Título: Mystic River
Autor: Dennis Lehane
Editorial: Bantam Books
Canción Identificada: River (Soen)
Sinopsis:
There are threads in our lives. You pull one, and everything else gets affected.
When they were children, Sean Devine, Jimmy Marcus and Dave Boyle were friends. But then a strange car pulled up their street. One boy got in the car, two did not, and something terrible happened - something that ended their friendship and changed all three boys forever.
Twenty-five years later, Sean Devine is a homicide detective. Jimmy Marcus is an ex-con who owns a corner store. And Dave Boyle is trying to hold his marriage together and keep his demons at bay -demons that urge him to do horrific things.
When Jimmy Marcus' daughter is found murdered, Sean Devine is assigned to the case. His personal life unravelling, he must go back into a world he thought he'd left behind to confront not only the violence of the present but the nightmares of his past. His investigation brings him into conflict with Jimmy Marcus, who finds his old criminal impulses tempt him to solve the crime with brutal justice. And then there is Dave Boyle, who came home the night Jimmy's daughter died covered in someone else's blood...
Opinión:
Vello erizado, espalda tensa, boca abierta, mirada perdida. Una imagen fantasmagórica de lo que a un lector le puede llegar a suceder... el efecto adverso de la lectura... ¿o el efecto deseado?
El recorrido del mundo de la literatura es uno muy enriquecido: a lo largo de los centenares, miles de años, la palabra escrita ha plasmado el mundo del alrededor, y aquél más interno de cada autor y artista. Los gustos de una generación, las ideas personales, los enfrentamientos contra la sociedad estructurada, y los convencimientos de cosas que hay que preservar... La novela negra, el crimen, el suspense y el thriller son géneros incorporados muy recientemente a la literatura, acallados por un anterior universo de poesía y densidad estilística... Aquél mundo de la palabra como recurso fundamental en un escrito es espléndido, pero a medida que el ser social cambia, tanto lo hacen sus inclinaciones... y así ha nacido el género del thriller, cuya intención no está en el embellecimiento de la palabra, o en ella como recurso esencial, sino más en el ritmo de la trama, en la tensión, en el temblor y en las notas de angustia. Lo contemplativo para a la acción, y lo progresivo pasa al terror abrupto.
Aquellos que conocen de este espacio de reseñas sabrán de mis gustos con respecto al thriller: me entusiasma el ajetreo interno que me deja, las pausas antes de una terrible tormenta, los exabruptos, las mandíbulas desencajadas, el miedo constante, el peligro en cada esquina.
No creo que me desencamine al decir que el thriller viene de la palabra inglesa "thrill" (parece bastante evidente), que literalmente quiere decir una inesperada sensación de satisfacción y, sobre todo, emoción. Viene relacionada con la palabra "tremor", es decir, vibración, estremecimiento, temblor. Nerviosismo. Todo el sentimiento liberado...
Para aquellos a los que nos gusta esa manera de sentirnos sobrellevados por una trama poderosamente destructora, entenderemos que el género del thriller es la mejor manera de hacer que cada cable de nuestro cuerpo salte, se rompa, y nos electrocute en escalofríos de emoción contenida. Es por eso que, con esta alargada presentación, me dispongo a ofrecer la reseña de una novela del género thriller que sacude hasta los cimientos cada parte del lector: no hablo sino de Mystic River, una de las obras magnas de Dennis Lehane, un escritor muy aclamado por la crítica que, a lo largo de su carrera, ha supuesto un antes y un después en la novela criminalista.
Estoy segura de que muchos habremos oído hablar de sus más notorias obras... Mystic River; Shutter Island; Gone, Baby, Gone... que además han sido puestas en pantalla, también triunfando en este otro formato. En cualquier caso, cabe señalar que esta clase de novelas de tramas tan, ejem, entramadas, han supuesto un punto de inflexión en la historia de la literatura.
A medida que ha ido creciendo la fascinación del público por lo policíaco, por lo retorcido del mundo, por lo peligroso y por lo misterioso, la muerte, el asesinato, las causas y sus porqués, los escritores han ido pudiendo liberar su imaginación e idear grandes, grandes obras que dominen emociones contrarias y que saquen a relucir las emociones más soterradas del ser humano...
En pos de una novela que me marcase tanto como lo hizo la de Shutter Island, de su mismo autor, me encontré con esta joya de obra, que, aunque no me ha llegado a causar tanta impresión, sí que me ha llegado a parecer de esas novelazas que solo se leen una vez, y que se convierten en estrellas en la estantería de uno.
Dicho lo cual, y tras demorarme tanto como tiendo a hacerlo, ¡iniciemos la reseña!
Mystic River es una de las obras más aclamadas del escritor Dennis Lehane, un thriller policíaco que narra tres historias diferentes, de tres personas relacionadas entre sí, que acaban por converger y tener una colisión demoledora que se cierra con un final estremecedor.
Mystic River es, al pie de la letra, una novela que causa escalofríos, que te lleva a un estado de alerta completa y que, como tanto adoro yo leer, deja con una sensación de peligro constante... que no aminora en ningún momento de la trama.
La historia se centra en tres personajes principales: Sean Devine, Jimmy Marcus y Dave Boyle, amigos de la infancia pese a sus diferencias sociales que, tras un evento traumático en la vida de los tres, cuando Dave sufre un secuestro (en el que los otros dos podrían haber estado también como víctimas) durante cuatro largos días, vuelven a reunirse de nuevo muchos años más tarde, ya casados y tratando de dejar atrás el pasado, con el misterioso asesinato de la hija de Jimmy, una joven de 19 años que es encontrada muerta en un parque, agredida atrozmente hasta su fallecimiento... Encabezando esta investigación se encuentra Sean, recién reintegrado en su trabajo tras un conflicto en el mismo; y Jimmy, quien no se quedará fuera de la búsqueda del asesino de su hija, tomando un camino mucho más peligroso, queriendo hacer justicia por él mismo... Y el mismo día de la muerte de la hija de Jimmy, Katie, Dave regresa a su casa cubierto de la sangre de otra persona, y es advertido por su esposa, quien, aun en intento de no querer relacionar un evento con el otro, acaba cayendo en las redes de la sospecha...
