Título: Half of a Yellow Sun
Autor: Chimamanda Ngozi Adichie
Editorial: 4th State
Canción Identificada: Indukted (Indukti)
Sinopsis:
A masterly, haunting new novel from a writer heralded by The Washington Post Book World as “the 21st-century daughter of Chinua Achebe,” Half of a Yellow Sun re-creates a seminal moment in modern African history: Biafra’s impassioned struggle to establish an independent republic in Nigeria in the 1960s, and the chilling violence that followed.
With astonishing empathy and the effortless grace of a natural storyteller, Chimamanda Ngozi Adichie weaves together the lives of three characters swept up in the turbulence of the decade. Thirteen-year-old Ugwu is employed as a houseboy for a university professor full of revolutionary zeal. Olanna is the professor’s beautiful mistress, who has abandoned her life of privilege in Lagos for a dusty university town and the charisma of her new lover. And Richard is a shy young Englishman in thrall to Olanna’s twin sister, an enigmatic figure who refuses to belong to anyone. As Nigerian troops advance and the three must run for their lives, their ideals are severely tested, as are their loyalties to one another.
Epic, ambitious, and triumphantly realized, Half of a Yellow Sun is a remarkable novel about moral responsibility, about the end of colonialism, about ethnic allegiances, about class and race—and the ways in which love can complicate them all. Adichie brilliantly evokes the promise and the devastating disappointments that marked this time and place, bringing us one of the most powerful, dramatic, and intensely emotional pictures of modern Africa that we have ever had.
Opinión:
Lo primero que debo decir es que ha sido un libro magnífico.
Punto.
“You must never behave as if your life belongs to a man. Do you hear me?” Aunty Ifeka said. “Your life belongs to you and you alone.”
Al completo, Half of a Yello Sun es una novela inspiradora, crítica y acertadamente realista. Es una novela como ninguna otra.
Realmente, realmente, no hay nadie que escriba como Ngozi Adichie.
“This was love: a string of coincidences that gathered significance and became miracles.”
¿Qué se puede decir de una novela que te lo ha robado todo, y que te lo ha ofrecido todo?
La conclusión es clara: hay ahora mismo un torbellino de palabras que en ocasiones encuentran significados claros y en otras ocasiones un embadurnamiento de euforia contenida y y de nublado entendimiento en mi cabeza.
En mi cabeza están esas palabras, intentos vanos de explicar todo lo que este libro me ha hecho sentir.
Es una novela que engancha de una manera delicada, altruista, ligera y llevadera, que tiene un comienzo lento con unas grandes explicaciones que hacen que se nos forme una imagen detallada y precisa de sus personajes y, en especial, del lugar que me ha quitado la respiración con la lectura: el cuadro más riguroso de la África moderna, de sus costumbres, de sus clases sociales, de sus tradiciones supersticiosas y de sus leyendas descendiendo a nosotros cuando son necesarias.
“...my point is that the only authentic identity for the African is the tribe...I am Nigerian because a white man created Nigeria and gave me that identity. I am black because the white man constructed black to be as different as possible from his white. But I was Igbo before the white man came.”
La cultura en la historia era un tema principal, prioritario, necesario, una lluvia de información, de datos, de magia en los libros y de fantasía en las relaciones.
El libro era un ánimo potente a la educación como precedencia, rebosante de cultura en cada esquina, la cual era procedente de distintas partes del mundo en distintas situaciones.
“Then she wished, more rationally, that she could love him without needing him. Need gave him power without his trying; need was the choicelessness she often felt around him.”
La cultura se compaginaba entre sí, se enlazaba y creaba cosas nuevas, estaba en cada página, ya sea vista de fondo en estanterías o presente en los diálogos más interesantes que podría haber diseñado la escritora.
Inequívocamente, tenemos una imagen precisa y exacta de Biafra, del lugar donde tiene lugar la historia, de sus personajes y de sus tragedias...
En relación con el otro libro que me he leído de esta escritora, Americanah, he encontrado este otro más dinámico, menos ameno, por supuesto que ligero con la narrativa pero en muchas partes a carne viva.
“And it's wrong of you to think that love leaves room for nothing else. It's possible to love something and still condescend to it.”
Es un libro donde la belleza de la vida está en su esplendor vigoroso frente a la imparable muerte que avanza hacia los personajes a medida que nos introducimos en el libro.
Será que de la mano con estos personajes nos encontramos mucho más cercanos a los sucesos, puesto que son entrañables, directos y dulces y defectuosos, humanos en plena regla.
