Autor: Kerstin Gier
Editorial: Montena
Canción Identificada:
Sinopsis:
Todo había empezado con aquel beso. Gideon de Villiers me había besado a mí: Gwendolyn Sheperd. Naturalmente, debería haberme preguntado por qué se le habría ocurrido aquella idea de una forma tan repentina y en unas circunstancias tan extrañas —escondidos en un confesionario y todavía sin aliento tras una persecución de película por medio Londres—. Pero el hecho era que en aquel momento yo no pensaba absolutamente en nada, aparte quizá de que no quería que el beso acabara nunca. Por eso tampoco fui del todo consciente del tirón que sentí en el vientre ni me di cuenta de que entretanto habíamos vuelto a saltar en el tiempo…
Opinión:
“True love knows no constrains, no locks or bars.
Past every obstacle it makes its way.
It spreads its wings to soar toward the stars,
No earthly power will make it stop or stay.”
Sacando libros olvidados de mi estantería como si de un mago revelando un pañuelo de imposible extensión se tratase, he decidido seguir con la reseña de esta saga que, en su momento, cautivó mi corazón.
Y es que voy a reiterarlo, todas las veces que me haga falta: Gwendolyn es un personaje sensacional de pies a cabeza, y Kerstin Gier consigue con ella y con Liv (de la saga de libros de Silber) crear unas voces narrativas divertidas, cálidas, simpáticas y muy entrañables.
Así que, si habéis estado tan desesperantes de saber como yo lo estaba tras el final del último libro (que, digámoslo con generalidad, nos dejó a todos un muy buen sabor de boca y unas ansias de continuar sabiendo sobre el misterio, la trama y sus personajes), esta continuación no va a decepcionar.
Más misterio, más ambientación antigua, más recorridos al pasado, y más miradas inspiradoras al presente y a la vida personal de nuestra protagonista... Y es que los aspectos de lo que un libro juvenil de romance ha de hacer Kerstin los domina todos.
El libro empieza donde el otro lo dejó... Hablando en un sentido totalmente literal.
Nuestros personajes se apartan, se miran sorprendidos, y justo en ese momento tierno el cosquilleo de un próximo salto en el tiempo les arranca del pasado y les lleva, de nuevo, al presente...
Así, retomando la historia como si apenas hubiese pasado tiempo, Gier nos mete de lleno en el relato sin necesidad de más de una frase inicial, y nos envuelve una trama de intrigas, de traiciones, de venganzas y de conspiraciones... Todo ello persiguiéndoles allá a donde vayan, ¡incluso si cambian de época!
¿Quién está detrás de todos esos ataques? Y ¿qué es lo que busca, qué es lo que tanto quiere que está dispuesto a lo que sea por conseguirlo... incluso asesinar?
A Gwen no le queda más remedio que suspirar y hacer una de esas muecas graciosas y darse cuenta de que, lo quiera o no, está metida en el meollo... Y debe darlo todo, y renunciar a todo, para conseguir salir con vida de la espiral de acontecimientos que está teniendo lugar.
Aunque con un comienzo pausado y con una acción paulatina, Kersitin Gier no deja página que pueda sobrar, y se pone las pilas para presentarnos nuevos personajes, nuevos enigmas y nuevos peligros que atentan contra la quietud y normalidad de la antaña vida de nuestra protagonista.
Como de costumbre, poco tiempo se le deja a Gwen para respirar: al instante es lanzada a otra misión, donde tendrá que poner a prueba todas las cosas que le han enseñado para sobrevivir y, con suerte, poder averiguar un poco más de ese "algo" apenas mencionable que tantos estremecimientos provoca en quienes lo conocen.
Así, y con el prólogo de Lucy y Paul que deja una agitación interna de querer saber cuanto antes de qué trata ese secreto y ese gran misterio que lleva a todos a guardarlo anteponiendo sus vidas a que se deje ver la verdad, Zafiro tiene un excelente arranque, y no he podido estar más satisfecha con cómo granito a granito Gier iba desentrañando el misterio, dando pequeñas revelaciones, giros en la trama y pistas que dejan al lector largo rato removiéndose los sesos para entenderlas.
"Y así, la conciencia nos convierte a todos en cobardes."
Puede parecer que, tratándose de un libro que gira en especial alrededor del romance, podría ponerse pasteloso... Y algunas partes se encaminan a este territorio: pero entonces tenemos a nuestra salvadora voz narrativa, que pone esa chispita en la historia que hace que no podamos dejar de sonreír, de reír a carcajada limpia, y se sentir que nuestro corazón late frenético y encandilado con un profundo amor hacia ella.
