Título: The Spirit Thief (The Legend of Eli Monpress #1)
Autor: Rachel Aaron
Editorial: Orbit Books
Canción Identificada: Spirit (Ghost)
Sinopsis:
Eli Monpress is talented. He's charming. And he's a thief.
But not just any thief. He's the greatest thief of the age - and he's also a wizard. And with the help of his partners - a swordsman with the most powerful magic sword in the world but no magical ability of his own, and a demonseed who can step through shadows and punch through walls - he's going to put his plan into effect.
The first step is to increase the size of the bounty on his head, so he'll need to steal some big things. But he'll start small for now. He'll just steal something that no one will miss - at least for a while.
Like a king.
Opinión:
Fue amor a primera vista. El amor a veces engaña, como había descubierto con el anterior libro que me había leído, Josie and Jack, pero a veces el amor lector consigue perdurar a lo largo de las páginas...
Sin mayor romanticismo, he de decir que The Spirit Thief era un libro que yo tenía muchas ganas de leerme, pues su historia me parecía novedosa, absorbente y en especial muy intrigante.
Más allá de eso, este libro, y su escritora, habían recibido muy buenas críticas, y la propia sinopsis parecía sugerir que iba a haber más de una sorpresa a lo largo de la novela.
Total, que tenía ganas inmensas de leer algo de fantasía, y más si consistía en una historia sobre ladrones (tenía el corazón aún apasionado tras haberme terminado, ya hace un mes y algo, The Lies of Locke Lamora, una pasada de libro que recomiendo encarecidamente leer).
Compré el libro sin esperar más, tratando de pasar por alto esa portada que a mi parecer es tan fea y que tendré de ahora en adelante en mi estantería... Si pasamos por alto esa cara tan metida forzosamente en al portada, y ese castillo que parece hecho con Legos en la misma, nos encontramos ante una novela de niveles de lujo, una fantasía de pe a pa que tiene mucha originalidad, y se sale de la norma (eso de nobles, de hechiceros, de campesinos y de elfos) y presenta una trama donde existen los espíritus, y donde cada elemento del mundo, desde animales hasta cosas inertes, tiene alma y puedes interaccionar con cada cosa que te encuentras.
A partir de un mundo de fantasía en estado pleno, y con una imaginación desbordada, Rachel Aaron presenta una historia de pocos personajes, todos ellos muy definidos y con grandes personalidades, y un argumento que no hace nada más que crecer en dificultad con cada página que se pasa:
Eli Monpress es encantador, tierno y habilidoso. Eli Monpress es un ladrón, y no un ladrón cualquiera: el mejor ladrón que puede haber.
Eli está decidido a hacer que el precio se su cabeza sea descomunal, y a obtener una gran fama que le lleve a ser reconocido por todo el mundo. Para eso, decide empezar a robar algunas cosas.
Decide robar al mismísimo rey.
“Lady,” the Master of Security said, shaking his head, “if you’re here to warn the king about Eli, then you’re a little late.”
Miranda scowled. “You mean he’s already stolen the artifact?”
“No.” The Master of Security sighed. “He’s stolen the king.”
Tras un logrado secuestro, Eli huye junto con sus dos compañeros (el mejor espadachín del mundo y una demonseed que se nutre de espíritus) y es perseguido por una cantidad bárbara de soldados, por el congreso de espiritualistas más habilidosos, y por un enemigo que no se esperaban... el rey tenía un hermano ambicioso por llegar a tener el trono, y la oportunidad se ha presentado, así el despótico príncipe Renaud ascendiendo al poder.
Las cosas se están torciendo.
Y no lo van a dejar de hacer.
The Spirit Thief es una novela frenética, intensa y con bastante acción, donde bien podemos estar viendo a un personaje hablando con una puerta como viendo a otro personaje en un emocionante duelo de espadas que peligra su vida y nos deja el corazón en vilo.
En definitiva, The Spirit Thief ha sido toda una sorpresa de libro, uno que no me esperaba, y que se me ha hecho muy ligero, enganchante y entretenido.
Puede que no sea lo más de lo más en la fantasía, pero una cosa está clara: si se busca un libro llevadero, fácil de leer y que no se haga pesado, The Spirit Thief es el libro más adecuado: en apenas cuatro noches, el libro ya estaba terminado, la sonrisa estaba grabada en mi cara y el corazón ya me había dado todo un vuelco en el pecho.
