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sábado, 27 de marzo de 2021

Reseña: Fear and Loathing in Las Vegas

 


RESEÑA:
FEAR AND LOATHING IN LAS VEGAS



Título:  Fear and Loathing in Las Vegas
Autor:  Hunter S. Thompson
Editorial:  Harper Perennial
Canción Identificada:  Moonchild (King Crimson)




Sinopsis:

Fear and Loathing in Las Vegas is the best chronicle of drug-soaked, addle-brained, rollicking good times ever committed to the printed page. It is also the tale of a long weekend road trip that has gone down in the annals of American pop culture as one of the strangest journeys ever undertaken.



Opinión:

Más o menos, en todos nosotros está la noción de la peligrosidad de las sustancias alucinógenas. Un efecto x trae una consecuencia y, y ella trae una desgracia z. En un sistema de ecuaciones de caos, la espiral se va desmontando hasta sumirse en la auténtica locura: la adicción. Y todos deberíamos saber que esas letras tan anodinas (x, y, z) esconden en realidad un pasado demoledor, un enganche tóxico y un desenlace que, en muchas ocasiones, acaba siendo fatal


He creído necesario empezar así la reseña. Las drogas están diariamente en nuestra cultura: el rap, trap y reggaeton no dejan de hablar de ellas, con desenfado e incluso orgullo de su consumición; las novelas que las tienen destacan, lamentablemente, en ser interesantes; y son ya muchos jóvenes los que caen bajo su efecto, por diversos motivos, siempre con los mismos engaños. 
Las drogas, llegadas sobre todo a finales del siglo XX, se han convertido en una parte inapelable de la cultura pop. Están en el día a día, en las bromas, en las expresiones coloquiales, en los vaciles y en el cine. Están en todas partes, consideradas divertidas, consideradas experimentales. 


Lo que no aparece tanto junto a esto es el efecto descorazonador que traen: aislamiento, ansiedad, adicción, engaño, enganche, violencia, peligro de muerte. La lista es demasiado larga, además de los efectos físicos que experimenta el cuerpo: en dosis altas, desrealización, movimientos involuntarios de los ojos, temblores, agitación, rigidez, insensibilidad al dolor, entumecimiento... Y efectos a más largo plazo: insomnio, disminución de la libido, accidentes cerebrovasculares, psicosis, comportamiento agresivo, pánico, problemas de memoria...

Me parece necesario separar entre lo que "entretiene" desde lejos, y lo que es probar esa misma experiencia. Es decir, que, para personas que se estén recuperando de la adicción a las drogas, o que crean que esto les puede afectar, no recomiendo leer el libro.

“No sympathy for the devil; keep that in mind. Buy the ticket, take the ride...and if it occasionally gets a little heavier than what you had in mind, well...maybe chalk it up to forced consciousness expansion: Tune in, freak out, get beaten.”


Y por supuesto que es divertido leerlo. Uno dice "menuda locura". Uno se sorprende, uno sonríe. "El mundo está muy mal, jajajaja". Y así es como se aviva el fuego. 

Qué remedio, ¿verdad? Lo cierto es que es imposible no alucinar y reírse con esta novelaza que tengo entre mis manos. Pero, así mismo, esta obra destaca la parte más engañosa de las drogas, la parte que divierte, la parte que saca de la vida diaria, la parte que gusta. Esta novela, pese a que lo menciona, no habla de lo peor de las sustancias adictivas, sino de lo más "gustoso" de ellas. De manera que, para muchos, esto puede incentivar a seguir probándolas. 

“There he goes. One of God's own prototypes. A high-powered mutant of some kind never even considered for mass production. Too weird to live, and too rare to die.”



Dicho esto, qué decir: LA NOVELA ES UNA AUTÉNTICA PASADA. No se trata solo del contenido, el cual es altamente surrealista, sino de la manera que está escrito: sordidez, humor, burla, atrevimiento, irrealidad. La verdad es que me parece que este escritor tenía todo un don para hacer del mundo real y diario una situación de lo más inverosímil. 



