Título: El Taller de Muñecas
Autor: Elizabeth Macneal
Editorial: Editoriral B
Canción Identificada: The Girl is Mine (with Paul Mc Cartney) (Michael Jackson)
Sinopsis:
Londres, 1850. La hermosa Iris trabaja, junto a su hermana, como aprendiz en el famoso taller de muñecas de la déspota señora Salter, pero su pasión es el arte. Cuando el pintor Louis Frost le pide que pose para él como modelo, ante ella se abre un mundo nuevo en el que, quizás, consiga su sueño de convertirse también en pintora.
Sin embargo, su destino se truncará cuando Silas, un solitario taxidermista y coleccionista de curiosidades morbosas que está en contacto con el mundo artístico londinense, descubre la existencia de Iris durante la inauguración de la Gran Exposición Universal de Londres.
La obsesión de Silas por Iris irá creciendo y tornándose cada vez más oscura, hasta que solo aspire a convertirle en la pieza estrella de su colección.
Opinión:
Hay lecturas que gustan porque son tan buenas como te esperabas que fueran, y hay lecturas que gustan porque consiguen sorprenderte y superar con creces tus expectativas.
El Taller de Muñecas, primera y exitosa novela de la escritora Elizabeth Macneal, para mí ha entrado dentro de la segunda clase de libros mencionada, donde el secreto de que la trama se vuelva tan perversa y tan elegante está en que una y otra vez nos sorprenda desde distintos ángulos.
Comencé este libro sin apenas mucha idea de sobre qué iría. Había recibido grandes críticas, pero lo comencé a leer como pasa muchas veces: porque un ser querido te dice que va a ser una lectura fascinante. Lo fue, en efecto, y por numerosas razones.
La historia trata sobre una historia de amor.
Amor hacia la libertad, amor hacia la persona, amor hacia el ideal.
Cuando se llevan a un extremo estas pasiones, todo se convierte en un descarado juego de ratones y gatos, oscuro y turbio, que lleva a cada uno de los personajes hasta un punto límite.
La joven Iris trabaja en un taller de muñecas junto a su hermana Rose, a órdenes de la señora Salter, una mujer de mucho carácter que ejerce de manera despótica sobre ellas.
Deseosa de escapar de ese lugar, cuando Iris conoce al pintor Louis Frost y éste le ofrece que pose para él, acepta con ganas bajo la condición de que él la enseñe a pintar.
Durante una famosa inauguración de obras, el obsesivo taxidermista y coleccionesta de elementos que suscitan morbo, Silas Reed, descubre a Iris entre la gente y cae él mismo en las redes de su desquiciada mente: con perturbadores pensamientos, comienza a imaginarse un mundo junto a la joven, y el ideal comienza a cobrar una espantosa forma hasta convertirse en lo único que lo mantiene con vida en el gris Londres de la época.
Desesperado por obtener a Iris a toda costa, Silas Reed cae en la trampa del falso amor y su obsesión se vuelve su único aliento, creciendo mediante el tiempo pasa y llevándolo a la locura...
...Arrastrando, a su paso, a toda persona cercana a Iris y llevando a cada uno de ellos a un punto límite, donde sus vidas peligran y donde la única aspiración del solitario y excéntrico Silas está en hacer de Iris la obra magna de su colección.
En primer lugar, si llama la atención la historia por solo su sinopsis recomiendo ya mismo lanzarse a leerlo, porque tiene la tensión, la obnubilación y la obsesión que uno espera encontrarse en esta lectura.
Luego, lo que queda más allá de esos pilares es una historia de amor por el arte -y de obsesión extrema por el mismo-, de romance y ternura -y también el lado más desquiciado de esto-, y de un Londres digno de la época en la que está basada la historia, un 1850 lleno de "sabandijas" por las calles, casas de empeños, personas excesivamente trajeadas y artistas empedernidos.
De las mejores cosas que hace esta novela es sumergirnos de inmediato en la época.
Se sienten las cosas desde dentro como si tú mismo estuvieses paseando por esas calles de edificios altos y nobles, o por callejuelas más estrechas donde corren niños descalzos y sucios y salen mujeres trabajadoras de los prostíbulos más cercanos.
