Título: The Cabin at the End of the World
Autor: Paul Tremblay
Editorial: HarperCollins
Canción Identificada: Running to the Edge of the World (Marilyn Manson)
Sinopsis:
The Bram Stoker Award-winning author of A Head Full of Ghosts adds an inventive twist to the home invasion horror story in a heart-palpitating novel of psychological suspense that recalls Stephen King’s Misery, Ruth Ware’s In a Dark, Dark Wood, and Jack Ketchum’s cult hit The Girl Next Door.
Seven-year-old Wen and her parents, Eric and Andrew, are vacationing at a remote cabin on a quiet New Hampshire lake. Their closest neighbors are more than two miles in either direction along a rutted dirt road.
One afternoon, as Wen catches grasshoppers in the front yard, a stranger unexpectedly appears in the driveway. Leonard is the largest man Wen has ever seen but he is young, friendly, and he wins her over almost instantly. Leonard and Wen talk and play until Leonard abruptly apologizes and tells Wen, "None of what’s going to happen is your fault". Three more strangers then arrive at the cabin carrying unidentifiable, menacing objects. As Wen sprints inside to warn her parents, Leonard calls out: "Your dads won’t want to let us in, Wen. But they have to. We need your help to save the world."
Thus begins an unbearably tense, gripping tale of paranoia, sacrifice, apocalypse, and survival that escalates to a shattering conclusion, one in which the fate of a loving family and quite possibly all of humanity are entwined. The Cabin at the End of the World is a masterpiece of terror and suspense from the fantastically fertile imagination of Paul Tremblay.
Opinión:
Aún no salgo de mi perplejidad.
Un libro con un inicio tan desenfadado, tan desenvuelto, que se ha convertido en el escenario más gore del terror más tensionado.
Cómo. Cómo es posible. Cómo.
No puedo más que aplaudir a Tremblay: me ha llevado por los terrenos de la angustia (pasando de la desesperación a la acomodación en este horrible sentimiento) con excelente facilidad.
“Not all gifts are easy to accept. The most important gifts are often the ones we wish with all our hearts to refuse.”
Mérito lo tiene su pluma... qué decir de esta narrativa tan jugosa, tan abierta a la experimentación, una maquinaria de sangre y de tuercas afiladas que va moviendo el libro entero.
“Too many people have smiles that don’t mean what a smile is supposed to mean. Their smiles are often cruel and mocking, like how a bully’s grin is the same as a fist.”
Sus descripciones tan certeras, dándonos una imagen completamente clara de lo que es un personaje o de lo que es un escenario (o en casos de horror, también mostrándonos truculentas escenas de las que acabaremos deseando no saber tanto...); sus diálogos son absorbentes, llenos de tensión, de intriga, y de terror, directos y en ocasiones impactantemente achacosos, en otras sorprendentemente fluidos; su acción es, finalmente, una delicia que quita la respiración y presiona tu pecho.
Siguiendo con lo que más me ha asombrado de la historia, que es ciertamente esta capacidad tan impresionante que tiene Tremblay para hacernos sentir esto o lo otro con la narrativa ligera que lleva el libro, cabe destacar que uno de sus puntos fuertes es la astucia con la que maneja los puntos de vista.
“Andrew is not good at mollifying, at saying what people want to hear. He excels at saying what he wants people to hear. That is not the same as telling-it-like-it-is, a folksy descriptor that is spin for being an entitled asshole.”
Pasando de una simple narrativa en tercera persona del presente, intercalando las formas de ver las cosas entre Wen y sus padres, en la siguiente parte de la historia se entremezclan nuevos puntos de vista, de los atacadores en cuestión, así como se nos muestran conversaciones que ya llegaron a suceder contadas desde los ojos de un personaje que las vive de distinta manera al anterior, retomando la historia un poco antes de donde la dejó el otro.
Luego, el punto de vista viene dado en ocasiones en pareja, ciertas partes del libro contadas desde dos puntos de vista al mismo tiempo.
También hay una ocasión en concreto (fascinante, el momento en la narrativa que más me impactó del libro) en la que un personaje se dirige en todo momento a dos de ellos, como si todo lo que hiciese y pensase formase parte de un diálogo que comparte con sus interlocutores. (Se entenderá cuando el libro sea leído).