Había muchas cosas que no me esperaba de este libro, y la que más me ha sorprendido ha sido la ambientación: sabía que el libro iba a tener una naturaleza más bien de "fantasía cerrada" (etiqueta inventada por mí para libros con un ambiente más bien cerrado y girando al rededor de luchas de poder por conseguir el trono), pero no me esperaba que el libro tuviese una cantidad tan descomunal y tan ingeniosa de originalidad:
Rachel Aaron se prepara y sin duda consigue presentar una historia que llama la atención por su inventiva: hay personas capaces de hablar con objetos inanimados y conseguir lo que se proponen, hay espíritus que están esclavizados y otros que te ayudan a voluntad, hay congresos espiritualistas, armas mágicas, puertas con voz propia y seres que pueden moverse entre las sombras sintiéndose en su reinado.
Yo entro dentro de ese grupo de amantes de la fantasía que buscan cosas novedosas, y no el mismo tipo de magia sobre elfos, enanos y magos, y por eso me he sentido como en casa leyendo sobre Eli Monpress y sobre el mundo que lo rodeaba, donde se interaccionaba con todo y el talento verdadero no estaba en la fuerza, sino en la labia, el ingenio, y la agudeza intelectual.
Me sigue fascinando la capacidad que ha tenido Rachel Aaron para meterme de lleno en este mundo.
Al inicio estaba algo perdida, pero en cuestión de un par de capítulos ya quedaba casi todo explicado y podía moverme con más soltura por el mundo.
Además de eso, las explicaciones solían estar muy bien situadas, y se seguía averiguando cosas sobre la ambientación aun cuando ya ibas por el final de la novela, ¡y lo que queda por conocer en las siguientes entregas...!
Es cierto que algunas explicaciones estaban un poco pilladas de sopetón, metidas un tanto forzosamente en los diálogos, pero con todo creo que la escritora se las ha apañado muy bien para situar al lector de manera rápida en el mundo y no perderlo.
Es, como digo, un libro ligero, que no cuesta seguir y que entretiene bastante. No es una joya de libro, al menos para mí, pero es de esas novelas que merecen la pena leer, sobre todo si se busca dejarse llevar por la historia y divertirse con un grupo inolvidable de personajes.
En cuanto a los personajes, la verdad es que he quedado más que satisfecha con todos ellos. Hay pocos, como digo, y los principales son escasos cinco (cuento a Gin entre ellos porque creo que tiene un rol importante en la historia, y porque vamos, me parece un personaje sensacional), pero eso hace que nos encariñemos con mucha mayor facilidad en cada uno de ellos.
No cabe duda de que mi personaje favorito es Eli, al igual que, según la autora comentó en una entrevista, era también el suyo.
“How did you get in here?' (...) 'How I got here isn't important, because I could do it twenty times again, each time a different way.”
Rachel Aaron ha hecho un trabajo espléndido a la hora de crear al personaje de Eli Monpress.
Ayudada por las partidas de Dragones y Mazmorras de su marido (aseguro que jugar a estos juegos de rol es la mejor oportunidad para alimentar la creatividad), Rachel Aaron dio forma a un habilidoso, divertido y desenvuelto personaje que se las ingeniaba para salir de todo embrollo, y que enseguida estaba metiéndose en nuevos problemas para acabar siendo el ladrón más reconocido de todo el mundo.
Su objetivo es claro: quiere que su búsqueda de vivo o muerto llegue a pedir por él una cantidad determinada de monedas.
“First rule of thievery,' Eli said, grinning, 'only run if you're not coming back.' (...) 'First rule of thievery, never use the same entrance twice.' Miranda rolled her eyes. 'How many 'first rules' of thievery do you have?' 'When one mistake can mean your head on a pike, every rule's a first rule,' Eli said cheerfully.”
Osado, un tanto aventurado y sin duda sin pelos en la lengua, Eli Monpress es un personaje que difícilmente se olvida, y que lleva la historia entera.
Pero para reforzar a este personaje lo acompañan otros también muy bien llevados.
Uno de ellos es Miranda, el segundo personaje que más me ha gustado, activa y capaz de más o menos desenvolverse en cualquier peliaguda situación, un tanto perdida al inicio pero sin duda tierna a la hora de intentar salir adelante, y con un sentido de lealtad y de fidelidad hacia los amigos y compañeros que me ha parecido muy adecuado para su personaje.
