Título: Dragon Haven (The Rain Wild Chronicles #2)
Autor: Robin Hobb
Editorial: Harper Voyager
Canción Identificada: Golden Butterflies Var. 1 -Day 2 (Ludovico Einaudi)
Sinopsis:
Centuries had passed since dragons last roamed the war-torn world of the Rain Wild River. But as peace once again settled upon the land, a lost generation of sea serpents--ancient, half-starved, and weary—returned to cocoon, certain that they would be reborn as the beautiful and powerful dragons of legend. But their arduous journey exacted a heavy toll, and the proud serpents emerged as sickly, half-formed beasts, unable to fly or hunt . . . or thrive.
For years now they have been trapped on a swampy riverbank between forest and river, hungry and barely alive, reliant on humans to provide for them.With their survival at stake, fifteen dragons—among them the wise golden Mercor, the haughty and dazzling silver-blue queen Sintara, and the delicate copper beauty Relpda—have set off on a dangerous trek into the unknown, up the Rain Wild River, in hopes of rediscovering the ancient Elderling city of Kelsingra, the lost haven for dragons and Elderlings alike.
The dragons are accompanied by a disparate group of human keepers, rejects from Rain Wild society. They, too, yearn to find Kelsingra and create a home of their own, one in which they may make their own rules and decide their own fate. But is Kelsingra real or merely a fragment of a glorified past buried deep in the dragons' shared memories? No map exists to guide them, and the noble creatures find their ancient recollections of little use in a land changed by generations of flooding and seismic chaos.
As the dragons, the humans—including the strong and defiant Rain Wild girl Thymara; the wealthy dragon scholar and Trader's wife, Alise; and her companion, the urbane Sedric—and their magical supply barge, captained by the gruff Leftrin, forge their way ever deeper into uncharted wilderness, human and beast alike discover they are changing in mysterious and dangerous ways. While the bonds between them solidify, starvation, flashfloods, and predators will imperil them all. But dragons and humans soon learn that the most savage threats come from within their own company . . . and not all of them may survive.
Opinión:
Una vez más, y para mi gran maravilla, Robin Hobb nos presenta una trama digna de la fantasía épica... dragones y guardianes, barcos y capitanes, eruditos y comerciantes, justicieros y traidores...
...Un recorrido por todos sus personajes, diamantes en bruto que resisten como pueden lo que se les echa encima, por medio de una trama complicada, llena de sentimiento y pasión, y con ese ritmo lento tan fantasioso que a algunos les puede parecer insufrible y a otros, como ha sido mi caso, les parece una oportunidad grandiosa para meterse de lleno en los personajes y encontrarse en ellos con una de las evoluciones más progresivas e intensas de toda la literatura.
Así pues, ¡otro incansable aplauso para mi escritora más admirada, para sus libros más repletos de magia, y para sus personajes más tiernos, humanos y reales!
Algo que curiosamente me ha encantado del libro es que la trama parece congelarse. El viaje tiene lugar mediante los días, y las semanas, pasan, el barco meciéndose y los tripulantes... he aquí mi punto... llenos de agitación.
Todo parece quedarse gélido, congelado en la inactividad: perdemos la cuenta de los días que han pasado, del viaje que les queda y de los lugares por los que transitan, y todo se centra en la angustia de los personajes, en sus deseos de seguir adelante y sus miedos, y obstáculos, para hacerlo.
La desesperación incrementa mediante pasan las páginas: como ocurre con los libros de esta escritora, todo parece ser aguas turbias dentro de ellos, un remolino de indecisión y de inseguridad que no les permite poder acostumbrarse a su vida diaria.
El huracán los traga, los deja sin respiración, asfixiados y sin aire en los pulmones, prácticamente derrotados.
Y con cada punto de vista, oímos esos gritos de auxilio, y esas reflexiones que tan intensas son y que tanto traen recuerdos y pasados que es mejor que queden enterrados.