A medida que las tres historias se van desarrollando, cada una contada con un estilo diferente y tomando plena atención en cada uno de los personajes (tanto principales como secundarios), los puntos de vista de cada uno de los tres protagonistas convergen hasta encontrarse con un final arrollador, gélido y siniestro, que sí, sin duda, tiene más de un giro en la trama...
“He wanted to go on for hours. He wanted someone to listen to him and to understand that speech wasn't just about communicating ideas or opinions. Sometimes, it was about trying to convey whole human lives. And while you knew even before you opened your mouth that you'd fail, somehow the trying was what mattered. The trying was all you had.”
De manera inexorable, y a lo largo de una serie de eventos que desencadenan la parte más peligrosa de cada uno de los protagonistas, la trama se va manejando entre sospechas, confesiones y nuevas revelaciones que ayudarán a que el lector se encuentre completamente enganchado al libro, página tras página tratando de esclarecer un asesinato que, de apariencia clara, acaba por volverse mucho más enturbiado conforme el tiempo pasa... Y yo, por completo, me vi incapaz de despegarme del libro hasta el momento final, donde la sorpresa y la perplejidad acudieron a mi rostro ante una revelación a gran escala que me dejó completamente anonadada.
“She told him that he had the most beautiful voice she'd ever heard, that it sounded like whiskey and wood smoke.”
Debo decir, con todo, que, con respecto al otro libro que me he leído del escritor (Shutter Island), los giros en la trama de Mystic River son mucho menos desmedidos, son más lógicos, más progresivos, hay algunos que comienzan a verse venir, y otros que aun con su coherencia dejan a cuadros.
Los giros en la trama de Mystic River están preparados para hacer entender, para que todo encaje, para que cada pieza encuentre su lugar.
En contra, los giros en la trama de Shutter Island están hechos para confundir más, para que te pierdas más en la inmensidad de la duda, para que sientas la angustia crecer en tu estómago mediante te encaminas al final...
Personalmente, me gusta más el estilo de Shutter Island, que además juega con la parte más compleja de la mente de uno, pero la narrativa de Mystic River estaba tan bien orquestada que no pude sino quedarme completamente maravillada ante la cantidad de senderos que recorría la historia, imprevistos, sospechas, dudas, miedos, escenas tensionadas y momentos de máximo agobio.
Mystic River no es tan rebuscado, tiene un final en el que todo cobra sentido y todo queda claro (y la rabia acude al lector, no voy a decir por qué pero LO HACE), los eventos están más separados pero se enlazan con mayor seguridad, y el estilo de escritura es dinámico, certero y muy bien situado.
Hay cierta cosa que me ha llamado la atención de una noticia que he visto que hablaba sobre la novela negra, y es que dice que, debido a que el "pacing" (ritmo de la trama) tiene que ser más resultón, más acelerado, más frenético, no hay tiempo para centrarse en la psicología de los personajes... Hecho sostenido por muchas personas ("centrarse en la psicología hace que se pierda el ritmo de la acción"), del que yo no estoy de acuerdo...
... Y creo que las novelas de Lehane son muestra de lo que digo: la tensión, el sin freno de la trama, a veces no viene dado por una sencilla escena de acción, sino por un desencadenante brutal de todo lo contenido en un personaje.
Es por eso por lo que tanto valoro el thriller psicológico, que sigue una historia acelerada y tremendamente irresistible gracias a la actitud de los personajes, las evoluciones que éstos tienen, sus decisiones (las buenas, pero sobre todo las malas), y el desenlace fatal de cada acción que cometen... Una caída la vacío, un acto que lleva a consecuencias dramáticas.
“And she was-definitely-a woman who did not shrink from gauntlets, but stepped up to them, and said, Okay, bring it. Bring your worst. I will get back up. Every time. I will not shrivel and die. So watch out.”
Por eso mismo al inicio de la obra Lehane se toma el tiempo que se toma para explicar lo acontecido aquél pasado día del secuestro de Dave: porque es un momento que se ha quedado grabado a fuego en la memoria de cada uno de los protagonistas, porque es algo que los ha CAMBIADO, que los ha hecho ser lo que son, que nos hace entenderlos, conocer sus inseguridades, sus odios, su rabia, qué es lo que los ha hecho llegar a donde están, y qué es lo que los va a hacer cometer los actos impensables que cada uno de ellos acaba efectuando...
El presente tiene como corazón el pasado, cada latido muestra la vacilación, el miedo y el rencor. La culpa que llevan consigo, la carga, el odio, la fatídica imagen de aquél coche acercándose a ellos por la carretera, y haciendo subir a uno de los críos en él... Lehane recoge cada aspecto de los personajes y los sitúa en escena, con sus matrimonios, sus separaciones, su familia, sus conocidos, su día a día al completo. Hace un diseccionado retrato de cada uno de los personajes, puesto que son ellos y tan solo ellos los que elaboran todo lo que se mueve en la historia.
Son personajes que sirven como engranajes, y esos son los más importantes.
“Happiness comes in moments, and then it's gone until the next time. Could be years. But sadness settles it.”