También transporta a lugares de ensueño, llenos de cuadros y de pintura, de luz natural entrando por las ventanas y de musas que posan para los artistas con tendencias más realistas. No es difícil pasar de un escenario a otro porque hay gran abundancia de personajes que tienen protagonismo en la historia, desde el solitario y ofuscado Silas Reed hasta la soñadora e inspirada Iris Whittle.
Sinceramente, para situarse en la época en lo que lo hace, yo esperaba que tuviese una prosa más... digamos, más estética y decorosa, más antigua y refinada, un tanto más elegante y compleja.
En ese sentido, y yo creo que para bien, el libro ha tenido una prosa más sencilla de lo que yo esperaba, de manera que con ligereza me vi metida en la historia, y la forma de escribir tan directa, tan cercana y tan de nuestro día a día me hizo sentirme una gran entendedora del tiempo que enmarca la historia, como si yo misma viviera en esa época.
No hay tejemanejes en la prosa, nada de decoraciones y ostentaciones al estilo de la época victoriana. Al contrario, y pese a que suele alargarse en descripciones, el estilo de escritura era fluido, fácil de seguir, y bastante enganchante.
No es edulcorada ni refinada, pero aun así la narrativa destaca por la manera en la que sabe ser precisa, justa y metódica, práctica y muy detallada, no escatima en detalles y presenta las obsesiones de manera espantosamente cercana...
La historia, que vaga entre la atmósfera dickensiana y la ambientación gótica, es en plena regla una historia de obsesión, de arte y de la parte más oscura de la era victoriana, que transita entre los suburbios y trata de temas duros como la prostitución, la pobreza, la obsesión, la envidia, el maltrato animal, las enfermedades mentales y, en momentos críticos, hasta el asesinato.
Todo ello está presentado de manera muy realista, metiéndonos de lleno en el ambiente de la época, que tiene su dulzura (como la introducción de un grupo de pintores de la Hermandad Pre-Rafaelita) y también muestra la cara contraria a lo que a veces queda grabado en la poesía del momento: el negocio de cuerpos y de sexo, las obras creadas bajo el sufrimiento y la agresividad, los sótanos oscuros y las amenazas y los maltratos.
Pese a eso, también he de decir que estos temas están muy bien llevados por la escritora, es decir, que no se ensaña con ellos y sabe cuándo poner freno a la los detalles.
Pese a que están bastante presentes, los temas duros se abarcan de excelente manera, no se pasa mal leyendo este libro y de hecho contiene partes que trabajan mucho escenarios contrarios a obsesiones y maldades, como lo es un amor dulce que comienza a crearse entre Iris y el pintor Louis Frost e incluso sobrellevar y salir adelante con las relaciones de hermanas que a veces han ido por mal camino.
La escritora no explota ningún tema en concreto, sabe cuándo frenarse y sabe cómo añadir voz propia a las escenas para que no resulten en absoluto desagradables.
Es una lectura fácil de leer, asequible y muy bien llevada, apta para gente sensible (aunque sin ser excesivamente un camino de rosas), y es una lectura que disfrutarán muchos diferentes tipos de lectores por la gran cantidad de materias que lleva la trama.
Los personajes son joyas en la historia. Están muy bien llevados, cada uno de ellos tiene voz propia y personalidad destacable.
Como personaje que menos me ha gustado, debo sacar a Iris, que era buena protagonista pero en ocasiones demasiado sencilla y plana.
Su amante, Louis, también era demasiado desenfadado, era agradable leer sobre ellos dos pero acababa siendo un tanto difícil leer sobre sus buenas relaciones y su soltura en la vida cuando otros personajes lo estaban pasando tremendamente mal.
De hecho, en ocasiones conseguía esto que yo tuviese un poco de tirria hacia Iris y el señor Frost. Por lo demás, eran personajes muy bien llevados, que tenían pocos cambios en ellos pero que, sobre todo en el final (y en especial Iris), acababan sorprendiendo bastante.
Mis personajes favoritos, no obstante, han sido Albie, Rose y Silas.
Albie ha sido un personaje entrañable, pícaro en toda regla. Era enternecedor leer sobre él, y al mismo tiempo duro por la clase de vida que llevaba: su hermana es prostituta, y él vive de la calle tratando de ganarse la vida para ayudar a la economía de ambos y perseguir lo que más quiere: poder pagar para tener dientes postizos, pues él solo tiene un único diente frontal en la boca (y por ello es apodado "Colmillo").