No interviene de manera grandiosa en la historia, pero la personalidad de Miranda me ha parecido sincera, no inmensamente desproporcionada y muy realista.
Como un personaje que se va más a los extremos es el gran espadachín Josef, taciturno y muy serio, pero en el fondo con un gran corazón, protector y sin duda obsesionado con poder estar batallando contra distintos enemigos.
Una parte que me ha encantado del libro es cuando sus compañeros deciden dejarlo a solas en mitad de una peligrosa batalla, porque Josef les ha pedido que así lo hagan: hay gran confianza entre ellos, pese a que sus compañeros se preocupan por la supervivencia de Josef saben dejarle su espacio, sabiendo que está en una de las luchas que más le avivan por dentro y que la quiere solo para él.
El personaje que menos me ha gustado ha sido Nico. Estaba también muy bien definida, era misteriosa y callada, muy poderosa y en ocasiones incluso podía dar miedo su imagen.
Sin embargo, no me ha gustado tanto porque se le daba menos juego: es muy difícil dar forma a un personaje silencioso y que reacciona poco y que consiga gustar, y Nico me ha parecido demasiado fría y distante, sinceramente en ocasiones me olvidaba de que estaba en la escena.
Con todo, mostrar tanta diversidad en el grupo también me ha parecido que estaba muy bien conseguido: no tienen por qué gustarte todos los personajes, la escritora misma tenía favoritos y Nico no estaba entre ellos, pero está bien que se haya un gran surtido de ellos, con algunos te encariñarás más, y otros te llegarán menos.
A lo largo de todo el libro, algo que me ha encantado es que se repite mucho el hecho de que en el grupo de Eli nadie actúa obligado, sino que cada uno sigue su propio camino y comparte parte de su tiempo con los otros compañeros.
Se dejan espacio los unos a los otros, no se insisten y saben cuándo dejar a cada cual con sus cosas.
Este respeto de esta forma es un nunca visto en los libros, y me ha parecido tierno, muy defendido y en especial con muchos ejemplos a lo largo de todo el libro.
Rachel Aaron no solo escribe con descripciones y explicaciones, sino que las acciones de los personajes, sus diálogos e incluso sus pensamientos dejan claro que lo que la escritora nos dice es cierto.
Se muestra lo que la escritora nos quiere hacer ver, y eso es muy importante en una novela.
También tiene importancia cómo se aborda el tema de la esclavitud de algunos espíritus, y de nuevo la gran libertad con la que los que ayudan a Eli lo hacen por ellos mismos.
No se derrama mucha sangre en el libro, todo es limpio y no se ensaña en el dolor: al contrario, la historia se centra bastante en relaciones dinámicas, divertidas y tiernas, comentarios que me hicieron soltar grandes carcajadas y momentos que me enternecían por dentro.
La prosa de la escritora es dedicada, sabe dar grandes descripciones pero sobre todo cede espacio a la acción, al diálogo y a las relaciones de los personajes, los cuales, aunque no evolucionan de maneras enormes, sí que sufren cambios, en especial con la forma con la que se llevan con los otros.
Hay mucha soltura en la manera de escribir de Aaron, no vacila con las cosas y se nota que sabe lo que hace.
Su estilo de escritura no destaca demasiado, aunque sí que me ha llamado la atención su gran facilidad para sacarme sonrisas de amor y de diversión en los momentos adecuados, y algo que sin duda admiro es su gran creatividad para haber dado forma a una historia como esta.
Sin duda alguna, The Spirit Thief ha sido un libro que me ha enganchado desde el primer momento, y que me ha llegado a sorprender mucho debido a su ambientación, la cual no dejaba de incorporar elementos verdaderamente originales a la historia.
Además de eso, el libro cuenta con un complejo surtido de personajes, cada uno muy distinto a los demás, que tenían fuertes personalidades, voces claras y cambio en ellos.
El puntazo de los personajes estaba en la relación que tenían los unos con los otros, en especial cuando la escritora hacía uso de diálogos divertidos, situaciones tiernas y momentos que sacaban muchas sonrisas.
La prosa de Rachel Aaron es fácil de seguir, ligera, entretenida y muy clara, y, pese a que no hay muchos giros argumentales en la historia, y no hay momentos que lleguen a ser inesperados, he disfrutado bastante con el libro, y es una lectura que sin duda recomiendo leer.
Autor: Rachel Aaron
Editorial: Orbit Books
Canción Identificada: Spirit (Ghost)
Sinopsis:
Eli Monpress is talented. He's charming. And he's a thief.