“He’d known of love and accepted that it existed for him. But never before had he actually felt love as a physical sensation that emanated from another creature and warmed and comforted him. It was incredible.”
Dragon Haven es una obra maestra: a mi parecer superando a su anterior, esta novela consiguió mantenerme enganchada durante más de 550 páginas sin que hubiese trepidante acción de por medio: consiguió todo esto tan solo por sus personajes, activos, agitados, dinámicos y muy evolutivos.
Dragon Haven ha conseguido situarse sin ninguna dificultad junto con mis libros favoritos solo por los personajes, principales y secundarios, que llevan la trama junto con toda la carga de humanidad que hay en ellos.
...¡Y de no-humanidad! Puesto que humanos no es lo único que tenemos en estos libros... también hay seres mutantes, y también hay mismísimos dragones de comportamiento gatuno: arrogantes, creídos, vanidosos y muy presumidos, elegantes y con todo un grupo de humanos a sus pies.
¡Qué maravilla leer muchos capítulos bajo el punto de vista de estos poderosos, orgullosos y engreídos seres!
Se me hacía divertido, se me hacía una vivencia literaria única y en su momento más importante, una trama que gira en torno a estos dragones y que los presenta de una manera tan espléndida, y al mismo tiempo tan divertida, que solo podía sonreír con ternura.
La diferencia que había entre estos dragones y los humanos era abismal: cultura, costumbres, meros pensamientos... los dragones viven alejados de lo que los rodea, criaturas sabias (¡que fardan con serlo!) como nunca antes las habíamos conocido...
Serán pocos, pero bien se atreven a hacer que toda la historia se centre en ellos... ¡y lo orgullosos que están consigo mismos de hacer que esto sea así!
De esta manera, Sintara ha sido una de las voces más frescas y más innovadoras de los libros de Robin Hobb, una desdeñosa dragona que no desea nada más que la atención de sus inferiores humanos y que no tarda ni un momento en llenarnos de magia, de imposibles, de una narración digna de los dragones que recorre todo su mítico esplendor con mucha conciencia de ella misma.
Relpda ha sido otro gran, gran personaje... una criaturilla preciosa y adorable, soberbia y demandando atención inmediata.
Le cuesta pensar en algo fuera de ella, pero sin duda tiene un corazón de oro, y una capacidad de perdón que ni el más bondadoso de los humanos sería capaz de ofrecer. Su actitud tan infantil pudo llegar a tocar fondo conmigo... Ahora no soy capaz de quitarme esos deseos de protección y de profundo amor hacia ella.
Puede que todo este sentimiento se deba, fundamentalmente, a la conexión que Relpda tiene con Sedric, que quién le hubiera dicho que acabaría tan lleno de admiración y amor por los dragones.
Estos dos personajes tienen un protagonismo admirable en la obra: no ocupan todo el espacio, pero puedo afirmar sin lugar a dudas que mis partes más preferidas eran en las que salían estos dos... su conexión era tan profunda, y tan tierna...
Poco a poco, y como pasa con los dragones y sus guardianes, se iban fusionando el uno con el otro, hasta no saber dónde acababa el dragón y dónde el humano. Se cambiaban mutuamente mediante transcurría la historia, su respeto hacia el otro era genuino y una preocupación intensa los conectaba...
Esto no pasa solo con ellos: aquél que se acerca mucho a los dragones comienza a cambiar por éstos, y éste ha sido uno de los detalles que más absorta me ha tenido de todo el libro: el mundo tan original de los Elderlings aquí estaba mucho mejor presentado, mucho más detallado, se explicaba y se perfilaba cada parte de este universo mítico y cada cambio que los dragones provocaban en los humanos (y también viceversa) llevaba consigo mucha descripción y mucha aclaración.
De todos los libros de este mundo que ha creado Hobb, esta saga parece ser la que más profundiza en la magia, en la mitología y en el misticismo, divinizando a estas criaturas longevas y reduciendo a los humanos a un tumulto burbujeante de sentimientos que deben ser explorados.