“This is our world, although the people who drew this map decided to put their own land on top of ours. There is no top or bottom, you see.”
Lo personajes nos llevan por toda la historia, desde sus puntos de vista y con sus palabras muy diferentes a las de los demás, sonriéndonos a veces y en otras tratándonos con mayor descaro, cambiando de emociones dada cada circunstancia y no dejando de cambiar en ningún momento de la novela.
Señalar a quienes han sido mis favoritos es una tarea complicada, y poco justa. Me dejaría llevar entonces por mis propios gustos de lo que busco en una persona, ya que en este libro no habrá objetividad en las decisiones, en ningún momento. No hay camino correcto, no hay pauta que libre de todo sufrimiento. Y eso es algo que se acaba aceptando en el libro: irremediablemente, habrá malos momentos en cada camino. Irremediablemente, se sufrirá.
Pero Adichie se centra en la vida en su estado más puro: la vida en dolor, la vida en carcajadas, la vida en caricias y la vida en golpes.
La vida, que en pocas situaciones en un libro se encontrará tan dispuesta a mostrarse en su estado más natural, en sus momentos más energéticos, en sus risas más abiertas y en sus llantos más desconsolados.
Es una bocanada de aire fresco, este libro. Se respira pasión, amor, solidaridad, prejuicios también, a su vez terror, incertidumbre... y esperanza en ella. Esperanza en todo momento. Debilitada, reforzada: esperanza.
“She wanted to ask him why they were all strangers who shared the same last name.”
Así, tenemos a variados personajes:
Olanna, risueña y cordial, idealista y acogedora, que nos llena de amor por dentro y nos muestra todo un mundo nuevo con sus pensamientos soñadores y afectuosos.
Una de las tres voces narrativas de la historia, más lenta en sus palabras y explicando con mucha personalidad cada momento de su vida.
“There was something wrong with her. She did not know what it was but there was something wrong with her. A hunger, a restlessness. An incomplete knowledge of herself. The sense of something farther away, beyond her reach.”
Ugwu, servicial y amable, supersticiosamente plagado de cultura de su aldea y lleno de curiosidad insaciable por la nueva que se encuentra cuando, al llegar al hogar donde ahora vive Olanna como criado de su marido, descubre a todo un mundo de aparatos tecnológicos, de electrodomésticos, de grifos y de sistemas nunca antes vistos.
Su adaptación a esta nueva vida es, tal y como él dice, rápida, pues es un joven que se ajusta a los cambios con gran capacidad, que aprende deprisa y busca cualquier manera de sacar provecho a lo que acaba de asimilar.
Es otra voz narrativa formidable, diferente a las demás como lo son todas.
Sus pensamientos eran directos, sin rodeos, complejos de una manera que solo puede estar tan llena de imaginación y de nuevas miradas al cambio como cuando uno tiene su edad, agudo en sus razonamientos y atento a los alrededores en todo momento.
Me hubiese gustado que se viese más de él en sus diálogos: como criado, es razonable que no aportase mucho a las conversaciones, pero llega un punto en la historia en el que es bastante más cercano a los demás personajes que el rol que mantiene desde su encuentro, y habría estado saber más de cómo se relaciona con ellos.
Y como tercer punto de vista tenemos a Richard, joven y tímido inglés, desanimado en ocasiones pero interesado en cada detalle del mundo, muy reflexivo y conciliador, silencioso y pensativo y creativo. Ha sido otro gran personaje que añadir a la pila de todos esos personajes de libros que te quitan la respiración, con un punto de vista muy calmado, que, aunque no me ha interesado tanto como el de Ugwu y Olanna, era más fácil de leer, más rápido, y de personalidad sin duda era un personaje que destacaba en gran medida.
Esperaba no sentirme muy atada a él, pues quería conocer a personajes menos accesibles para mí, pertenecientes a ese efímero país y con una forma de ver su vida diferente a la europea, pero no he podido evitarlo... Richard ha sido un personaje sensacional, tierno y dedicado, que me ha gustado a lo largo de toda su evolución.
“Richard exhaled. It was like somebody sprinkling pepper on his wound: Thousands of Biafrans were dead, and this man wanted to know if there was anything new about one dead white man. Richard would write about this, the rule of Western journalism: One hundred dead black people equal to one dead white person.”
Y sin duda otros personajes que no ofrecen directamente sus pensamientos pero que fácilmente entran a formar una parte esencial en nosotros...
