha gente? ¿Qué significa vivir, en pleno periodo de avances científicos y sociales, en el primer mundo?

“Baby, when you were young and your heart was an open book, you used to say live and let live. You know you did, you know you did, you know you did.”


Poco a poco, en una novela con bastante tamaño, Ellis va desglosando lo que significa ser humano... y también, lo que significa ser uno más entre las masas, alguien que ha perdido voz y voto y que tan solo sigue al resto de personas al borde del precipicio... ¿Hasta qué punto el ser humano es individual? ¿Qué daño hace la moda, las tendencias, la belleza? ¿En qué nos estamos convirtiendo?


Tengo que decir que estaba animadísima por leerme esta novela. Ya me he leído tres novelas más de Bret Easton Ellis, y todas ellas me parecen sensacionales. En efecto, en sus obras, el autor critica el mundo superficial en el que vivimos, con sus absurdeces, sus frivolidades, y las falsas apariencias que hay en él. Un mundo donde un rostro bonito tiene más poder que un discurso de esperanza, un mundo en el que la crueldad, el engaño, los juegos de malicia y el terrorismo se pueden encontrar más cerca de lo que nos pensamos. 

“Baby, Andy once said that beauty is a sign of intelligence.'
She turns slowly to look at me. 'Who, Victor? Who? Andy who?' She coughs, blowing her nose. 'Andy Kaufman? Andy Griffith? Who in the hell told you this? Andy Rooney?'
'Warhol,' I say softly, hurt. 'Baby...”


Sabía que este escritor al que yo le tengo tanto aprecio no me iba a defraudar. Y notándose el estado tan animado en el que me encuentro, es obvio lo siguiente que voy a decir: no me ha defraudado. 

Es más, me ha parecido que con esta obra Bret Easton Ellis se ha atrevido a muchísimas cosas. 

¿Que puede que haya redundancia? Qué sé yo, quizás un poco. 

¿Que paradójicamente el autor se recrea durante muchísimas páginas en un mundo que él mismo cree que es denso, aburrido y superficial? Pues sí, sí que es curioso que haga eso, pero precisamente esta pesadez es lo que hace que el libro sea mucho más contundente con su mensaje.

 ¿Que es exagerado en ocasiones? Pues tengo que decir aquí que el mundo de la fama es muy hiperbólico, así que no me sorprende el dramatismo. 

“Everything suddenly seems displaced, subtle gradations erase borders, but it’s more forceful than that.”


De manera que, ya habiendo sacado las pegas principales de la novela, tan solo queda decir mi opinión en ella. En resumidas cuentas, me ha parecido una novelaza, sensacional, que se iba volviendo más peliaguda por momentos. 
Pero como a muchos de aquí les gusta mi estilo de hablar-cansinamente-y-hasta-la-saciedad-de-un-libro, a ello me pongo:



¿De qué trata?

Glamorama es una novela del autor estadounidense Bret Easton Ellis, publicada en 1998, cuya principal intención es satirizar los 90, en concreto, la cultura de la moda y la consumición en masa, el materialismo, y las falsas apariencias. 

El estilo de Glamorama es algo complicado de entender de primeras, dado que hay que habituarse a la prosa sórdida del escritor. Con esto quiero decir que gran parte de la novela consiste en tediosas descripciones que hablan acerca de marcas, moda, estilo, belleza y dinero, y siempre retratando a los personajes no por cómo son por dentro, sino por lo que llevan por fuera. 
Es decir, completamente superficial.


Además, la historia está contada en primera persona, en tiempo presente, desde el punto de vista de un personaje perdido en las banalidades y en el egocentrismo, lo que dificulta que podamos tener de primera mano una crítica excelente de lo que sucede a su alrededor. 

Al contrario, la obra es mucho más complicada de llevar a cabo debido a que critica al mundo de la fama desde la propia perspectiva de un famoso, el cual de primeras está a gusto con lo que tiene, y es tan solo por su tono monótono de hablar, la rabia interna que tiene y sus comentarios casuales y muy fuera de lugar, lo que nos permite ver la manera tan efectiva en la que Bret Easton Ellis lo está satirizando.


En concreto, hablo de Victor Ward, un joven modelo que lo tiene todo, desde un cuerpo perfecto hasta los amigos más adecuados para cada ocasión, quien, además, se ve con diferentes chicas y tiene al mundo del placer en la palma de su mano. 

