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domingo, 1 de noviembre de 2020

Reseña: Someone We Know

 


RESEÑA:
SOMEONE WE KNOW


Título:  Someone We Know
Autor:  Shari Lapena
Editorial:  Corgi Books
Canción Identificada:  Somebody Someone (Korn)



Sinopsis:


Maybe you don't know your neighbors as well as you thought you did . . .

"This is a very difficult letter to write. I hope you will not hate us too much. . . My son broke into your home recently while you were out."

In a quiet, leafy suburb in upstate New York, a teenager has been sneaking into houses--and into the owners' computers as well--learning their secrets, and maybe sharing some of them, too.

Who is he, and what might he have uncovered? After two anonymous letters are received, whispers start to circulate, and suspicion mounts. And when a woman down the street is found murdered, the tension reaches the breaking point. Who killed her? Who knows more than they're telling? And how far will all these very nice people go to protect their own secrets?

In this neighborhood, it's not just the husbands and wives who play games. Here, everyone in the family has something to hide . . .

You never really know what people are capable of.





Opinión:

La gente tiene secretos. Creo que es una verdad mundialmente conocida. Y la gente guarda siempre estos secretos con resguardo, con ambición, con posesión. 

Los maestros del crimen en la literatura gozan de plasmar el mundo de adentro de un personaje en algo más físico y real: un crimen. 
Cada uno oculta algo: una relación, un delito, incluso muchos tratan de guardarse a sí mismos... Lo hacen con celos, morbo, desdén, rabia. Los crímenes, según yo los veo, son formas erróneas de representar un veneno que se encuentra en la parte más profunda de ti mismo, entre bilis, ácido y temor. 


Y es por tanto por lo que tratar de discernir quién es el autor de un crimen va mucho más que el "quién lo ha hecho"... Me gusta pensar que todo se sostiene más en el "por qué lo ha hecho". 
¿Qué lleva a alguien hasta un punto tan crítico? ¿Y qué puede una persona estar dispuesta a hacer con tal de salirse con la suya...? La realidad es que no llegamos siquiera a conocernos del todo a nosotros mismos, por lo que, ¿cómo podemos asegurar de conocemos a nuestros allegados?


Someone We Know posee esa exquisita combinación entre un misterio tradicional, de preguntas, pesquisas, interrogatorios y muchos sondeos, y la inspección de los personajes más plena y dedicada, lo que hace que sin duda alguna este gran misterio se convierta en un thriller psicológico que sin duda alguna ha llegado a dejarme con la cabeza dando vueltas de campana. 
Puesto que hay algo que siempre hay que señalar de esta escritora: sus finales siempre dejan con la boca abierta de par en par.


Someone We Know no ha sido excepción. De hecho, con respecto a los otros libros que me he leído, que son The Couple Next Door (la reseña se puede encontrar aquíy A Stranger in the House (cuya reseña se encuentra aquí), no sabría cómo posicionar este tercero... Lo que sé es que me ha parecido una lectura muy ágil, muy habilidosa, con mucho poder en la prosa y con un misterio sensacional, y eso es suficiente para decir que Someone We Know es uno de esos misterios en los que es imposible parar de leer... su ritmo frenético, su dinámica pasando por la mente de diferentes personajes, y la manera en la que desconfiamos de cada uno de ellos, hace que definitivamente esta novela sea altísimamente recomendada. 

Entonces, comencemos la reseña:



¿De qué trata?

Someone We Know es un misterio que cimenta sus bases es un barrio de buen dinero y comodidad, donde todos se conocen entre sí, y donde las familias, cada una falsamente asegurada de conocer a sus allegados, se ve sacudida por la investigación de un crimen en su mismísimo núcleo de vida: Amanda Pierce, la libertina, coqueta y seductora mujer de una de las casas del barrio, desapareció hace un tiempo de la zona, sin dejar rastro... para ser encontrada, algo después, por la policía... muerta

La muerte deja claro que no ha habido naturalidad en ella: Amanda ha sido golpeada en la cabeza repetidas veces, con brutal agresión, y despojada por alguien para borrar todo rastro de asesinato


Pero es que la complicación nunca está en el dónde está el cadáver sino en lo que pasa a continuación... De la noche a la mañana, cada persona en el barrio es sospechosa. Las pruebas primero apuntan al frío, calculador y distante marido de Amanda, pero cuando nueva información llega a la central policial, poco a poco los sospechosos se van volviendo más numerosos... Casi cualquiera podría haber sido el causante de la muerte de Amanda Pierce, mas cabe preguntarse no solo quién ha sido, sino qué está dispuesto a hacer por salirse impune del asesinato...