Cogí esta novela porque quería echarme unas risas, y porque la trama me llamaba la atención. Hasta donde yo sé (que puede que esté equivocada), esta historia está basada en hechos reales: el viaje del escritor y su abogado por el territorio americano, enemistándose con personal de los hoteles, confrontaciones con operadores del casino, encontronazos con policías, y, por supuesto, muchísimo arsenal de drogas, sustancias psicotrópicas, y locura para dar y tomar. 

Lo que para muchos habría sido un viaje de "vale, mucho papeleo, consumir gasolina y contaminar un poco más al mundo", en este caso es una odisea que lleva desde alucinatorias oleadas de murciélagos enormes en el cielo hasta estar desnudo delante de un personal de limpieza y hacerse pasar por un agente especial de la CIA. Es decir, una rayada mental incalculable. 

Y por si fuera poco, cada personaje es más extravagante que el anterior, y esto se convierte en un viaje de película. Es más, han tenido el acierto de llevar esta novela a los cines...

“In a closed society where everybody's guilty, the only crime is getting caught. In a world of thieves, the only final sin is stupidity.”


Así que sí, no hay que esperarse una novela seria y pasiva con esta entrada. Lo que hay que esperarse es la plasmación más exacta de lo que sería andar completamente delirante por el mundo, y encontrarse con escenarios diversos, situaciones cómicas, y mucho miedo, asco y burla en Las Vegas.

Sabiendo ya esto, ¿os atrevéis a enfrentaros a esta lectura?



¿De qué trata?

La idea inicial es fácil de coger: dos personas van colocadas, dos personas están como una cabra, y dos personas se encuentran en un viaje altamente alocado. 

Pero tras esto, se esconden muchísimas capas de aventuras sin precedentes. 

Todo se inicia desde el inicio del viaje, en el que Hunter S. Thompson, el protagonista y voz narradora, está conduciendo hacia las vegas con su abogado, justo cuando el efecto de las drogas que han consumido comienza a llegar a ellos. 

Con uno de los empieces de las novelas más alucinantes que me he leído jamás, la obra coge fuerza para presentarnos al verdadero peligro de esta misión precipitada: que no son las sustancias, sino estos dos peculiares personajes que parece que no pueden estar ni dos horas sin ellas. 


Persiguiendo el sueño americano (sea cual sea ese), entre un desierto y otro en una autovía, desde Los Ángeles, los dos personajes se dan cuenta de que tan solo hay una forma de salir adelante con una aventura tan arriesgada: perdiendo por completo la cabeza. Con tan solo eso como objetivo, los dos comienzan a dejarse llevar por el delirio, y generan un ambiente muy surrealista, entre encontronazos, guerrillas, discusiones y mucho pánico, huyendo a veces de la policía y, en la mayoría de los casos, tan hasta arriba de sustancias que lo único que ven son los espejismos que éstas generan. 

“We had two bags of grass, seventy-five pellets of mescaline, five sheets of high powered blotter acid, a salt shaker half full of cocaine, and a whole galaxy of multi-colored uppers, downers, screamers, laughers... and also a quart of tequila, a quart of rum, a case of Budweiser, a pint of raw ether and two dozen amyls.
Not that we needed all that for the trip, but once you get locked into a serious drug collection, the tendency is to push it as far as you can.”


Pero ahí está la gracia del libro: en hablar de algo banal, un viaje en coche en el que podríamos estar cada uno de nosotros, que para ellos se convierte en una aventura bárbara y desproporcionada. 

A lo largo de varios pasajes, vamos conociendo mucho mejor al escritor, el cual se debate entre la pasividad y la autodestrucción, y su abogado, un tipo de lo más extravagante que lo meterá en un montón de tinglados. 

Y, por si fuera poco, a esto se añaden personajes que les darán a sus vidas un giro de ciento ochenta grados, donde al final la supervivencia se basa en una única regla: evitar que los pillen con la cantidad de productor ilegales que llevan encima. 

