Reseña: La Emperatriz de los Etéreos

Título: La Emperatriz de los Etéreos
Autor: Laura Gallego
Editorial: Círculo de Lectores
Canción Identificada: 




Sinopsis:

Cuentan que, más allá de los Montes de Hielo, más allá de la Ciudad de Cristal, habita la Emperatriz en un deslumbrante palacio....

Así comienza La Emperatriz de los Etéreos, la historia de un viaje y una búsqueda desesperada, que llevará a su protagonista mucho más lejos de lo que jamás había soñado.

Bipa no cree en los cuentos de hadas. No le interesa lo que pueda haber más allá de las Cuevas donde habita su gente. Pero cuando su amigo Aer, fascinado por la leyenda de la mítica Emperatriz, parte en un viaje hacia una muerte segura, Bipa irá a buscarlo, arriesgando su propia vida en un mundo de hielo bañado por la luz de la estrella azul, persiguiendo algo que puede no ser más que una quimera. ¿Existe de veras el Reino Etéreo? ¿Existe algo más allá de la confortable seguridad de las Cuevas? ¿O, por el contrario, no hay más que frío, muerte y oscuridad?





Opinión:

Al ser uno de los primeros libros que me leí de esta jovencísima e imaginativa escritora, y al ser leído hace ya muchos años, mi memoria no llegaba a recordar con claridad lo que era el libro, así que, pasando una noche hojeándolo de nuevo, me decidí a reseñarlo sin más dilación, porque es uno de estos libros que es preciso que se reseñen una y otra vez, una y otra vez, todo lo que haga falta para hacer que quienes navegan por internet deseen comprárselo de inmediato.




“La esperanza podía trastornar a una persona hasta hacerla rozar la locura.”

Es una de las cosas que hacen los libros de Laura Gallego: sientes ese impulso de leerlos de manera compulsiva. 

Y pese a este libro ser más lento, un tanto más de una odisea nívea, tenemos esa misma sensación en todo el cuerpo... la mítica adicción literaria de "un capítulo más", que hace que nos devoremos el libro en cuestión de horas.





Sin extenderme mucho más con la introducción, aquí os presento La Emperatriz de los Etéreos, libro ligero, fluido, gélido y plagado de leyendas oscuras y cavernosas, con una protagonista fuerte y decidida y un mundo donde lo etéreo, lo invernal, lo eterno, se diviniza hasta el punto de someter a todos los admiradores de la inmortalidad... 


He aquí uno de los libros más viajeros y más aventureros de Laura Gallego, donde la frase de "caminante no hay camino, se hace camino al andar" tiene un importante papel en esta odisea invernal. 

La Emperatriz de los Etéreos es una novela juvenil que, sin embargo, podría asegurar que se hace la más adulta de todas las de Gallego. 

No tiene ningún tópico adolescente, y es más, la ambientación tiene un aire tan místico y supersticioso que nos envuelve en una fragancia de madurez ante lo desconocido, ante los descubrimientos de naturaleza más infantil. 



La magia es sorprendente, abierta, fantástica en todos los aspectos, lo que da un aire de esa superación de imposibles de los niños, pero la forma en la que está contado, con esa sencillez, de manera austera, y al mismo tiempo con una reflexión dedicada y observadora, hacen que todo adulto se sienta enamorado del paisaje y de los terrenos tan espirituales.




Tiene, además, una carga muy pesada de curiosidad, de búsqueda de respuestas, todo firmado con un tono muy contemplativo, muy misterioso. 





La trama es simple, y curiosamente esa es una de las cosas que hacen que la novela se vea tan reforzada en atrevimiento: no hay dragones, hadas, unicornios ni vampiros... cuenta la historia de una superación de los miedos, de salir de la zona de seguridad y descubrir, de la forma más empírica posible, lo que hay más allá de las leyendas... 


Es un mundo atemporal, mágico con su frialdad pero sin centrarse en ningún sistema fantástico predeterminado. 

Deja mucha libertad a esto, a que cualquier cosa pase sin que tengamos en mente lo que sería la rigidez de un mundo de pies a cabeza explorado. 