Con afán ahorrador, Albie intenta conseguir sus sueños con un gran instinto de supervivencia, con una gran fidelidad hacia su hermana y con la regla de nunca rendirse por duras que sean las situaciones.
Esto le hace seguir adelante en todo momento, trabajando para el taller de muñecas y al mismo tiempo empacando animales muertos para ofrecérselos a Silas Reed, el extraño taxidermista para el que también trabaja.
Rose ha sido un personaje también muy trabajado, antes una mujer joven y bella y ahora, debido a una desfiguración en su rostro debido a haber contraído la viruela, vista por todos de distinta manera.
Sabiendo que no podrá contraer matrimonio con su aspecto (que debemos recordar que siempre ha sido un factor de gran presión social, sobre todo en esa época, donde las apariencias lo eran todo), Rose vive por y para su hermana, siguiendo sus pasos y aferrándose a Iris de manera desesperada, y en ocasiones tratando de dejarla atrás.
Ha sido un personaje con mucho carácter y con mucha personalidad, y, aunque aparecía pocas veces en la novela, sin duda me ha parecido impecable.
Finalmente, imposible no es hablar de Silas, puesto que es el que hace que esta historia sea lo que es.
Como se puede comenzar a vislumbrar, hay muchos enredos en la historia, diferentes personajes con diferentes conflictos que harán que la trama no vaya por un único camino.
Sin embargo, todos los problemas coinciden en un punto y es en este personaje, el coleccionista de curiosidades que, atormentado por un conflictivo y muy desgarrador pasado, y perseguido por el rechazo desde una temprana edad, incluso viniendo de su madre, no sueña con nada más que con tener a alguien a su lado, y se ve atraído por la deformidad en la clavícula de Iris (hueso que tiene algo salido desde su nacimiento), así como pronto se enamora de toda quien es ella.
Silas es un personaje detestable, aborrecible y repugnante, que comete muchos actos terribles y estremecedores y llega a causar repulsa.
No obstante, y como todo buen antagonista tiene que estar hecho, Silas no causa solo rechazo sino también interés, algo de miedo pero incluso cierta empatía.
Hay muchas caras en el personaje de Silas, fascina el lugar en el que trabaja, con desagradables olores a veces, con mariposas en tarros y con distintos pelos y huesos de animales en diferentes obras; y también fascina el carácter que tiene, puesto que Macneal pone mucho detalle en sus pensamientos, en lo que siente y sobre lo que tiene miedo, su voz está perdida en el delirio y entrar en sus partes puede llegar a resultar claustrofóbico, aunque también tan bien descrito que llega a maravillar por cómo la escritora se mete de lleno en el personaje.
A mi parecer, las partes en las que narraba Silas eran sin duda las que mejor estaban escritas, había mucho desgarro en la narrativa, una forma de hablar áspera, dura y afilada que causaba escalofríos, y un gran detalle en cada pensamiento retorcido del personaje.
En en blog, tengo todo un apartado que habla de este tipo de voces narrativas contadas por mentes retorcidas y criminales ambiguos: un thriller de "voz metálica", donde es posible que meta a esta novela debido a que las partes en las que hablaba Silas eran bastante frecuentes.
Para finalizar, tan solo decir que, aunque su ritmo sea lento, la historia consigue enganchar en cuanto coge fuerza poco a poco, y a medida que avanza la historia todo se vuelve mucho más turbio y retorcido, llegando a un final que me ha llegado a dejar de piedra por completo.
En resumidas cuentas, El Taller de Muñecas es un libro muy recomendable, emocionante y lleno de detalles (desde su ambientación hasta su propio argumento), donde no sobra ni un solo personaje y, de hecho, muchos de ellos son los que hacen que este libro destaque por su precisión, por sus momentos perturbadores y por las voces tan variadas y en especial tan bien conseguidas de cada uno de los personajes principales.
De principio a fin, El Taller de Muñecas es un libro que hay que leerse si uno es amante de las historias de obsesiones, de ambientaciones muy fieles a la época y de personajes detallados y muy perfilados, y libro en el que merece la pena meterse.