“There's something very lazy about the way you have loved him blindly for so long without ever criticizing him. You've never even accepted that the man is ugly,' Kainene said. There was a small smile on her face and then she was laughing, and Olanna could not help but laugh too, because it was not what she had wanted to hear and because hearing it had made her feel better.”
Kainene, gemela de Olanna, emprendedora y activa, desenvuelta y enigmática, llena de intensidad y con bastante descaro, irónica sin lugar a dudas y bastante indescifrable, que ha sido otro de los grandes personajes de este libro (todos lo han sido, en diferentes puntos, teniendo cada uno rasgos que me han encantado), y una de esas incógnitas que no he acabado de descifrar del todo, ni yo ni el resto de los personajes...
“Is love this misguided need to have you beside me most of the time? Is love this safety I feel in our silences? Is it this belonging, this completeness?”
Y Odenigbo como otro gran personaje a destacar, del que pensaba que no se le daría mención más adelante, pero que también deja de qué hablar: pionero, decidido, lleno de cultura y con una idea fija, vehemente, acuciante, luchadora, de que el arma principal para erradicar la pobreza, para finalizar las guerras y detener la hambruna, es la educación. Ha sido un personaje que he valorado mucho, maduro y muy culto, un personaje digno de admirar.
“The real tragedy of our postcolonial world is not that the majority of people had no say in whether or not they wanted this new world; rather, it is that the majority have not been given the tools to negotiate this new world.”
Y luego, en ellos: problemas, defectos, manías, fallos, torpezas, dificultades, errores en abundancia, una condición humana, una esencia de cambio y de evolución en todo momento, una línea que nunca se queda estable y arrasa con la trama.
Pese a que nos separa un gran camino para encontrarnos en su posición, en una cultura completamente diferente y en un lugar donde la lucha por la supervivencia es una cuestión que no está en la literatura sino en la vida diaria, creo que Adichie ha hecho realidad lo imposible en hacer que estemos completamente en su piel, que sintamos en nuestras propias carnes cada evento, cada complicación, cada punto por el que nos lleva la historia sin demora.
“Death would be a complete knowingness, but what frightened him was this: not knowing beforehand what it was he would know. ”
No podría haber entrado más en los personajes y en su presente realidad.
El concepto de Adichie es enriquecedor, cambiando de punto de vista con mucha frecuencia, así presentándonos situaciones diversas, puntos de vista que hacen que lo que creíamos saber en una visión objetiva con uno es plenamente diferente con otro.
“How can we resist exploitation if we don’t have the tools to understand exploitation?”
La verdad absoluta de la realidad está en los diferentes puntos de vista que la ofrecen desde un ángulo y desde otro, tema que Adichie pone en todo momento como necesario en toda la literatura.
La necesidad que hay de conservar en nuestra noción sobre el mundo diferentes perspectivas, de manera que el horizonte de nuestro entendimiento no conozca límites.
Las visiones del mundo, y sus relatos, deben ir solidificados en un acceso a diferentes ideas plurales y llenas de fertilidad.
Adichie consigue eso en este libro; más que en ningún otro.
“Grief was the celebration of love, those who could feel real grief were lucky to have loved.”
La guerra, el hambre, el abandono, llegan poco a poco a la historia, avanzando con paso lento pero amenazador, encontrándose al inicio en las sombras y en el final cubriéndolo todo con un velo nocturno y abisal...
“Red was the blood of the siblings massacred in the North, black was for mourning them, green was for the prosperity Biafra would have, and, finally, the half of a yellow sun stood for the glorious future.”
Y al mismo tiempo es una historia hechizante de amor, de amistad, de unión y de fraternidad.
Cautiva con su prosa, destroza con sus escenas, destaca con su originalidad, impera por haber creado la novela más intensa, más abrumadora y más llena de humanidad de los libros de su temática.
“Don’t see it as forgiving him. See it as allowing yourself to be happy. What will you do with the misery you have chosen? Will you eat misery?”
De temática intuitiva y sugestiva, Half of a Yellow Sun explora una de las más tragedias más recientes y más horribles de nuestro mundo, la Guerra de Biafra (1967-1970), un conflicto civil que llevó a la guerra, azotando a la región suroriental de Nigeria.
En sus tres años de brutalidad, sus efectos fueron devastadores, con millones de fallecidos, asediando a la nación y sembrando una demolición cruel sobre su población, y dejando otra perturbadora marca humana en nuestra historia mundial.