“At first she was so inexpressive and indifferent that I wanted to know more about her. I envied that blankness - it was the opposite of helplessness or damage or craving or suffering or shame. But she was never really happy and already, in a matter of days, she had reached a stage in our relationship where she no longer really cared about me or any thoughts or ideas I might have had.”


Disfrutando de una juventud llena de pasiones, Victor está dispuesto a pasar a otra fase, pero, sin embargo, el futuro no será el que se estaba esperando... De un recado yendo a otro, pronto Victor se encuentra en el plano de la máxima corrupción política, manipulado por todos, siento el títere de grandes personas que tratarán de jugar con él y con sus seres queridos.

Sintiéndose no más que un simple muñeco en mitad de un maquiavélico esquema, Victor tratará de entender qué es lo que está pasando, y hasta dónde llega la corrupción, para poder salir adelante y sobrevivir en lo que parece ser, ni más ni menos, que su primer encuentro con el terrorismo...



Argumento de ritmo lento, historia densa pero con muchísimo contenido de crítica

Precisamente, crítica no le falta. 

La crítica en Glamorama no consiste en largos monólogos internos del protagonista juzgando liberalmente el mundo en el que vive, sino todo lo contrario: el protagonista es un narcisista, vive apegado a sí mismo y no busca otra cosa sino sentir placer. 

Su hedonismo es total, su visión del mundo es muy cerrada y ambiciosa, y tan solo le importa lo que pueda hacerle brillar un poquito más en el estrellato. 


La crítica está justamente en el humor de la historia, en la sátira que hay montada en torno a los personajes: fiestas interminables, grandes borracheras, relaciones superfluas, sexo agresivo y pornografía como parte diaria en sus vidas. 

Glamorama es el escenario que recoge toda la cultura consumista y cruel de nuestro tiempo, y precisamente por ello es una novela muy ambiciosa, que apunta a lo más alto. 


Tan alto quiere apuntar, y tan densa quiere hacerse con la superficialidad que retrata (lo cual lo hace tan bien que llegué hasta a sentir irritación profunda hacia el personaje, por ser tan vacío y tan necesitado), que Glamorama cuenta con 482 páginas, al menos en mi edición, cosa que destaca en relación a las otras novelas del escritor, mucho más pequeñas. 

Pero lo cierto es que a Glamorama no le sobra nada
Sí, puede que algunos digan que le sobra muchísimo contenido de descripciones que no llevan a ninguna parte, pero precisamente esa es la gracia del libro: que la mayor parte de su contenido habla de la superficialidad de un mundo que busca en la moda tan solo las grandes marcas, y que no se detiene con nada con tal de salirse con la suya. 


Glamorama es una novela que trata acerca de las grandes estrellas, las celebrities más importantes, las cuales, sin embargo, viven sus días casi por inercia, sin pensar, sin desear sentir, angustiados por que su fama llegue alguna vez a caducar. 
Y es que incluso los más grandes, incluso los que lo tienen todo, sienten algo en ellos, una ausencia de algo, una necesidad de conseguir una sensación particular que no logran saber cuál es. 

Fíjate que puede que esa sensación sea la felicidad, o puede que algo mucho más complejo, como estar satisfecho con lo que uno es y tiene. 
Pero claro, en un ambiente en el que cada dos por tres se sacan objetos nuevos de compra y productos para mejorar la belleza externa, contentarse con lo que uno quiere nunca es una opción, y la gente quiere más, y más, y más. 



Pero sin desviarnos del tema, Glamorama es, a fin de cuentas, una novela bastante densa, que a mí en algunas partes se me hizo algo pesada de leer. 

Es dura, agresiva y furiosa, está escrita con frustración, y se nota la violencia interna que lleva consigo el protagonista, un inconformismo que lo está llevando a la locura. 

Y Victor Ward no es el único al que le devora por dentro la homogeneidad constante de su día a día, sino que todos los personajes parecen estar hartos, y todos ellos desean tan solo evadirse, con drogas, con sexo o con alcohol, y dejar de pensar en su vida y sus verdaderos deseos. 