Y es más, cada uno de los vecinos, a sabiendas de que el asesino podría ser cualquiera de ellos, comienza a ver cómo se fractura por completo esa ilusión de vida agradable que cada uno de ellos tenían, y en las familias se abre paso la sospecha, la desconfianza... y la salida a la luz de los secretos...



Una estructura muy organizada, dinámica, y con intriga en cada rincón

Someone We Know se asienta en un terreno conocido, similar a la técnica tan fantástica que solía emplear Agatha Christie: muchos sospechosos, todos ellos conocidos entre sí, y todos ellos con secretos que tratarán de ocultar con recelo y peligrosidad. 
Someone We Know está caracterizada con un fuerte toque policial, puesto que, aunque muchas de sus partes son narradas por los propios sospechosos, la historia sigue en concreto las investigaciones del detective Webb y la detective Moen, los cuales no dejarán de lado ni una sola pista y harán todo lo posible por llegar a la verdad... Lo que no es tarea fácil, cuando descubren que cada sospechoso tiene sus propios misterios que guardar. 


Esta idea que a mi parecer resulta tan prometedora ha estado perfectamente maquetada con una estructura muy organizada, uno de los puntos más esenciales a la hora de escribir una novela de misterio. 
Shari Lapena tiene un don que es esencial para los escritores del thriller: sabe economizar el lenguaje. Esto quiere decir que no se extiende en ningún punto, su prosa va directa al grano, no pierde tiempo con largas descripciones y posee unos párrafos breves, intensos, que hacen que el ritmo de la obra sea muy acelerado. 

“Routines give structure to empty days.”

Hay que decir que mucho del poder que tiene la novela consigo proviene de la dinámica que hace Lapena en el cambio de voces narrativas. 
La obra está escrita en tercera persona omnisciente, en el presente, y sigue el punto de vista de diversos personajes, dándonos la falsa idea de que estamos poniéndonos en su piel... Nada más lejos de la realidad, puesto que seguir la perspectiva de estos personajes es en sí mismo un engaño: incluso leyendo sobre sus pensamientos, sentimientos y acciones, nos encontramos con que la escritora está reservando mucho de ellos, lo que los vuelve, a cada uno de los sospechosos, nada fidedignos. 

Puede que resulte curioso que diga esto, pero yo adoro esta clase de novelas donde no puedes confiar siquiera de los protagonistas. Sabes que te están ocultando algo, que incluso lo que lees sobre ellos puede ser una mentira, y eso te vuelve completamente paranoico. Para escribir un buen misterio, esto es un punto muy a favor de la novela. 
Y sí, mi cabeza daba vueltas y vueltas ante todas las teorías conspirativas que trazaba...


Otro detalle jugoso de la obra: te permitía acercarte en algunas partes a la verdad. 
No me gustan estos misterios donde hacen todo lo posible por que no veas venir la revelación final... principalmente porque, cuando llega, no logra ser creíble. Pero Shari Lapena hace que dudes de TODOS los personajes, no se deja ninguno, y eso permite que en ocasiones mis propias teorías se acercasen un poco a lo que de verdad hubo pasado... hasta que claro, luego cambiaba de idea y me alejaba de lo que casi había llegado a resolver. 

Un buen misterio necesita que el lector sea partícipe, que las sospechas que tengan los investigadores tengan mucha coherencia e incluso estén a falta de detalles que el propio lector conoce por los cambios de puntos de vista narrativos. De verdad que para mí escribir un thriller es agotador, ¡hay tanto que tener en cuenta...! Y por eso, la organización es lo fundamental.

Con un crimen tan organizado como el que Lapena nos presenta, la novela estaba estructurada con mucha minucia: aviso de que hay que estar atentos a cada detalle, a cada mínimo detalle...



