Autor: Patty Yumi Corrrell
Editorial: McSWEENEY'S
Canción Identificada: Hurt (Nine Inch Nails)
Sinopsis:
Helen Moran is thirty-two years old, single, childless, college-educated, and partially employed as a guardian of troubled young people in New York. She’s accepting a delivery from IKEA in her shared studio apartment when her uncle calls to break the news: Helen’s adoptive brother is dead.
According to the internet, there are six possible reasons why her brother might have killed himself. But Helen knows better: she knows that six reasons is only shorthand for the abyss. Helen also knows that she alone is qualified to launch a serious investigation into his death, so she purchases a one-way ticket to Milwaukee. There, as she searches her childhood home and attempts to uncover why someone would choose to die, she will face her estranged family, her brother’s few friends, and the overzealous grief counselor, Chad Lambo; she may also discover what it truly means to be alive.
According to the internet, there are six possible reasons why her brother might have killed himself. But Helen knows better: she knows that six reasons is only shorthand for the abyss. Helen also knows that she alone is qualified to launch a serious investigation into his death, so she purchases a one-way ticket to Milwaukee. There, as she searches her childhood home and attempts to uncover why someone would choose to die, she will face her estranged family, her brother’s few friends, and the overzealous grief counselor, Chad Lambo; she may also discover what it truly means to be alive.
Opinión:
Como de costumbre, meter a los libros en un mismo saco es una pérdida de tiempo, es ridículo, y es imposible. La cosa está en que cuando logras ver una relación entre ellos (ya sea por el estilismo de la prosa, o por la forma en la que la historia avanza, o por la evolución en incremento de los personajes) te encuentras con un nuevo libro que destara estos juegos de control que nuestra mente siempre se encuentra haciendo.
Bueno, pues eso ha ocurrido en este libro.
De todas las formas posibles, Patty Yumi Cottrelll se cruje los dedos y suelta una risa burlesca, mientras con este libro derrumba todos los esquemas que los lectores teníamos hechos.
¿Soy la única que siente que en este libro no ha pasado nada digno de mención... y al mismo tiempo han pasado tantas cosas inspiradoras, emotivas y conmovedoras que sientes que se te ha detenido en más de una ocasión la respiración?
¿Qué sortilegio oscuro ha hechizado al libro esta escritora como para hacer que me sienta tan vacía y al mismo tiempo tan llena?
“Time itself is nothing but a construction to organize and measure flesh decay.”
Dejemos los periplos emocionales y centrémonos en el libro: se trata de una novela de fantasmas. Fantasmas del pasado. Pero no sólo personajes que ya no están: también miradas atrás viéndose a uno mismo transitar por los lugares en los que se ha tenido la infancia, en los que se ha crecido, y lugares que te han cambiado en enorme manera.
A nuestra protagonista no le queda otra que enfrentarse al pasado: se ve en necesidad de acudir a su hogar de la infancia cuando su tío le da la trágica noticia... su hermano adoptivo se ha suicidado.
De esta manera, Helen Moran, el personaje principal, deja atrás su vida en Nueva York y se dirige a Milwaukee, decidiendo hacer una investigación a fondo del pasado de su hermano y de las razones que pudo tener para morir en los pocos días que pasará noche en la casa de sus padres... No obstante, el fantasma de su hermano no será lo único que hará estremecer la casa: nuevas emociones resurgiendo, recuerdos volviendo a la vida, personajes cercanos a su hermano (los pocos que podían ser considerados sus amigos) y conversaciones con sus distantes padres adoptivos son algunas de las cosas que también desestabilizarán emocionalmente a Helen.
Sin embargo, con total determinación y un carácter, como ya más adelante mencionaré, bastante curioso, Helen Moran no deja que los espíritus pasados le arrastren al abismo: meticulosamente, Helen estudiará al detalle cada uno de los elementos de la vida de su hermano, entrelazando así, sin darse cuenta, su propia vida personal en la ecuación... el resultado, si bien no chocante o relevante, será tan evolutivo y tan bien llevado a cabo que asombrará tanto a Helen y al lector, y proporcionará a éstos una perspectiva de vida completamente nueva.
Fuera de lo que pueda parecer, no se trata de ninguna versión del famoso (y por mí aún no leído) libro de Por Trece Razones, aunque eso es lo que yo me esperaba, a decir verdad.