“Maybe it meant something. Maybe not, in the long run, but no explanation, no mix of words or music or memories can touch that sense of knowing that you were there and alive in that corner of time and the world. Whatever it meant.”


Seguir hablando de su argumento sería muy mala idea, pues considero que es mejor que seáis vosotros mismos los que averigüéis qué se esconde más allá de esta piel superficial. 

¿A qué locuras serán capaces de enfrentarse? Y lo que siempre quedará como duda: yendo como van hasta las cejas de sustancias, ¿qué de lo que sucede es real, y qué es producto del delirio? ¿Cómo van a salir de ese viaje, qué harán cuando tengan que enfrentarse a lo que han ido a hacer? ¿De qué son capaces?



Argumento lineal, que da pequeños brincos, y que siempre sitúa a la historia en mitad de lo más surrealista y lioso posible

La verdad es que me ha sorprendido mucho una cosa: para lo hasta arriba que está la historia de locuras, es muy fácil de entender. 

Además, es bastante breve. Mi libro no llega a las doscientas páginas, y, sin embargo, suceden muchísimas cosas. Me parece que la historia está exquisitamente condensada, todo en su justa medida y en perfecto orden, sin saltarse demasiado contenido pero no atiborrándonos de detalles innecesarios. 

En resumen, la historia es concisa, muy concisa, cada capítulo tiene una sorprendente brevedad, y las partes están equipadas con suficiente armamento de extravagancia como para enganchar desde el inicio. 


La trama se sigue sin ningún problema, no hay obstáculos y todo está contado con bastante claridad. Como está escrito un tiempo después de que sucedieran los hechos, todo presenta mucho más orden y limpieza de como debió suceder de verdad, aunque en alguna parte el escritor lo acaba admitiendo: "estaba tan colocado que ahora no recuerdo bien qué pasó a continuación". Pese a todo, su memoria es formidable, y consigue transmitir cada sensación y cada paliza que la vida le da en esos momentos. 
Hay mucha frescura, mucha desenvoltura, y el libro avanza sin dificultad alguna, a buen ritmo y con mucha caña. 

“Every now and then when your life gets complicated and the weasels start closing in, the only cure is to load up on heinous chemicals and then drive like a bastard from Hollywood to Las Vegas ... with the music at top volume and at least a pint of ether.”


La trama es lineal, es decir, que no presenta saltos en el tiempo, a excepción de pequeños brincos que da para saltar de una escena a la siguiente. No hay flashbacks, ni una manera de escribir muy compleja, pero precisamente por esta sencillez inicial he cogido mucho gusto a la lectura. 


Además de eso, los inicios de cada parte sin duda alguna hacen que el corazón te dé un vuelco: momentos liosos, situaciones extrañas, ocurrencias de pánico y eventos de lo más surrealistas. 
Todo ello dota a la novela de un carácter muy estrafalario, cosa que se mantiene desde la primera frase hasta la última, y, además, el cierre de la historia es muy adecuado. 


De hecho, el final me ha dejado con muchísimas ganas de saber mucho más, pero creo que concluía bien esta etapa del escritor, en la que, sin darse cuenta, se vio en uno de los viajes más extraños de toda su vida. 

“1) Never trust a cop in a raincoat.
2) Beware of enthusiasm and of love, both are temporary and quick to sway.
3) If asked if you care about the world's problems, look deep into the eyes of he who asks, he will never ask you again.
4) Never give your real name.
5) If ever asked to look at yourself, don't look.
6) Never do anything the person standing in front of you can't understand.
7) Never create anything, it will be misinterpreted, it will chain you and follow you for the rest of your life.”