Así que ¡claro!, es cierto que no hay momento contemplativo y rumiante como el de otras obras más extensas y clásicas, el género thriller no tiene tanta meditación... pero sin duda alguna tiene mucho enfoque en los personajes. Mucho más de lo que se le acredita.
Y es por eso que las gemas de la narración con, una vez más, los personajes:
Pese a que la mano del autor es la misma, la narrativa cambia por completo de un personaje a otro... el tono, el estilo, la repetición, el recuerdo y la interacción con el presente son diferentes.
Sean Devine ha sido, probablemente, el personaje que menos me haya interesado de la obra, debido a que me sentía más segura con él, menos inestable. Los otros dos personajes me parecían bombas de relojería y, aunque Sean también cuenta con una historia agitada, lo he sentido más cercano, más accesible.
Sean es un personaje pragmático, sencillo y a veces un tanto amargado. Se trata de un hombre profesional en su trabajo, que, sin embargo, no logra sostener tan bien su matrimonio. Es práctico, es fácil meterse en su personaje y sentir lo que él siente, ver lo que él siente, pensar como él.
“It had occurred to Sean once - on a bender about ten years before with some buddies, Sean and a bloodstream full of bourbon turning philosophical - that maybe they HAD gotten in that car. All three of them. And what they now thought of as their life was just a dream state. That all three of them were, in reality, still eleven-year-old boys trapped in some cellar, imagining what they'd become if they ever escaped and grew up.”
Aun así, algo fantástico en esta novela es que los personajes no necesariamente son agradables, no necesariamente gustan. Con cada aspecto suyo con el que uno se pueda identificar, acuden otras motas de detalles del personaje que gustan menos, que lo hacen menos atractivo a ojos del lector. Sean es uno de esos personajes que dices "buen protagonista, pero no del todo simpático". Un héroe no tan héroe. Una persona que a veces gusta y otras veces no.
Es usual que en novelas de este estilo el detective, el personaje central, sea más agradable, encaje más con el lector, no cause desagrado.
Sean, no obstante, era tan real, tan humano, que tenía muchos defectos, y no defectos fáciles de perdonar, pero defectos que en la historia se han ido moldeando y se ha progresado hasta conseguir llegar a una conclusión con ellos. Eso es lo que, más abreviado, se llama "evolución del personaje". Y ha estado completa.
“Brendan knew about the truth. In most cases, it was just a matter of deciding whether you wanted to look it in the face or live with the comfort of ignorance and lies. And ignorance and lies were often underrated. Most people Brendan knew couldn't make it through the day without a saucerful of ignorance and a side of lies.”
Con Jimmy Marcus, el conflicto que yo tenía como lectora era mayor, porque era alguien con el que era más difícil tratar, con el que tenía muchas emociones contrarias. Se trata de un hombre familiar, que acoge muy bien a sus seres queridos y daría lo que fuera por ellos. Es sensible, tierno y muchas veces piensa con el corazón... en ocasiones, son estos impulsos de emociones los que lo llevan a malas situaciones. En ocasiones, se deja llevar por el sentimiento, se disparan sus sentidos, y comete errores atroces.
Porque más adentro, Jimmy es un personaje frío, vengativo, rencoroso. Un personaje que esconde en él demasiadas cosas, que lleva consigo un pasado muy problemático (entre bandas callejeras, hurtos, robos más grandes, y pena de cárcel), y que, dada una situación crítica, puede llegar a actuar de una manera peligrosa... como se acaba por dar el caso...
Creo que ha sido con Jimmy con quien he sentido más movilidad como personaje, más detalle en sus reacciones, en su comportamiento y en sus motivaciones.
La narrativa centrada en Jimmy estaba muy bien perfilada, los sentimientos eran más desgarradores, más intensos, puesto que Jimmy es un personaje intenso, complejo y con muchas capas. Con la pérdida de la hija de su primer matrimonio, algo en él despierta, algo se activa.
Digo lo mismo que con Sean, e incluso en este caso lo acentúo más: Jimmy ha sido un personaje muy real, con voz fuerte y decidida, que trae emociones contrarias porque por un lado se le aprecia, se siente empatía con él y se le desea un descanso, pero por otro lado uno no puede quitarse de la cabeza todo lo que está haciendo, todo lo que busca conseguir como justicia, y todo lo que ya ha ido dejando a su paso... Un personaje muy completo, muy bien desarrollado, que da un giro completo al relato.
Finalmente, Dave Boyle ha sido, yo creo, de los personajes más trabajados, por no decir el que más, y también ha estado muy desarrollado.
Su actitud en la historia es algo más distante, algo más cerrado en sí mismo. Es un personaje perdido, incapaz de abandonar el pasado (por el que siente temor, repugnancia hacia sí mismo, y un gran rencor hacia el mundo), y el personaje que más me ha mantenido dudando de si era inocente o culpable. Todo apuntaba a él: la sangre de todo su cuerpo, el forcejeo que se atisba en la herida de su vientre, sus mentiras demasiado poco planificadas.
La atención de muchos de los personajes está centrada en él, incluyendo la de su esposa, Celeste, una mujer que se debate entre el amor que siente por su marido y lo que las pruebas parecen mostrar, y que comete un error que tiene como desenlace un mal final.
Dave es alguien reprimido, poco sincronizado con el mundo, extraño y a veces incluso "patético" (como señalan los personajes del libro), que genera emociones de compasión y lástima pero, al mismo tiempo, hace poner malas caras de sospecha y de repulsa.
De hecho, hay una escena brillante en el libro en la que Dave parece perder por completo la cabeza, y, sin sacar a relucir cosas desproporcionadas, Dennis Lehane consigue narrar uno de los momentos más estremecedores e inquietantes que me he encontrado en la literatura.