Autor: Elizabeth Macneal
Editorial: Editoriral B
Canción Identificada: The Girl is Mine (with Paul Mc Cartney) (Michael Jackson)
Sinopsis:
Londres, 1850. La hermosa Iris trabaja, junto a su hermana, como aprendiz en el famoso taller de muñecas de la déspota señora Salter, pero su pasión es el arte. Cuando el pintor Louis Frost le pide que pose para él como modelo, ante ella se abre un mundo nuevo en el que, quizás, consiga su sueño de convertirse también en pintora.
Sin embargo, su destino se truncará cuando Silas, un solitario taxidermista y coleccionista de curiosidades morbosas que está en contacto con el mundo artístico londinense, descubre la existencia de Iris durante la inauguración de la Gran Exposición Universal de Londres.
La obsesión de Silas por Iris irá creciendo y tornándose cada vez más oscura, hasta que solo aspire a convertirle en la pieza estrella de su colección.
Opinión:
Hay lecturas que gustan porque son tan buenas como te esperabas que fueran, y hay lecturas que gustan porque consiguen sorprenderte y superar con creces tus expectativas.
El Taller de Muñecas, primera y exitosa novela de la escritora Elizabeth Macneal, para mí ha entrado dentro de la segunda clase de libros mencionada, donde el secreto de que la trama se vuelva tan perversa y tan elegante está en que una y otra vez nos sorprenda desde distintos ángulos.
Comencé este libro sin apenas mucha idea de sobre qué iría. Había recibido grandes críticas, pero lo comencé a leer como pasa muchas veces: porque un ser querido te dice que va a ser una lectura fascinante. Lo fue, en efecto, y por numerosas razones.
La historia trata sobre una historia de amor.
Amor hacia la libertad, amor hacia la persona, amor hacia el ideal.
Cuando se llevan a un extremo estas pasiones, todo se convierte en un descarado juego de ratones y gatos, oscuro y turbio, que lleva a cada uno de los personajes hasta un punto límite.
La joven Iris trabaja en un taller de muñecas junto a su hermana Rose, a órdenes de la señora Salter, una mujer de mucho carácter que ejerce de manera despótica sobre ellas.
Deseosa de escapar de ese lugar, cuando Iris conoce al pintor Louis Frost y éste le ofrece que pose para él, acepta con ganas bajo la condición de que él la enseñe a pintar.
Durante una famosa inauguración de obras, el obsesivo taxidermista y coleccionesta de elementos que suscitan morbo, Silas Reed, descubre a Iris entre la gente y cae él mismo en las redes de su desquiciada mente: con perturbadores pensamientos, comienza a imaginarse un mundo junto a la joven, y el ideal comienza a cobrar una espantosa forma hasta convertirse en lo único que lo mantiene con vida en el gris Londres de la época.
Desesperado por obtener a Iris a toda costa, Silas Reed cae en la trampa del falso amor y su obsesión se vuelve su único aliento, creciendo mediante el tiempo pasa y llevándolo a la locura...
...Arrastrando, a su paso, a toda persona cercana a Iris y llevando a cada uno de ellos a un punto límite, donde sus vidas peligran y donde la única aspiración del solitario y excéntrico Silas está en hacer de Iris la obra magna de su colección.
En primer lugar, si llama la atención la historia por solo su sinopsis recomiendo ya mismo lanzarse a leerlo, porque tiene la tensión, la obnubilación y la obsesión que uno espera encontrarse en esta lectura.
Luego, lo que queda más allá de esos pilares es una historia de amor por el arte -y de obsesión extrema por el mismo-, de romance y ternura -y también el lado más desquiciado de esto-, y de un Londres digno de la época en la que está basada la historia, un 1850 lleno de "sabandijas" por las calles, casas de empeños, personas excesivamente trajeadas y artistas empedernidos.
De las mejores cosas que hace esta novela es sumergirnos de inmediato en la época.
Se sienten las cosas desde dentro como si tú mismo estuvieses paseando por esas calles de edificios altos y nobles, o por callejuelas más estrechas donde corren niños descalzos y sucios y salen mujeres trabajadoras de los prostíbulos más cercanos.
También transporta a lugares de ensueño, llenos de cuadros y de pintura, de luz natural entrando por las ventanas y de musas que posan para los artistas con tendencias más realistas. No es difícil pasar de un escenario a otro porque hay gran abundancia de personajes que tienen protagonismo en la historia, desde el solitario y ofuscado Silas Reed hasta la soñadora e inspirada Iris Whittle.