Finalmente, y alrededor de la conclusión tan espeluznante del libro, se sigue el punto de vista de los personajes en algo que se aleja de ser la tercera persona del presente, y que deja de ser omnisciente... Pese a que los personajes siguen apareciendo con sus nombres, es como si los dos hablasen del otro, como si (a ver como lo explico) estuviesen narrando ellos a la par, empleando sus nombres propios pero también haciendo uso del "nosotros" en lugar del "ellos" como antes era.
“No matter how bleak or dire, end-of-the-world scenarios appeal to us because we take meaning from the end... there's also undeniable allure to witnessing the beginning of the end and perishing alone with everyone and everything else.”
La prosa de Paul Tremblay puede parecer sencilla y directa. ¡Sencilla y directa! ¡Ha! Lo cierto es que, aunque con un lenguaje verdaderamente asequible y una forma de hablar con un ritmo rápido y acelerado, Tremblay juega tanto con el lenguaje que nos deja anonadados. Hay mucha, mucha experimentación, y muchos cambios en la narrativa.
“He’d irrationally hoped he could somehow put off indefinitely the future day on which she would recognize cruelty, ignorance, and injustice were the struts and pillars of the social order, as unavoidable and inevitable as the weather.”
Algo que hace Tremblay es una escalofriante separación entre acción y pensamiento.
“The cabin is now a haunted house, baptized by yesterday’s violence,”
Si bien los personajes tienen ocasión de reflexionar, de meditar, de cavilar y de sopesar, a la hora de moverse, de interactuar, de iniciar una acción, la narrativa deja de mostrar lo que piensan y pasa a únicamente narrar lo que ocurre.
Lo que hace que la frialdad de los focejeos, de las luchas y de los golpes se vean incrementada, situando estas cosas como monstruosidades fuera del cuerpo y la mente de los personajes.
Y, no obstante, ellos son los que dirigen estos movimientos, los que llevan a cabo terribles actos.
¿De qué manera dejamos de ser nosotros mismos cuando cometemos atrocidades? ¿O es el momento en el que más conectamos con lo que somos, en el que más nos olvidamos de lo que nos rodea?
“They share another long look. This one is reserved for ill-fated observers in the moments before impending, inescapable calamity, whether it be natural disaster or violent failure of humanity; a look of resigned melancholy and awe, unblinking in the face of a revealed, horrific, sacred truth. And they realize again, in this darkest hour of the darkest day, they remain alone, fundamentally alone.”
El libro, escrito con un impulso rápido, con un ritmo sin freno, narra los eventos que suceden en una cabaña alejada de todo contacto social en medio de un bosque, donde el matrimonio de Eric y Andrew pasa las vacaciones junto a su hija de siete años, Wen.
“Her dads warned her that some people won't understand their family and might say ignorant (their word) and hurtful things to her and it might not be their fault because of what they've been taught by other ignorant people with too much hate in their hearts, and, yes, it was very sad. Wen assumed they were talking about the same bad or stranger-danger people that hide in the city and want to take her away, but the more they talked to her about what Scott had said and why others might say things like that, too, the more it seemed like they were talking about everyday kind of people. Weren't the three of them everyday kind of people? She pretended to understand for her dads' sake, but she didn't and still doesn't. Why do she and her family need to be understood or explained to anyone else?”
Tras la llegada de un amable extraño que se dedica a hablar con la niña y a ayudarla a cazar saltamontes, aparecen tres personas más, todas ellas con un estilo de ropa similar, como una especie de culto, que insisten en hablar con los padres de la niña. Su aviso de estremecedor: vienen para salvar el mundo, y necesitan su ayuda.
“He’ll be doomed to say sorry for eternity and no one will listen and no one will believe him.”
A partir de ese punto, salta la duda: ¿realmente estamos ante una novela apocalíptica, o de veras se trata de alguna especie de culto religioso, o de una banda homofóbica con horribles fines? ¿Qué es lo que desean de esta familia, y por qué desean algo de ellos en concreto? ¿Quiénes son, qué quieren, y hasta qué punto están decididos a hacer lo que sea por conseguirlo?
A lo largo de la novela, pocas de nuestras dudas son resueltas... pues cuando se obtiene lo más parecido a una respuesta, otras millones de preguntas nos asaltan.