Hilando una cosa con la otra, debo resaltar que, para mi gran agrado, esta tetralogía es la que más se centra en las relaciones románticas de los personajes... Y lo hace de una manera exquisita: no hay una como la otra, cada relación va esculpida directamente por los miembros que la forman.
Y como no es necesario precisar que cada personaje de Hobb es un mundo, tampoco es necesario decir que cada relación ha sido muy distinta a cualquier otra.
Estos sentimientos románticos parecían una extensión más de los personajes... Y de alguna manera, los rejuvenecía: era como si cada uno de ellos estuviera pro primera vez combatiendo con esas hormonas características de la adolescencia, como si por primera vez sintiesen ese sentimiento y no supiesen muy bien qué hacer con él.
Tanteaban, trataban de descubrir qué era lo que los hacía sentirse de esta manera. Porque si algo es característico de los libros de esta autora, es que no se deja emoción sin ser explicada y analizada.
Que no se me entienda mal... este "análisis" no es otro sino el del empirismo, el del sentimiento.
No hay verdades absolutas, pero sí palabras: porque como si se tratase de algo tan sencillo de esencializar como las características más importantes de una flor recién cortada, Robin Hobb pone palabras, poesía y diálogo a los sentimientos, las sensaciones pueden ser resaltadas con cavilaciones, y eso es lo que hace con cada una de ellas.
Pese a que es importante sacar que el romance está en esta tetralogía mucho más presente que en cualquier otra saga de esta escritora (de lo que llevo leído, al menos, que ya forma una importante legión), hay otros muchos sentimientos que son ahondados en este libro... Algunos de ellos son fáciles de explicar: enfado, rencor, resentimiento. Y otros de ellos son mucho más difíciles de tratar: envidia, traición, vacío, pérdida de sentido.
La cosa que tienen las relaciones entre los personajes de Robin Hobb (y que tanto acaban por destrozarme viva) es que no dejan de moverse, de cambiar, de fragmentarse y unirse de nuevo.
Todo tiene de mediadora a la palabra, aunque también hay momentos donde el sentimiento es tal que Hobb nos enternece con los gestos.
El caso es que yo, por mi parte, acabo agotada (para bien, de una manera que me encanta pese a que me desgarra) con las relaciones tan dinámicas de los personajes... Todos sus defectos, las consecuencias que traen... el realismo que hay en ellos, un realismo en ocasiones áspero, y en otras mucho más dulce.
Los personajes se alimentan de los otros, cambian por los otros y se rompen por los otros.
Se respira mucha tensión, la incomodidad entre ellos en ocasiones ha acabado conmigo, y en otros momentos ha habido una cercanía que me ha conmovido.
Todos han huido, y todos huyen, de algo. Es lo que hace que tengan un camino que seguir: alejarse de lo que los ha despedazado vivos, probarse a sí mismos que son independientes y capaces de salir adelante.
Hay rivalidades, romances, amenazas, traiciones, engaños y crueldad. Pese a que el viajes pueda parecer sencillo, toda esta humanidad tan a flor de piel acaba por volver locos de amor y sentimiento a los lectores, una complicada y enredada trama que no tiene descanso y que a mí me mantuvo atenta durante días.
Poner carne a algo tan inmenso como un personaje de Robin Hobb ha sido algo que ha tardado todo un libro en hacerse, y ahora, con su siguiente, podemos disfrutar de ir quitando, capa a capa, los escudos de los protagonistas hasta estar ante sus mayores temores, sus mayores angustias.
Por supuesto que el libro tiene un ritmo lento.
Si lo miramos desde el punto de vista de la acción, puede quedarse ésta escasa, aunque debo también decir que ha habido más que en el primer libro de esta tetralogía.
Si miramos el ritmo de las relaciones, de las reflexiones, de los sentimientos y de las angustias de los personajes... bueno, entonces nos encontraremos atrapados en un torbellino sin pausa que nos va rajando poco a poco hasta que quedamos vulnerables, tan perdidos como los personajes.