Y por tanto, el argumento sí que es un poquititín lento. Bueno, a quien voy a engañar, el argumento es bastante lento, pero también creo que es bastante más lineal y con una trama más definida que los otros libros, que trataban más del día a día y no representaban una fluidez en la trama tan marcada. 

La idea de la trama es bastante original, claramente angustiosa, que es lo que Bret Easton Ellis trata de conseguir con sus libros, pero además es una trama un poco perezosa, tarda en entrar en vigor, y la mayor parte del libro es una introducción al mundo de la belleza y el modelaje. 

...Lo que es interesante, pero para gente que espere acción en esta novela, seguramente la obra no sea la más indicada.



Por fortuna, lo que salva a estas partes más pesadas es precisamente la fuerza que tienen los diálogos de la historia. 

Y hablo de "fuerza" para referirme a la pasividad de sus personajes, es una actitud pasivo-agresiva, hiriente y gélida, monótona y cruel. 

Los diálogos llevan casi por completo la historia, con muchísimas partes en ellos que son plenamente triviales, y que no parecen añadir mucho a la trama. Es un realismo sucio, de hecho, el que hay en los diálogos, que hablan de cosas tan absurdas como listas de invitados, películas del cine, caviar, actores, shootings de fotografía y más cosas del día a día que no parecen llevar a nada. 


Por lo que, si uno también se espera conversaciones filosóficas y contemplativas, no se lo encontrará en este libro. 

Los personajes viven en el momento, los diálogos son muy naturales y directos, y las cosas de las que hablan no hay por donde cogerlas. 

Nuevamente, este es el toque total de Bret Easton Ellis, que se esfuerza al máximo por tratar a sus personajes como copias de copias de copias, gente superficial y egoísta que solo piensa en sí misma. 

Ahora, esto ya suena un poco más a nuestro mundo consumista, ¿verdad?



Personajes superficiales, narcisistas y abandonados

Puede que los personajes de Glamorama tengan no sé cuántos tropecientos de conocidos, y sin duda alguna millones de followers en sus redes sociales, pero creo que aquí hablo por todos cuando digo que están completamente solos
No les queda nada, y, fuera de sus carreras y de su fama, nadie querría estar con ellos. 

Los personajes están abandonados a su suerte, con buenos cuerpos y buenos salarios, pero nadie con quien compartir su alegría. Muchas veces, parece que sencillamente la felicidad no es para ellos. 


Pero sonríen todos los días, hablan con gente todos los días, socializan tanto que ya hablan hasta en sueños. Están hechos para embaucar, para cautivar, para causar sensación. Son, al fin de al cabo, celebrities. Mas falta algo, y no saben discernir qué es. Viven con tanta insaciabilidad por lo que desearían tener que ya han perdido de vista lo que de verdad tienen.  


Pero no todo el libro son contratos de fotografía y de cine, sino que hay algo más que se va moviendo entre los personajes: Victor Ward acaba viajando a Europa, donde entra en contacto con un grupo de supermodelos que, además de ser triunfadores en la moda, son terroristas, los cuales están poniendo por todas partes bombas empaquetadas en bolsas de Prada y Luis Vuitton, con un equipo de cine que lo va filmando todo. 

Y entonces es cuando la cosa se complica mucho más. 


Los personajes en sí mismos no son la chispa de la historia. Todos son codiciosos, se absorben en ellos mismos, y no les importa lo demás, no parecen querer cambiar y, en efecto, la evolución de ellos en la historia es casi nula. Victor es el que más cambia de todos ellos, probablemente tan solo debido al miedo, pero sigue siendo frívolo e insustancial. 



Aunque hay muchos personajes "accesorios" en la historia, que tan solo sirven para saturar la novela de más superficialidades, hay varios personajes secundarios que destacan, como lo son F. Fred Palakon, misterioso y uno de los más importantes engranajes de la obra; Jamie Fields, quien atrapa a Victor en sus redes y lo lleva al mundo de la destrucción; Chloe Byrnes, igual de anodina y egoísta que Victor, y una supermodelo que se está recobrando de su drogadicción; Alison Poole, quien apareció también en la novela American Pyscho; Bobby Hughes, una pieza fundamental de la historia en torno al terrorismo; e incluso Lauren Hynde, de la obra The Rules of Attraction

En realidad, hay un excelente crossover en esta obra, lo que hace que se sienta más real, y a mi parecer más interesante.