Y es que la voz narrativa... Juro que estoy locamente enamorada de la forma en la que Kerstin Gier expone los pensamientos del personaje principal.
Qué decir, la voz de Gwendolyn está tan trabajada que causa un gran clamor en todos los lectores que leen sobre ella.
No hay nada que no me haya gustado de Gwen, porque incluso sus defectos tenían un sabor tan humano y tan tierno que no podías más que abrazarlos y quererlos con locura, porque ¿quién quiere a un personaje perfecto, cuando las imperfecciones resultan tan radiantes que con ellas se pueden establecer lazos más profundos y, ante todo, personalidades más diferenciadas?
Además, tenemos con estos defectillos los demonios interiores que tan diferentes son de cada uno de nosotros, y cada persona, en adición, los domina y lucha contra ellos de diferentes maneras... La batalla interior que tiene Gwen con los suyos propios, de quererse poco a sí misma, de infravalorarse, de sentir que no es merecedora del afecto que parece que poco a poco Gideon comienza a darle, resultan una de las cosas mejor trabajadas en esta obra.
Las subidas y bajadas de su relación con Gideon son igual de espléndidas, porque también resultan tan reales que casi parece que puedes tocarlas.
Así mismo, cómo cada uno de ellos confronta los distanciamientos resulta bastante interesante, y el estudio que hace Gier de la mente de estos dos personajes es del todo efectivo y sincero: la escritora presenta sus acciones y sus palabras, y, con ayuda de anteriores actos suyos, tenemos que descifrar el por qué de que hagan lo que hacen, el por qué de que actúan de esa manera, y eso resulta un tentador reto psicológico.
"Yo también preferiría besarte todo el tiempo en lugar de despreciarte -dijo al cabo de un momento-. Pero de algún modo tú tampoco lo pones fácil."
Desde luego, lo que piensa Gwen lo sabemos con total certeza y detalle: la protagonista es un personaje completamente transparente, tiernamente cercano, cálido y muy similar a todos nosotros. Es muy fácil sentirse identificado con ella, y ponerse en su lugar lo hacemos de manera inmediata.
"… Al cabo de una hora y diecisiete formas diferentes de abrir un abanico, tenía un intenso dolor de cabeza y ya no sabía dónde estaba la derecha y dónde la izquierda. Mi intento de relajar los ánimos con una broma —«¿No podríamos disfrutar de un serenísimo descanso, ilustrísimas?»— tampoco fue bien recibido. «Eso no tiene gracia, ignorante criatura», me espetó Giordano con voz engolada."
Gwen es dulce, amigable, divertida y aguda, aprende las cosas más complicadas a una velocidad de vértigo y, sin duda, lo que más sobresale en ella es su parsimonia y su templanza.
"—Deberíamos recoger nuestras cosas —dijo finalmente—. Y deberías hacer algo urgente con tus cabellos; parece como si algún idiota se hubiera puesto a revolver en ellos con las dos manos y luego te hubiera tirado sobre un sofá… Sea quien sea el que nos espere sabrá que dos y dos son cuatro… Oh, por Dios, no me mires así.
—¿Cómo?
—Como si ya no pudieras moverte.
—Es que no puedo —dije en serio—. Soy un pudin. Me has transformado en un pudin."
Se esfuerza al máximo para conseguir las difíciles misiones que en su importante cargo la piden llevar a cabo, todo ello hecho con una gran coherencia de pensamiento, tratando de no dejar que su "trabajo" tan peligroso la desestabilice de su vida con su familia y con sus amigos.
Y, cuando la cosa se complica, Gwen saca todas sus fuerzas por luchar contra los obstáculos que se le pongan en su camino, narrando, a su vez, con un tono casi jocoso hacia la vida, bufando ante las adversidades y viendo la parte positiva y graciosa de cada mala experiencia.
Aun siendo otro tipo de valía bastante infravalorada, ¿quién me va a rebatir que esa no es una gran muestra de una gigantesca fortaleza interior?
“Nick demonstrated twenty-three ways of communicating without words by fanning himself with a napkin. "This one means oops, your fly is open, sir, and if you lower the fan a little and look at someone over the top of it, it means wow, I'd like to marry you. But if you do it the other way around, it means ha ha, we are now at war with Spain.”
