Título: Las Tejedoras de Destinos
Autor: Gennifer Albin
Editorial: Alfaguara
Canción Identificada: Ugli (Skinny Puppy)
Sinopsis:
Capaz de tejer el tiempo, Adelice es exactamente lo que la Corporación está buscando, y en Arras ser elegida tejedora es todo a lo que una chica puede aspirar. Ser hilandera significa privilegios, riqueza y belleza eterna. Pero no solo eso, también significa tener la facultad de bordar la esencia de la vida. Pero para ello hay que pagar un precio que Adelice no está dispuesta a asumir, puesto que deberá controlar absolutamente todo lo que las personas son: lo que comen, dónde viven, cuántos hijos tienen… Por ello, Adelice está dispuesta a fallar en las pruebas para ser tejedora, pero traicionar a la Corporación no resultará tan sencillo…
Opinión:
De portada bonita (de las pocas en las que salen caras que me gustan), sinopsis emocionante y trama muy original, Las Tejedoras de Destinos prometía ser un libro sumamente interesante.
Intrigas en la corte, protagonista al margen de la sociedad, amistades y lealtades inestables y una maravillosa de idea de mundo donde el tiempo, el destino y todo aspecto del universo está tejido con mágicos hilos que no están al alcance de todos.
La idea era muy buena, pero, lamentablemente, todo eso se quedaba en la superficie... Es un libro que parece estar construido única y exclusivamente para el amor: éste tenía mucho protagonismo, siendo el centro de la historia, y dejando prácticamente de lado todo misterio.
Fuera de lo común, Adelice Lewys es capaz de ver los tejidos y los filamentos de control que inundan su mundo: es un mundo regido en un férreo control, donde todo está dominado por el núcleo de la dictadura: el telar de Arras.
Las familias, las decisiones personales y colectivas, los puestos sociales, e incluso el clima están controlados por una institución que coge a las chicas más prometedoras de las familias y las educa para formar parte del prestigioso Conventri, donde a aquellas con la habilidad de poder ver y manejar los hilos del telar que mueve a todo el mundo seles ofrecen riquezas, poder y belleza.
No obstante, Adelice Lewys, joven con esa habilidad, no desea esos caprichos, pues sabe que el precio a pagar es demasiado alto: abandonar a la familia, y ejercer un control injusto de todo lo que suceda en el mundo... Incluso de la muerte.
"Ignoro cuánto tiempo llevo aquí. Estoy empezando a preguntarme si estaré muerta. Decido dormirme y no despertar. Si esto es la vida después de la muerte, no debería soñar. Pero no tengo tanta suerte: las pesadillas interrumpen mi sueño sin cesar. Permanezco tumbada, con los ojos doloridos de tanto intentar adaptarlos a la oscuridad, son lograrlo, y mi mente protesta ante la justicia"
Por esa razón, trata de ocultar sus habilidades en torpeza, pero su excepcional poder (bastante común que nuestra prota destaque en habilidades poderosas) la hace pronto estar en el punto de mira del Conventri, y al ser llevada a su institución tendrá que aprender a valerse por sí misma (ejem ejem, bastante dependiente de las opiniones ajenas, y bastante maleable por todas las personas con las que se encuentra), aprender a saber en quién confiar, a quién odiar, a quién guardar las distancias... y a quién amar.
Resalto esto porque esos puntos suspensivos son claves: en el libro, lo único que importa es lo posterior a ellos. El romance.
"—No podré vivir sin ti —susurra, y sus ojos lo dicen todo: desesperación, traición, dolor. Incluso con estas emociones surcando su rostro, alarga la mano. Lo arriesgaría todo, hasta su propia vida, por nosotros. Pero no puedo permitir ese sacrificio. Si la Corporación descubriera lo nuestro, le mataría. No puedo perderle, así que debo dejarle marchar.
—Inténtalo."
Como todo romance, tenemos a un señorcito con un puesto de arrogancia y frialdad, y a otro más cariñoso y divertido. Porque claro, ¡no podía faltar el triángulo amoroso!
Y ya a sabiendas de que ES LO ÚNICO A LO QUE SE LE DA IMPORTANCIA DE LA TRAMA, este amor podría haber estado bien llevado a cabo... pero para nada. Sus personajes estaban huecos de personalidad, y, de hecho, los pobres estaban tan perdidos sin ella que saltaban de un papel a otro sin venir a cuento.
Podría decir que la familia de Adelice es sin duda la chispita de la novela, pero la forma en la que ella les trataba me ponía aún más de los nervios.