Pero si bien el argumento presenta una idea ya algo más vista, el desarrollo del libro es completamente inesperado: aunque la idea de la investigación por la muerte de su hermano perdure, la protagonista transita por tantas sendas (algunas ya previamente acabadas, volviendo la vista atrás; otras que cerrará; otras que iniciará) que no tiene sentido decir que la historia gira en torno al suicidio... La historia gira, en contra de lo que uno pudiera imaginarse con el argumento, no en torno a la muerte, sino a la vida.
El estado de letarga confusión no me ha abandonado: aún no comprendo... no sé... cuál ha sido el punto culminante en el libro. No se trata de un libro con la estructura predefinida que todos conocemos (inicio, desarrollo y desenlace).
¿Qué línea sigue este libro?
Ninguna en concreto.
Ni siquiera se trata de un elemento en la mente del protagonista que se vaya desarrollando y acabe por finalizar con una nueva fórmula de vida (pongamos como ejemplo El Guardián entre el Centeno, libro que, a pesar de no tener como tal un nudo, sí presenta una satisfactoria conclusión), sino que... Sorry to Disrupt the Peace es una acumulación de vivencias que se hallaban en conflicto, encerradas y oprimidas, en Helen Moran, y que acaban por estallar ante este suceso tan trágico. Además, no se te presentan a la primera, sino que a medida que vas conociendo lo que sucede, a medida que vas descubriendo los pensamientos de esta mujer, es cuando comienzas a entender quién es y qué le ocurre y qué pasado le ha precedido a ella y a su hermano.
La historia, como tal, no es lineal, sino que se ramifica mucho, muchísimo, y algunas de esas ramificaciones, como ya he dicho, ya han sido finalizadas o finalizan, y otras se quedan abiertas. Como la vida misma, supongo (pero sí, lo admito... ¡en algunas me ha dado mucha rabia no saber de ellas!).
Helen Moran también es un elemento del libro que bufa ante lo predeterminado de la sociedad: se trata de una heroína curiosa, muy curiosa, de leer. No es ir muy lejos si digo que probablemente es de los personajes femeninos que más me han gustado de toda la literatura.
Helen tiene encanto, tozudez, desbordante inteligencia, creatividad, y, sobre todo, una respuesta clara hacia el mundo.
Admite no saber quién es con certeza, y no teme explorarse a sí misma (cosa que todos deberíamos poder hacer a lo largo del día).
Helen hace esto con sorprendente frecuencia: y, aun a pesar de todos esos años al cuidado de niños, estudiando su psique, analizando también la suya propia, Helen no ha encontrado respuesta. Pero puede reunir cachitos de quién es, y eso lo hace, encarando una de las más terribles cosas que pueden suceder en la vida: la muerte de un hermano.
“Why wouldn’t anyone admit that a life is not a life but a deathward existence?”
Es de los pocos libros que conozco que no presentan una relación de enamorados: de hecho, es el único libro que deja atrás todo personaje secundario, y con esto digo todos al completo, para centrarse al máximo en la protagonista.
Es un recorrido única y exclusivamente a la mente del personaje principal, casi diría que la muerte del familiar no es sino una excusa para hacer un detallado estudio de Helen Moran. Y esto Yumi Cottrell lo plasma a la perfección.
Helen Moran es un personaje atípico, sensible, dedicado, que ama su trabajo y vuelca todo su empeño en ayudar a la gente. También es un personaje solitario, introvertido, retraído, que disfruta del aislamiento; pero que no duda en expresar con claridad sus ideas ante el mundo, sin importarle la opinión ajena, y se le ve disfrutar de otras compañías.
“Pragmatic, I have always preferred to be in the background, unobserved; I preferred to play the role of the detached observer/receiver, the way one would live if one lived and spoke and shat inside a puffy white cloud floating along above the world harmlessly like a balloon.”
Es un personaje que está fuera de lugar en los sectores en los que las personas se han dividido. También es un personaje al que no le importa estar fuera de lugar.
Es más, con calma da la bienvenida a su rechazo a las relaciones de pareja, o que acepta y sonríe a sus monólogos dirigidos a la nada pero con el molesto público de repartidores de muebles.
Es un personaje, no cabe duda, implacable, con un torbellino de pensamientos en su mente que se disparan y que chocan y que se aglomeran.