Victor es un personaje complejo, pese a que siga la misma línea de un "auténtico mierdas" como el resto de personajes. 
No es tan sensible y reflexivo como Clay, de Less than Zero, pero tampoco es un psicópata violento como Patrick Bateman, de American Pyscho. 


Muchos lo sitúan como una persona moralmente seca por dentro, en muchos sentidos cruel cuando habla con otra gente, desconectada del mundo de afuera, y por supuesto también en completa desconexión con lo que sienten los demás, que no empatiza con el resto, y claramente no cae nada bien. 

Es un personaje complicado de hacer, porque tampoco es un asqueroso al que no tengamos en cuenta. Sencillamente, Victor tan solo vive para sí mismo, no es mala persona, solo que no cuenta con los demás, pero en muchas partes yo acabé sintiendo empatía por él, y por la situación tan peligrosa en la que andaba metido.

Es, como en los demás libros de Bret Easton Ellis, un personaje moralmente ambiguo, al que se le da mucho juego.



Prosa descarnada, violenta e incluso desagradable en ocasiones, que crea el efecto deseado

Alex Ross, en el The New Yorker, habla de cómo Bret Easton Ellis lleva a los lectores a un "viaje a la no-existencia", y no puedo estar más de acuerdo. 

Meterse en las páginas de Glamorama es anularse por completo, perder de vista toda tu vida, todos tus deseos, toda tu felicidad. Es internarse en un mundo de angustia, caos y surrealismo, donde hasta lo más absurdo tiene un sentido importante, y viceversa: lo que parece más grato al final acaba siendo ridiculizado. 


En este mundo inverso, Ellis consigue lo que quiere, que es provocar repulsión, ser descarado, y también fascinar al lector. Es un libro que en muchas partes parece casi "intragable", porque hay escenas muy pornográficas de sexo, o momentos de asesinatos y sangre saliendo a borbotones de las heridas que causan malestar en todo el cuerpo. 
Hay amenazas, golpes, violencia, agresividad, ira, odio. Hay manipulación, engaño, espanto, vísceras, atentados. Es un mundo gobernado por la crueldad


La prosa de Ellis adquiere justamente ese tono. Es, en esas partes, una prosa verdaderamente repulsiva. Causa desazón, pero también morbo, y me era imposible dejar de leer. Sin duda alguna, hay algo muy atrayente en cómo el escritor narra las cosas... es natural, tiene desencanto, tiene realidad. No poetiza nada, sino que lo destruye con brutalidad y crudeza. Pese a que habla de belleza y fama, el libro a veces es denso, otras veces obsceno, pero siempre despiadado.


Ellis hace uso de un recurso que a mí me parece su firma: en conversaciones, y en largas descripciones, enumera marcas de ropa obsesivamente, y también menciona larguísimos listados de nombres de personas que a veces ni siquiera llegan a poner un pie en todo el libro.
"Cuantas más cosas tenga, más importante soy", es lo que parecen pensar los personajes, y Ellis retrata su mente compulsiva recreándose al máximo. 

Fijaos que hasta el escritor llega a mencionar a una burrada de famosos que existen de verdad, y llega a criticar a casi todos ellos. 


Es una locura, una bestialidad, Ellis se propone hacer una carnicería con el mundo de la moda y las apariencias externas y es justo lo que consigue. 

Y sí, lo reconozco: también es justo lo que yo deseaba encontrarme. 

Aparecen todo tipo de famosos: Leonardo di Caprio, Brad Pitt, Kate Moss, Winona Ryder, George Clooney, John Kennedy Jr., Pedro Almodóvar, Antonio Banderas... De uno a uno, van saliendo para burlarse de ellos, y a mí me da que no dejan ni a uno en paz. 
Para muchos esto será un espanto, y desde luego es muy atrevido, pero para mí es una manera de convertir un mundo que tenemos muy idolatrado en lo que de verdad es: una máquina gigantesca que nos hace dependientes de la gente famosa a la que vemos como "mejor" que nosotros.


La técnica esencial de todo esto no es otra que la de la "sobredosis", es decir, hinchar a la novela de términos que no nos dicen nada, de palabrerías superficiales y personajes que ni nos van ni nos vienen, para que estemos tan desinteresados por la vida como el propio protagonista. 