Prosa clara, planeada y natural

Por algo se conoce a Shari Lapena como la reina de las lecturas que se leen en una sola sentada... El vehículo de toda novela está siempre en la prosa, hay que saber idear la prosa dependiendo del género del que trate el escrito, de los personajes, del misterio, de todo, en general. 
En contra de lo que muchos piensan, un misterio tiene que tener claridad. Puede ser todo lo complejo que uno quiera, puede llevarte a desvariar hasta que te quedes sin fuerzas, pero ojo: la prosa tiene que ser directa, resuelta, y fácil de entender. Tiene que haber un contraste entre la dificultad de captar el crimen con la facilidad de seguir la historia. Porque si no, lo que faltaba... que el misterio te deje sin saber por dónde guiarte, y que la prosa sea imposible de entender; así una novela de misterio no consigue ser lo adictiva que DEBE resultar.


La prosa de Shari Lapena es directa, sencilla de entender, y al mismo tiempo, intensa con todo lo que dice. 
El hecho de que vaya justo al grano, que no dé vueltas de rotonda innecesarias y que exprese con el menor número de palabras cosas cruciales, hace que la lectura se siga con una facilidad increíble. 

Lapena no tiene una prosa de esas tan elegantes y tan estilísticas que uno dice: "qué soberbia, qué esplendor". Y eso es porque estas novelas es mejor que no tengan grandes florituras en la narrativa. Si la prosa es complejísima y muy elaborada, al final uno pierde de vista el eje central de la historia, que es el misterio. 


Por eso, Lapena se mueve en un terreno más natural, más resultón, que es el de ser clara a la hora de expresarse, con unos diálogos completamente reales y coherentes: diálogos que cualquiera de nosotros tendríamos en nuestras casas, en cualquier momento. Y aun con toda esta naturalidad y dirección clara, Lapena tiene el objetivo se volver a sus lectores locos con el devastador número de incógnitas que nos lanza cada uno de sus capítulos. 

Su narrativa está planificada, esencializada y muy estructurada. El problema no lo tenemos con el "qué nos quiere decir la autora", porque sabemos perfectamente lo que nos está diciendo. Lo que nos devora por dentro es el "qué es lo que NO nos quiere decir la autora". Ahí está la gracia del asunto: que Lapena sabe jugar a este juego.



Los personajes: cercanos, familiares... e imposible fiarse de ellos

Casi me perturba más el hecho de que los personajes sean reales, conocidos, ordinarios... y que tengan tantas cosas que ocultarnos. 
No son personajes que resulten al instante desagradables. Es más, no hay ni uno solo que me haya parecido una mala persona en el acto. Y esto es porque los personajes tienen muchísimas capas. Y porque son como nosotros: como tú, como yo, y como el vecino de enfrente. Gente que puedes encontrarte un día sacando al perro, o comprando la barra de pan, a los que saludas, entablas conversación, y acabas sonriendo. Gente normal, habitual, del día a día. Gente que, no obstante, siempre tiene sus cosas que ocultar...


A lo largo de la lectura, no he podido asegurar vehementemente que el asesino fuera definitivamente uno determinado. Sí, Robert Pierce tenía todas las papeletas de ser un malnacido, pero eso no lo tiene por qué convertir en un asesino, ¿cierto? No cuando las pruebas no solo le apuntan a él, sino a como cinco personas más. 
En este punto uno dice: "mierda, ya no sé en quién confiar". Y como punto de apoyo a los que queráis leeros el libro, os lo digo: no confiéis en ninguno. No confiéis ni aunque vuestro cuerpo os pida hacerlo, porque es algo natural. Pero todos ellos van a jugar sucio en esto. Lo harán adrede, o lo harán porque no tienen otra opción, pero por mucho que puedan parecer personas comunes... porque SON personas comunes... todos tienen sus cosas que ocultar.


Esto resulta un poco desmoralizador, ¿no es cierto? Pues bueno, también es muy atrayente en la lectura: poco a poco, como si de una cebolla se tratase, vamos pelando sus pieles capa a capa, hasta llegar a detalles de ellos que de primeras es imposible saber. 
Uno se espera en un misterio doméstico lo usual: infidelidad, celos, desamor. Y aunque tiene esto, la cosa se complica... no todos juegan con la constante de "lo ha hecho por amor / lo ha hecho por odio". No todo gira en torno a una secreta aventura entre distintos matrimonios. Y el punto clave para entender las cosas es la lealtad: hay muchos que matarían por protegerse, a ellos o a los suyos... y otros que matarían por esconderse, cueste lo que cueste, a ellos y a sus secretos. Los hay leales y desleales. Los hay de todo tipo y variedad: ahora SÍ que parece la cosa estar jodida. 