Inquebrantable, curiosa y con una inmensurable fuerza interior, Helen Moran es un personaje que me ha impactado, maravillado y al que he admirado y disfrutado mucho leer.
Hay, como yo he dicho, muchas clasificaciones en los libros, y si he de meter a este libro en una es en que, en opuesto a otros en los que se debe libar de cada detalle y mirar con lupa cada elemento, este libro debe ser observado en su totalidad. Analizar cada elemento es un sinsentido, porque nos encontraremos con lo que yo he dicho: confusión, intentos de encajar millones de piezas que son incajables.
Lo que hay que hacer es ver el libro en su sentido más global, y apreciar la sensación final que te deja en tu interior, cálida y floreciente.
De veras que tratar de ver cada elemento por separado en este libro no funciona: si se desea disfrutar de la lectura y sacar algo en claro, debe hacerse desde una perspectiva alejada, viendo la obra al completo.
Inmensamente interesante, absolutamente brillantemente bien escrito e inspirador, Sorry to Disrupt the Peace es un libro que me ha dejado mucha huella (¡aun sin tener un centro de historia claro y firme!), y que no dudo en recomendar leer.
Lo único... que yo he notado que la escritora se sentía obligada de poner un final que agradase con respecto al por qué de la muerte de su hermano. Lo que es muy entendible, ya que la idea principal del libro es esa, pero el caso es que quedaba mencionado rápidamente en el final, en una forma demasiado vaga y sencilla para explicarlo spoiler (ayudándose de escritos del hermano para relatar el por qué) fin del spoiler, y no se le daba muchas más vueltas.
El motivo del suicidio estaba, a mi parecer, mencionado muy por encima, aunque es verdad que la escritora lo ha bordado al exponer poco a poco memorias con el hermano para entender quién era esta persona.
Así que de nuevo este libro me deja contrariada.
Puede que más momentos clave en el pasado para comprender las razones del suicidio, más conversaciones con su amigo, más estudios a su cuarto y su composición... A lo mejor así me habría quedado más satisfecha.
Pero nuevamente: este libro no consiste en dejarte satisfecho: consiste en mostrarte la vida misma, con sonrisas y muecas molestas o dolidas.
De tratar de hacer algo, entre todo ese aturdimiento y todos esos conflictos internos de la protagonista, Sorry to Disrupt the Peace desea mostrarte a la vida en desnudo, con cicatrices y con heridas aún sangrantes. Las costras se quitan y heridas antiguas vuelven a doler, y otros parches cubren las magulladuras.
Sorry to Disrupt the Peace es esa clase de libro: aquél que es enfermedad y remedio, que quema y congela, angustia y alivia.
La emoción contenida en este libro es apabullante; su mensaje, poético y al mismo tiempo realista; su prosa, estilizada y directa; el libro, en su totalidad, una radiante obra de arte que, aun pintada en gris y en muerte, muestra con estos medios antitéticos humanidad, emociones, colores, y vida.
Bueno, pues eso ha ocurrido en este libro.
De todas las formas posibles, Patty Yumi Cottrelll se cruje los dedos y suelta una risa burlesca, mientras con este libro derrumba todos los esquemas que los lectores teníamos hechos.
¿Soy la única que siente que en este libro no ha pasado nada digno de mención... y al mismo tiempo han pasado tantas cosas inspiradoras, emotivas y conmovedoras que sientes que se te ha detenido en más de una ocasión la respiración?
¿Qué sortilegio oscuro ha hechizado al libro esta escritora como para hacer que me sienta tan vacía y al mismo tiempo tan llena?
“Time itself is nothing but a construction to organize and measure flesh decay.”
Dejemos los periplos emocionales y centrémonos en el libro: se trata de una novela de fantasmas. Fantasmas del pasado. Pero no sólo personajes que ya no están: también miradas atrás viéndose a uno mismo transitar por los lugares en los que se ha tenido la infancia, en los que se ha crecido, y lugares que te han cambiado en enorme manera.
A nuestra protagonista no le queda otra que enfrentarse al pasado: se ve en necesidad de acudir a su hogar de la infancia cuando su tío le da la trágica noticia... su hermano adoptivo se ha suicidado.