Nos encontramos incrustados en su historia, atados a los personajes y sintiendo en nuestras propias carnes cada avance de la guerra, desde su entrada hasta su destrucción hasta su final sin vencedores, las vicisitudes de su época y la forma en la que azotan a nuestros protagonistas nos llevan a situarnos en un mundo a años luz de las comodidades lujosas del nuestro, donde la escritura pormenoriza la desgracia y la dicha de una forma que solo puede ser narrada por nuestra existencia misma.
No hay distancia en lo que sucede, y esa es una de las cosas más escalofriantes.
Importa claramente el lugar en el que tienen lugar las acciones, ajenas a nuestro bienestar afortunado, pero el libro contiene tanta humanidad, tantas replicaciones de eventos que han azotado al ser humano durante tantos milenios, tantas risas conocidas y tantos momentos donde nuestra empatía nos juega malas pasadas.
“Each time he suggested they get married, she said no. They were too happy, precariously so, and she wanted to guard that bond; she feared that marriage would flatten it into a prosaic partnership.”
Una historia que conciencia, que nos destroza en angustia al entender, rompiéndose nuestros esquemas hodiernos, que estas guerras, estas catástrofes, se repiten incansablemente...
...Y que estamos montados en un tiovivo donde hay un ciclo de destrucción ocasionada por nosotros, y que solo negamos este movimiento cíclico al estar en un caballito afortunado.
“If this is hatred, then it is very young. I has been caused, simply, by the informal divide-and-rule policies of the British colonial exercise. These policies manipulated the differences between the tribes and ensured that unity would not exist, thereby making the easy governance of such a large country practicable.”
Adichie escribe con empatía, con sensibilidad, con humanidad en sus palabras y con elegancia en sus descripciones más realistas y secas, con una naturalidad tremenda y un pragmatismo refinado, identificando con sus personajes cada momento y cada fase de la guerra y dejando un espacio más que eminente, magníficamente influyente, para contar una visión asombrosamente inmortal sobre las condiciones, la existencia, y la historia de nuestro pasaje mortal por el mundo.
En una historia de derrota, de alzamiento, de amor y de lucha por la justicia, en una sociedad que aún vive bajo un manto de sombra y de miedo, gesticulando en escenas apasionadas y desgarrando en escenas horribles, Chimamanda Ngozi Adichie nos regala una historia impresionante, directa a nuestra conciencia, una narración contada desde dentro, desde las entrañas de un país en guerra que ha caído en el olvido de la mayoría y en las pesadillas de sus supervivientes, que arranca nuestra piel a tiras y nos inunda de un grito de liberación, de emancipación, de independencia y de fuerza en la unión.
No son necesarios edulcorados discursos, explicaciones apenadas y palabras excesivamente empalagosas en seguridad para que este relato esté repleto de agravio y de esperanza, y de hecho esta naturaleza tan enfocada en sus personajes, viviendo la guerra desde su gran paisaje interno. Son sus comportamientos escuetos y directos, sus decisiones repentinas y en ocasiones arrepentidas, las que nos ponen en situación, las que nos sumergen en su voz y en sus relatos, un ardor agitado de vida, efervescente en la lucha, tembloroso ante la muerte, confuso y empequeñecido con los horrores pero radiante y vigoroso en el deseo de permanencia.
La progresión de la novela, pasando de una vida de comodidad, prestigiosa en lujos y abundante en alimento y en refinamiento a una vida arrasada, destrozada, bombardeada, mutilada por el avance del belicismo político, violencia que trata de quitar el aferro a la vida. Este cambio ha sido como entrar en una dieta anémica en todos sus sentidos, que chupa cada señal del anterior día a día de las personas, movidas por momentos normales de celos, de envidias, desconfianzas y deslices remediables, y convierte todo en una maquinaria de engranajes oxidados y desgastados, una seguridad en la supervivencia que ha quedado destruida, y que ahora contempla cómo quienes los personajes eran, confiados y resueltos, han quedado reducidos a cenizas.
Pero, ante todo, la vida que persiste en ellos. La esperanza. La unión. La solidaridad. La fortaleza. Una alianza humana, unas emociones fuertes que no pueden desprenderse ni aun ser pisoteadas, rompiéndose a pedazos nuestra acomodada visión del mundo.