But not just any thief. He's the greatest thief of the age - and he's also a wizard. And with the help of his partners - a swordsman with the most powerful magic sword in the world but no magical ability of his own, and a demonseed who can step through shadows and punch through walls - he's going to put his plan into effect.
The first step is to increase the size of the bounty on his head, so he'll need to steal some big things. But he'll start small for now. He'll just steal something that no one will miss - at least for a while.
Like a king.
Opinión:
Fue amor a primera vista. El amor a veces engaña, como había descubierto con el anterior libro que me había leído, Josie and Jack, pero a veces el amor lector consigue perdurar a lo largo de las páginas...
Sin mayor romanticismo, he de decir que The Spirit Thief era un libro que yo tenía muchas ganas de leerme, pues su historia me parecía novedosa, absorbente y en especial muy intrigante.
Más allá de eso, este libro, y su escritora, habían recibido muy buenas críticas, y la propia sinopsis parecía sugerir que iba a haber más de una sorpresa a lo largo de la novela.
Total, que tenía ganas inmensas de leer algo de fantasía, y más si consistía en una historia sobre ladrones (tenía el corazón aún apasionado tras haberme terminado, ya hace un mes y algo, The Lies of Locke Lamora, una pasada de libro que recomiendo encarecidamente leer).
Compré el libro sin esperar más, tratando de pasar por alto esa portada que a mi parecer es tan fea y que tendré de ahora en adelante en mi estantería... Si pasamos por alto esa cara tan metida forzosamente en al portada, y ese castillo que parece hecho con Legos en la misma, nos encontramos ante una novela de niveles de lujo, una fantasía de pe a pa que tiene mucha originalidad, y se sale de la norma (eso de nobles, de hechiceros, de campesinos y de elfos) y presenta una trama donde existen los espíritus, y donde cada elemento del mundo, desde animales hasta cosas inertes, tiene alma y puedes interaccionar con cada cosa que te encuentras.
A partir de un mundo de fantasía en estado pleno, y con una imaginación desbordada, Rachel Aaron presenta una historia de pocos personajes, todos ellos muy definidos y con grandes personalidades, y un argumento que no hace nada más que crecer en dificultad con cada página que se pasa:
Eli Monpress es encantador, tierno y habilidoso. Eli Monpress es un ladrón, y no un ladrón cualquiera: el mejor ladrón que puede haber.
Eli está decidido a hacer que el precio se su cabeza sea descomunal, y a obtener una gran fama que le lleve a ser reconocido por todo el mundo. Para eso, decide empezar a robar algunas cosas.
Decide robar al mismísimo rey.
“Lady,” the Master of Security said, shaking his head, “if you’re here to warn the king about Eli, then you’re a little late.”
Miranda scowled. “You mean he’s already stolen the artifact?”
“No.” The Master of Security sighed. “He’s stolen the king.”
Tras un logrado secuestro, Eli huye junto con sus dos compañeros (el mejor espadachín del mundo y una demonseed que se nutre de espíritus) y es perseguido por una cantidad bárbara de soldados, por el congreso de espiritualistas más habilidosos, y por un enemigo que no se esperaban... el rey tenía un hermano ambicioso por llegar a tener el trono, y la oportunidad se ha presentado, así el despótico príncipe Renaud ascendiendo al poder.
Las cosas se están torciendo.
Y no lo van a dejar de hacer.
The Spirit Thief es una novela frenética, intensa y con bastante acción, donde bien podemos estar viendo a un personaje hablando con una puerta como viendo a otro personaje en un emocionante duelo de espadas que peligra su vida y nos deja el corazón en vilo.
En definitiva, The Spirit Thief ha sido toda una sorpresa de libro, uno que no me esperaba, y que se me ha hecho muy ligero, enganchante y entretenido.
Puede que no sea lo más de lo más en la fantasía, pero una cosa está clara: si se busca un libro llevadero, fácil de leer y que no se haga pesado, The Spirit Thief es el libro más adecuado: en apenas cuatro noches, el libro ya estaba terminado, la sonrisa estaba grabada en mi cara y el corazón ya me había dado todo un vuelco en el pecho.