Y me gustaría decir que con todo este libro puede leerse sin hacer caso a los personajes, de manera que podamos explorar la trama, pero de nuevo ésta se queda completamente estancada, sin apenas saber el por qué de que pase lo que pase, de conocer más del estricto orden social que controla al mundo, y de cómo, política y socialmente hablando, poder parar esto...
Por otro lado, creo, creo que en el siguiente libro se explora un poco más del mundo, pese a que no me lo haya leído, y creo que es una trama que puede interesar enormemente por su originalidad.
Estoy segura de que, si se le saca mucho más partido, el libro habría sido una maravilla: pero el caso es que se queda en aguas superficiales, y solo deseo que, si os anima a seguir con la lectura, me digáis qué tal funciona la saga... Porque el final de este libro, eso sí, me dejó completamente anonadada y maravillada.
Con un mundo fantástico, distópico y sumamente original, con portada preciosa, título brillante y sinopsis prometedora, Gennifer Albin recorre todos los senderos posibles... de los tópicos juveniles.
Es un libro que se hace lento, porque a mayoría de esas "intrigas cortesanas" que tan locos tienen a los lectores en verdad eran culebrones romanticones, un vaivén de querer confiar, de negarse a aceptar lo locamente enamorada que está... Y demás pantuflas agotadoras.
Es una novela de comienzo e idea resplandecientes, pero que pierde todo su encanto cuando no se hace apenas mención al misterio, a la idea principal de la trama, o al desarrollo de los personajes.
Todo está en un irritante estatismo: ninguno evoluciona, ninguno muestra diálogos envolventes que atrapen, todos son tan planos y tan cansinamente dignos de ser clichés adolescentes en plena regla que casi sentías odio hacia ellos.
Por otro lado, las rebeldías de Adelice eran extrañas: se revolucionaba sin razón aparente, pues cuando se ponía a prueba sus conocimientos de la sociedad que trataba de cambiar la pobre mujer se encontraba completamente en blanco. Además de eso, pronto queda claro que no es una rebelde, sino una niña que lo úncio que quiere es atraer la atención de los chicos, y que hace cosas temerarias porque eso da emoción a la historia.
No ha sido un libro que consiguiese gustarme.
Autor: Gennifer Albin
Editorial: Alfaguara
Canción Identificada: Ugli (Skinny Puppy)
Sinopsis:
Capaz de tejer el tiempo, Adelice es exactamente lo que la Corporación está buscando, y en Arras ser elegida tejedora es todo a lo que una chica puede aspirar. Ser hilandera significa privilegios, riqueza y belleza eterna. Pero no solo eso, también significa tener la facultad de bordar la esencia de la vida. Pero para ello hay que pagar un precio que Adelice no está dispuesta a asumir, puesto que deberá controlar absolutamente todo lo que las personas son: lo que comen, dónde viven, cuántos hijos tienen… Por ello, Adelice está dispuesta a fallar en las pruebas para ser tejedora, pero traicionar a la Corporación no resultará tan sencillo…
Opinión:
De portada bonita (de las pocas en las que salen caras que me gustan), sinopsis emocionante y trama muy original, Las Tejedoras de Destinos prometía ser un libro sumamente interesante.
Intrigas en la corte, protagonista al margen de la sociedad, amistades y lealtades inestables y una maravillosa de idea de mundo donde el tiempo, el destino y todo aspecto del universo está tejido con mágicos hilos que no están al alcance de todos.
La idea era muy buena, pero, lamentablemente, todo eso se quedaba en la superficie... Es un libro que parece estar construido única y exclusivamente para el amor: éste tenía mucho protagonismo, siendo el centro de la historia, y dejando prácticamente de lado todo misterio.
Fuera de lo común, Adelice Lewys es capaz de ver los tejidos y los filamentos de control que inundan su mundo: es un mundo regido en un férreo control, donde todo está dominado por el núcleo de la dictadura: el telar de Arras.
Las familias, las decisiones personales y colectivas, los puestos sociales, e incluso el clima están controlados por una institución que coge a las chicas más prometedoras de las familias y las educa para formar parte del prestigioso Conventri, donde a aquellas con la habilidad de poder ver y manejar los hilos del telar que mueve a todo el mundo seles ofrecen riquezas, poder y belleza.
No obstante, Adelice Lewys, joven con esa habilidad, no desea esos caprichos, pues sabe que el precio a pagar es demasiado alto: abandonar a la familia, y ejercer un control injusto de todo lo que suceda en el mundo... Incluso de la muerte.