Autor: Chimamanda Ngozi Adichie
Editorial: 4th State
Canción Identificada: Indukted (Indukti)
Sinopsis:
A masterly, haunting new novel from a writer heralded by The Washington Post Book World as “the 21st-century daughter of Chinua Achebe,” Half of a Yellow Sun re-creates a seminal moment in modern African history: Biafra’s impassioned struggle to establish an independent republic in Nigeria in the 1960s, and the chilling violence that followed.
With astonishing empathy and the effortless grace of a natural storyteller, Chimamanda Ngozi Adichie weaves together the lives of three characters swept up in the turbulence of the decade. Thirteen-year-old Ugwu is employed as a houseboy for a university professor full of revolutionary zeal. Olanna is the professor’s beautiful mistress, who has abandoned her life of privilege in Lagos for a dusty university town and the charisma of her new lover. And Richard is a shy young Englishman in thrall to Olanna’s twin sister, an enigmatic figure who refuses to belong to anyone. As Nigerian troops advance and the three must run for their lives, their ideals are severely tested, as are their loyalties to one another.
Epic, ambitious, and triumphantly realized, Half of a Yellow Sun is a remarkable novel about moral responsibility, about the end of colonialism, about ethnic allegiances, about class and race—and the ways in which love can complicate them all. Adichie brilliantly evokes the promise and the devastating disappointments that marked this time and place, bringing us one of the most powerful, dramatic, and intensely emotional pictures of modern Africa that we have ever had.
Opinión:
Lo primero que debo decir es que ha sido un libro magnífico.
Punto.
“You must never behave as if your life belongs to a man. Do you hear me?” Aunty Ifeka said. “Your life belongs to you and you alone.”
Al completo, Half of a Yello Sun es una novela inspiradora, crítica y acertadamente realista. Es una novela como ninguna otra.
Realmente, realmente, no hay nadie que escriba como Ngozi Adichie.
“This was love: a string of coincidences that gathered significance and became miracles.”
¿Qué se puede decir de una novela que te lo ha robado todo, y que te lo ha ofrecido todo?
La conclusión es clara: hay ahora mismo un torbellino de palabras que en ocasiones encuentran significados claros y en otras ocasiones un embadurnamiento de euforia contenida y y de nublado entendimiento en mi cabeza.
En mi cabeza están esas palabras, intentos vanos de explicar todo lo que este libro me ha hecho sentir.
Es una novela que engancha de una manera delicada, altruista, ligera y llevadera, que tiene un comienzo lento con unas grandes explicaciones que hacen que se nos forme una imagen detallada y precisa de sus personajes y, en especial, del lugar que me ha quitado la respiración con la lectura: el cuadro más riguroso de la África moderna, de sus costumbres, de sus clases sociales, de sus tradiciones supersticiosas y de sus leyendas descendiendo a nosotros cuando son necesarias.
“...my point is that the only authentic identity for the African is the tribe...I am Nigerian because a white man created Nigeria and gave me that identity. I am black because the white man constructed black to be as different as possible from his white. But I was Igbo before the white man came.”
La cultura en la historia era un tema principal, prioritario, necesario, una lluvia de información, de datos, de magia en los libros y de fantasía en las relaciones.
El libro era un ánimo potente a la educación como precedencia, rebosante de cultura en cada esquina, la cual era procedente de distintas partes del mundo en distintas situaciones.
“Then she wished, more rationally, that she could love him without needing him. Need gave him power without his trying; need was the choicelessness she often felt around him.”
La cultura se compaginaba entre sí, se enlazaba y creaba cosas nuevas, estaba en cada página, ya sea vista de fondo en estanterías o presente en los diálogos más interesantes que podría haber diseñado la escritora.
Inequívocamente, tenemos una imagen precisa y exacta de Biafra, del lugar donde tiene lugar la historia, de sus personajes y de sus tragedias...
En relación con el otro libro que me he leído de esta escritora, Americanah, he encontrado este otro más dinámico, menos ameno, por supuesto que ligero con la narrativa pero en muchas partes a carne viva.
“And it's wrong of you to think that love leaves room for nothing else. It's possible to love something and still condescend to it.”
Es un libro donde la belleza de la vida está en su esplendor vigoroso frente a la imparable muerte que avanza hacia los personajes a medida que nos introducimos en el libro.
Será que de la mano con estos personajes nos encontramos mucho más cercanos a los sucesos, puesto que son entrañables, directos y dulces y defectuosos, humanos en plena regla.
“This is our world, although the people who drew this map decided to put their own land on top of ours. There is no top or bottom, you see.”