De esta manera, Helen Moran, el personaje principal, deja atrás su vida en Nueva York y se dirige a Milwaukee, decidiendo hacer una investigación a fondo del pasado de su hermano y de las razones que pudo tener para morir en los pocos días que pasará noche en la casa de sus padres... No obstante, el fantasma de su hermano no será lo único que hará estremecer la casa: nuevas emociones resurgiendo, recuerdos volviendo a la vida, personajes cercanos a su hermano (los pocos que podían ser considerados sus amigos) y conversaciones con sus distantes padres adoptivos son algunas de las cosas que también desestabilizarán emocionalmente a Helen.
Sin embargo, con total determinación y un carácter, como ya más adelante mencionaré, bastante curioso, Helen Moran no deja que los espíritus pasados le arrastren al abismo: meticulosamente, Helen estudiará al detalle cada uno de los elementos de la vida de su hermano, entrelazando así, sin darse cuenta, su propia vida personal en la ecuación... el resultado, si bien no chocante o relevante, será tan evolutivo y tan bien llevado a cabo que asombrará tanto a Helen y al lector, y proporcionará a éstos una perspectiva de vida completamente nueva.
Fuera de lo que pueda parecer, no se trata de ninguna versión del famoso (y por mí aún no leído) libro de Por Trece Razones, aunque eso es lo que yo me esperaba, a decir verdad.
Pero si bien el argumento presenta una idea ya algo más vista, el desarrollo del libro es completamente inesperado: aunque la idea de la investigación por la muerte de su hermano perdure, la protagonista transita por tantas sendas (algunas ya previamente acabadas, volviendo la vista atrás; otras que cerrará; otras que iniciará) que no tiene sentido decir que la historia gira en torno al suicidio... La historia gira, en contra de lo que uno pudiera imaginarse con el argumento, no en torno a la muerte, sino a la vida.
El estado de letarga confusión no me ha abandonado: aún no comprendo... no sé... cuál ha sido el punto culminante en el libro. No se trata de un libro con la estructura predefinida que todos conocemos (inicio, desarrollo y desenlace).
¿Qué línea sigue este libro?
Ninguna en concreto.
Ni siquiera se trata de un elemento en la mente del protagonista que se vaya desarrollando y acabe por finalizar con una nueva fórmula de vida (pongamos como ejemplo El Guardián entre el Centeno, libro que, a pesar de no tener como tal un nudo, sí presenta una satisfactoria conclusión), sino que... Sorry to Disrupt the Peace es una acumulación de vivencias que se hallaban en conflicto, encerradas y oprimidas, en Helen Moran, y que acaban por estallar ante este suceso tan trágico. Además, no se te presentan a la primera, sino que a medida que vas conociendo lo que sucede, a medida que vas descubriendo los pensamientos de esta mujer, es cuando comienzas a entender quién es y qué le ocurre y qué pasado le ha precedido a ella y a su hermano.
La historia, como tal, no es lineal, sino que se ramifica mucho, muchísimo, y algunas de esas ramificaciones, como ya he dicho, ya han sido finalizadas o finalizan, y otras se quedan abiertas. Como la vida misma, supongo (pero sí, lo admito... ¡en algunas me ha dado mucha rabia no saber de ellas!).
Helen Moran también es un elemento del libro que bufa ante lo predeterminado de la sociedad: se trata de una heroína curiosa, muy curiosa, de leer. No es ir muy lejos si digo que probablemente es de los personajes femeninos que más me han gustado de toda la literatura.
Helen tiene encanto, tozudez, desbordante inteligencia, creatividad, y, sobre todo, una respuesta clara hacia el mundo.
Admite no saber quién es con certeza, y no teme explorarse a sí misma (cosa que todos deberíamos poder hacer a lo largo del día).
Helen hace esto con sorprendente frecuencia: y, aun a pesar de todos esos años al cuidado de niños, estudiando su psique, analizando también la suya propia, Helen no ha encontrado respuesta. Pero puede reunir cachitos de quién es, y eso lo hace, encarando una de las más terribles cosas que pueden suceder en la vida: la muerte de un hermano.
“Why wouldn’t anyone admit that a life is not a life but a deathward existence?”
Es de los pocos libros que conozco que no presentan una relación de enamorados: de hecho, es el único libro que deja atrás todo personaje secundario, y con esto digo todos al completo, para centrarse al máximo en la protagonista.
Es un recorrido única y exclusivamente a la mente del personaje principal, casi diría que la muerte del familiar no es sino una excusa para hacer un detallado estudio de Helen Moran. Y esto Yumi Cottrell lo plasma a la perfección.