Pero por no entrar en generalizaciones, me gustaría destacar a unos pocos personajes:


Robert Pierce. Señor Pierce, cuánto, cuánto he sospechado de ti. Cuánto, cuánto me has hecho dudar de tu palabra. Robert me parece un personaje espectacular, de pies a cabeza, porque he terminado la lectura y seguía con esa sensación de que aún me quedaban muchos secretos que saber de él. Me ha dejado intranquila, no lo voy a negar. 

Muchas novelas de misterio se pasan por el forro, y siento la expresión, lo de que normalmente es el marido el que comete el crimen. Por ser originales, muchas novelas deciden que la atención nunca esté puesta en el marido, da igual que las estadísticas en los crímenes de todo el mundo digan lo contrario. Por fortuna para mí, Someone We Know no es esas novelas, y deja claro que Robert juega un importante papel. Ahora bien, ¿hasta qué punto es culpable? Bueno, eso deberéis averiguarlo. 

Yo solo dejo claro que ha sido probablemente uno de los personajes que más me hayan gustado: los detalles de su personaje estaban perfectamente construidos, y sí, he dudado de él hasta el final del libro, y aún sigo con la certeza de que hay cosas que no nos han sido dichas sobre él... Robert Pierce ha sido el sospechoso que más me ha hecho debatirme entre sí acusarlo directamente o aún tratar de verlo como un presunto inocente... Y su forma de ser... qué meticulosidad, qué frialdad, qué maldito psicópata. Ha sido un gran personaje, yo diría que el mejor.


No todos los personajes resultan tan sospechosos. Y aun así, sabes que tampoco son trigo limpio. Aquí me refiero principalmente a tres hombres: Paul, Keith, y Larry. 
Que digan lo que quieran en su defensa: tenía mi punto de mira en ellos. 

La ingeniosidad que tanto adoro de un buen misterio es cuando la investigación no se basa tanto en pruebas que apunten directamente a alguien, sino en los propios interrogatorios, y cómo las defensas de los sospechosos se van contradiciendo entre sí. 
Lo que más adoro es, por tanto, cuando averiguamos más cuando los acusados se intentan defender que cuando hay una prueba física y real. La magia está en el discurso: hay que estar atento a cada palabra para captar contradicciones. Y es un juego que a mí me parece delicioso. 

Es más, con Paul, Keith y Larry se tiene de sospechas a montones. Y no necesariamente quiere esto decir que sean culpables... no de asesinato, al menos. La cosa está en que todos se guardan algo. Y en concreto, da la casualidad de que estos tres personajes, junto con Robert Pierce, están muy ligados a la víctima...


También hay personajes que tienen cosas que ocultar, pero que no ligas a que tengan que ver con el asesinato. Me refiero a Raleigh, el joven que, según dice por "diversión", ha estado infiltrándose en las casas ajenas... Sin robar nada, tan solo curioseando... Y al inicio esto ya de por sí resulta grave, pero, cuando además se sabe que Raleigh ha estado entrando en la casa de la asesinada y de algunos de los sospechosos... Es entonces cuando las cosas se ponen interesantes. 

¿Sabe Raleigh algo que no está diciendo? ¿Qué es lo que ha averiguado que no quiere revelar? ¿Saldrá a la luz ante todos lo que ha estado haciendo? ...y entonces, ¿qué es lo que pasará?

Me quedó muy claro desde el inicio de la novela que Raleigh iba a jugar un papel importante en ella. Al inicio me sorprendió que no pareciera una figura tan clave, pero eso estaba por cambiar. 

Y además, tengo que decir que este personaje me ha parecido muy bien definido, Shari Lapena le dota de mucha personalidad, es un personaje en el fondo muy tierno, agradable, y que trata hacer las cosas lo mejor que puede. Raleigh es un personaje que tiene mucho detalle, en sus partes he sentido completamente aquella emoción, entre la exaltación y la desgana, tan característica de la adolescencia, me he puesto en su piel y reconozco que me he sentido un poco más segura sabiendo que al menos él no tendría malas sorpresas que darme... Eso pensaba, al menos ;)

“The trees are bright gold and orange and red and everything looks like it did when he was little and his parents raked leaves into a big pile on the lawn for him to jump in.”


