Título: Conjuro de Luna (Ladrones de Sueños #2)
Autor: Bettina Belitz
Editorial: Anaya
Canción Identificada:
Sinopsis:
Lejos queda ya el verano en el que Elisabeth Sturm descubrió el peligroso mundo de los ladrones de sueños, el verano en el que se enamoró de uno de ellos. Hace meses que Colin desapareció, y Ellie sobrevive atormentada a un invierno que no quiere acabar nunca. Los días se suceden con monotonía, y por la noche tiene pesadillas que la dejan agotada.
Para intentar pensar en otra cosa, Ellie se marcha a Hamburgo a ver a su hermano. Pero apenas lo reconoce: parece agotado y angustiado, como si quisiera ocultar algo. Cuanto más se introduce en el mundo de Paul más le invade a Ellie una sensación de amenaza, y de pronto ya no sabe en quién puede confiar. Ignora que su preocupación por Paul y su amor por Colin podrían herirla más que el peor de los sueños…
Opinión:
"No eres tú, soy yo", digo, mirando al libro apoyado en la mesa.
¡Por supuesto que no es el libro! Hay libros de todo tipo, de todas las tramas posibles, de todos los personajes posibles, ¡y para todas las personas posibles! Este libro atraerá más a unos, menos a otros, y yo me encuentro en el montón que sujetan el libro y miran sus páginas y parpadean varias veces y ponen los ojos en blanco.
Por no decir, además, que uno va evolucionando. Es decir, es muy interesante pensar que este libro podría haberme gustado de haber sido más joven, dos añitos más joven, no más. Pero las personalidades cambian, los gustos se modifican, los libros se pasan de moda en nuestra mente como prendas de ropa viejas o que ya nos quedan pequeñas.
Lo leí hace mucho, hace bastantes años, cuando estaba metida en el mundo de la adolescencia romántica (¡confieso esta fase, y no me avergüenzo... he conocido libros muy buenos, y me ha ayudado a desarrollar mi juicio!).
Por supuesto, ni aun entonces me gustaban los libros empalagosos, y a medida que fue pasando el tiempo me fueron gustando menos estas novelas, y menos, y menos... Ya casi saliendo de esta temática, quise seguir con esta saga, pero mi mente estaba un poco más despierta y superaba estos libros, y me encontré con muchos bloqueos en la lectura.
Por ejemplo, de tantos libros leídos de este tema, detecté tantas frases, tantas reacciones y tantas relaciones tan tópicas que se me hacía imposible no ver a los personajes como máquinas salidas de una ferretería de clichés juveniles.
Pese a la separación de tiempo más o menos considerable entre libro y otro, la mente tiene cambios delicados en los gustos (a no ser que un factor externo obligue a que éstos se alteren drásticamente), y no debería haber notado diferencia.
Por tanto, libro, ¡tú también has cambiado! La saga ha dejado atrás la idea de los ladrones de sueños y se ha convertido en el día a día de nuestra compi de viajes: si relaciones con el hermano, si relaciones con el amigo, si relaciones con el noviete... Nuestra prota nunca estaba satisfecha. ¿Y los elementos mágicos? Desaparecidos, no explicados.
Eso es algo que me da mucha, mucha rabia... ¡la de cosas que habría que explicar del mundo de los sueños, del mundo de los demonios!
Si algo hace bien la escritora es la idea: aunque luego mal efectuada (y esta dejadez de ella continúa página tras página hasta que el tercer libro se me hizo insoportable de leer), el mundo de los sueños siempre es algo que da mucho jugo en la novela, y su idea, además, es muy original... Pero poco a poco va perdiendo su chispa cuando se mete en el terreno de previsibilidad, dejando fantasía, magia, todo aparte...
Las parrafadas abundan y no en el buen sentido: consiste en un tedioso monólogo sin apenas pararse a poner puntos y comas en el que la protagonista no deja de divagar sobre aspectos irrelevantes.
Y con esto no digo que no deba un personaje principal pararse a pensar en la vida, en la existencia, o en cosas más triviales como lo son las relaciones humanas, pero era como si Elizabeth no saliese nunca de esa burbuja de niñería que tan tierno resultaba en el primer libro y tan pesado continuaba en este. Sus pensamientos no eran nada profundos, no eran nada más que quejas infantiles y ascos a todo aspecto de su vida.