Había muchas cosas que no me esperaba de este libro, y la que más me ha sorprendido ha sido la ambientación: sabía que el libro iba a tener una naturaleza más bien de "fantasía cerrada" (etiqueta inventada por mí para libros con un ambiente más bien cerrado y girando al rededor de luchas de poder por conseguir el trono), pero no me esperaba que el libro tuviese una cantidad tan descomunal y tan ingeniosa de originalidad:
Rachel Aaron se prepara y sin duda consigue presentar una historia que llama la atención por su inventiva: hay personas capaces de hablar con objetos inanimados y conseguir lo que se proponen, hay espíritus que están esclavizados y otros que te ayudan a voluntad, hay congresos espiritualistas, armas mágicas, puertas con voz propia y seres que pueden moverse entre las sombras sintiéndose en su reinado.
Yo entro dentro de ese grupo de amantes de la fantasía que buscan cosas novedosas, y no el mismo tipo de magia sobre elfos, enanos y magos, y por eso me he sentido como en casa leyendo sobre Eli Monpress y sobre el mundo que lo rodeaba, donde se interaccionaba con todo y el talento verdadero no estaba en la fuerza, sino en la labia, el ingenio, y la agudeza intelectual.
Me sigue fascinando la capacidad que ha tenido Rachel Aaron para meterme de lleno en este mundo.
Al inicio estaba algo perdida, pero en cuestión de un par de capítulos ya quedaba casi todo explicado y podía moverme con más soltura por el mundo.
Además de eso, las explicaciones solían estar muy bien situadas, y se seguía averiguando cosas sobre la ambientación aun cuando ya ibas por el final de la novela, ¡y lo que queda por conocer en las siguientes entregas...!
Es cierto que algunas explicaciones estaban un poco pilladas de sopetón, metidas un tanto forzosamente en los diálogos, pero con todo creo que la escritora se las ha apañado muy bien para situar al lector de manera rápida en el mundo y no perderlo.
Es, como digo, un libro ligero, que no cuesta seguir y que entretiene bastante. No es una joya de libro, al menos para mí, pero es de esas novelas que merecen la pena leer, sobre todo si se busca dejarse llevar por la historia y divertirse con un grupo inolvidable de personajes.
En cuanto a los personajes, la verdad es que he quedado más que satisfecha con todos ellos. Hay pocos, como digo, y los principales son escasos cinco (cuento a Gin entre ellos porque creo que tiene un rol importante en la historia, y porque vamos, me parece un personaje sensacional), pero eso hace que nos encariñemos con mucha mayor facilidad en cada uno de ellos.
No cabe duda de que mi personaje favorito es Eli, al igual que, según la autora comentó en una entrevista, era también el suyo.
“How did you get in here?' (...) 'How I got here isn't important, because I could do it twenty times again, each time a different way.”
Rachel Aaron ha hecho un trabajo espléndido a la hora de crear al personaje de Eli Monpress.
Ayudada por las partidas de Dragones y Mazmorras de su marido (aseguro que jugar a estos juegos de rol es la mejor oportunidad para alimentar la creatividad), Rachel Aaron dio forma a un habilidoso, divertido y desenvuelto personaje que se las ingeniaba para salir de todo embrollo, y que enseguida estaba metiéndose en nuevos problemas para acabar siendo el ladrón más reconocido de todo el mundo.
Su objetivo es claro: quiere que su búsqueda de vivo o muerto llegue a pedir por él una cantidad determinada de monedas.
“First rule of thievery,' Eli said, grinning, 'only run if you're not coming back.' (...) 'First rule of thievery, never use the same entrance twice.' Miranda rolled her eyes. 'How many 'first rules' of thievery do you have?' 'When one mistake can mean your head on a pike, every rule's a first rule,' Eli said cheerfully.”
Osado, un tanto aventurado y sin duda sin pelos en la lengua, Eli Monpress es un personaje que difícilmente se olvida, y que lleva la historia entera.
Pero para reforzar a este personaje lo acompañan otros también muy bien llevados.
Uno de ellos es Miranda, el segundo personaje que más me ha gustado, activa y capaz de más o menos desenvolverse en cualquier peliaguda situación, un tanto perdida al inicio pero sin duda tierna a la hora de intentar salir adelante, y con un sentido de lealtad y de fidelidad hacia los amigos y compañeros que me ha parecido muy adecuado para su personaje.
No interviene de manera grandiosa en la historia, pero la personalidad de Miranda me ha parecido sincera, no inmensamente desproporcionada y muy realista.
Como un personaje que se va más a los extremos es el gran espadachín Josef, taciturno y muy serio, pero en el fondo con un gran corazón, protector y sin duda obsesionado con poder estar batallando contra distintos enemigos.