“Dave watched him standing up at the bar, chatting with one of the old dockworkers as he waited for his drinks, Dave thinking the guys in here knew what it was to be men. Men without doubts, men who never questioned the rightness of their own actions, men who weren't confused by the world or what was expected of them in it.
It was fear, he guessed. That's what he'd always had that they didn't. Fear had settled into him at such an early age - permanently, the way Val's prison friend had claimed sadness did. Fear had founda place in Dave and never left, and so he feared doing wrong and he feared fucking up and he feared not being intelligent and he feared not being a good husband or a good father or much of a man. Fear had been in him so long he wasn't sure he could remember what it had felt like to live without it.”
Lo que contaba antes de la psicología de los personajes como eje central en un buen thriller... se nota mucho con Dave, por eso creo que ha sido el personaje que más me ha gustado, por las emociones contrarias que sentía con él, por su propia actitud ambivalente, por su victimismo y su posible culpabilidad.
“Lately, though, he'd just been tired in general. Tired of people. Tired of books and TV and the nightly news and songs on the radio he'd heard years before and hadn't liked much in the first place. He was tired of his clothes and tired of his hair and tired of other people's clothes and other people's hair. He was tired of wishing things made sense. He'd gotten to a point where he was pretty sure he'd heard everything anyone had to say on any given subject and so it seemed he spent his days listening to old recordings of things that hadn't seemed fresh the first time he'd heard them.
Maybe he was simply tired of life, of the absolute effort it took to get up every goddamned morning and walk out with into the same fucking day with only slight variations in the weather and food.
He wondered if this was what clinical depression felt like, a total numbness, a weary lack of hope.”
Dave es un personaje redondo, de pies a cabeza, con el que el escritor juega mucho, al inicio poniéndonoslo en punto de mira, al hacernos seguir dudando de su inocencia día y noche.
Lo relaciono casi con un truco artero de magia, donde pone nuestra atención en una de las cartas mientras con la otra mano maneja los otros elementos de la historia para crear el final tan brutal que crea.
La intriga de la historia está en lo que no se ve, en las percepciones de cada personaje, en sus pensamientos, en sus engaños, en sus mentiras, en las impresiones de cada uno de la realidad, que puedes ser más o menos acertadas, que pueden llevar a equivocaciones...
“She blew a stream of smoke up at the empty clotheslines. 'These silly dreams you have when you're young. I mean, what, Katie and Brendan Harris were going ot make a life in Las Vegas? How long would that little Eden have lasted? Maybe they'd be on their second trailer park, second kid, but it would have hit them sooner or later - life isn't happily ever after and golden sunsets and shit like that. It's work. The person you love is rarely worthy of how big your love is. Because no one is worthy of that and maybe no one deserves the burden of it, either. You'll be let down. You'll be disappointed and have your trust broken and have a lot of real sucky days. You lose more than you win. You hate the person you love as much as you love him. But, shit, you roll up your sleeves and work - at everything -because that's what growing older is.”
La prosa de Dennis Lehane es segura, no hay vacilación alguna en ella. Puede tener el defecto de ser algo más densa de lo que uno está acostumbrado en este género, pero eso se debe a la excelente introspectiva que hace de los personajes, en desaliento, mostrando cada aspecto complejo de ellos para elaborar así una trama complicada y sinuosa.
“At that moment, Dave would have lifted a house for Jimmy, held it up to his chest until Jimmy told him where to put it down.”
La descriptiva es increíble, en especial cuando muestra las sensaciones de cada personaje. Puede desviarse un poco el objetivo de la obra con estas precisiones, pero son ellas las que me han dejado muy claro que Lehane sabe cómo crear una emoción determinada en el lector, y sacudir cada parte de su cuerpo para que se adentre al máximo en la historia.
“When it came down to it, though, you had to remember all those assholes cutting you off in traffic and walking the streets and shouting in bars and turning their music up too loud and mugging you and raping you and selling you lemon cars-all those assholes were just children who'd aged. No miracle. Nothing sacred in that.”
Su expresividad es máxima, no la corta por la mitad sino que la expone como es, un cúmulo de pensamientos, sentimientos y rabias que causan el desenlace que se genera.
El análisis que hay de los personajes es glorioso, muy detallado, brillante en sus personalidades y en su realismo.
El narrador de la historia es excelente a la hora de diseñar una obra de las dimensiones que tiene ésta, con cada detalle, con cada giro en la trama, cada punto fuerte y cada momento culminante. La realidad es modificada por Lehane tira a tira, página tras página, y desde un suceso inicial se despliega toda una serie de acontecimientos que culminan en un punto sin retorno...
No hay nada más que decir; Lehane ha hecho una obra magna, un golpe tras golpe, una intensidad llena de vitalidad, y dinamismo seguro, rítmico y fragmentado en forma de la narración de diversos personajes interconectados, que lleva a una conclusión que a muchos nos puede llegar a causar impotencia, angustia y dolor... pero que sin duda alguna es la que hace que este libro sea tan brillante como lo es.
En suma, Mystic River es una obra muy recomendada, intensa y frenética, donde Lehane juega todas sus cartas con excelente maestría y, en una narrativa que alterna entre los puntos de vista de tres personajes contrapuestos, diseña una historia de enredos, de atrevimientos, de provocaciones y de momentos decisivos en la vida de cada uno, donde cada personaje se encamina a un final irreparable, demoledor y estimulante, que deja los nervios a flor de piel y libera toda una tensión acumulada con varios giros en la trama, en cadena y sin freno, preciso, perturbador y sensacional.
Un libro sobresaliente, emocionante y adictivo, que no hay que perderse.
Autor: Dennis Lehane
Editorial: Bantam Books
Canción Identificada: River (Soen)
Sinopsis:
There are threads in our lives. You pull one, and everything else gets affected.