Esa es la chispa de la novela... no tanto el gore y la violencia, que casi me caigo de la silla de sorpresa al no esperarme para nada todo eso, sino más cómo nos devora con la anticipación.
“Trust the process. Dumbly believe things are how they’re supposed to be and that they will work out simply because of that belief, even if you know better.”
La tensión escala por momentos, es esa clase de libros que te quitan el aire de los pulmones y te machacan por dentro de la angustia.
Pues bien, se debe resistir pasar las páginas para leer lo que viene a continuación (aunque tanto misterio y tanta tensión te urgen a hacerlo), y aseguro que es una lectura de la que uno sale verdaderamente destrozado.
“She juts out her lower jaw, a purposeful imitation of Daddy Eric when she asks him a question with an answer that isn't yes right away, but will be yes eventually if she waits long enough.”
Se te mete dentro de la piel, te la deja de gallina, a medida que se disminuyen las probabilidades de los protagonistas de sobrevivir a lo que viene... y mientras cada vez nos asalta más la duda: ¿estarán estos extraños atacantes en lo cierto? ¿Se estará acabando el mundo? ¿De veras es necesario tan terrible sacrificio como el que piden para salvarlo? ¿Merece la pena hacerlo?
Algo que me sigue dejando de piedra es la forma en la que comienza el libro... Tan agradable, dejando claro que será un libro de misterio pero ciertamente sin hacernos ver que se va a tratar de un libro de muerte y de sangre y de tensión horripilante. De terror puro y duro, vaya.
Cómo empieza... con una niña cogiendo a saltamontes para curarlos, y unos padres adorables y divertidos burlándose el uno del otro y jugando como felinos. Básicamente, momentos enternecedores para que poco a poco vayamos viendo que esta es la clase de libros onde "cosas horribles pasan a buenas personas".
La calma antes de la tormenta.
Y... mierda: vaya tormenta.
“The color and the topography of the blanket cover for his body are not visible and there’s only a vague sense of something there, dumbly occupying space on the deck. It’s as though he isn’t there at all, like a decaying cultural memory of a deep, dark historical past (a something that happened to someone else; those someone elses are always so hapless, aren’t they?), one we actively wish to forget even as we claim to acknowledge the danger of forgetting.”
Lo único que me ha chirriado de la novela es que, cuando pasaba algo verdaderamente estremecedor, y después de una pequeña pausa para digerir todo esto, los personajes principales iniciaban un diálogo tranquilo, sin que hubiese en él no mucho pánico... de la misma manera, cuando algo horrible les pasa a los protagonistas (algo verdaderamente, verdaderamente horrible)... he sentido que su reacción era demasiado tranquila, que enseguida podían dialogar con normalidad y meditar sobre las cosas con gran facilidad y sin bloquearse y entrar en pánico como lo deberían hacer.
Lo he sentido poco creíble, eso es todo, y me ha resultado un parón en la lectura. En cuanto a las respuestas de los personajes ante una horrible situación, que los afecta de manera personal, no he sentido al libro del todo realista.
“His confident, stentorian voice, the one that makes people listen and makes people want to talk to him and be with him, is gone. He sounds shrunken, diminished, and Wen is afraid she’ll only ever hear this new voice.”
Se debe hablar del final. Si se habla de este final, no es nada más que para tirarse de los pelos y comerse las uñas hasta que solo queda carne mordida.
La definición de cliff-hanger, una tensión psicológica en el momento más culminante de la historia, no llega ni a la suela de las botas de lo que Tremblay ha hecho con su final. ¡No puede ser que nos deje sin aire en los pulmones, sin palabras en la boca, sin pensamiento más que lo que leemos, y espere que vayamos a perdonar esa forma de dejarnos con la intriga!
Y al mismo tiempo, ¡qué maravilla que todo lo que ha generado a lo largo del libro no quede del todo resuelto!
Un libro puede considerarse un tratado que trata de llegar a algo, un camino que prepara, que sitúa y devora, palabras y palabras y hojas y hojas que desembocan en algo que recoge todo lo que se ha ido enseñando y presenciando.
¿Qué ocurre cuando este propósito, este "estamos llegando al esperado final", no logra formarse y acabarse del todo? ¿Qué ocurre cuando un libro, hecho para dirigir a algo, se queda en medio camino?