Y luego, hay personajes que PARECE que no tienen nada de ocultar. En concreto, hablo de las respectivas esposas de los acusados: Olivia, Glenda, Becky. Y también hay que destacar a Carmine, una anciana que recién se había mudado al barrio y que ha recibido una de cartas revelando que alguien se ha infiltrado en su casa... Carmine adquiere a partir de entonces un papel muy valioso, puesto que ella sola empezará a hacer averiguaciones por encontrar al culpable de los allanamientos. Teniendo fuertes consecuencias en la investigación...

Olivia me ha parecido un personaje muy trabajado. Su personalidad no era una anomalía, pero creo que eso precisamente le daba un tono más auténtico a su imagen, porque yo la he sentido muy familiar, muy cercana. Entendía perfectamente por lo que estaba pasando, y la desesperación que ella sentía era muy palpable para mí. 
Y sí, ha habido alguna que otra parte en la novela donde he dudado de su credibilidad, pero, en general, he sentido que ella, junto con las otras dos mujeres, aportaba realismo a la historia... realismo y sinceridad.
PARECÍA que era así, al menos.

En concreto, me gustaría señalar algo que considero muy importante de esta novela, que tiene que ver con Olivia, Glenda y Becky, pero me reservo al siguiente apartado para hablar con más detalle de esto:



El misterio central: la crítica que se esconde bajo sus capas

Puede que se deba a mi avidez como lectora, pero conozco ya demasiados libros donde, por dar un aporte de "feminismo" a la historia, se dice: "oye, ¿y por qué no que la mujer también pueda ser culpable?". 
Y en parte esto me parece muy bueno, además de que se sale de la normativa. Pero, no obstante, hay que tener cuidado. 
No quiero dar una charla muy grande sobre lo que pienso, pero siempre hay que tener objetividad: en nuestro mundo, es más usual que un crimen doméstico lo cometa el hombre. Por razones tanto genéticas como, y más principalmente, sociales. Y hablo de porcentajes, porque es como es. Y por eso, la crítica que hay que dar a todo esto no debe ser con el "oye, pues ahora que la atrocidad también pueda ser cosa de las mujeres", sino que hay que tener una visión más realista. Sí, hay mujeres que por celos, por envidias y por odio matan. En menor medida, también hay que decir. Y por eso hay que tener esto en cuenta.


Lapena lo tiene en cuenta. 

Olivia, Glenda y Becky son las mujeres centrales de su obra, y no son sospechosas de primeras, porque de primeras no tiene sentido que lo sean. Al contrario, Shari Lapena da forma a estas mujeres a algo más versátil: esposas y madres preocupadas, capaces incluso de mentir por tratar de sostener a su familia. Son mujeres que por x o por y han acabado dedicándose a la vida familiar, pero no de una manera pasiva, sino que son, en mucha gran parte, los pilares de la casa. Aun a su pesar. 


Por suerte, se tienen las unas a las otras, pueden contar con sus amigas. Pueden finalmente liberar toda la tensión que sienten mediante la palabra. 
Son personajes que sufren las consecuencias de infidelidad y de las confesiones. Y sí, también ellas mismas tienen muchas cosas que ocultar: Olivia esconde frente a la policía lo de su hijo Raleigh; Glenda desearía poder ayudar más a su hijo también adolescente, el cual está pasando por una época de alcoholismo; y Becky está más relacionada de lo esperado con la muerte de Amanda Pierce. 

Es decir, que de primeras parecen mujeres del hogar, el puesto al que muchas mujeres en el mundo han acabado siendo relevadas. Pero cuando averiguamos más de ellas, comprendemos que, aun al no tener tanto potencial de asesinato como sus maridos, son peligrosas
Y puede que también sepan más de lo que dicen. Y puede que también estén dispuestas a hacer más de lo que parece.

“Sometimes she wishes she could make her husband understand all the things she does, all the things she’s done for their family. He doesn’t appreciate her enough. He never will. He’s oblivious.”


La crítica que yo veo en esta clase de novelas es la siguiente: matrimonios divididos y fracturados, la criminalidad y su naturaleza principalmente masculina (aunque también hay que valorar que existe un porcentaje femenino en ella), y los núcleos familiares. La novela habla de la realidad habitual y ordinaria en las vidas de diversas familias, y cómo los secretos que se ocultan, de marido a mujer, de hijo a padre, y sus viceversas, pueden llegar a destruir por completo la estructurada vida de una familia como cualquier otra. 