Viéndolo todo desde su perspectiva, donde hasta las personas son consideradas prácticamente bienes materiales, se entiende perfectamente la cantidad de rabia que hay metido en el cuerpo de uno...


La obra es soez en partes, desagradable en otras, superficial en toda ella, pero, dado que esa es la intención completa del escritor, se crea una sátira excelente y mórbida. 

“What? Did we end up hating each other? Did we end up the way we thought we always knew would? Did I end up wearing khakis because of that fucking ad?”


La prosa es natural, parece que tan solo se dedica a la monotonía, pero, en las partes del final de la obra, se vuelve tan acuciante, tan estremecedora y frenética, que me ha dejado claro que Ellis es capaz de jugar en varias ligas a un mismo tiempo. 
Realmente, el final are aterrador, no quiero decir mucho pero el escritor pasa de hablar del mundo de marcas y moda a ponerse modo hardcore con sangre, muerte, violencia, amenazas y muchísimo terror. 


Lo cierto es que la historia cuenta con muchísimas capas por debajo, está repleta de efectos, de estilos y de recursos literarios, desde citar parte de canciones relevantes a la trama hasta despersonalizaciones, objetificaciones, sobredosis de largas y tediosas listas de marcas de ropa y personajes secundarios, paradoja, ironía, sarcasmo, parodia, alusiones, dramatizaciones, obsesiones, incluso sugerencias de que parte de lo que pasa en la trama es en realidad parte de una película que están grabando, y que lo que Victor considera real en verdad es parte de una ficción. 

“The Dave Matthews Band’s “Crash into Me” played over the montage, not that the lyrics had anything to do with the images the song was played over but it was “haunting”, it was “moody”, it was “summing things up”, it gave the footage an “emotional resonance” that I guess we were incapable of capturing ourselves. At first my feelings were basically so what? But then I suggested other music: “Hurt” by Nine Inch Nails, but I was told that the rights were sky-high and that the song was “too ominous” for this sequence; Nada Surf’s “Popular” had “too many minor chords”, it didn’t fit the “mood of the piece,” it was – again – “too ominous.” When I told them I seriously did not think things could get any more fucking ominous than they already were, I was told, “Things get very much more ominous, Victor,” and then I was left alone.”



Todo ello, con un tono esnob, casi hasta despectivo, cruel y con mucho vigor, que añade una exquisita sonoridad de angustia a una gran novela llena de desesperanza y caos. 



Conclusión

En conclusión, Glamorama es una novela que definitivamente ha sacado muchas emociones en mí. 

Ha sido una novela dura, algo densa, algo obscena, algo perezosa, pero en la que, una vez conseguí meterme, me quedé completamente apegada a sus páginas, en una perfecta sátira donde los top modelos son terroristas y la gente está obsesionada con la fama y la belleza, de manera que la historia adquiría un tono punzante, hiriente, agresivo pero también hilarante, con partes estremecedoras y angustiosas y hasta momentos que eran totalmente de novelas de terror. 

Todo esto ha hecho que sea una lectura muy buena, con un final frenético y muy memorable, que deja muchísimas dudas de lo que es real y lo que no... Y de qué posición tiene el mundo humano en esta realidad materialista. 


Lo que es más, la novela es ideal como precursora para elaborar tú mismo tu propia crítica del mundo de la moda, así como se puede hacer un muy detallado análisis de todas las capas de recursos que tiene la obra, porque precisamente Glamorama es una novela muy compleja, con mucho contenido, y muchas cosas que transmitir. 

A mí, desde luego, me ha dejado muerta de ganas de seguir leyendo más del autor.

Buenísima obra. Muy, muy recomendada.



PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 4/5
♫ Acción: 3.5/5
♫ Trama: 3.75/5
♫ Originalidad: 4.5/5
♫ Tensión: 4.5/5
♫ Desenlace: 5/5
♫ Prosa: 4.5/5


VALORACIÓN PERSONAL 9.25/10



Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/




1 comentario:

  1. Yo la verdad, lo considero mi favorito entre toda la obra de Bret, su prosa es magnífica y su combinación de los obsceno, grotesco y glamouroso de la época lo vuelve único, el final siempre será un debate para mí, nunca sabré la conclusión como tal del mismo.

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