Ya sean humanos o dragones, los personajes mueven la historia... Con gran desarrollo, con una excelente caracterización, con poderosas personalidades y diálogos que forman parte del contacto e interacción que tienen con el mundo más allá de ellos.
La introspección es todo otro tema de conversación: es por medio de ella como entendemos los sentimientos y el comportamiento de los personajes, por qué hacen lo que hacen y por qué no son capaces de enfrentarse ante lo que los atormenta.
Para encarar estos miedos se necesita mucha preparación, y a eso se dispone Hobb con este libro: que luego no se diga que no pasan cosas en Dragon Haven, cuando hay tantas luchas internas, tantos conflictos entre los personajes y tantos miedos que, por primera vez en todo este tiempo, aparecen en carne y hueso.
Como no puede quedar sin mencionar, Sedric Meldar me ha seguido pareciendo, mucho más con este libro, el personaje más evolutivo de todos los de Hobb, así como el más defectuoso, el más contenido y el que más liberación tiene.
Pasando por momentos que me han enfurecido, a otros que me han destrozado, a otros que me han enternecido, Sedric ha acabado siendo esa clase de personaje que buscas encontrar cada vez que pasas la página del libro, un excelente compañero con tantas cosas que seguir trabajando sobre su pasado y sobre su mismísimo presente que deseo leerme de inmediato los siguientes dos libros para ver cómo su personaje sigue evolucionando de la manera tan especial y tan bien construida como lo ha estado haciendo hasta ahora.
“He felt her dim groping towards him, a plea for companionship and comfort. He didn’t want to give it. But he had never been a hard-hearted man. When she invaded his mind, pleading, he had to reach back. ‘You are stronger than you know,’ he told her. ‘Keep moving. Follow the other ones, my copper beauty. Soon there will be better days for you, but for now you must be strong.”
Tres relaciones esenciales para saber de la evolución de este personaje son su relación con Hest, su relación con Alise, y su relación con Relpda.
Estas tres se han trabajado en este libro con una inspección puramente psicológica del personaje.
Si algo me maravilla en especial de los libros de Robin Hobb, es lo graduales que son, cómo se van desplegando los personajes y van demostrando tener tantas cosas que ofrecer que ni con decenas de libros podrían terminarse.
Cada uno de ellos, desde la altiva pero insegura Thymara, el hosco pero sentimental Leftrin, la serena pero combativa Alise, el aristocrático pero inestable Sedric, y demás otros personajes, han sido los que han llevado todo el ritmo del libro, y los que me han acompañado en una búsqueda de respuestas sin descanso.
La historia es todo otro terreno que nos traga y nos inunda de fascinación: ciudades perdidas, dragones casi extintos, Elderlings misteriosos... una inmersión en el mundo tan completo y tan rebosante de magia que nos deja, una vez más, sin respiración.
Y es que, por mucho que hayamos leído tantos otros libros del Realm of the Elderlings, seguimos sintiendo que lo conocemos por primera vez: cada saga tiene lugar en distintas partes de este mundo, y cada uno de estos lugares ofrecen mucho terreno de juego para explorar y descubrir.
Dragon Haven es otra obra maestra más de Robin Hobb que se mueve a partir de los personajes, y que está construida sobre una parte del mundo de esta serie de libros nueva para todos nosotros, con un lore fundamental y con una fineza en las explicaciones, y tal detalle en cada evento, que su universo parece esculpido en impoluto mármol.
Con una riqueza tan distinguida en la trama, y con unos personajes tan pudientes y al mismo tiempo tan vulnerables, esta segunda entrega de esta saga ha conseguido lo propuesto: sacarme de mi mundo y llevarme a uno de dragones, barcos y vida en su estado más liberado.