Lo personajes nos llevan por toda la historia, desde sus puntos de vista y con sus palabras muy diferentes a las de los demás, sonriéndonos a veces y en otras tratándonos con mayor descaro, cambiando de emociones dada cada circunstancia y no dejando de cambiar en ningún momento de la novela.
Señalar a quienes han sido mis favoritos es una tarea complicada, y poco justa. Me dejaría llevar entonces por mis propios gustos de lo que busco en una persona, ya que en este libro no habrá objetividad en las decisiones, en ningún momento. No hay camino correcto, no hay pauta que libre de todo sufrimiento. Y eso es algo que se acaba aceptando en el libro: irremediablemente, habrá malos momentos en cada camino. Irremediablemente, se sufrirá.
Pero Adichie se centra en la vida en su estado más puro: la vida en dolor, la vida en carcajadas, la vida en caricias y la vida en golpes.
La vida, que en pocas situaciones en un libro se encontrará tan dispuesta a mostrarse en su estado más natural, en sus momentos más energéticos, en sus risas más abiertas y en sus llantos más desconsolados.
Es una bocanada de aire fresco, este libro. Se respira pasión, amor, solidaridad, prejuicios también, a su vez terror, incertidumbre... y esperanza en ella. Esperanza en todo momento. Debilitada, reforzada: esperanza.
“She wanted to ask him why they were all strangers who shared the same last name.”
Así, tenemos a variados personajes:
Olanna, risueña y cordial, idealista y acogedora, que nos llena de amor por dentro y nos muestra todo un mundo nuevo con sus pensamientos soñadores y afectuosos.
Una de las tres voces narrativas de la historia, más lenta en sus palabras y explicando con mucha personalidad cada momento de su vida.
“There was something wrong with her. She did not know what it was but there was something wrong with her. A hunger, a restlessness. An incomplete knowledge of herself. The sense of something farther away, beyond her reach.”
Ugwu, servicial y amable, supersticiosamente plagado de cultura de su aldea y lleno de curiosidad insaciable por la nueva que se encuentra cuando, al llegar al hogar donde ahora vive Olanna como criado de su marido, descubre a todo un mundo de aparatos tecnológicos, de electrodomésticos, de grifos y de sistemas nunca antes vistos.
Su adaptación a esta nueva vida es, tal y como él dice, rápida, pues es un joven que se ajusta a los cambios con gran capacidad, que aprende deprisa y busca cualquier manera de sacar provecho a lo que acaba de asimilar.
Es otra voz narrativa formidable, diferente a las demás como lo son todas.
Sus pensamientos eran directos, sin rodeos, complejos de una manera que solo puede estar tan llena de imaginación y de nuevas miradas al cambio como cuando uno tiene su edad, agudo en sus razonamientos y atento a los alrededores en todo momento.
Me hubiese gustado que se viese más de él en sus diálogos: como criado, es razonable que no aportase mucho a las conversaciones, pero llega un punto en la historia en el que es bastante más cercano a los demás personajes que el rol que mantiene desde su encuentro, y habría estado saber más de cómo se relaciona con ellos.
Y como tercer punto de vista tenemos a Richard, joven y tímido inglés, desanimado en ocasiones pero interesado en cada detalle del mundo, muy reflexivo y conciliador, silencioso y pensativo y creativo. Ha sido otro gran personaje que añadir a la pila de todos esos personajes de libros que te quitan la respiración, con un punto de vista muy calmado, que, aunque no me ha interesado tanto como el de Ugwu y Olanna, era más fácil de leer, más rápido, y de personalidad sin duda era un personaje que destacaba en gran medida.
Esperaba no sentirme muy atada a él, pues quería conocer a personajes menos accesibles para mí, pertenecientes a ese efímero país y con una forma de ver su vida diferente a la europea, pero no he podido evitarlo... Richard ha sido un personaje sensacional, tierno y dedicado, que me ha gustado a lo largo de toda su evolución.
“Richard exhaled. It was like somebody sprinkling pepper on his wound: Thousands of Biafrans were dead, and this man wanted to know if there was anything new about one dead white man. Richard would write about this, the rule of Western journalism: One hundred dead black people equal to one dead white person.”
Y sin duda otros personajes que no ofrecen directamente sus pensamientos pero que fácilmente entran a formar una parte esencial en nosotros...