Helen Moran es un personaje atípico, sensible, dedicado, que ama su trabajo y vuelca todo su empeño en ayudar a la gente. También es un personaje solitario, introvertido, retraído, que disfruta del aislamiento; pero que no duda en expresar con claridad sus ideas ante el mundo, sin importarle la opinión ajena, y se le ve disfrutar de otras compañías.
“Pragmatic, I have always preferred to be in the background, unobserved; I preferred to play the role of the detached observer/receiver, the way one would live if one lived and spoke and shat inside a puffy white cloud floating along above the world harmlessly like a balloon.”
Es un personaje que está fuera de lugar en los sectores en los que las personas se han dividido. También es un personaje al que no le importa estar fuera de lugar.
Es más, con calma da la bienvenida a su rechazo a las relaciones de pareja, o que acepta y sonríe a sus monólogos dirigidos a la nada pero con el molesto público de repartidores de muebles.
Es un personaje, no cabe duda, implacable, con un torbellino de pensamientos en su mente que se disparan y que chocan y que se aglomeran.
Inquebrantable, curiosa y con una inmensurable fuerza interior, Helen Moran es un personaje que me ha impactado, maravillado y al que he admirado y disfrutado mucho leer.
Hay, como yo he dicho, muchas clasificaciones en los libros, y si he de meter a este libro en una es en que, en opuesto a otros en los que se debe libar de cada detalle y mirar con lupa cada elemento, este libro debe ser observado en su totalidad. Analizar cada elemento es un sinsentido, porque nos encontraremos con lo que yo he dicho: confusión, intentos de encajar millones de piezas que son incajables.
Lo que hay que hacer es ver el libro en su sentido más global, y apreciar la sensación final que te deja en tu interior, cálida y floreciente.
De veras que tratar de ver cada elemento por separado en este libro no funciona: si se desea disfrutar de la lectura y sacar algo en claro, debe hacerse desde una perspectiva alejada, viendo la obra al completo.
Inmensamente interesante, absolutamente brillantemente bien escrito e inspirador, Sorry to Disrupt the Peace es un libro que me ha dejado mucha huella (¡aun sin tener un centro de historia claro y firme!), y que no dudo en recomendar leer.
Lo único... que yo he notado que la escritora se sentía obligada de poner un final que agradase con respecto al por qué de la muerte de su hermano. Lo que es muy entendible, ya que la idea principal del libro es esa, pero el caso es que quedaba mencionado rápidamente en el final, en una forma demasiado vaga y sencilla para explicarlo spoiler (ayudándose de escritos del hermano para relatar el por qué) fin del spoiler, y no se le daba muchas más vueltas.
El motivo del suicidio estaba, a mi parecer, mencionado muy por encima, aunque es verdad que la escritora lo ha bordado al exponer poco a poco memorias con el hermano para entender quién era esta persona.
Así que de nuevo este libro me deja contrariada.
Puede que más momentos clave en el pasado para comprender las razones del suicidio, más conversaciones con su amigo, más estudios a su cuarto y su composición... A lo mejor así me habría quedado más satisfecha.
Pero nuevamente: este libro no consiste en dejarte satisfecho: consiste en mostrarte la vida misma, con sonrisas y muecas molestas o dolidas.
De tratar de hacer algo, entre todo ese aturdimiento y todos esos conflictos internos de la protagonista, Sorry to Disrupt the Peace desea mostrarte a la vida en desnudo, con cicatrices y con heridas aún sangrantes. Las costras se quitan y heridas antiguas vuelven a doler, y otros parches cubren las magulladuras.
Sorry to Disrupt the Peace es esa clase de libro: aquél que es enfermedad y remedio, que quema y congela, angustia y alivia.
La emoción contenida en este libro es apabullante; su mensaje, poético y al mismo tiempo realista; su prosa, estilizada y directa; el libro, en su totalidad, una radiante obra de arte que, aun pintada en gris y en muerte, muestra con estos medios antitéticos humanidad, emociones, colores, y vida.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 3.75/5
♫ Acción: 2.5/5
♫ Trama: 3/5
♫ Originalidad: 3.25/5
♫ Desenlace: 3.25/5
♫ Pluma: 3.75/5
VALORACIÓN PERSONAL: 6.75/10
VALORACIÓN PERSONAL: 6.75/10
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