Autor: Robin Hobb
Editorial: Harper Voyager
Canción Identificada: Golden Butterflies Var. 1 -Day 2 (Ludovico Einaudi)
Sinopsis:
Centuries had passed since dragons last roamed the war-torn world of the Rain Wild River. But as peace once again settled upon the land, a lost generation of sea serpents--ancient, half-starved, and weary—returned to cocoon, certain that they would be reborn as the beautiful and powerful dragons of legend. But their arduous journey exacted a heavy toll, and the proud serpents emerged as sickly, half-formed beasts, unable to fly or hunt . . . or thrive.
For years now they have been trapped on a swampy riverbank between forest and river, hungry and barely alive, reliant on humans to provide for them.With their survival at stake, fifteen dragons—among them the wise golden Mercor, the haughty and dazzling silver-blue queen Sintara, and the delicate copper beauty Relpda—have set off on a dangerous trek into the unknown, up the Rain Wild River, in hopes of rediscovering the ancient Elderling city of Kelsingra, the lost haven for dragons and Elderlings alike.
The dragons are accompanied by a disparate group of human keepers, rejects from Rain Wild society. They, too, yearn to find Kelsingra and create a home of their own, one in which they may make their own rules and decide their own fate. But is Kelsingra real or merely a fragment of a glorified past buried deep in the dragons' shared memories? No map exists to guide them, and the noble creatures find their ancient recollections of little use in a land changed by generations of flooding and seismic chaos.
As the dragons, the humans—including the strong and defiant Rain Wild girl Thymara; the wealthy dragon scholar and Trader's wife, Alise; and her companion, the urbane Sedric—and their magical supply barge, captained by the gruff Leftrin, forge their way ever deeper into uncharted wilderness, human and beast alike discover they are changing in mysterious and dangerous ways. While the bonds between them solidify, starvation, flashfloods, and predators will imperil them all. But dragons and humans soon learn that the most savage threats come from within their own company . . . and not all of them may survive.
Opinión:
Una vez más, y para mi gran maravilla, Robin Hobb nos presenta una trama digna de la fantasía épica... dragones y guardianes, barcos y capitanes, eruditos y comerciantes, justicieros y traidores...
...Un recorrido por todos sus personajes, diamantes en bruto que resisten como pueden lo que se les echa encima, por medio de una trama complicada, llena de sentimiento y pasión, y con ese ritmo lento tan fantasioso que a algunos les puede parecer insufrible y a otros, como ha sido mi caso, les parece una oportunidad grandiosa para meterse de lleno en los personajes y encontrarse en ellos con una de las evoluciones más progresivas e intensas de toda la literatura.
Así pues, ¡otro incansable aplauso para mi escritora más admirada, para sus libros más repletos de magia, y para sus personajes más tiernos, humanos y reales!
Algo que curiosamente me ha encantado del libro es que la trama parece congelarse. El viaje tiene lugar mediante los días, y las semanas, pasan, el barco meciéndose y los tripulantes... he aquí mi punto... llenos de agitación.
Todo parece quedarse gélido, congelado en la inactividad: perdemos la cuenta de los días que han pasado, del viaje que les queda y de los lugares por los que transitan, y todo se centra en la angustia de los personajes, en sus deseos de seguir adelante y sus miedos, y obstáculos, para hacerlo.
La desesperación incrementa mediante pasan las páginas: como ocurre con los libros de esta escritora, todo parece ser aguas turbias dentro de ellos, un remolino de indecisión y de inseguridad que no les permite poder acostumbrarse a su vida diaria.
El huracán los traga, los deja sin respiración, asfixiados y sin aire en los pulmones, prácticamente derrotados.
Y con cada punto de vista, oímos esos gritos de auxilio, y esas reflexiones que tan intensas son y que tanto traen recuerdos y pasados que es mejor que queden enterrados.
“He’d known of love and accepted that it existed for him. But never before had he actually felt love as a physical sensation that emanated from another creature and warmed and comforted him. It was incredible.”