When they were children, Sean Devine, Jimmy Marcus and Dave Boyle were friends. But then a strange car pulled up their street. One boy got in the car, two did not, and something terrible happened - something that ended their friendship and changed all three boys forever.
Twenty-five years later, Sean Devine is a homicide detective. Jimmy Marcus is an ex-con who owns a corner store. And Dave Boyle is trying to hold his marriage together and keep his demons at bay -demons that urge him to do horrific things.
When Jimmy Marcus' daughter is found murdered, Sean Devine is assigned to the case. His personal life unravelling, he must go back into a world he thought he'd left behind to confront not only the violence of the present but the nightmares of his past. His investigation brings him into conflict with Jimmy Marcus, who finds his old criminal impulses tempt him to solve the crime with brutal justice. And then there is Dave Boyle, who came home the night Jimmy's daughter died covered in someone else's blood...
Opinión:
“You ever think how the most minor decision can change the entire direction of your life? Like, say you miss your bus one morning, so you buy that second cup of coffee, buy a scratch ticket while you're at it. The scratch ticket hits. Suddenly you don't have to take the bus anymore. You drive to work in a Lincoln. But you get in a car crash and die. All because you missed your bus one day. I'm just saying there are threads, okay? Threads in our lives. You pull one, and everything else gets affected.”
Vello erizado, espalda tensa, boca abierta, mirada perdida. Una imagen fantasmagórica de lo que a un lector le puede llegar a suceder... el efecto adverso de la lectura... ¿o el efecto deseado?
El recorrido del mundo de la literatura es uno muy enriquecido: a lo largo de los centenares, miles de años, la palabra escrita ha plasmado el mundo del alrededor, y aquél más interno de cada autor y artista. Los gustos de una generación, las ideas personales, los enfrentamientos contra la sociedad estructurada, y los convencimientos de cosas que hay que preservar... La novela negra, el crimen, el suspense y el thriller son géneros incorporados muy recientemente a la literatura, acallados por un anterior universo de poesía y densidad estilística... Aquél mundo de la palabra como recurso fundamental en un escrito es espléndido, pero a medida que el ser social cambia, tanto lo hacen sus inclinaciones... y así ha nacido el género del thriller, cuya intención no está en el embellecimiento de la palabra, o en ella como recurso esencial, sino más en el ritmo de la trama, en la tensión, en el temblor y en las notas de angustia. Lo contemplativo para a la acción, y lo progresivo pasa al terror abrupto.
Aquellos que conocen de este espacio de reseñas sabrán de mis gustos con respecto al thriller: me entusiasma el ajetreo interno que me deja, las pausas antes de una terrible tormenta, los exabruptos, las mandíbulas desencajadas, el miedo constante, el peligro en cada esquina.
No creo que me desencamine al decir que el thriller viene de la palabra inglesa "thrill" (parece bastante evidente), que literalmente quiere decir una inesperada sensación de satisfacción y, sobre todo, emoción. Viene relacionada con la palabra "tremor", es decir, vibración, estremecimiento, temblor. Nerviosismo. Todo el sentimiento liberado...
Para aquellos a los que nos gusta esa manera de sentirnos sobrellevados por una trama poderosamente destructora, entenderemos que el género del thriller es la mejor manera de hacer que cada cable de nuestro cuerpo salte, se rompa, y nos electrocute en escalofríos de emoción contenida. Es por eso que, con esta alargada presentación, me dispongo a ofrecer la reseña de una novela del género thriller que sacude hasta los cimientos cada parte del lector: no hablo sino de Mystic River, una de las obras magnas de Dennis Lehane, un escritor muy aclamado por la crítica que, a lo largo de su carrera, ha supuesto un antes y un después en la novela criminalista.
Estoy segura de que muchos habremos oído hablar de sus más notorias obras... Mystic River; Shutter Island; Gone, Baby, Gone... que además han sido puestas en pantalla, también triunfando en este otro formato. En cualquier caso, cabe señalar que esta clase de novelas de tramas tan, ejem, entramadas, han supuesto un punto de inflexión en la historia de la literatura.
A medida que ha ido creciendo la fascinación del público por lo policíaco, por lo retorcido del mundo, por lo peligroso y por lo misterioso, la muerte, el asesinato, las causas y sus porqués, los escritores han ido pudiendo liberar su imaginación e idear grandes, grandes obras que dominen emociones contrarias y que saquen a relucir las emociones más soterradas del ser humano...
En pos de una novela que me marcase tanto como lo hizo la de Shutter Island, de su mismo autor, me encontré con esta joya de obra, que, aunque no me ha llegado a causar tanta impresión, sí que me ha llegado a parecer de esas novelazas que solo se leen una vez, y que se convierten en estrellas en la estantería de uno.
Dicho lo cual, y tras demorarme tanto como tiendo a hacerlo, ¡iniciemos la reseña!
Mystic River es una de las obras más aclamadas del escritor Dennis Lehane, un thriller policíaco que narra tres historias diferentes, de tres personas relacionadas entre sí, que acaban por converger y tener una colisión demoledora que se cierra con un final estremecedor.
Mystic River es, al pie de la letra, una novela que causa escalofríos, que te lleva a un estado de alerta completa y que, como tanto adoro yo leer, deja con una sensación de peligro constante... que no aminora en ningún momento de la trama.