Si mi vida entera hubiera sido un quinto de lo emocionante que fue para el escritor este viaje, ya me habría dado un paro cardíaco del estrés.
Pero no es el caso, y, por suerte, he podido disfrutar de la misma emoción desde la distancia, leyendo esto tranquilamente en mi casa, sin el peligro cerniéndose sobre mí. Hunter S. Thompson nos ha hecho uno de los regalos más inestimables que pueden existir: una recopilación de uno de los momentos más extraños de su alocada vida, que sirven para vivir, casi de primera mano, lo que significó para él su viaje más emblemático y peculiar. 



Unos personajes autodestructivos, majaras y muy divertidos, que aportan muchísima chispa a la historia

"That's Too Much, Man!" Ese fue inmediatamente mi pensamiento. Era demasiado de todo. No sé quiénes de vosotros habréis visto la serie animada televisiva Bojack Horseman, pero yo, leyendo este libro, he pensado con frecuencia en la frase de uno de sus personajes, Sarah Lynn. Precisamente esta chica es también una drogadicta, con un pasado complicado, y una fama que puede con ella. Es uno de los personajes más curiosos y divertidos de Bojack Horseman, y da en el clavo: esto era demasiado. Mi emoción crecía por momentos, hasta hacerse insoportable. Los personajes estaban como una cabra, y no había momento de tranquilidad para ellos. Ergo yo tampoco me sentía protegida, y tuve el corazón en un puño durante toda la lectura.

“You better take care of me Lord, if you don't you're gonna have me on your hands.”


Los dos personajes centrales son los más importantes, sin duda alguna, de toda la obra. Hunter S. Thompson está lleno de detalle, se nota que él se conoce a sí mismo a la perfección, y sabe plasmar todo lo que sintió y vivió con humor y mucho detalle. 

Thompson relata las situaciones con mucha burla, inquietud y pasión, se nota que ha disfrutado de la escritura, y pone mucho de su parte. De hecho, se sabe que son sus vivencias (pese a que no lo parezca por lo raras que son) dado que hay muchísima minucia en todo. 

Por ejemplo, las personalidades de los personajes. 
Las más trabajadas son las de Thompson y su abogado, y es que son sensacionales. Eran muy humanos, estaban representados con todo el realismo posible, y podría tirarme horas hablando de cada uno. Si hay que señalar a uno como el más loco, yo diría que ese es, sin duda alguna, el abogado, estaba que se le iba la pinza, y era muy divertido leer sobre él. Además, se les cogía muchísimo cariño, eran cercanos y sus reflexiones, algunas extrañas y otras muy contemplativas, daban mucho de lo que pensar. 

“The press is a gang of cruel faggots. Journalism is not a profession or a trade. It is a cheap catch-all for fuckoffs and misfits—a false doorway to the backside of life, a filthy piss-ridden little hole nailed off by the building inspector, but just deep enough for a wino to curl up from the sidewalk and masturbate like a chimp in a zoo-cage.”


Además de eso, lo mejor de los dos personajes era su relación. Era muy cercana, a veces hasta con roces de por medio, pero se notaba que se apreciaban un montón, y la verdad es que esta novela no habría sido igual de no tenerse el uno al otro, se completaban. 


Eso sí, no son, para nada, un ejemplo a seguir. Son autodestructivos, les encanta experimentar con sustancias y perderse a sí mismos, y están muy majaras, a veces sus ocurrencias para salir de problemas los llevaban a líos mucho más gordos.
Con todo, me parece que estaban tan bien perfilados, con tanto detalle y tanto humor, que son personajes que han quedado completamente enmarcados en la obra como sus dirigentes. Son los que llevaban la historia por completo, y, sin ellos, la novela habría perdido toda su chispa.



Una prosa divertida, humorística, ácida y sinvergüenza, que ahonda en algunos temas y habla con desenfado y pasión

Lo mejor de todo, si me tengo que quedar con algo concreto, es la prosa de Hunter S. Thompson. Me ha parecido todo un acierto, de corazón que lo digo. La prosa no perdía detalle, aunque, como he comentado, sabía perfectamente cuándo zanjar un asunto, para dejarme con ganas de más y saltar a la siguiente escena. 