Dragon Haven es una obra maestra: a mi parecer superando a su anterior, esta novela consiguió mantenerme enganchada durante más de 550 páginas sin que hubiese trepidante acción de por medio: consiguió todo esto tan solo por sus personajes, activos, agitados, dinámicos y muy evolutivos.
Dragon Haven ha conseguido situarse sin ninguna dificultad junto con mis libros favoritos solo por los personajes, principales y secundarios, que llevan la trama junto con toda la carga de humanidad que hay en ellos.
...¡Y de no-humanidad! Puesto que humanos no es lo único que tenemos en estos libros... también hay seres mutantes, y también hay mismísimos dragones de comportamiento gatuno: arrogantes, creídos, vanidosos y muy presumidos, elegantes y con todo un grupo de humanos a sus pies.
¡Qué maravilla leer muchos capítulos bajo el punto de vista de estos poderosos, orgullosos y engreídos seres!
Se me hacía divertido, se me hacía una vivencia literaria única y en su momento más importante, una trama que gira en torno a estos dragones y que los presenta de una manera tan espléndida, y al mismo tiempo tan divertida, que solo podía sonreír con ternura.
La diferencia que había entre estos dragones y los humanos era abismal: cultura, costumbres, meros pensamientos... los dragones viven alejados de lo que los rodea, criaturas sabias (¡que fardan con serlo!) como nunca antes las habíamos conocido...
Serán pocos, pero bien se atreven a hacer que toda la historia se centre en ellos... ¡y lo orgullosos que están consigo mismos de hacer que esto sea así!
De esta manera, Sintara ha sido una de las voces más frescas y más innovadoras de los libros de Robin Hobb, una desdeñosa dragona que no desea nada más que la atención de sus inferiores humanos y que no tarda ni un momento en llenarnos de magia, de imposibles, de una narración digna de los dragones que recorre todo su mítico esplendor con mucha conciencia de ella misma.
Relpda ha sido otro gran, gran personaje... una criaturilla preciosa y adorable, soberbia y demandando atención inmediata.
Le cuesta pensar en algo fuera de ella, pero sin duda tiene un corazón de oro, y una capacidad de perdón que ni el más bondadoso de los humanos sería capaz de ofrecer. Su actitud tan infantil pudo llegar a tocar fondo conmigo... Ahora no soy capaz de quitarme esos deseos de protección y de profundo amor hacia ella.
Puede que todo este sentimiento se deba, fundamentalmente, a la conexión que Relpda tiene con Sedric, que quién le hubiera dicho que acabaría tan lleno de admiración y amor por los dragones.
Estos dos personajes tienen un protagonismo admirable en la obra: no ocupan todo el espacio, pero puedo afirmar sin lugar a dudas que mis partes más preferidas eran en las que salían estos dos... su conexión era tan profunda, y tan tierna...
Poco a poco, y como pasa con los dragones y sus guardianes, se iban fusionando el uno con el otro, hasta no saber dónde acababa el dragón y dónde el humano. Se cambiaban mutuamente mediante transcurría la historia, su respeto hacia el otro era genuino y una preocupación intensa los conectaba...
Esto no pasa solo con ellos: aquél que se acerca mucho a los dragones comienza a cambiar por éstos, y éste ha sido uno de los detalles que más absorta me ha tenido de todo el libro: el mundo tan original de los Elderlings aquí estaba mucho mejor presentado, mucho más detallado, se explicaba y se perfilaba cada parte de este universo mítico y cada cambio que los dragones provocaban en los humanos (y también viceversa) llevaba consigo mucha descripción y mucha aclaración.
De todos los libros de este mundo que ha creado Hobb, esta saga parece ser la que más profundiza en la magia, en la mitología y en el misticismo, divinizando a estas criaturas longevas y reduciendo a los humanos a un tumulto burbujeante de sentimientos que deben ser explorados.
Hilando una cosa con la otra, debo resaltar que, para mi gran agrado, esta tetralogía es la que más se centra en las relaciones románticas de los personajes... Y lo hace de una manera exquisita: no hay una como la otra, cada relación va esculpida directamente por los miembros que la forman.