"Ignoro cuánto tiempo llevo aquí. Estoy empezando a preguntarme si estaré muerta. Decido dormirme y no despertar. Si esto es la vida después de la muerte, no debería soñar. Pero no tengo tanta suerte: las pesadillas interrumpen mi sueño sin cesar. Permanezco tumbada, con los ojos doloridos de tanto intentar adaptarlos a la oscuridad, son lograrlo, y mi mente protesta ante la justicia"
Por esa razón, trata de ocultar sus habilidades en torpeza, pero su excepcional poder (bastante común que nuestra prota destaque en habilidades poderosas) la hace pronto estar en el punto de mira del Conventri, y al ser llevada a su institución tendrá que aprender a valerse por sí misma (ejem ejem, bastante dependiente de las opiniones ajenas, y bastante maleable por todas las personas con las que se encuentra), aprender a saber en quién confiar, a quién odiar, a quién guardar las distancias... y a quién amar.
Resalto esto porque esos puntos suspensivos son claves: en el libro, lo único que importa es lo posterior a ellos. El romance.
"—No podré vivir sin ti —susurra, y sus ojos lo dicen todo: desesperación, traición, dolor. Incluso con estas emociones surcando su rostro, alarga la mano. Lo arriesgaría todo, hasta su propia vida, por nosotros. Pero no puedo permitir ese sacrificio. Si la Corporación descubriera lo nuestro, le mataría. No puedo perderle, así que debo dejarle marchar.
—Inténtalo."
Como todo romance, tenemos a un señorcito con un puesto de arrogancia y frialdad, y a otro más cariñoso y divertido. Porque claro, ¡no podía faltar el triángulo amoroso!
Y ya a sabiendas de que ES LO ÚNICO A LO QUE SE LE DA IMPORTANCIA DE LA TRAMA, este amor podría haber estado bien llevado a cabo... pero para nada. Sus personajes estaban huecos de personalidad, y, de hecho, los pobres estaban tan perdidos sin ella que saltaban de un papel a otro sin venir a cuento.
Podría decir que la familia de Adelice es sin duda la chispita de la novela, pero la forma en la que ella les trataba me ponía aún más de los nervios.
Y me gustaría decir que con todo este libro puede leerse sin hacer caso a los personajes, de manera que podamos explorar la trama, pero de nuevo ésta se queda completamente estancada, sin apenas saber el por qué de que pase lo que pase, de conocer más del estricto orden social que controla al mundo, y de cómo, política y socialmente hablando, poder parar esto...
Por otro lado, creo, creo que en el siguiente libro se explora un poco más del mundo, pese a que no me lo haya leído, y creo que es una trama que puede interesar enormemente por su originalidad.
Estoy segura de que, si se le saca mucho más partido, el libro habría sido una maravilla: pero el caso es que se queda en aguas superficiales, y solo deseo que, si os anima a seguir con la lectura, me digáis qué tal funciona la saga... Porque el final de este libro, eso sí, me dejó completamente anonadada y maravillada.
Con un mundo fantástico, distópico y sumamente original, con portada preciosa, título brillante y sinopsis prometedora, Gennifer Albin recorre todos los senderos posibles... de los tópicos juveniles.
Es un libro que se hace lento, porque a mayoría de esas "intrigas cortesanas" que tan locos tienen a los lectores en verdad eran culebrones romanticones, un vaivén de querer confiar, de negarse a aceptar lo locamente enamorada que está... Y demás pantuflas agotadoras.
Es una novela de comienzo e idea resplandecientes, pero que pierde todo su encanto cuando no se hace apenas mención al misterio, a la idea principal de la trama, o al desarrollo de los personajes.
Todo está en un irritante estatismo: ninguno evoluciona, ninguno muestra diálogos envolventes que atrapen, todos son tan planos y tan cansinamente dignos de ser clichés adolescentes en plena regla que casi sentías odio hacia ellos.
Por otro lado, las rebeldías de Adelice eran extrañas: se revolucionaba sin razón aparente, pues cuando se ponía a prueba sus conocimientos de la sociedad que trataba de cambiar la pobre mujer se encontraba completamente en blanco. Además de eso, pronto queda claro que no es una rebelde, sino una niña que lo úncio que quiere es atraer la atención de los chicos, y que hace cosas temerarias porque eso da emoción a la historia.
No ha sido un libro que consiguiese gustarme.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 1/5
♫ Acción: 2/5
♫ Trama: 3/5
♫ Originalidad: 4/5
♫ Desenlace: 3.25/5
♫ Pluma: 2.5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 5.75/10
VALORACIÓN PERSONAL: 5.75/10
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