Que nos estancamos en el camino, precisamente.
Que nos ahogamos en el lago de la incertidumbre.
Y solo si queremos salvarnos de esta asfixia recurriremos a la imaginación para idear el final que más nos resulte probable. O que más queremos que lo sea...
Recomiendo, de todas formas, dejar al mente abierta a ideas. Puesto que el libro sí que nos lleva a algo, sí que consigue algo: es el turno de los siguientes lectores descubrir qué es lo que hace que, un libro que no llega a concluir, tenga un "desenlace" imprevisto más que satisfactorio: ¿qué hace que un libro, que no llega a su objetivo de ser acabado, consiga crear en nosotros lo que pocos libros nos han generado?
Solo hay una forma de averiguar estas cosas... Y ahora, espíritus voraces, ¿deseáis tener este libro en vuestras manos? Sabiendo de la sangre, de la crudeza y de la tensión, y sabiendo también de ciertos tonos divertidos y descarados, ¿os atrevéis a sumergiros en tal lectura?
Asientan todos ustedes a esta propuesta, puesto que indiscutible es que no saldréis indiferentes...
Concluyamos, entonces, la reseña. Con la boca aún abierta de par en par (mandíbula desencajada, un agujero negro en la cara), con las manos aún deslizándose por el teclado de manera exaltada, finalizo poniendo como imperativo leer esta reseña, sumirse en una lectura que comienza de manera ligera y acaba teniendo tanto peso sobre nuestros hombros que nos quita el aliento.
De narrativa muy directa y sencilla, pero con muchas capas de experimentación y de juegos con los puntos de vista, Paul Tremblay, maestro de la tensión y de la intriga con esta novela, nos brinda la oportunidad de meternos en una historia de trama horrorosamente detallista, de escenas truculentas y fuertes, y de diálogos, lejos del terror, curiosamente naturales y entretenidos.
Una novela áspera y fuerte, dura y traicionera, que me ha encantado.
Autor: Paul Tremblay
Editorial: HarperCollins
Canción Identificada: Running to the Edge of the World (Marilyn Manson)
Sinopsis:
The Bram Stoker Award-winning author of A Head Full of Ghosts adds an inventive twist to the home invasion horror story in a heart-palpitating novel of psychological suspense that recalls Stephen King’s Misery, Ruth Ware’s In a Dark, Dark Wood, and Jack Ketchum’s cult hit The Girl Next Door.
Seven-year-old Wen and her parents, Eric and Andrew, are vacationing at a remote cabin on a quiet New Hampshire lake. Their closest neighbors are more than two miles in either direction along a rutted dirt road.
One afternoon, as Wen catches grasshoppers in the front yard, a stranger unexpectedly appears in the driveway. Leonard is the largest man Wen has ever seen but he is young, friendly, and he wins her over almost instantly. Leonard and Wen talk and play until Leonard abruptly apologizes and tells Wen, "None of what’s going to happen is your fault". Three more strangers then arrive at the cabin carrying unidentifiable, menacing objects. As Wen sprints inside to warn her parents, Leonard calls out: "Your dads won’t want to let us in, Wen. But they have to. We need your help to save the world."
Thus begins an unbearably tense, gripping tale of paranoia, sacrifice, apocalypse, and survival that escalates to a shattering conclusion, one in which the fate of a loving family and quite possibly all of humanity are entwined. The Cabin at the End of the World is a masterpiece of terror and suspense from the fantastically fertile imagination of Paul Tremblay.
Opinión:
Aún no salgo de mi perplejidad.
Un libro con un inicio tan desenfadado, tan desenvuelto, que se ha convertido en el escenario más gore del terror más tensionado.
Cómo. Cómo es posible. Cómo.
No puedo más que aplaudir a Tremblay: me ha llevado por los terrenos de la angustia (pasando de la desesperación a la acomodación en este horrible sentimiento) con excelente facilidad.
“Not all gifts are easy to accept. The most important gifts are often the ones we wish with all our hearts to refuse.”
Mérito lo tiene su pluma... qué decir de esta narrativa tan jugosa, tan abierta a la experimentación, una maquinaria de sangre y de tuercas afiladas que va moviendo el libro entero.