Y como no es necesario precisar que cada personaje de Hobb es un mundo, tampoco es necesario decir que cada relación ha sido muy distinta a cualquier otra.
Estos sentimientos románticos parecían una extensión más de los personajes... Y de alguna manera, los rejuvenecía: era como si cada uno de ellos estuviera pro primera vez combatiendo con esas hormonas características de la adolescencia, como si por primera vez sintiesen ese sentimiento y no supiesen muy bien qué hacer con él.
Tanteaban, trataban de descubrir qué era lo que los hacía sentirse de esta manera. Porque si algo es característico de los libros de esta autora, es que no se deja emoción sin ser explicada y analizada.
Que no se me entienda mal... este "análisis" no es otro sino el del empirismo, el del sentimiento.
No hay verdades absolutas, pero sí palabras: porque como si se tratase de algo tan sencillo de esencializar como las características más importantes de una flor recién cortada, Robin Hobb pone palabras, poesía y diálogo a los sentimientos, las sensaciones pueden ser resaltadas con cavilaciones, y eso es lo que hace con cada una de ellas.
Pese a que es importante sacar que el romance está en esta tetralogía mucho más presente que en cualquier otra saga de esta escritora (de lo que llevo leído, al menos, que ya forma una importante legión), hay otros muchos sentimientos que son ahondados en este libro... Algunos de ellos son fáciles de explicar: enfado, rencor, resentimiento. Y otros de ellos son mucho más difíciles de tratar: envidia, traición, vacío, pérdida de sentido.
La cosa que tienen las relaciones entre los personajes de Robin Hobb (y que tanto acaban por destrozarme viva) es que no dejan de moverse, de cambiar, de fragmentarse y unirse de nuevo.
Todo tiene de mediadora a la palabra, aunque también hay momentos donde el sentimiento es tal que Hobb nos enternece con los gestos.
El caso es que yo, por mi parte, acabo agotada (para bien, de una manera que me encanta pese a que me desgarra) con las relaciones tan dinámicas de los personajes... Todos sus defectos, las consecuencias que traen... el realismo que hay en ellos, un realismo en ocasiones áspero, y en otras mucho más dulce.
Los personajes se alimentan de los otros, cambian por los otros y se rompen por los otros.
Se respira mucha tensión, la incomodidad entre ellos en ocasiones ha acabado conmigo, y en otros momentos ha habido una cercanía que me ha conmovido.
Todos han huido, y todos huyen, de algo. Es lo que hace que tengan un camino que seguir: alejarse de lo que los ha despedazado vivos, probarse a sí mismos que son independientes y capaces de salir adelante.
Hay rivalidades, romances, amenazas, traiciones, engaños y crueldad. Pese a que el viajes pueda parecer sencillo, toda esta humanidad tan a flor de piel acaba por volver locos de amor y sentimiento a los lectores, una complicada y enredada trama que no tiene descanso y que a mí me mantuvo atenta durante días.
Poner carne a algo tan inmenso como un personaje de Robin Hobb ha sido algo que ha tardado todo un libro en hacerse, y ahora, con su siguiente, podemos disfrutar de ir quitando, capa a capa, los escudos de los protagonistas hasta estar ante sus mayores temores, sus mayores angustias.
Por supuesto que el libro tiene un ritmo lento.
Si lo miramos desde el punto de vista de la acción, puede quedarse ésta escasa, aunque debo también decir que ha habido más que en el primer libro de esta tetralogía.
Si miramos el ritmo de las relaciones, de las reflexiones, de los sentimientos y de las angustias de los personajes... bueno, entonces nos encontraremos atrapados en un torbellino sin pausa que nos va rajando poco a poco hasta que quedamos vulnerables, tan perdidos como los personajes.