La historia se centra en tres personajes principales: Sean Devine, Jimmy Marcus y Dave Boyle, amigos de la infancia pese a sus diferencias sociales que, tras un evento traumático en la vida de los tres, cuando Dave sufre un secuestro (en el que los otros dos podrían haber estado también como víctimas) durante cuatro largos días, vuelven a reunirse de nuevo muchos años más tarde, ya casados y tratando de dejar atrás el pasado, con el misterioso asesinato de la hija de Jimmy, una joven de 19 años que es encontrada muerta en un parque, agredida atrozmente hasta su fallecimiento... Encabezando esta investigación se encuentra Sean, recién reintegrado en su trabajo tras un conflicto en el mismo; y Jimmy, quien no se quedará fuera de la búsqueda del asesino de su hija, tomando un camino mucho más peligroso, queriendo hacer justicia por él mismo... Y el mismo día de la muerte de la hija de Jimmy, Katie, Dave regresa a su casa cubierto de la sangre de otra persona, y es advertido por su esposa, quien, aun en intento de no querer relacionar un evento con el otro, acaba cayendo en las redes de la sospecha...
A medida que las tres historias se van desarrollando, cada una contada con un estilo diferente y tomando plena atención en cada uno de los personajes (tanto principales como secundarios), los puntos de vista de cada uno de los tres protagonistas convergen hasta encontrarse con un final arrollador, gélido y siniestro, que sí, sin duda, tiene más de un giro en la trama...
“He wanted to go on for hours. He wanted someone to listen to him and to understand that speech wasn't just about communicating ideas or opinions. Sometimes, it was about trying to convey whole human lives. And while you knew even before you opened your mouth that you'd fail, somehow the trying was what mattered. The trying was all you had.”
De manera inexorable, y a lo largo de una serie de eventos que desencadenan la parte más peligrosa de cada uno de los protagonistas, la trama se va manejando entre sospechas, confesiones y nuevas revelaciones que ayudarán a que el lector se encuentre completamente enganchado al libro, página tras página tratando de esclarecer un asesinato que, de apariencia clara, acaba por volverse mucho más enturbiado conforme el tiempo pasa... Y yo, por completo, me vi incapaz de despegarme del libro hasta el momento final, donde la sorpresa y la perplejidad acudieron a mi rostro ante una revelación a gran escala que me dejó completamente anonadada.
“She told him that he had the most beautiful voice she'd ever heard, that it sounded like whiskey and wood smoke.”
Debo decir, con todo, que, con respecto al otro libro que me he leído del escritor (Shutter Island), los giros en la trama de Mystic River son mucho menos desmedidos, son más lógicos, más progresivos, hay algunos que comienzan a verse venir, y otros que aun con su coherencia dejan a cuadros.
Los giros en la trama de Mystic River están preparados para hacer entender, para que todo encaje, para que cada pieza encuentre su lugar.
En contra, los giros en la trama de Shutter Island están hechos para confundir más, para que te pierdas más en la inmensidad de la duda, para que sientas la angustia crecer en tu estómago mediante te encaminas al final...
Personalmente, me gusta más el estilo de Shutter Island, que además juega con la parte más compleja de la mente de uno, pero la narrativa de Mystic River estaba tan bien orquestada que no pude sino quedarme completamente maravillada ante la cantidad de senderos que recorría la historia, imprevistos, sospechas, dudas, miedos, escenas tensionadas y momentos de máximo agobio.
Mystic River no es tan rebuscado, tiene un final en el que todo cobra sentido y todo queda claro (y la rabia acude al lector, no voy a decir por qué pero LO HACE), los eventos están más separados pero se enlazan con mayor seguridad, y el estilo de escritura es dinámico, certero y muy bien situado.
Hay cierta cosa que me ha llamado la atención de una noticia que he visto que hablaba sobre la novela negra, y es que dice que, debido a que el "pacing" (ritmo de la trama) tiene que ser más resultón, más acelerado, más frenético, no hay tiempo para centrarse en la psicología de los personajes... Hecho sostenido por muchas personas ("centrarse en la psicología hace que se pierda el ritmo de la acción"), del que yo no estoy de acuerdo...
... Y creo que las novelas de Lehane son muestra de lo que digo: la tensión, el sin freno de la trama, a veces no viene dado por una sencilla escena de acción, sino por un desencadenante brutal de todo lo contenido en un personaje.
Es por eso por lo que tanto valoro el thriller psicológico, que sigue una historia acelerada y tremendamente irresistible gracias a la actitud de los personajes, las evoluciones que éstos tienen, sus decisiones (las buenas, pero sobre todo las malas), y el desenlace fatal de cada acción que cometen... Una caída la vacío, un acto que lleva a consecuencias dramáticas.
“And she was-definitely-a woman who did not shrink from gauntlets, but stepped up to them, and said, Okay, bring it. Bring your worst. I will get back up. Every time. I will not shrivel and die. So watch out.”
Por eso mismo al inicio de la obra Lehane se toma el tiempo que se toma para explicar lo acontecido aquél pasado día del secuestro de Dave: porque es un momento que se ha quedado grabado a fuego en la memoria de cada uno de los protagonistas, porque es algo que los ha CAMBIADO, que los ha hecho ser lo que son, que nos hace entenderlos, conocer sus inseguridades, sus odios, su rabia, qué es lo que los ha hecho llegar a donde están, y qué es lo que los va a hacer cometer los actos impensables que cada uno de ellos acaba efectuando...
El presente tiene como corazón el pasado, cada latido muestra la vacilación, el miedo y el rencor. La culpa que llevan consigo, la carga, el odio, la fatídica imagen de aquél coche acercándose a ellos por la carretera, y haciendo subir a uno de los críos en él... Lehane recoge cada aspecto de los personajes y los sitúa en escena, con sus matrimonios, sus separaciones, su familia, sus conocidos, su día a día al completo. Hace un diseccionado retrato de cada uno de los personajes, puesto que son ellos y tan solo ellos los que elaboran todo lo que se mueve en la historia.