Por otro lado, Gideon es la otra cara de la moneda: saber lo que se le pasa por esa complicada y calculadora cabecita suya es extremadamente complicado, y se necesita traspasar esa muralla superficial que se ha erigido a su alrededor para saber quién es de verdad...
Y, en este libro, se averigua más de quien hay tras esa máscara de frialdad y arrogancia, y no he podido estar más satisfecha con el resultado.
Creo que es otro gran personaje, increíblemente perspicaz, sobradamente inteligente, y elocuentemente encantador, y ¿quién no sentía un gran interés por este chico?
"- ¿Hay algo que no sepas hacer?
- ¡No! Puedes tomarme tranquilamente por un Dios."
Y luego está, cómo olvidarnos de ella, Leslie, inquebrantable amiga de Gwen, importantísima en la historia debido a su gran inteligencia y su humor tan cómplice con el de su amiga.
Su ingenio inspira a Gwen y maravilla a todo el que se la cruza, y sinceramente me ha encantado como personaje.
Y sumando a todo este repertorio de personajes increíbles (que, lamentablemente, muchos de ellos caen en un abandono por mi parte... Pero es que, ¡hay tantos tan geniales!), está un nuevo personaje que requiere ser mencionado... Xemerius, una gárgola burlesca y altanera que da otro toque aún más cómico a la obra... En especial cuando se burla sin piedad de la montaña rusa de sentimientos de nuestra protagonista.
Realmente, creo que es un personaje que da un giro inmensamente gratificante a la historia.
"Un arma que no se sabe manejar como es debido normalmente acaba por ser utilizado contra uno mismo"
La ambientación del libro, a otro tanto, sigue siendo igual de maravillosa que en el anterior, con ese temilla de las castas, de las familias y de las generaciones de viajeros en el tiempo, y, sobre todo, con ese grado de preparación ante estos viajes que tan enamorada me tiene, porque creo que es un elemento que en muchas novelas está en defecto, y que le da un toque mucho más verídico e interesante.
...La de veces que he echado en falta saber más de cómo los personajes estaban tan preparados, de cómo sabían cómo actuar... Sobre todo en cuestión a los viajes en el tiempo, una base que como argumento resulta increíblemente seductora.
Además, está la cosa de que éste es un segundo libro, lo que significa que ya no hay que hacer introducciones, explicaciones, y muestras de todo, lo que hace que Kerstin se ponga manos a la obra y exprima al máximo todo su ingenio para crear así una novela sin fallo alguno para aquellos que se sintieron enamorados con el anterior volumen de la trilogía.
He tratado de ser fiel a mis pasadas emociones a la hora de escribir la reseña... Estoy segura de que ahora no me llamaría tanto el libro, porque claro, uno evoluciona, sus gustos cambian, su pensamiento crítico también sufre una progresión, y no me cansare de decir que eso no es malo, y que eso no hace a libros pasados malos, sino que cada libro está diseñado para cada lector en un momento específico de su vida... Y no puedo estar más orgullosa y feliz de haber conocido este libro en mi vida lectora.
De veras, siento un profundo, desmedido amor por esta trilogía de libros... Significó mucho para mí, y creo que es de las mejores románticas juveniles que me he leído de todos los tiempos.... Puede que la que más, haciendo memoria.
Creo que, si bien un viaje que ahora no significaría algo tan especial para mí, esta trilogía es uno de esos viajes que difícilmente se olvidan.
Acción, misterio, traición, odio enmascarado en sonrisas corteses, puñaladas en la espalda, peligros a la vuelta de la esquina... Y, cómo no, ¡ese toque de tierno humor tan característico de nuestra dulce voz narrativa!
Como en todos sus libros, Kerstin Gier nos embarca en una historia diferente a cualquier otra, original y prometedoramente destacable en nuestras estanterías, todas ellas con un punto de vista dulce y entrañable, divertido y cálido, que transporta al lector a la piel del personaje principal sin ninguna complicación o demora.
Este libro va directamente al grano del asunto y, aun sin acción en sus páginas, el misterio es tan inmensamente atrapante que te devoras el libro en cuestión de unas pocas horas.
Si gusta el género en el que esta novela está ambientada, la continuación hará que se haga la boca agua...
