Título: El Último Tren a ZúrichAutor: César Vidal
Editorial: Alfaguara
Canción Identificada:
Sinopsis:
Otoño de 1937. Eric llega a Viena con la intención de cursar estudios de arte.
En su primer día en la ciudad asiste aterrorizado a un episodio de violencia protagonizado por los camisas pardas y conoce a Kart Lebendig, un poeta con el que trabará amistad.
Eric descubrirá, igualmente, el amor de Rose y, sin proponérselo, despertará a una vida nueva y totalmente distinta a todo lo que hubiera podido imaginar. Pero entonces el Führer entra como victorioso conquistador en Viena...
Opinión:
Lo único que se puede agradecer es que fuera breve.
Gracias a esto, el suplicio terminó pronto e incluso salí de él con la idea de que, con todo, esta lectura había sido ágil y llevadera, entretenida pero ciertamente no maravillosa.
Más o menos esta es la idea que se me ha quedado del libro... un amargor, un hastío que es endulzado por ser la novela breve, un libro para adolescentes que acaba centrándose tanto en la historia de amor más simple que incluso llegamos a olvidar dónde tiene lugar la historia... ni más ni menos que en la cruda y áspera Segunda Guerra Mundial.
Harán ya tres años desde que me leí el libro, pero no dudo en destacar que el argumento es simple: Eric decide viajar a Viena a estudiar Bellas Artes y, tras un acto violento por parte de una banda callejera, conoce al pensador y escéptico Karl Lebending, una persona con un gran conocimiento y un hogar que transmite una seguridad inmersa en libros y estudios.
Es en la academia a la que Eric asiste donde conoce a Rose, enamorándose perdidamente de ella a primera vista. Como no puede ser de otra manera, la jovencita está con un chico manipulador y bastante matón que es un fiel seguidor de Hitler, y el contacto que Eric establece con Rose hace que nuestro protagonista se meta en un problema de dimensiones bastante mayores que un tema del corazón.
Ahí entra, brevemente, la política, lo más interesante de este libro que, si bien bastante poca, me dejó un buen sabor de boca (siento la rima, no es intencionada).
Como suele pasar con estos libros históricos, algo de vida en los personajes que nos hace identificarnos con ellos y verlos como reales y con mis mismos problemas diarios que nosotros, hasta que llega la guerra, la desesperación, las despedidas y el peligro inminente de muerte.
spoiler
Sin embargo, básicamente todo se resume a una historia de amor donde se averiguan algunas cosas sobre el mentor Karl Lebending y, cuando comienza lo malo, rápidamente Eric huye de todo.
fin del spoiler
Sin revelar mucho más (suficiente mal ya he hecho dada su extensión), el libro me ha parecido bastante flojo con sus ideas, la trama era verdaderamente simple y no dejaba mucho juego a nada más que a una historia rápida y poco efectiva de amor, poco correspondido y (así asá) trágico, sin mucha emoción y con poca presentación de los personajes, haciendo que sea sencillo ponerse en su lugar (debido a que al estar vacíos son lo que yo llamo personajes espejo, que se rellenan del lector y reflejan todo lo que es y ya) y que no se sepa mucho de sus personalidades, puede que la de los adultos algo más visibles.
Lebending es el personaje que más aporta a la historia, y saber de sus ideas, de su vida pasada y de su amor ayuda mucho a interesarse por la historia, uno se siente protegido bajo su ala y bajo todo su gran conocimiento.
Además, hay poca ambientación, todo pasa demasiado rápido y la mayor parte de la historia tiene lugar con diálogos que, aunque interesantes en los que aparece Lebending porque se hablan de las ideologías de la época, seguían siendo bastante flojillos.
La brevedad de El Último Tren a Zúrich hace que sea un libro bastante fácil de leer, pero también hace que no se profundice en los personajes y en la trama, siendo las dos cosas simples y estereotipadas, con romance juvenil sencillo, relaciones forzadas que enseguida se convierten en grandes amistades, suavizando lo malo y hablando superficialmente de las condiciones sociales y políticas del momento.