“Too many people have smiles that don’t mean what a smile is supposed to mean. Their smiles are often cruel and mocking, like how a bully’s grin is the same as a fist.”
Sus descripciones tan certeras, dándonos una imagen completamente clara de lo que es un personaje o de lo que es un escenario (o en casos de horror, también mostrándonos truculentas escenas de las que acabaremos deseando no saber tanto...); sus diálogos son absorbentes, llenos de tensión, de intriga, y de terror, directos y en ocasiones impactantemente achacosos, en otras sorprendentemente fluidos; su acción es, finalmente, una delicia que quita la respiración y presiona tu pecho.
Siguiendo con lo que más me ha asombrado de la historia, que es ciertamente esta capacidad tan impresionante que tiene Tremblay para hacernos sentir esto o lo otro con la narrativa ligera que lleva el libro, cabe destacar que uno de sus puntos fuertes es la astucia con la que maneja los puntos de vista.
“Andrew is not good at mollifying, at saying what people want to hear. He excels at saying what he wants people to hear. That is not the same as telling-it-like-it-is, a folksy descriptor that is spin for being an entitled asshole.”
Pasando de una simple narrativa en tercera persona del presente, intercalando las formas de ver las cosas entre Wen y sus padres, en la siguiente parte de la historia se entremezclan nuevos puntos de vista, de los atacadores en cuestión, así como se nos muestran conversaciones que ya llegaron a suceder contadas desde los ojos de un personaje que las vive de distinta manera al anterior, retomando la historia un poco antes de donde la dejó el otro.
Luego, el punto de vista viene dado en ocasiones en pareja, ciertas partes del libro contadas desde dos puntos de vista al mismo tiempo.
También hay una ocasión en concreto (fascinante, el momento en la narrativa que más me impactó del libro) en la que un personaje se dirige en todo momento a dos de ellos, como si todo lo que hiciese y pensase formase parte de un diálogo que comparte con sus interlocutores. (Se entenderá cuando el libro sea leído).
Finalmente, y alrededor de la conclusión tan espeluznante del libro, se sigue el punto de vista de los personajes en algo que se aleja de ser la tercera persona del presente, y que deja de ser omnisciente... Pese a que los personajes siguen apareciendo con sus nombres, es como si los dos hablasen del otro, como si (a ver como lo explico) estuviesen narrando ellos a la par, empleando sus nombres propios pero también haciendo uso del "nosotros" en lugar del "ellos" como antes era.
“No matter how bleak or dire, end-of-the-world scenarios appeal to us because we take meaning from the end... there's also undeniable allure to witnessing the beginning of the end and perishing alone with everyone and everything else.”
La prosa de Paul Tremblay puede parecer sencilla y directa. ¡Sencilla y directa! ¡Ha! Lo cierto es que, aunque con un lenguaje verdaderamente asequible y una forma de hablar con un ritmo rápido y acelerado, Tremblay juega tanto con el lenguaje que nos deja anonadados. Hay mucha, mucha experimentación, y muchos cambios en la narrativa.
“He’d irrationally hoped he could somehow put off indefinitely the future day on which she would recognize cruelty, ignorance, and injustice were the struts and pillars of the social order, as unavoidable and inevitable as the weather.”
Algo que hace Tremblay es una escalofriante separación entre acción y pensamiento.
“The cabin is now a haunted house, baptized by yesterday’s violence,”
Si bien los personajes tienen ocasión de reflexionar, de meditar, de cavilar y de sopesar, a la hora de moverse, de interactuar, de iniciar una acción, la narrativa deja de mostrar lo que piensan y pasa a únicamente narrar lo que ocurre.
Lo que hace que la frialdad de los focejeos, de las luchas y de los golpes se vean incrementada, situando estas cosas como monstruosidades fuera del cuerpo y la mente de los personajes.
Y, no obstante, ellos son los que dirigen estos movimientos, los que llevan a cabo terribles actos.
¿De qué manera dejamos de ser nosotros mismos cuando cometemos atrocidades? ¿O es el momento en el que más conectamos con lo que somos, en el que más nos olvidamos de lo que nos rodea?