Ya sean humanos o dragones, los personajes mueven la historia... Con gran desarrollo, con una excelente caracterización, con poderosas personalidades y diálogos que forman parte del contacto e interacción que tienen con el mundo más allá de ellos.
La introspección es todo otro tema de conversación: es por medio de ella como entendemos los sentimientos y el comportamiento de los personajes, por qué hacen lo que hacen y por qué no son capaces de enfrentarse ante lo que los atormenta.
Para encarar estos miedos se necesita mucha preparación, y a eso se dispone Hobb con este libro: que luego no se diga que no pasan cosas en Dragon Haven, cuando hay tantas luchas internas, tantos conflictos entre los personajes y tantos miedos que, por primera vez en todo este tiempo, aparecen en carne y hueso.
Como no puede quedar sin mencionar, Sedric Meldar me ha seguido pareciendo, mucho más con este libro, el personaje más evolutivo de todos los de Hobb, así como el más defectuoso, el más contenido y el que más liberación tiene.
Pasando por momentos que me han enfurecido, a otros que me han destrozado, a otros que me han enternecido, Sedric ha acabado siendo esa clase de personaje que buscas encontrar cada vez que pasas la página del libro, un excelente compañero con tantas cosas que seguir trabajando sobre su pasado y sobre su mismísimo presente que deseo leerme de inmediato los siguientes dos libros para ver cómo su personaje sigue evolucionando de la manera tan especial y tan bien construida como lo ha estado haciendo hasta ahora.
“He felt her dim groping towards him, a plea for companionship and comfort. He didn’t want to give it. But he had never been a hard-hearted man. When she invaded his mind, pleading, he had to reach back. ‘You are stronger than you know,’ he told her. ‘Keep moving. Follow the other ones, my copper beauty. Soon there will be better days for you, but for now you must be strong.”
Tres relaciones esenciales para saber de la evolución de este personaje son su relación con Hest, su relación con Alise, y su relación con Relpda.
Estas tres se han trabajado en este libro con una inspección puramente psicológica del personaje.
Si algo me maravilla en especial de los libros de Robin Hobb, es lo graduales que son, cómo se van desplegando los personajes y van demostrando tener tantas cosas que ofrecer que ni con decenas de libros podrían terminarse.
Cada uno de ellos, desde la altiva pero insegura Thymara, el hosco pero sentimental Leftrin, la serena pero combativa Alise, el aristocrático pero inestable Sedric, y demás otros personajes, han sido los que han llevado todo el ritmo del libro, y los que me han acompañado en una búsqueda de respuestas sin descanso.
La historia es todo otro terreno que nos traga y nos inunda de fascinación: ciudades perdidas, dragones casi extintos, Elderlings misteriosos... una inmersión en el mundo tan completo y tan rebosante de magia que nos deja, una vez más, sin respiración.
Y es que, por mucho que hayamos leído tantos otros libros del Realm of the Elderlings, seguimos sintiendo que lo conocemos por primera vez: cada saga tiene lugar en distintas partes de este mundo, y cada uno de estos lugares ofrecen mucho terreno de juego para explorar y descubrir.
Dragon Haven es otra obra maestra más de Robin Hobb que se mueve a partir de los personajes, y que está construida sobre una parte del mundo de esta serie de libros nueva para todos nosotros, con un lore fundamental y con una fineza en las explicaciones, y tal detalle en cada evento, que su universo parece esculpido en impoluto mármol.
Con una riqueza tan distinguida en la trama, y con unos personajes tan pudientes y al mismo tiempo tan vulnerables, esta segunda entrega de esta saga ha conseguido lo propuesto: sacarme de mi mundo y llevarme a uno de dragones, barcos y vida en su estado más liberado.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 6/5
♫ Acción: 3/5
♫ Trama: 4/5
♫ Originalidad: 4/5
♫ Desenlace: 4/5
♫ Pluma: 6/5
VALORACIÓN PERSONAL: 10/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos :3
VALORACIÓN PERSONAL: 10/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos :3
No hay comentarios:
Publicar un comentario