En cualquier caso, la novela no sólo destaca por las relaciones sentimentales de los personajes (que, tanto de pareja como de amigos como de familia, brillan por su honestidad y por ser tan realistas), también expone con suma originalidad una trama de intrigas y de secretos cuya acción irá a saltos entre épocas y épocas de nuestra historia, transitando por ellas con detalle y elaboración, y plasmando, con fluidez, una aventura atractiva e inolvidable.
“True love knows no constrains, no locks or bars.
Past every obstacle it makes its way.
It spreads its wings to soar toward the stars,
No earthly power will make it stop or stay.”
Sacando libros olvidados de mi estantería como si de un mago revelando un pañuelo de imposible extensión se tratase, he decidido seguir con la reseña de esta saga que, en su momento, cautivó mi corazón.
Y es que voy a reiterarlo, todas las veces que me haga falta: Gwendolyn es un personaje sensacional de pies a cabeza, y Kerstin Gier consigue con ella y con Liv (de la saga de libros de Silber) crear unas voces narrativas divertidas, cálidas, simpáticas y muy entrañables.
Así que, si habéis estado tan desesperantes de saber como yo lo estaba tras el final del último libro (que, digámoslo con generalidad, nos dejó a todos un muy buen sabor de boca y unas ansias de continuar sabiendo sobre el misterio, la trama y sus personajes), esta continuación no va a decepcionar.
Más misterio, más ambientación antigua, más recorridos al pasado, y más miradas inspiradoras al presente y a la vida personal de nuestra protagonista... Y es que los aspectos de lo que un libro juvenil de romance ha de hacer Kerstin los domina todos.
El libro empieza donde el otro lo dejó... Hablando en un sentido totalmente literal.
Nuestros personajes se apartan, se miran sorprendidos, y justo en ese momento tierno el cosquilleo de un próximo salto en el tiempo les arranca del pasado y les lleva, de nuevo, al presente...
Así, retomando la historia como si apenas hubiese pasado tiempo, Gier nos mete de lleno en el relato sin necesidad de más de una frase inicial, y nos envuelve una trama de intrigas, de traiciones, de venganzas y de conspiraciones... Todo ello persiguiéndoles allá a donde vayan, ¡incluso si cambian de época!
¿Quién está detrás de todos esos ataques? Y ¿qué es lo que busca, qué es lo que tanto quiere que está dispuesto a lo que sea por conseguirlo... incluso asesinar?
A Gwen no le queda más remedio que suspirar y hacer una de esas muecas graciosas y darse cuenta de que, lo quiera o no, está metida en el meollo... Y debe darlo todo, y renunciar a todo, para conseguir salir con vida de la espiral de acontecimientos que está teniendo lugar.
Aunque con un comienzo pausado y con una acción paulatina, Kersitin Gier no deja página que pueda sobrar, y se pone las pilas para presentarnos nuevos personajes, nuevos enigmas y nuevos peligros que atentan contra la quietud y normalidad de la antaña vida de nuestra protagonista.
Como de costumbre, poco tiempo se le deja a Gwen para respirar: al instante es lanzada a otra misión, donde tendrá que poner a prueba todas las cosas que le han enseñado para sobrevivir y, con suerte, poder averiguar un poco más de ese "algo" apenas mencionable que tantos estremecimientos provoca en quienes lo conocen.
Así, y con el prólogo de Lucy y Paul que deja una agitación interna de querer saber cuanto antes de qué trata ese secreto y ese gran misterio que lleva a todos a guardarlo anteponiendo sus vidas a que se deje ver la verdad, Zafiro tiene un excelente arranque, y no he podido estar más satisfecha con cómo granito a granito Gier iba desentrañando el misterio, dando pequeñas revelaciones, giros en la trama y pistas que dejan al lector largo rato removiéndose los sesos para entenderlas.
"Y así, la conciencia nos convierte a todos en cobardes."
Puede parecer que, tratándose de un libro que gira en especial alrededor del romance, podría ponerse pasteloso... Y algunas partes se encaminan a este territorio: pero entonces tenemos a nuestra salvadora voz narrativa, que pone esa chispita en la historia que hace que no podamos dejar de sonreír, de reír a carcajada limpia, y se sentir que nuestro corazón late frenético y encandilado con un profundo amor hacia ella.
Y es que la voz narrativa... Juro que estoy locamente enamorada de la forma en la que Kerstin Gier expone los pensamientos del personaje principal.
Qué decir, la voz de Gwendolyn está tan trabajada que causa un gran clamor en todos los lectores que leen sobre ella.