Son personajes que sirven como engranajes, y esos son los más importantes.
“Happiness comes in moments, and then it's gone until the next time. Could be years. But sadness settles it.”
Así que ¡claro!, es cierto que no hay momento contemplativo y rumiante como el de otras obras más extensas y clásicas, el género thriller no tiene tanta meditación... pero sin duda alguna tiene mucho enfoque en los personajes. Mucho más de lo que se le acredita.
Y es por eso que las gemas de la narración con, una vez más, los personajes:
Pese a que la mano del autor es la misma, la narrativa cambia por completo de un personaje a otro... el tono, el estilo, la repetición, el recuerdo y la interacción con el presente son diferentes.
Sean Devine ha sido, probablemente, el personaje que menos me haya interesado de la obra, debido a que me sentía más segura con él, menos inestable. Los otros dos personajes me parecían bombas de relojería y, aunque Sean también cuenta con una historia agitada, lo he sentido más cercano, más accesible.
Sean es un personaje pragmático, sencillo y a veces un tanto amargado. Se trata de un hombre profesional en su trabajo, que, sin embargo, no logra sostener tan bien su matrimonio. Es práctico, es fácil meterse en su personaje y sentir lo que él siente, ver lo que él siente, pensar como él.
“It had occurred to Sean once - on a bender about ten years before with some buddies, Sean and a bloodstream full of bourbon turning philosophical - that maybe they HAD gotten in that car. All three of them. And what they now thought of as their life was just a dream state. That all three of them were, in reality, still eleven-year-old boys trapped in some cellar, imagining what they'd become if they ever escaped and grew up.”
Aun así, algo fantástico en esta novela es que los personajes no necesariamente son agradables, no necesariamente gustan. Con cada aspecto suyo con el que uno se pueda identificar, acuden otras motas de detalles del personaje que gustan menos, que lo hacen menos atractivo a ojos del lector. Sean es uno de esos personajes que dices "buen protagonista, pero no del todo simpático". Un héroe no tan héroe. Una persona que a veces gusta y otras veces no.
Es usual que en novelas de este estilo el detective, el personaje central, sea más agradable, encaje más con el lector, no cause desagrado.
Sean, no obstante, era tan real, tan humano, que tenía muchos defectos, y no defectos fáciles de perdonar, pero defectos que en la historia se han ido moldeando y se ha progresado hasta conseguir llegar a una conclusión con ellos. Eso es lo que, más abreviado, se llama "evolución del personaje". Y ha estado completa.
“Brendan knew about the truth. In most cases, it was just a matter of deciding whether you wanted to look it in the face or live with the comfort of ignorance and lies. And ignorance and lies were often underrated. Most people Brendan knew couldn't make it through the day without a saucerful of ignorance and a side of lies.”
Porque más adentro, Jimmy es un personaje frío, vengativo, rencoroso. Un personaje que esconde en él demasiadas cosas, que lleva consigo un pasado muy problemático (entre bandas callejeras, hurtos, robos más grandes, y pena de cárcel), y que, dada una situación crítica, puede llegar a actuar de una manera peligrosa... como se acaba por dar el caso...
Creo que ha sido con Jimmy con quien he sentido más movilidad como personaje, más detalle en sus reacciones, en su comportamiento y en sus motivaciones.
La narrativa centrada en Jimmy estaba muy bien perfilada, los sentimientos eran más desgarradores, más intensos, puesto que Jimmy es un personaje intenso, complejo y con muchas capas. Con la pérdida de la hija de su primer matrimonio, algo en él despierta, algo se activa.
Digo lo mismo que con Sean, e incluso en este caso lo acentúo más: Jimmy ha sido un personaje muy real, con voz fuerte y decidida, que trae emociones contrarias porque por un lado se le aprecia, se siente empatía con él y se le desea un descanso, pero por otro lado uno no puede quitarse de la cabeza todo lo que está haciendo, todo lo que busca conseguir como justicia, y todo lo que ya ha ido dejando a su paso... Un personaje muy completo, muy bien desarrollado, que da un giro completo al relato.
Finalmente, Dave Boyle ha sido, yo creo, de los personajes más trabajados, por no decir el que más, y también ha estado muy desarrollado.
Su actitud en la historia es algo más distante, algo más cerrado en sí mismo. Es un personaje perdido, incapaz de abandonar el pasado (por el que siente temor, repugnancia hacia sí mismo, y un gran rencor hacia el mundo), y el personaje que más me ha mantenido dudando de si era inocente o culpable. Todo apuntaba a él: la sangre de todo su cuerpo, el forcejeo que se atisba en la herida de su vientre, sus mentiras demasiado poco planificadas.
La atención de muchos de los personajes está centrada en él, incluyendo la de su esposa, Celeste, una mujer que se debate entre el amor que siente por su marido y lo que las pruebas parecen mostrar, y que comete un error que tiene como desenlace un mal final.
Dave es alguien reprimido, poco sincronizado con el mundo, extraño y a veces incluso "patético" (como señalan los personajes del libro), que genera emociones de compasión y lástima pero, al mismo tiempo, hace poner malas caras de sospecha y de repulsa.
De hecho, hay una escena brillante en el libro en la que Dave parece perder por completo la cabeza, y, sin sacar a relucir cosas desproporcionadas, Dennis Lehane consigue narrar uno de los momentos más estremecedores e inquietantes que me he encontrado en la literatura.
“Dave watched him standing up at the bar, chatting with one of the old dockworkers as he waited for his drinks, Dave thinking the guys in here knew what it was to be men. Men without doubts, men who never questioned the rightness of their own actions, men who weren't confused by the world or what was expected of them in it.