No hay cosas sistemáticas, ni leyes que determinen lo que puedes o no encontrarte, y así la espera, las ansias de conocer, son de nuevo puramente infantiles, cualquier cosa puede pasar y eso es lo que más llega a sorprendernos.





Los personajes, que rebosan de atractivo debido a no ser nada convencionales, se adentran en este mundo sin nada más que sus agallas, en búsqueda de respuestas, y rodeados de una obsesión que les lleva a seguir avanzando, llamados por esa voz de una emperatriz que fácilmente puede considerarse como el punto más crítico de una obcecación: un ideal, un ser inalcanzable, un objetivo que nos cierra las ideas y nos sumerge en una nada, en una desesperación. 


Los personajes no luchan, en sí, contra nada material... tratan de hacer frente a esta voz susurrante que les llama y que les hace olvidar lo que es la vida y lo que es la libertad. 


Tratan de ser independientes, de superar cualquier barrera, de llegar a sus metas disfrutando del camino. 

Bipa es la encarnación más positiva de esto... y Aer es la encarnación de lo perdidos que nos puede dejar la desorientación y la obsesión por llegar a un punto en concreto. 





Al estilo de Platón, Bipa vive en una cueva sin conocer del mundo de fuera nada más que por las sombras de los cuentos alrededor de la hoguera, con un estilo de vida de seguridad y de protección ante el frío, un modelo de cuerpo rollizo e ideales muy distintos a los nuestros que son fundamentales para entender que esta sociedad está muy alejada a la nuestra. 


En este mundo, Bipa conoce a Aer, el hijo de un extranjero con complexión delgada, fuera de lo que se busca como modelo idílico en las cuevas, que es extraño y no acaba de encajar. 



“-Pero...Bipa-pudo decir Aer, confuso-.¿Por qué... has hecho todo esto por mí? ¿Por qué... has venido a buscarme?
Ella lo miró como si fuera realmente corto de entendederas.
-Porque te quiero, estúpido-respondió, sin más”

Sintiendo que algo le llama a explorar el mundo de fuera, Aer sale al exterior sin protección de ningún tipo, en busca de la Emperatriz de las leyendas que le promete grandes cosas con un precio...




Bipa, en busca de este muchacho del que no se ha sabido nada más, se embarca en una búsqueda del propio sentido del viaje, una exploración de sus mayores miedos y un enfrentamiento contra éstos que hace que la novela sea prácticamente de introspección, así como de conocimiento de lo exterior, de tu zona de confort y de ir en busca de leyendas míticas, una ambientación que recuerda a La Historia Interminable y que estudia un mundo lejano, muy distinto al conocido, donde Bipa conocerá a personajes muy curiosos y aprenderá a dejarse llevar por lo que dictamina los movimientos de nuestra vida... la curiosidad, la búsqueda de respuestas, el propio sentido de nuestra existencia, todo en un paisaje de frío y de viento, donde la autocrítica, el exceso autocontrol y las ansias de superarse a uno mismo para llegar al palacio de la Emperatriz (para llegar hay que ser etéreo, puro, dejar atrás el cuerpo físico y volverse transparente e impecable) nos recuerdan al perfeccionismo y a la pérdida de uno mismo de la enfermedad de la anorexia.


“¡La eternidad! —exclamó Bipa con desdén—. ¿De qué te sirve la eternidad si para ello has de renunciar a la vida?"

Bipa, que lucha contra estas cosas y está dispuesta a lo que sea con tal de salvar a Aer de esta perdición, se enfrenta a los males más terribles de los anhelos y las aspiraciones y busca a su amigo por difíciles terrenos mientras todos nuestros personajes sufren un cambio impresionante, contra los cánones establecidos y contra la búsqueda de una perfección que no existe. 

Siendo, a mi parecer, uno de los libros más completos, más críticos de la sociedad y más ahondadores de todos los de Laura Gallego, La Emperatriz de los Etéreos se sitúa en una lectura intensa, mágica, soñadora, moral y altamente introspectiva, todo un viaje que no dejará indiferente a ningún lector.

PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 4/5

♫ Acción: 3/5

♫ Trama: 3/5

♫ Originalidad: 3.75/5

♫ Desenlace: 4.5/5

♫ Pluma: 4.5/5


VALORACIÓN PERSONAL:  9/10



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