No hay nada que no me haya gustado de Gwen, porque incluso sus defectos tenían un sabor tan humano y tan tierno que no podías más que abrazarlos y quererlos con locura, porque ¿quién quiere a un personaje perfecto, cuando las imperfecciones resultan tan radiantes que con ellas se pueden establecer lazos más profundos y, ante todo, personalidades más diferenciadas?
Además, tenemos con estos defectillos los demonios interiores que tan diferentes son de cada uno de nosotros, y cada persona, en adición, los domina y lucha contra ellos de diferentes maneras... La batalla interior que tiene Gwen con los suyos propios, de quererse poco a sí misma, de infravalorarse, de sentir que no es merecedora del afecto que parece que poco a poco Gideon comienza a darle, resultan una de las cosas mejor trabajadas en esta obra.
Las subidas y bajadas de su relación con Gideon son igual de espléndidas, porque también resultan tan reales que casi parece que puedes tocarlas.
Así mismo, cómo cada uno de ellos confronta los distanciamientos resulta bastante interesante, y el estudio que hace Gier de la mente de estos dos personajes es del todo efectivo y sincero: la escritora presenta sus acciones y sus palabras, y, con ayuda de anteriores actos suyos, tenemos que descifrar el por qué de que hagan lo que hacen, el por qué de que actúan de esa manera, y eso resulta un tentador reto psicológico.
"Yo también preferiría besarte todo el tiempo en lugar de despreciarte -dijo al cabo de un momento-. Pero de algún modo tú tampoco lo pones fácil."
Desde luego, lo que piensa Gwen lo sabemos con total certeza y detalle: la protagonista es un personaje completamente transparente, tiernamente cercano, cálido y muy similar a todos nosotros. Es muy fácil sentirse identificado con ella, y ponerse en su lugar lo hacemos de manera inmediata.
"… Al cabo de una hora y diecisiete formas diferentes de abrir un abanico, tenía un intenso dolor de cabeza y ya no sabía dónde estaba la derecha y dónde la izquierda. Mi intento de relajar los ánimos con una broma —«¿No podríamos disfrutar de un serenísimo descanso, ilustrísimas?»— tampoco fue bien recibido. «Eso no tiene gracia, ignorante criatura», me espetó Giordano con voz engolada."
Gwen es dulce, amigable, divertida y aguda, aprende las cosas más complicadas a una velocidad de vértigo y, sin duda, lo que más sobresale en ella es su parsimonia y su templanza.
"—Deberíamos recoger nuestras cosas —dijo finalmente—. Y deberías hacer algo urgente con tus cabellos; parece como si algún idiota se hubiera puesto a revolver en ellos con las dos manos y luego te hubiera tirado sobre un sofá… Sea quien sea el que nos espere sabrá que dos y dos son cuatro… Oh, por Dios, no me mires así.
—¿Cómo?
—Como si ya no pudieras moverte.
—Es que no puedo —dije en serio—. Soy un pudin. Me has transformado en un pudin."
Se esfuerza al máximo para conseguir las difíciles misiones que en su importante cargo la piden llevar a cabo, todo ello hecho con una gran coherencia de pensamiento, tratando de no dejar que su "trabajo" tan peligroso la desestabilice de su vida con su familia y con sus amigos.
Y, cuando la cosa se complica, Gwen saca todas sus fuerzas por luchar contra los obstáculos que se le pongan en su camino, narrando, a su vez, con un tono casi jocoso hacia la vida, bufando ante las adversidades y viendo la parte positiva y graciosa de cada mala experiencia.
Aun siendo otro tipo de valía bastante infravalorada, ¿quién me va a rebatir que esa no es una gran muestra de una gigantesca fortaleza interior?
“Nick demonstrated twenty-three ways of communicating without words by fanning himself with a napkin. "This one means oops, your fly is open, sir, and if you lower the fan a little and look at someone over the top of it, it means wow, I'd like to marry you. But if you do it the other way around, it means ha ha, we are now at war with Spain.”
Por otro lado, Gideon es la otra cara de la moneda: saber lo que se le pasa por esa complicada y calculadora cabecita suya es extremadamente complicado, y se necesita traspasar esa muralla superficial que se ha erigido a su alrededor para saber quién es de verdad...
Y, en este libro, se averigua más de quien hay tras esa máscara de frialdad y arrogancia, y no he podido estar más satisfecha con el resultado.