Sinceramente, para situarse en la época en lo que lo hace, yo esperaba que tuviese una prosa más... digamos, más estética y decorosa, más antigua y refinada, un tanto más elegante y compleja.
En ese sentido, y yo creo que para bien, el libro ha tenido una prosa más sencilla de lo que yo esperaba, de manera que con ligereza me vi metida en la historia, y la forma de escribir tan directa, tan cercana y tan de nuestro día a día me hizo sentirme una gran entendedora del tiempo que enmarca la historia, como si yo misma viviera en esa época.
No hay tejemanejes en la prosa, nada de decoraciones y ostentaciones al estilo de la época victoriana. Al contrario, y pese a que suele alargarse en descripciones, el estilo de escritura era fluido, fácil de seguir, y bastante enganchante.
No es edulcorada ni refinada, pero aun así la narrativa destaca por la manera en la que sabe ser precisa, justa y metódica, práctica y muy detallada, no escatima en detalles y presenta las obsesiones de manera espantosamente cercana...
La historia, que vaga entre la atmósfera dickensiana y la ambientación gótica, es en plena regla una historia de obsesión, de arte y de la parte más oscura de la era victoriana, que transita entre los suburbios y trata de temas duros como la prostitución, la pobreza, la obsesión, la envidia, el maltrato animal, las enfermedades mentales y, en momentos críticos, hasta el asesinato.
Todo ello está presentado de manera muy realista, metiéndonos de lleno en el ambiente de la época, que tiene su dulzura (como la introducción de un grupo de pintores de la Hermandad Pre-Rafaelita) y también muestra la cara contraria a lo que a veces queda grabado en la poesía del momento: el negocio de cuerpos y de sexo, las obras creadas bajo el sufrimiento y la agresividad, los sótanos oscuros y las amenazas y los maltratos.
Pese a eso, también he de decir que estos temas están muy bien llevados por la escritora, es decir, que no se ensaña con ellos y sabe cuándo poner freno a la los detalles.
Pese a que están bastante presentes, los temas duros se abarcan de excelente manera, no se pasa mal leyendo este libro y de hecho contiene partes que trabajan mucho escenarios contrarios a obsesiones y maldades, como lo es un amor dulce que comienza a crearse entre Iris y el pintor Louis Frost e incluso sobrellevar y salir adelante con las relaciones de hermanas que a veces han ido por mal camino.
La escritora no explota ningún tema en concreto, sabe cuándo frenarse y sabe cómo añadir voz propia a las escenas para que no resulten en absoluto desagradables.
Es una lectura fácil de leer, asequible y muy bien llevada, apta para gente sensible (aunque sin ser excesivamente un camino de rosas), y es una lectura que disfrutarán muchos diferentes tipos de lectores por la gran cantidad de materias que lleva la trama.
Los personajes son joyas en la historia. Están muy bien llevados, cada uno de ellos tiene voz propia y personalidad destacable.
Como personaje que menos me ha gustado, debo sacar a Iris, que era buena protagonista pero en ocasiones demasiado sencilla y plana.
Su amante, Louis, también era demasiado desenfadado, era agradable leer sobre ellos dos pero acababa siendo un tanto difícil leer sobre sus buenas relaciones y su soltura en la vida cuando otros personajes lo estaban pasando tremendamente mal.
De hecho, en ocasiones conseguía esto que yo tuviese un poco de tirria hacia Iris y el señor Frost. Por lo demás, eran personajes muy bien llevados, que tenían pocos cambios en ellos pero que, sobre todo en el final (y en especial Iris), acababan sorprendiendo bastante.
Mis personajes favoritos, no obstante, han sido Albie, Rose y Silas.
Albie ha sido un personaje entrañable, pícaro en toda regla. Era enternecedor leer sobre él, y al mismo tiempo duro por la clase de vida que llevaba: su hermana es prostituta, y él vive de la calle tratando de ganarse la vida para ayudar a la economía de ambos y perseguir lo que más quiere: poder pagar para tener dientes postizos, pues él solo tiene un único diente frontal en la boca (y por ello es apodado "Colmillo").
Con afán ahorrador, Albie intenta conseguir sus sueños con un gran instinto de supervivencia, con una gran fidelidad hacia su hermana y con la regla de nunca rendirse por duras que sean las situaciones.