“They share another long look. This one is reserved for ill-fated observers in the moments before impending, inescapable calamity, whether it be natural disaster or violent failure of humanity; a look of resigned melancholy and awe, unblinking in the face of a revealed, horrific, sacred truth. And they realize again, in this darkest hour of the darkest day, they remain alone, fundamentally alone.”
El libro, escrito con un impulso rápido, con un ritmo sin freno, narra los eventos que suceden en una cabaña alejada de todo contacto social en medio de un bosque, donde el matrimonio de Eric y Andrew pasa las vacaciones junto a su hija de siete años, Wen.
“Her dads warned her that some people won't understand their family and might say ignorant (their word) and hurtful things to her and it might not be their fault because of what they've been taught by other ignorant people with too much hate in their hearts, and, yes, it was very sad. Wen assumed they were talking about the same bad or stranger-danger people that hide in the city and want to take her away, but the more they talked to her about what Scott had said and why others might say things like that, too, the more it seemed like they were talking about everyday kind of people. Weren't the three of them everyday kind of people? She pretended to understand for her dads' sake, but she didn't and still doesn't. Why do she and her family need to be understood or explained to anyone else?”
Tras la llegada de un amable extraño que se dedica a hablar con la niña y a ayudarla a cazar saltamontes, aparecen tres personas más, todas ellas con un estilo de ropa similar, como una especie de culto, que insisten en hablar con los padres de la niña. Su aviso de estremecedor: vienen para salvar el mundo, y necesitan su ayuda.
“He’ll be doomed to say sorry for eternity and no one will listen and no one will believe him.”
A partir de ese punto, salta la duda: ¿realmente estamos ante una novela apocalíptica, o de veras se trata de alguna especie de culto religioso, o de una banda homofóbica con horribles fines? ¿Qué es lo que desean de esta familia, y por qué desean algo de ellos en concreto? ¿Quiénes son, qué quieren, y hasta qué punto están decididos a hacer lo que sea por conseguirlo?
A lo largo de la novela, pocas de nuestras dudas son resueltas... pues cuando se obtiene lo más parecido a una respuesta, otras millones de preguntas nos asaltan.
Esa es la chispa de la novela... no tanto el gore y la violencia, que casi me caigo de la silla de sorpresa al no esperarme para nada todo eso, sino más cómo nos devora con la anticipación.
“Trust the process. Dumbly believe things are how they’re supposed to be and that they will work out simply because of that belief, even if you know better.”
La tensión escala por momentos, es esa clase de libros que te quitan el aire de los pulmones y te machacan por dentro de la angustia.
Pues bien, se debe resistir pasar las páginas para leer lo que viene a continuación (aunque tanto misterio y tanta tensión te urgen a hacerlo), y aseguro que es una lectura de la que uno sale verdaderamente destrozado.
“She juts out her lower jaw, a purposeful imitation of Daddy Eric when she asks him a question with an answer that isn't yes right away, but will be yes eventually if she waits long enough.”
Se te mete dentro de la piel, te la deja de gallina, a medida que se disminuyen las probabilidades de los protagonistas de sobrevivir a lo que viene... y mientras cada vez nos asalta más la duda: ¿estarán estos extraños atacantes en lo cierto? ¿Se estará acabando el mundo? ¿De veras es necesario tan terrible sacrificio como el que piden para salvarlo? ¿Merece la pena hacerlo?
Algo que me sigue dejando de piedra es la forma en la que comienza el libro... Tan agradable, dejando claro que será un libro de misterio pero ciertamente sin hacernos ver que se va a tratar de un libro de muerte y de sangre y de tensión horripilante. De terror puro y duro, vaya.
Cómo empieza... con una niña cogiendo a saltamontes para curarlos, y unos padres adorables y divertidos burlándose el uno del otro y jugando como felinos. Básicamente, momentos enternecedores para que poco a poco vayamos viendo que esta es la clase de libros onde "cosas horribles pasan a buenas personas".
La calma antes de la tormenta.
Y... mierda: vaya tormenta.
“The color and the topography of the blanket cover for his body are not visible and there’s only a vague sense of something there, dumbly occupying space on the deck. It’s as though he isn’t there at all, like a decaying cultural memory of a deep, dark historical past (a something that happened to someone else; those someone elses are always so hapless, aren’t they?), one we actively wish to forget even as we claim to acknowledge the danger of forgetting.”