“There's something very lazy about the way you have loved him blindly for so long without ever criticizing him. You've never even accepted that the man is ugly,' Kainene said. There was a small smile on her face and then she was laughing, and Olanna could not help but laugh too, because it was not what she had wanted to hear and because hearing it had made her feel better.”
Kainene, gemela de Olanna, emprendedora y activa, desenvuelta y enigmática, llena de intensidad y con bastante descaro, irónica sin lugar a dudas y bastante indescifrable, que ha sido otro de los grandes personajes de este libro (todos lo han sido, en diferentes puntos, teniendo cada uno rasgos que me han encantado), y una de esas incógnitas que no he acabado de descifrar del todo, ni yo ni el resto de los personajes...
“Is love this misguided need to have you beside me most of the time? Is love this safety I feel in our silences? Is it this belonging, this completeness?”
Y Odenigbo como otro gran personaje a destacar, del que pensaba que no se le daría mención más adelante, pero que también deja de qué hablar: pionero, decidido, lleno de cultura y con una idea fija, vehemente, acuciante, luchadora, de que el arma principal para erradicar la pobreza, para finalizar las guerras y detener la hambruna, es la educación. Ha sido un personaje que he valorado mucho, maduro y muy culto, un personaje digno de admirar.
“The real tragedy of our postcolonial world is not that the majority of people had no say in whether or not they wanted this new world; rather, it is that the majority have not been given the tools to negotiate this new world.”
Y luego, en ellos: problemas, defectos, manías, fallos, torpezas, dificultades, errores en abundancia, una condición humana, una esencia de cambio y de evolución en todo momento, una línea que nunca se queda estable y arrasa con la trama.
Pese a que nos separa un gran camino para encontrarnos en su posición, en una cultura completamente diferente y en un lugar donde la lucha por la supervivencia es una cuestión que no está en la literatura sino en la vida diaria, creo que Adichie ha hecho realidad lo imposible en hacer que estemos completamente en su piel, que sintamos en nuestras propias carnes cada evento, cada complicación, cada punto por el que nos lleva la historia sin demora.
“Death would be a complete knowingness, but what frightened him was this: not knowing beforehand what it was he would know. ”
No podría haber entrado más en los personajes y en su presente realidad.
El concepto de Adichie es enriquecedor, cambiando de punto de vista con mucha frecuencia, así presentándonos situaciones diversas, puntos de vista que hacen que lo que creíamos saber en una visión objetiva con uno es plenamente diferente con otro.
“How can we resist exploitation if we don’t have the tools to understand exploitation?”
La verdad absoluta de la realidad está en los diferentes puntos de vista que la ofrecen desde un ángulo y desde otro, tema que Adichie pone en todo momento como necesario en toda la literatura.
La necesidad que hay de conservar en nuestra noción sobre el mundo diferentes perspectivas, de manera que el horizonte de nuestro entendimiento no conozca límites.
Las visiones del mundo, y sus relatos, deben ir solidificados en un acceso a diferentes ideas plurales y llenas de fertilidad.
Adichie consigue eso en este libro; más que en ningún otro.
“Grief was the celebration of love, those who could feel real grief were lucky to have loved.”
La guerra, el hambre, el abandono, llegan poco a poco a la historia, avanzando con paso lento pero amenazador, encontrándose al inicio en las sombras y en el final cubriéndolo todo con un velo nocturno y abisal...
“Red was the blood of the siblings massacred in the North, black was for mourning them, green was for the prosperity Biafra would have, and, finally, the half of a yellow sun stood for the glorious future.”
Y al mismo tiempo es una historia hechizante de amor, de amistad, de unión y de fraternidad.
Cautiva con su prosa, destroza con sus escenas, destaca con su originalidad, impera por haber creado la novela más intensa, más abrumadora y más llena de humanidad de los libros de su temática.
“Don’t see it as forgiving him. See it as allowing yourself to be happy. What will you do with the misery you have chosen? Will you eat misery?”
De temática intuitiva y sugestiva, Half of a Yellow Sun explora una de las más tragedias más recientes y más horribles de nuestro mundo, la Guerra de Biafra (1967-1970), un conflicto civil que llevó a la guerra, azotando a la región suroriental de Nigeria.
En sus tres años de brutalidad, sus efectos fueron devastadores, con millones de fallecidos, asediando a la nación y sembrando una demolición cruel sobre su población, y dejando otra perturbadora marca humana en nuestra historia mundial.