Era una prosa muy concisa, directa al grano, que no se andaba con remilgos. De hecho, en algunas ocasiones hasta era tan directa que resultaba sórdida, y eso me ha gustado aún más.

“Hallucinations are bad enough. But after awhile you learn to cope with things like seeing your dead grandmother crawling up your leg with a knife in her teeth. Most acid fanciers can handle this sort of thing. But nobody can handle that other trip-the possibility that any freak with $1.98 can walk into the Circus-Circus and suddenly appear in the sky over downtown Las Vegas twelve times the size of God, howling anything that comes into his head. No, this is not a good town for psychedelic drugs.”


Una de las cosas que suelen gobernar las buenas prosas es que sepan reflejar sin problemas cada emoción que quiere transmitir el autor, y ésta lo consigue. 

En todo momento, los sentimientos estaban a flor de piel, y yo era capaz de sentir cada sensación del cuerpo y la mente de los personajes. Se percibía la tensión en el aire, la acidez en las palabras, el veneno en los gestos. Había muchísimo contenido de detalle, muchísima exploración de las emociones, sin explicaciones, tan solo con muy buenas descripciones.


Aun así, lo más destacable, para mí, son los diálogos. Los diálogos eran capaces de representar muy vívidamente cómo era cada personaje por dentro, había mucha voz, mucho acierto, el carácter era fuerte y uno lo experimentaba de primera mano. 

“But our trip was different. It was a classic affirmation of everything right and true and decent in the national character. It was a gross, physical salute to the fantastic possibilities of life in this country-but only for those with true grit. And we were chock full of that.”


Lo que más aportó a la prosa, sin lugar a dudas, fue el humor. No es un humor torpón y básico, sino que sabe ser natural y desenvolverse sin problemas. Las bromas salían por sí solas, no había ni una sola situación que las forzara, y eran las situaciones extravagantes las que daban pie a que el humor se tornase ácido y sinvergüenza, tratando temas tabúes como las drogas, la desnudez, el sexo y las mentiras más ávaras. No era un humor chistoso, sino uno mucho más retorcido, y me ha gustado encontrarme con el sentido del humor que a mí me gusta en esta novela. 

“Ignore that nightmare in the bathroom. Just another ugly refugee from the Love Generation, some doom-struck gimp who couldn't handle the pressure. My attorney has never been able to accept the notion—often espoused by reformed drug abusers and especially popular among those on probation—that you can get a lot higher without drugs than with them. And neither have I, for that matter.”


Además, lo cierto es que Hunter S. Thompson escribe de manera muy apasionada, poniendo mucho énfasis y mucha sordidez, el tono es desenfadado pero el contenido hiela la sangre de las venas, y la novela estaba muy, muy conseguida. Ma ha parecido una lectura impresionante.



Conclusión

En definitiva, Fear and Loathing in Las Vegas (Miedo y Asco en Las Vegas, en español) ha sido una novela muy diferente a las que yo estoy acostumbrada, con un tono muy ácido y venenoso, muchísimo humor, desgarro, y toneladas de situaciones surrealistas e hilarantes. 
La aventura se convertía en toda una odisea, los personajes eran a cada cual más extravagante, había completa falta de pudor y tan solo importaba pasárselo bien. 


Aunque no recomiendo leerlo para lectores sensibles o con pasados relacionados con la adicción, del tipo que sea, sí que creo que es una oportunidad de burlarse de los temas más tabúes, sin pelos en la lengua, y con total natural. 

A mí el mensaje me ha llegado y me ha parecido muy bueno, y los pasajes, cada uno más extraño que el anterior, me hicieron desternillarme de risa. 

Es una novela muy merecida, que me ha parecido sublime.



PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 3.75/5
♫ Acción: 4/5
♫ Trama: 3.25/5
♫ Originalidad: 4.75/5
♫ Tensión: 3.5/5
♫ Desenlace: 3.5/5
♫ Prosa: 4.25/5


VALORACIÓN PERSONAL 9.5/10



Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/




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