Lo único que me ha chirriado de la novela es que, cuando pasaba algo verdaderamente estremecedor, y después de una pequeña pausa para digerir todo esto, los personajes principales iniciaban un diálogo tranquilo, sin que hubiese en él no mucho pánico... de la misma manera, cuando algo horrible les pasa a los protagonistas (algo verdaderamente, verdaderamente horrible)... he sentido que su reacción era demasiado tranquila, que enseguida podían dialogar con normalidad y meditar sobre las cosas con gran facilidad y sin bloquearse y entrar en pánico como lo deberían hacer.
Lo he sentido poco creíble, eso es todo, y me ha resultado un parón en la lectura. En cuanto a las respuestas de los personajes ante una horrible situación, que los afecta de manera personal, no he sentido al libro del todo realista.
“His confident, stentorian voice, the one that makes people listen and makes people want to talk to him and be with him, is gone. He sounds shrunken, diminished, and Wen is afraid she’ll only ever hear this new voice.”
Se debe hablar del final. Si se habla de este final, no es nada más que para tirarse de los pelos y comerse las uñas hasta que solo queda carne mordida.
La definición de cliff-hanger, una tensión psicológica en el momento más culminante de la historia, no llega ni a la suela de las botas de lo que Tremblay ha hecho con su final. ¡No puede ser que nos deje sin aire en los pulmones, sin palabras en la boca, sin pensamiento más que lo que leemos, y espere que vayamos a perdonar esa forma de dejarnos con la intriga!
Y al mismo tiempo, ¡qué maravilla que todo lo que ha generado a lo largo del libro no quede del todo resuelto!
Un libro puede considerarse un tratado que trata de llegar a algo, un camino que prepara, que sitúa y devora, palabras y palabras y hojas y hojas que desembocan en algo que recoge todo lo que se ha ido enseñando y presenciando.
¿Qué ocurre cuando este propósito, este "estamos llegando al esperado final", no logra formarse y acabarse del todo? ¿Qué ocurre cuando un libro, hecho para dirigir a algo, se queda en medio camino?
Que nos estancamos en el camino, precisamente.
Que nos ahogamos en el lago de la incertidumbre.
Y solo si queremos salvarnos de esta asfixia recurriremos a la imaginación para idear el final que más nos resulte probable. O que más queremos que lo sea...
Recomiendo, de todas formas, dejar al mente abierta a ideas. Puesto que el libro sí que nos lleva a algo, sí que consigue algo: es el turno de los siguientes lectores descubrir qué es lo que hace que, un libro que no llega a concluir, tenga un "desenlace" imprevisto más que satisfactorio: ¿qué hace que un libro, que no llega a su objetivo de ser acabado, consiga crear en nosotros lo que pocos libros nos han generado?
Solo hay una forma de averiguar estas cosas... Y ahora, espíritus voraces, ¿deseáis tener este libro en vuestras manos? Sabiendo de la sangre, de la crudeza y de la tensión, y sabiendo también de ciertos tonos divertidos y descarados, ¿os atrevéis a sumergiros en tal lectura?
Asientan todos ustedes a esta propuesta, puesto que indiscutible es que no saldréis indiferentes...
Concluyamos, entonces, la reseña. Con la boca aún abierta de par en par (mandíbula desencajada, un agujero negro en la cara), con las manos aún deslizándose por el teclado de manera exaltada, finalizo poniendo como imperativo leer esta reseña, sumirse en una lectura que comienza de manera ligera y acaba teniendo tanto peso sobre nuestros hombros que nos quita el aliento.
De narrativa muy directa y sencilla, pero con muchas capas de experimentación y de juegos con los puntos de vista, Paul Tremblay, maestro de la tensión y de la intriga con esta novela, nos brinda la oportunidad de meternos en una historia de trama horrorosamente detallista, de escenas truculentas y fuertes, y de diálogos, lejos del terror, curiosamente naturales y entretenidos.
Una novela áspera y fuerte, dura y traicionera, que me ha encantado.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 4.25/5
♫ Acción: 4/5
♫ Trama: 4.25/5
♫ Originalidad: 4/5
♫ Desenlace: 5/5
♫ Pluma: 5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 9/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos :3
VALORACIÓN PERSONAL: 9/10
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