Reseña: Los Girasoles Ciegos

Título: Los Girasoles Ciegos
Autor: Alberto Méndez
Editorial: Anagrama
Canción Identificada: World War X (Carnifex)




Sinopsis:

Un capitán del ejército de Franco que, el mismo día de la Victoria, renuncia a ganar la guerra; un chico poeta que huye asustado con su compañera embarazada y vive una historia vertiginosa de madurez y muerte en el breve plazo de unos meses; un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para que el verdugo pueda ser calificado de verdugo; por último, un diácono rijoso que enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama la sangre purificadora del vencido. Son historias de los tiempos del silencio, cuando daba miedo que alguien supiera que sabías. Cuatro historias, sutilmente engarzadas entre sí, contadas desde el mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota.

Opinión:

-"Si el corazón pensara dejaría de latir"
-"Manuscrito encontrado en el olvido"
-"El idioma de los muertos"

-"Los girasoles ciegos"


Pese a todo. Pese a tos mis prejuicios, Los Girasoles Ciegos ha logrado cautivarme de una manera llena de encanto y de frialdad, siendo, así, una de las lecturas más sensacionales que leí ese año. 



No soy muy amante de la novela histórica, y encuentro que toda la que vaya acerca de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial acaba siendo una repetición de tantas anteriores que buscan ocupar el primer puesto en divulgación ficticia. Y, no obstante, me leí este libro. Y, no obstante, adoré este libro.

Los Girasoles Ciegos es una novela singular en toda su extensión. 

Goza de una prosa que es detallista pero muy concisa, y que lleva la novela con una naturalidad estilística y expresiva. 


Además de eso, Los Girasoles Ciegos presenta una historia dentro de historias, un vínculo que une a los cortos pero intensos cuatro relatos que dominan nuestro pensamiento en todo el proceso de la lectura. 


Los senderos de este libro están claros, sin situarse en ningún bando y haciendo una crítica afilada a la naturaleza humana en su generalidad. 

Es, tal y como anuncia ser, un libro de derrota, de lucha fallida y de gran pérdida en la victoria, que salta de una posición social a otra en sus relatos, de un bando a otro, de una víctima a otra. No hay personaje del libro que no salga malparado, y no hay personaje del libro que no encierre en él un dolor inhumano. 



¿Hay humanidad en los actos de cada uno, del vencedor y del vencido? 

La hay, puesto que la mayoría de ellos no son correctos, y puesto que las caídas, las rodillas raspadas y las plegarias olvidadas son temas analizados en profundidad en esta intensa novela que, de extensión breve y de tensión en cada palabra, se ha convertido en una de las conferencias más potentes, penetrantes y escalofriantes de toda la historia de la literatura española.





Pese a que no he podido posicionarme bien políticamente en la historia, debido a que Méndez lo daba absolutamente todo por entendido (de manera que para entenderla tenías que haber pasado por la Guerra Civil o estar bastante instruido en ella), el escritor se centra en otro tema, dejando la política más en segundo plano, y esta idea central orbita alrededor de la humanidad y de la lucha interna de los personajes.

La introspección que hace de ellos es impresionante, poniendo todo el detalle en narrar cada sensación, cada sentimiento y, sobre todo, cada miedo. El terror se adueña de las páginas del libro desde sus inicios.




Por lo demás, y pese a la gran dinámica que hay con que todos los personajes y todas las historias estén entrelazados entre sí de manera enormemente elaborada, y aun con la naturalidad que se acopla al sistema de escritura de Méndez... Este no es un libro fácil de leer. 

Se avisará con solo saber de su sinopsis. Es un libro muy duro, que cuenta con muchas tragedias. 
Que de hecho, la finalidad de contar cada historia es prepararte para las tragedias finales, para que el golpe sea más brutal. 


Este libro conciencia, y más allá de eso destroza de una manera barbárica, nos quita la respiración y nos congela todo el cuerpo del miedo, rígido como está de la tensión acumulada. 





El drama no se trata de manera condescendientemente lírica. De hecho, sus momentos de auge son tan crudos y descarnados que parecerá que témpanos de hielo nos están perforando el cuerpo. 

Es una sensación que no es agradable, que no es liberadora, peor que de alguna forma desata toda una marea de pensamientos y reflexiones que nos cambian por completo.

El libro, maravilla en prosa y terrorífico en realismo, deja atrás detalles oníricos de narración y se asienta en un mundo en el final de la guerra, en las repercusiones de la misma y en el final trágico que, uno a uno, encuentran sus personajes.

Es una lectura difícil, intensa y apremiante, terrible y con gélidas dagas en las palabras, de lenguaje sencillo y mucha precisión en las tragedias y en el horrible proceso hasta llegar a ellas, donde la derrota, la muerte, el barbarismo, son las principales armas que hacen que la novela asesine la cordura, la esperanza, el ser de los personajes.

Impactante. Impresionante.

PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 3.25/5

♫ Acción: 3.5/5

♫ Trama: 4/5

♫ Originalidad: 3.5/5

♫ Desenlace: 4/5

♫ Pluma: 3.5/5


VALORACIÓN PERSONAL:  9.75/10



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