Esto le hace seguir adelante en todo momento, trabajando para el taller de muñecas y al mismo tiempo empacando animales muertos para ofrecérselos a Silas Reed, el extraño taxidermista para el que también trabaja.
Rose ha sido un personaje también muy trabajado, antes una mujer joven y bella y ahora, debido a una desfiguración en su rostro debido a haber contraído la viruela, vista por todos de distinta manera.
Sabiendo que no podrá contraer matrimonio con su aspecto (que debemos recordar que siempre ha sido un factor de gran presión social, sobre todo en esa época, donde las apariencias lo eran todo), Rose vive por y para su hermana, siguiendo sus pasos y aferrándose a Iris de manera desesperada, y en ocasiones tratando de dejarla atrás.
Ha sido un personaje con mucho carácter y con mucha personalidad, y, aunque aparecía pocas veces en la novela, sin duda me ha parecido impecable.
Finalmente, imposible no es hablar de Silas, puesto que es el que hace que esta historia sea lo que es.
Como se puede comenzar a vislumbrar, hay muchos enredos en la historia, diferentes personajes con diferentes conflictos que harán que la trama no vaya por un único camino.
Sin embargo, todos los problemas coinciden en un punto y es en este personaje, el coleccionista de curiosidades que, atormentado por un conflictivo y muy desgarrador pasado, y perseguido por el rechazo desde una temprana edad, incluso viniendo de su madre, no sueña con nada más que con tener a alguien a su lado, y se ve atraído por la deformidad en la clavícula de Iris (hueso que tiene algo salido desde su nacimiento), así como pronto se enamora de toda quien es ella.
Silas es un personaje detestable, aborrecible y repugnante, que comete muchos actos terribles y estremecedores y llega a causar repulsa.
No obstante, y como todo buen antagonista tiene que estar hecho, Silas no causa solo rechazo sino también interés, algo de miedo pero incluso cierta empatía.
Hay muchas caras en el personaje de Silas, fascina el lugar en el que trabaja, con desagradables olores a veces, con mariposas en tarros y con distintos pelos y huesos de animales en diferentes obras; y también fascina el carácter que tiene, puesto que Macneal pone mucho detalle en sus pensamientos, en lo que siente y sobre lo que tiene miedo, su voz está perdida en el delirio y entrar en sus partes puede llegar a resultar claustrofóbico, aunque también tan bien descrito que llega a maravillar por cómo la escritora se mete de lleno en el personaje.
A mi parecer, las partes en las que narraba Silas eran sin duda las que mejor estaban escritas, había mucho desgarro en la narrativa, una forma de hablar áspera, dura y afilada que causaba escalofríos, y un gran detalle en cada pensamiento retorcido del personaje.
En en blog, tengo todo un apartado que habla de este tipo de voces narrativas contadas por mentes retorcidas y criminales ambiguos: un thriller de "voz metálica", donde es posible que meta a esta novela debido a que las partes en las que hablaba Silas eran bastante frecuentes.
Para finalizar, tan solo decir que, aunque su ritmo sea lento, la historia consigue enganchar en cuanto coge fuerza poco a poco, y a medida que avanza la historia todo se vuelve mucho más turbio y retorcido, llegando a un final que me ha llegado a dejar de piedra por completo.
En resumidas cuentas, El Taller de Muñecas es un libro muy recomendable, emocionante y lleno de detalles (desde su ambientación hasta su propio argumento), donde no sobra ni un solo personaje y, de hecho, muchos de ellos son los que hacen que este libro destaque por su precisión, por sus momentos perturbadores y por las voces tan variadas y en especial tan bien conseguidas de cada uno de los personajes principales.
De principio a fin, El Taller de Muñecas es un libro que hay que leerse si uno es amante de las historias de obsesiones, de ambientaciones muy fieles a la época y de personajes detallados y muy perfilados, y libro en el que merece la pena meterse.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 4/5
♫ Acción: 2.75/5
♫ Trama: 3/5
♫ Originalidad: 3.75/5
♫ Tensión: 3.5/5
♫ Tensión: 3.5/5
♫ Desenlace: 3.5/5
♫ Pluma: 3.5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 7.5/10
VALORACIÓN PERSONAL: 7.5/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/