Es más, una delicia de los thrillers domésticos es que sitúan a la mujer en una posición que no resulta al inicio desproporcionalmente empoderada. No hablamos de guerreras elfas que combaten en batallas contra descomunales ogros, ni mucho menos: hablamos de esposas y madres encadenadas a la monotonía de sus vidas... las cuales, sin embargo, tienen un papel crucial en todo el misterio. Y hablamos de maridos, simpáticos y no tanto, y la relación que existe entre los matrimonios. 



El misterio es mucho más que el "whodunnit" tan atractivo de la sinopsis, porque al final yo lo veo como una representación de una realidad clara y para nada alejada de nosotros. 
Se ve en la tele, en las noticias, en los periódicos, en los cotilleos. Un asesinato como el que se plantea en la historia es muy cercano a lo que sucede en la actualidad: familias desestructuradas, con secretos, con cargas y pesos. Se está hablando aquí de la relación social y familiar que existe entre el amor, la deslealtad, la rabia... y el asesinato. No está todo tan remotamente alejado como parece. Y es más, ¿el desenlace? A mí me ha parecido muy, muy lógico.



El desenlace: como siempre pasa con Lapena, te deja helado y completamente pillado por sorpresa

Y cuando todo se creía resuelto... cuando yo ya estaba completamente convencida de la culpabilidad de uno... llegan las sorpresas. Inesperadas, completamente inesperadas, pero muy lógicas. 

Como he mencionado, Someone We Know, y en realidad cualquier libro de Shari Lapena, es una representación muy vívida de la realidad que existe en una familia ordinaria. Cada personaje tenía potencial de asesino, pero ahora, ¿quién se ha atrevido a cruzar la frontera? ¿Qué separa realmente a un inocente de un culpable? No más que un acto rápido que lo cambia todo... Y tras esto, hay emociones y pensamientos y malestares. 


¿Quién, entonces, tiene las papeletas para haber hecho algo tan atroz? ¿Qué define a alguien como mala persona, sino una desencadenación de malas decisiones? Porque es de lo que habla este desenlace: de malas decisiones, de falta de control en uno mismo, de desesperación e ira y rabia. 

“How, she fumes, are you supposed to teach a kid right and wrong when so many people in positions of authority regularly behave so badly? What the hell is wrong with America these days?”


Y como hablamos de Shari Lapena y a mi parecer ella es la número uno en el thriller ágil y adictivo, es imposible no tener en cuenta que ella nos va a sorprender con la conclusión... ¿¿He sido acaso la única que no lo ha visto venir?? Y no debo ser la única que cree que ha sido un final redondo, completo, y excelente. Me ha dejado el libro con fuertes impresiones.



Conclusión

En conclusión, Someone We Know es una de esas novelas que se leen con ligereza... pero que te dejan todo el rato pensando. La historia no revuelve tanto en torno al crimen como en torno a los sospechosos: ponemos todo el foco en ellos, es sus vidas, en su día a día, hasta que simpatizamos, hasta que, también, desconfiamos de cada uno. Los hay que salta a la vista que esconden muchas cosas, y otros de los que de primeras no dudamos. 

Pero la chispa de esta gran autora está siempre en que la historia se mueve por ella sola, una sola palabra desencadena una nueva línea de investigación, y el misterio avanza con ritmo ágil y muy adictivo hasta su mismísima última página... En la que creerás que todo ha quedado resuelto, y entonces, Lapena te vuelve a sorprender...


Someone We Know es una novela que me ha dejado perpleja, ansiosa y muy puesta en ella durante toda la lectura, es fácil meterse en la historia y he salido completamente descolocada y asombrada. 

No puedo decir más: Someone We Know es una novela idónea para todo aquel amante de los misterios tradicionales... que tienen de intriga para dar y tomar. Una novela brutal, me ha encantado.



PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 4.5/5
♫ Acción: 3.25/5
♫ Trama: 4.75/5
♫ Originalidad: 3.75/5
♫ Tensión: 4/5
♫ Desenlace: 5/5
♫ Prosa: 4.25/5


VALORACIÓN PERSONAL 9.5/10



Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/



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