Una parte que me ha encantado del libro es cuando sus compañeros deciden dejarlo a solas en mitad de una peligrosa batalla, porque Josef les ha pedido que así lo hagan: hay gran confianza entre ellos, pese a que sus compañeros se preocupan por la supervivencia de Josef saben dejarle su espacio, sabiendo que está en una de las luchas que más le avivan por dentro y que la quiere solo para él.
El personaje que menos me ha gustado ha sido Nico. Estaba también muy bien definida, era misteriosa y callada, muy poderosa y en ocasiones incluso podía dar miedo su imagen.
Sin embargo, no me ha gustado tanto porque se le daba menos juego: es muy difícil dar forma a un personaje silencioso y que reacciona poco y que consiga gustar, y Nico me ha parecido demasiado fría y distante, sinceramente en ocasiones me olvidaba de que estaba en la escena.
Con todo, mostrar tanta diversidad en el grupo también me ha parecido que estaba muy bien conseguido: no tienen por qué gustarte todos los personajes, la escritora misma tenía favoritos y Nico no estaba entre ellos, pero está bien que se haya un gran surtido de ellos, con algunos te encariñarás más, y otros te llegarán menos.
A lo largo de todo el libro, algo que me ha encantado es que se repite mucho el hecho de que en el grupo de Eli nadie actúa obligado, sino que cada uno sigue su propio camino y comparte parte de su tiempo con los otros compañeros.
Se dejan espacio los unos a los otros, no se insisten y saben cuándo dejar a cada cual con sus cosas.
Este respeto de esta forma es un nunca visto en los libros, y me ha parecido tierno, muy defendido y en especial con muchos ejemplos a lo largo de todo el libro.
Rachel Aaron no solo escribe con descripciones y explicaciones, sino que las acciones de los personajes, sus diálogos e incluso sus pensamientos dejan claro que lo que la escritora nos dice es cierto.
Se muestra lo que la escritora nos quiere hacer ver, y eso es muy importante en una novela.
También tiene importancia cómo se aborda el tema de la esclavitud de algunos espíritus, y de nuevo la gran libertad con la que los que ayudan a Eli lo hacen por ellos mismos.
No se derrama mucha sangre en el libro, todo es limpio y no se ensaña en el dolor: al contrario, la historia se centra bastante en relaciones dinámicas, divertidas y tiernas, comentarios que me hicieron soltar grandes carcajadas y momentos que me enternecían por dentro.
La prosa de la escritora es dedicada, sabe dar grandes descripciones pero sobre todo cede espacio a la acción, al diálogo y a las relaciones de los personajes, los cuales, aunque no evolucionan de maneras enormes, sí que sufren cambios, en especial con la forma con la que se llevan con los otros.
Hay mucha soltura en la manera de escribir de Aaron, no vacila con las cosas y se nota que sabe lo que hace.
Su estilo de escritura no destaca demasiado, aunque sí que me ha llamado la atención su gran facilidad para sacarme sonrisas de amor y de diversión en los momentos adecuados, y algo que sin duda admiro es su gran creatividad para haber dado forma a una historia como esta.
Sin duda alguna, The Spirit Thief ha sido un libro que me ha enganchado desde el primer momento, y que me ha llegado a sorprender mucho debido a su ambientación, la cual no dejaba de incorporar elementos verdaderamente originales a la historia.
Además de eso, el libro cuenta con un complejo surtido de personajes, cada uno muy distinto a los demás, que tenían fuertes personalidades, voces claras y cambio en ellos.
El puntazo de los personajes estaba en la relación que tenían los unos con los otros, en especial cuando la escritora hacía uso de diálogos divertidos, situaciones tiernas y momentos que sacaban muchas sonrisas.
La prosa de Rachel Aaron es fácil de seguir, ligera, entretenida y muy clara, y, pese a que no hay muchos giros argumentales en la historia, y no hay momentos que lleguen a ser inesperados, he disfrutado bastante con el libro, y es una lectura que sin duda recomiendo leer.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 4/5
♫ Acción: 3.5/5
♫ Trama: 3.25/5
♫ Originalidad: 4.5/5
♫ Tensión: 3.25/5
♫ Tensión: 3.25/5
♫ Desenlace: 3.75/5
♫ Pluma: 3.5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 7/10
VALORACIÓN PERSONAL: 7/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/
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