La novela está algo rescatada por el personaje de Karl Lebending, pero sigue teniendo un ritmo despreocupado que se precipita con el final y no logra haber captado mi atención.
Gracias a esto, el suplicio terminó pronto e incluso salí de él con la idea de que, con todo, esta lectura había sido ágil y llevadera, entretenida pero ciertamente no maravillosa.
Más o menos esta es la idea que se me ha quedado del libro... un amargor, un hastío que es endulzado por ser la novela breve, un libro para adolescentes que acaba centrándose tanto en la historia de amor más simple que incluso llegamos a olvidar dónde tiene lugar la historia... ni más ni menos que en la cruda y áspera Segunda Guerra Mundial.
Harán ya tres años desde que me leí el libro, pero no dudo en destacar que el argumento es simple: Eric decide viajar a Viena a estudiar Bellas Artes y, tras un acto violento por parte de una banda callejera, conoce al pensador y escéptico Karl Lebending, una persona con un gran conocimiento y un hogar que transmite una seguridad inmersa en libros y estudios.
Es en la academia a la que Eric asiste donde conoce a Rose, enamorándose perdidamente de ella a primera vista. Como no puede ser de otra manera, la jovencita está con un chico manipulador y bastante matón que es un fiel seguidor de Hitler, y el contacto que Eric establece con Rose hace que nuestro protagonista se meta en un problema de dimensiones bastante mayores que un tema del corazón.
Ahí entra, brevemente, la política, lo más interesante de este libro que, si bien bastante poca, me dejó un buen sabor de boca (siento la rima, no es intencionada).
Como suele pasar con estos libros históricos, algo de vida en los personajes que nos hace identificarnos con ellos y verlos como reales y con mis mismos problemas diarios que nosotros, hasta que llega la guerra, la desesperación, las despedidas y el peligro inminente de muerte.
spoiler
Sin embargo, básicamente todo se resume a una historia de amor donde se averiguan algunas cosas sobre el mentor Karl Lebending y, cuando comienza lo malo, rápidamente Eric huye de todo.
fin del spoiler
Sin revelar mucho más (suficiente mal ya he hecho dada su extensión), el libro me ha parecido bastante flojo con sus ideas, la trama era verdaderamente simple y no dejaba mucho juego a nada más que a una historia rápida y poco efectiva de amor, poco correspondido y (así asá) trágico, sin mucha emoción y con poca presentación de los personajes, haciendo que sea sencillo ponerse en su lugar (debido a que al estar vacíos son lo que yo llamo personajes espejo, que se rellenan del lector y reflejan todo lo que es y ya) y que no se sepa mucho de sus personalidades, puede que la de los adultos algo más visibles.
Lebending es el personaje que más aporta a la historia, y saber de sus ideas, de su vida pasada y de su amor ayuda mucho a interesarse por la historia, uno se siente protegido bajo su ala y bajo todo su gran conocimiento.
Además, hay poca ambientación, todo pasa demasiado rápido y la mayor parte de la historia tiene lugar con diálogos que, aunque interesantes en los que aparece Lebending porque se hablan de las ideologías de la época, seguían siendo bastante flojillos.
La brevedad de El Último Tren a Zúrich hace que sea un libro bastante fácil de leer, pero también hace que no se profundice en los personajes y en la trama, siendo las dos cosas simples y estereotipadas, con romance juvenil sencillo, relaciones forzadas que enseguida se convierten en grandes amistades, suavizando lo malo y hablando superficialmente de las condiciones sociales y políticas del momento.
La novela está algo rescatada por el personaje de Karl Lebending, pero sigue teniendo un ritmo despreocupado que se precipita con el final y no logra haber captado mi atención.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 1.75/5
♫ Acción: 2/5
♫ Trama: 2.5/5
♫ Originalidad: 2/5
♫ Desenlace: 2/5
♫ Pluma: 2/5
VALORACIÓN PERSONAL: 4/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos :3
VALORACIÓN PERSONAL: 4/10
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