It was fear, he guessed. That's what he'd always had that they didn't. Fear had settled into him at such an early age - permanently, the way Val's prison friend had claimed sadness did. Fear had founda place in Dave and never left, and so he feared doing wrong and he feared fucking up and he feared not being intelligent and he feared not being a good husband or a good father or much of a man. Fear had been in him so long he wasn't sure he could remember what it had felt like to live without it.”
Lo que contaba antes de la psicología de los personajes como eje central en un buen thriller... se nota mucho con Dave, por eso creo que ha sido el personaje que más me ha gustado, por las emociones contrarias que sentía con él, por su propia actitud ambivalente, por su victimismo y su posible culpabilidad.
“Lately, though, he'd just been tired in general. Tired of people. Tired of books and TV and the nightly news and songs on the radio he'd heard years before and hadn't liked much in the first place. He was tired of his clothes and tired of his hair and tired of other people's clothes and other people's hair. He was tired of wishing things made sense. He'd gotten to a point where he was pretty sure he'd heard everything anyone had to say on any given subject and so it seemed he spent his days listening to old recordings of things that hadn't seemed fresh the first time he'd heard them.
Maybe he was simply tired of life, of the absolute effort it took to get up every goddamned morning and walk out with into the same fucking day with only slight variations in the weather and food.
He wondered if this was what clinical depression felt like, a total numbness, a weary lack of hope.”
Dave es un personaje redondo, de pies a cabeza, con el que el escritor juega mucho, al inicio poniéndonoslo en punto de mira, al hacernos seguir dudando de su inocencia día y noche.
Lo relaciono casi con un truco artero de magia, donde pone nuestra atención en una de las cartas mientras con la otra mano maneja los otros elementos de la historia para crear el final tan brutal que crea.
La intriga de la historia está en lo que no se ve, en las percepciones de cada personaje, en sus pensamientos, en sus engaños, en sus mentiras, en las impresiones de cada uno de la realidad, que puedes ser más o menos acertadas, que pueden llevar a equivocaciones...
“She blew a stream of smoke up at the empty clotheslines. 'These silly dreams you have when you're young. I mean, what, Katie and Brendan Harris were going ot make a life in Las Vegas? How long would that little Eden have lasted? Maybe they'd be on their second trailer park, second kid, but it would have hit them sooner or later - life isn't happily ever after and golden sunsets and shit like that. It's work. The person you love is rarely worthy of how big your love is. Because no one is worthy of that and maybe no one deserves the burden of it, either. You'll be let down. You'll be disappointed and have your trust broken and have a lot of real sucky days. You lose more than you win. You hate the person you love as much as you love him. But, shit, you roll up your sleeves and work - at everything -because that's what growing older is.”
La prosa de Dennis Lehane es segura, no hay vacilación alguna en ella. Puede tener el defecto de ser algo más densa de lo que uno está acostumbrado en este género, pero eso se debe a la excelente introspectiva que hace de los personajes, en desaliento, mostrando cada aspecto complejo de ellos para elaborar así una trama complicada y sinuosa.
“At that moment, Dave would have lifted a house for Jimmy, held it up to his chest until Jimmy told him where to put it down.”
La descriptiva es increíble, en especial cuando muestra las sensaciones de cada personaje. Puede desviarse un poco el objetivo de la obra con estas precisiones, pero son ellas las que me han dejado muy claro que Lehane sabe cómo crear una emoción determinada en el lector, y sacudir cada parte de su cuerpo para que se adentre al máximo en la historia.
“When it came down to it, though, you had to remember all those assholes cutting you off in traffic and walking the streets and shouting in bars and turning their music up too loud and mugging you and raping you and selling you lemon cars-all those assholes were just children who'd aged. No miracle. Nothing sacred in that.”
Su expresividad es máxima, no la corta por la mitad sino que la expone como es, un cúmulo de pensamientos, sentimientos y rabias que causan el desenlace que se genera.
El análisis que hay de los personajes es glorioso, muy detallado, brillante en sus personalidades y en su realismo.
El narrador de la historia es excelente a la hora de diseñar una obra de las dimensiones que tiene ésta, con cada detalle, con cada giro en la trama, cada punto fuerte y cada momento culminante. La realidad es modificada por Lehane tira a tira, página tras página, y desde un suceso inicial se despliega toda una serie de acontecimientos que culminan en un punto sin retorno...
No hay nada más que decir; Lehane ha hecho una obra magna, un golpe tras golpe, una intensidad llena de vitalidad, y dinamismo seguro, rítmico y fragmentado en forma de la narración de diversos personajes interconectados, que lleva a una conclusión que a muchos nos puede llegar a causar impotencia, angustia y dolor... pero que sin duda alguna es la que hace que este libro sea tan brillante como lo es.
En suma, Mystic River es una obra muy recomendada, intensa y frenética, donde Lehane juega todas sus cartas con excelente maestría y, en una narrativa que alterna entre los puntos de vista de tres personajes contrapuestos, diseña una historia de enredos, de atrevimientos, de provocaciones y de momentos decisivos en la vida de cada uno, donde cada personaje se encamina a un final irreparable, demoledor y estimulante, que deja los nervios a flor de piel y libera toda una tensión acumulada con varios giros en la trama, en cadena y sin freno, preciso, perturbador y sensacional.
Un libro sobresaliente, emocionante y adictivo, que no hay que perderse.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 4.5/5
♫ Acción: 3.75/5
♫ Trama: 4/5
♫ Originalidad: 4.25/5
♫ Tensión: 4.25/5
♫ Tensión: 4.25/5
♫ Desenlace: 5/5
♫ Pluma: 4.75/5
VALORACIÓN PERSONAL: 10/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/
VALORACIÓN PERSONAL: 10/10
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