Autor: Ana María Matute
Editorial: Planeta
Canción Identificada: Sarcasm (Get Scared)
Sinopsis:
Teatro de títeres: humildes muñecos movidos por la destreza de un anciano bondadoso... Pero seres humanos también, seres humanos que palpitan y bullen en la ciudad, dejando al descubierto sus propias miserias, sus inclinaciones, sus torpes sentimientos, sus mezquindades, sus odios, sus reacciones...
En torno a un adolescente desamparado se agitan las pasiones de seres cuyas ruindades -fantochadas, hipocresía, ambición, crueldad, sueños engañosos- adquieren, a lo largo de la narración y por la lograda delimitación de los personajes, caracteres de símbolos, aunque sin perder en ningún momento su condición humana.
Un hálito poético, como corresponde a la fina sensibilidad de la autora, anima todas las páginas de esta interesante novela, galardonada con el Premio Planeta 1954.
Opinión:
Pequeño Teatro es un libro bellísimamente escrito, que te transporta a un mundo totalmente nuevo donde todo es posible.
Es un libro de trama sencilla, ligera y divertida, y, para mi sorpresa, pasó en un batir de alas. Había comenzado el libro y de pronto ya me encontraba en las últimas páginas. Es un libro altamente enganchante, fácil de leer, y una lectura más que recomendada para los amantes de la fantasía en su estado más puro.
Me enfrasqué tanto en la historia que perdí la noción del espacio y del tiempo, tan sólo estaba yo, rodeada de unos alucinantes y originales personajes en un escenario completamente nuevo y precioso.
Más aumentó mi sorpresa cuando supe que este libro la autora lo había escrito cuando tenía tan sólo 17 años, mas lo publicó a los 28.
Sin duda, lo más reverenciado de esta increíble novela es su cuadro: la historia da lugar en Oiquixa, un pequeño y precioso pueblo costero.
El encuadre de la historia en esta novela es de extrema importancia, y Ana María Matute lo domina a la perfección.
La atmósfera que envuelve al libro es exquisita: se podían ver todos los matices del lugar, todos sus detalles y sus secretos, y su aura de misterio y de fantasía.
Oiquixa está envuelta en un halo de magia, y es impresionante cómo la escritora dominando una maravillosa técnica nos enfrasca en la novela, atrayéndonos con sus preciosas palabras.
Cada descripción acerca de Oiquixa era sugestiva, evocativa y bienquista. Ana María Matute nos muestra con delicadeza cada parte de este pueblo, desde sus calles hasta sus casas y las vidas dentro de éstas.
Oiquixa se convierte en una guarida de la magia, llena de misterios y de pasiones escondidas en sus callejuelas.
Leer acerca de este lugar ha sido impresionante, conmovedor y auténtico, despertando en mí todo tipo de sensaciones, desde familiaridad hasta ansias de conocer más acerca de los misterios que esconde el lugar.
Desde las primeras páginas, Oiquixa nos envuelve en un aroma a mar, a pesquería y a una hogareña vida común.
Cada descripción de Oiquixa era preciosa, mágica e inusual, cargada de originalidad y de palabras que te transportarán de inmediato al escenario que Ana María Matute nos presenta en este maravilloso libro.
“Oiquixa era una pequeña población pesquera, con callejuelas azules, casi superpuestas y unidas por multitud de escalerillas de piedra. Parecían colgadas unas sobre otras, porque Oiquixa había sido construida en una pendiente hacia el mar. Una sola calle, ancha, llana, atravesaba el poblado y recibía el pomposo nombre de Kale Nagusia; avanzaba, avanzaba hasta convertirse en un camino largo y estrecho que se adentraba en las olas. Lo remataba un viejo faro en ruinas, cuya silueta se recortaba melancólicamente sobre el color del mar. Cuando llovía, parecía resbalar un llanto nostálgico sobre sus piedras. Al atardecer, se diría que todo Oiquixa estaba a punto de derrumbarse y caer en las aguas rosadas de la bahía. Era un hermoso espectáculo, tal vez parecido a un sueño absurdo, aquella extraña galería de puertecitas y tejados reflejándose al revés en el agua. Pero en la noche, desde la colina, el muelle de Oiquixa era como un negro pulpo de ojos amarillos que avanzaba sus tentáculos hacia las orillas”.
“Oiquixa era una pequeña población pesquera, con callejuelas azules, casi superpuestas y unidas por multitud de escalerillas de piedra. Parecían colgadas unas sobre otras, porque Oiquixa había sido construida en una pendiente hacia el mar. Una sola calle, ancha, llana, atravesaba el poblado y recibía el pomposo nombre de Kale Nagusia; avanzaba, avanzaba hasta convertirse en un camino largo y estrecho que se adentraba en las olas. Lo remataba un viejo faro en ruinas, cuya silueta se recortaba melancólicamente sobre el color del mar. Cuando llovía, parecía resbalar un llanto nostálgico sobre sus piedras. Al atardecer, se diría que todo Oiquixa estaba a punto de derrumbarse y caer en las aguas rosadas de la bahía. Era un hermoso espectáculo, tal vez parecido a un sueño absurdo, aquella extraña galería de puertecitas y tejados reflejándose al revés en el agua. Pero en la noche, desde la colina, el muelle de Oiquixa era como un negro pulpo de ojos amarillos que avanzaba sus tentáculos hacia las orillas”.
Oiquixa, jaula de secretos, pueblo de oportunidades, lugar subyugante y fantástico que necesita ser libado y leído con calma y admiración.
Los personajes son igual de maravillosos, todos variopintos y muy inusuales, originales y también mágicos. Cada uno arrastraba su propio pasados, junto con sus propios pensamientos, emociones y miedos. Éstos salían a la luz mediante iba avanzando la trama.
Pequeño Teatro es un libro con escasa acción, que, sin embargo, te engancha y no te suelta hasta que no terminas esta increíble lectura. Los destinos de estos personajes estaban entrelazados de preciosa manera, todos aprendiendo de los otros, envidiando y amando.
Sus emociones eran intensas, fuertes, dramáticas y salvajes, encarnando la vida misma, títeres de esta y así mismo personajes levantiscos que luchaban contra su futuro establecido.
Todos con sus demonios interiores , gentes marineras que ansiaban salir de la burbuja, y aprovechan la oportunidad cuando aparece un visitante en el pueblo...
Zazu, desorientada y rebelde; Ilé Eroriak, chico raro y menudo, solitario y lleno de cosas que mostrar; Kepa Devar, administrador del hotel, amable y también con secretos; Marco, el extranjero, amable y generoso, que hará que el pueblo se abra y muestre todos sus sentimientos y pasiones secretas; Anderea, con su teatro de títeres... y muchos más, todos originales, mágicos y variopintos, mostrando desde temas banales a intrigas y secretos sustanciales y acuciantes.
Pequeño Teatro ha sido un libro mágico, lleno de misterios y de pasiones, y de fuertes e intensas emociones que abrumarán al lector.
Le envuelve una atmósfera marinera perfecta y brumosa, con una trama que no es unidireccional sino que apunta directamente al corazón de cada personaje.
Un libro fantástico, sencillo y precioso; un mundo en miniatura donde los personajes son los títeres de su destino.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 3.5/5
♫ Acción: 2.75/5
♫ Trama: 2.5/5
♫ Originalidad: 5/5
♫ Desenlace: 2.75/5
♫ Pluma: 3/5
VALORACIÓN PERSONAL: 8.25/10
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