Nos encontramos incrustados en su historia, atados a los personajes y sintiendo en nuestras propias carnes cada avance de la guerra, desde su entrada hasta su destrucción hasta su final sin vencedores, las vicisitudes de su época y la forma en la que azotan a nuestros protagonistas nos llevan a situarnos en un mundo a años luz de las comodidades lujosas del nuestro, donde la escritura pormenoriza la desgracia y la dicha de una forma que solo puede ser narrada por nuestra existencia misma.
No hay distancia en lo que sucede, y esa es una de las cosas más escalofriantes.
Importa claramente el lugar en el que tienen lugar las acciones, ajenas a nuestro bienestar afortunado, pero el libro contiene tanta humanidad, tantas replicaciones de eventos que han azotado al ser humano durante tantos milenios, tantas risas conocidas y tantos momentos donde nuestra empatía nos juega malas pasadas.
“Each time he suggested they get married, she said no. They were too happy, precariously so, and she wanted to guard that bond; she feared that marriage would flatten it into a prosaic partnership.”
Una historia que conciencia, que nos destroza en angustia al entender, rompiéndose nuestros esquemas hodiernos, que estas guerras, estas catástrofes, se repiten incansablemente...
...Y que estamos montados en un tiovivo donde hay un ciclo de destrucción ocasionada por nosotros, y que solo negamos este movimiento cíclico al estar en un caballito afortunado.
“If this is hatred, then it is very young. I has been caused, simply, by the informal divide-and-rule policies of the British colonial exercise. These policies manipulated the differences between the tribes and ensured that unity would not exist, thereby making the easy governance of such a large country practicable.”
Adichie escribe con empatía, con sensibilidad, con humanidad en sus palabras y con elegancia en sus descripciones más realistas y secas, con una naturalidad tremenda y un pragmatismo refinado, identificando con sus personajes cada momento y cada fase de la guerra y dejando un espacio más que eminente, magníficamente influyente, para contar una visión asombrosamente inmortal sobre las condiciones, la existencia, y la historia de nuestro pasaje mortal por el mundo.
En una historia de derrota, de alzamiento, de amor y de lucha por la justicia, en una sociedad que aún vive bajo un manto de sombra y de miedo, gesticulando en escenas apasionadas y desgarrando en escenas horribles, Chimamanda Ngozi Adichie nos regala una historia impresionante, directa a nuestra conciencia, una narración contada desde dentro, desde las entrañas de un país en guerra que ha caído en el olvido de la mayoría y en las pesadillas de sus supervivientes, que arranca nuestra piel a tiras y nos inunda de un grito de liberación, de emancipación, de independencia y de fuerza en la unión.
No son necesarios edulcorados discursos, explicaciones apenadas y palabras excesivamente empalagosas en seguridad para que este relato esté repleto de agravio y de esperanza, y de hecho esta naturaleza tan enfocada en sus personajes, viviendo la guerra desde su gran paisaje interno. Son sus comportamientos escuetos y directos, sus decisiones repentinas y en ocasiones arrepentidas, las que nos ponen en situación, las que nos sumergen en su voz y en sus relatos, un ardor agitado de vida, efervescente en la lucha, tembloroso ante la muerte, confuso y empequeñecido con los horrores pero radiante y vigoroso en el deseo de permanencia.
La progresión de la novela, pasando de una vida de comodidad, prestigiosa en lujos y abundante en alimento y en refinamiento a una vida arrasada, destrozada, bombardeada, mutilada por el avance del belicismo político, violencia que trata de quitar el aferro a la vida. Este cambio ha sido como entrar en una dieta anémica en todos sus sentidos, que chupa cada señal del anterior día a día de las personas, movidas por momentos normales de celos, de envidias, desconfianzas y deslices remediables, y convierte todo en una maquinaria de engranajes oxidados y desgastados, una seguridad en la supervivencia que ha quedado destruida, y que ahora contempla cómo quienes los personajes eran, confiados y resueltos, han quedado reducidos a cenizas.
Pero, ante todo, la vida que persiste en ellos. La esperanza. La unión. La solidaridad. La fortaleza. Una alianza humana, unas emociones fuertes que no pueden desprenderse ni aun ser pisoteadas, rompiéndose a pedazos nuestra acomodada visión del mundo.
PUNTUACIÓN:
♫ Personajes: 4/5
♫ Acción: 3.25/5
♫ Trama: 4.25/5
♫ Originalidad: 3.75/5
♫ Desenlace: 3.25/5
♫ Pluma: 3.75/5
VALORACIÓN PERSONAL: 7.75/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos :3
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