Creo que es otro gran personaje, increíblemente perspicaz, sobradamente inteligente, y elocuentemente encantador, y ¿quién no sentía un gran interés por este chico?
"- ¿Hay algo que no sepas hacer?
- ¡No! Puedes tomarme tranquilamente por un Dios."
Y luego está, cómo olvidarnos de ella, Leslie, inquebrantable amiga de Gwen, importantísima en la historia debido a su gran inteligencia y su humor tan cómplice con el de su amiga.
Su ingenio inspira a Gwen y maravilla a todo el que se la cruza, y sinceramente me ha encantado como personaje.
Y sumando a todo este repertorio de personajes increíbles (que, lamentablemente, muchos de ellos caen en un abandono por mi parte... Pero es que, ¡hay tantos tan geniales!), está un nuevo personaje que requiere ser mencionado... Xemerius, una gárgola burlesca y altanera que da otro toque aún más cómico a la obra... En especial cuando se burla sin piedad de la montaña rusa de sentimientos de nuestra protagonista.
Realmente, creo que es un personaje que da un giro inmensamente gratificante a la historia.
"Un arma que no se sabe manejar como es debido normalmente acaba por ser utilizado contra uno mismo"
La ambientación del libro, a otro tanto, sigue siendo igual de maravillosa que en el anterior, con ese temilla de las castas, de las familias y de las generaciones de viajeros en el tiempo, y, sobre todo, con ese grado de preparación ante estos viajes que tan enamorada me tiene, porque creo que es un elemento que en muchas novelas está en defecto, y que le da un toque mucho más verídico e interesante.
...La de veces que he echado en falta saber más de cómo los personajes estaban tan preparados, de cómo sabían cómo actuar... Sobre todo en cuestión a los viajes en el tiempo, una base que como argumento resulta increíblemente seductora.
Además, está la cosa de que éste es un segundo libro, lo que significa que ya no hay que hacer introducciones, explicaciones, y muestras de todo, lo que hace que Kerstin se ponga manos a la obra y exprima al máximo todo su ingenio para crear así una novela sin fallo alguno para aquellos que se sintieron enamorados con el anterior volumen de la trilogía.
He tratado de ser fiel a mis pasadas emociones a la hora de escribir la reseña... Estoy segura de que ahora no me llamaría tanto el libro, porque claro, uno evoluciona, sus gustos cambian, su pensamiento crítico también sufre una progresión, y no me cansare de decir que eso no es malo, y que eso no hace a libros pasados malos, sino que cada libro está diseñado para cada lector en un momento específico de su vida... Y no puedo estar más orgullosa y feliz de haber conocido este libro en mi vida lectora.
De veras, siento un profundo, desmedido amor por esta trilogía de libros... Significó mucho para mí, y creo que es de las mejores románticas juveniles que me he leído de todos los tiempos.... Puede que la que más, haciendo memoria.
Creo que, si bien un viaje que ahora no significaría algo tan especial para mí, esta trilogía es uno de esos viajes que difícilmente se olvidan.
Acción, misterio, traición, odio enmascarado en sonrisas corteses, puñaladas en la espalda, peligros a la vuelta de la esquina... Y, cómo no, ¡ese toque de tierno humor tan característico de nuestra dulce voz narrativa!
Como en todos sus libros, Kerstin Gier nos embarca en una historia diferente a cualquier otra, original y prometedoramente destacable en nuestras estanterías, todas ellas con un punto de vista dulce y entrañable, divertido y cálido, que transporta al lector a la piel del personaje principal sin ninguna complicación o demora.
Este libro va directamente al grano del asunto y, aun sin acción en sus páginas, el misterio es tan inmensamente atrapante que te devoras el libro en cuestión de unas pocas horas.
Si gusta el género en el que esta novela está ambientada, la continuación hará que se haga la boca agua...
En cualquier caso, la novela no sólo destaca por las relaciones sentimentales de los personajes (que, tanto de pareja como de amigos como de familia, brillan por su honestidad y por ser tan realistas), también expone con suma originalidad una trama de intrigas y de secretos cuya acción irá a saltos entre épocas y épocas de nuestra historia, transitando por ellas con detalle y elaboración, y plasmando, con fluidez, una aventura atractiva e inolvidable.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 5/5
♫ Acción: 3/5
♫ Trama: 3.5/5
♫ Originalidad: 3.75/5
♫ Desenlace: 4/5
♫ Pluma: 5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 8.75/10
VALORACIÓN PERSONAL: 8.75/10
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