Tampoco es cuestión de crucificarla: de todas las pocas cosas medianamente buenas que puedo sacar de este libro, Ellie entra en una de ellas.
Su personalidad es curiosa, es una de estas chicas literarias que tienen un tono de voz divertido, entretenido, entrañable.
Pero mientras que en este cajón hay otros personajes femeninos que a esto le añaden una voz resuelta y espabilada, Ellie es de esas chicas que le encuentran puntilla a todo, que no están satisfechas con nada, que se quejan y se quejan y no cambian NADA.
Aun así, gracias a ella la lectura era fresca... y me gustaría decir que ligera, pero podía pasarse pensando en un mismo tema durante capítulos y capítulos, ¡sin llegar a ninguna conclusión!
Y estoy intentando crear una frase entera sin que me encuentre enfadada con Ellie, porque de verdad que no estaba mal el personaje, pero era un cliché un tanto visto.
¿Veis? Lo he vuelto a hacer.
Como sea, hay grandes chicas ahí fuera esperando a ser conocidas (en los libros, me refiero, aunque en nuestro mundo también tenemos personillas súper interesantes), gente con un estilo burlesco como Elizabeth pero que además de eso pasan a la acción (todos los personajes femeninos principales de Kerstin Gier, por ejemplo. Véase Liv, véase Gwendolyn).
Y de pasar a la acción... ¡Ellie, pasar a la acción es mucho más que dar un besuqueo a tu chico! ¡Explora y adéntrate en el mundo de los sueños y los demonios en el que estás metida! Al menos haz eso, ¿no? Teniendo en cuenta que en más de una ocasión han intentado matarte por tu relación con uno de ellos...
Y luego, ¡su hermano! ¡Qué irritante, qué egoísta, qué poco merecedor de toda la atención que se le daba!
Y Colin... ya en el primer libro me parecía un tanto raro... En el mal sentido de la palabra. No es que sea distinto, es que es "de pe a pa" un personaje dignamente de ser llamado "topicazo masculino literario": es enigmático, misterioso, ¡pero también todo un... en fin, todo un tonto, dicho suavemente!
Y lo raro está en esta "esencia bipolar masculina" que los libros juveniles románticos nos quieren vender: un chaval que se interesa por la protagonista, que la sigue a todas partes, que se obsesionan con ellas y que las quieren para sí (esto... como se den estas ideas a las más jóvenes mal lo llevamos)... pero luego también está una característica frialdad en ellos que vuelve loca ("¡qué misterioso!", "¡qué interesante!"... ¡qué soberana tontería, ese desinterés de chico malo no es otra que una actitud pasiva hacia la relación... ¡que no acabará bien en la vida real!).
¿No es extremadamente raro que pase un chico de estar enfocado a ti a ser un auténtico descarado en darte la espalda completamente y tratarte con frialdad? ¡Nadie se merece eso, y esa no es una buena relación sentimental!
Me da igual que sea de naturaleza demoníaca: si sus sentimientos por Elizabeth son sinceros, podría enseñarlos de una manera un tanto más bonita, no dejándola tirada sin decirla nada, no tratándola con frialdad (y excusándose diciendo que estaba "distante" porque se preocupaba por ella...).
Y vale que no la soporta nadie, pero tío, si te interesas por ella, ¡haz algo para demostrarlo!
Es celoso, posesivo, malote y poco detallista. No se molesta en preguntarla, en explicarla, en meterla en su mundo. Porque quiere "protegerla", cómo no, metiéndola en el saco de la ignorancia que, a la hora de los problemas, la hace más mal que bien.
Por poner un ejemplo, hay algo que Laura Gallego domina muy bien en su libro Memorias de Idhún: y es que se muestra ambos lados de una relación.
Jack es tierno, sensible, cálido y dedicado, aunque también tiene celos (que los va dominando hasta darse cuenta de que no son buenos para una relación, y acaba por superarlos).
Kirtash, por otro lado, es frío... Pero es frío en el sentido de que no es meloso, no es sobón y no da regalitos a su chica... Pero ciertamente la protege hasta el final, lo da todo por ella, y da una visión de que hay que dejar en libertad a aquél a quien queremos, que no hay que perderse a uno mismo por ser todo de él. Es distante, pero está en todo momento para ser un hombro sobre el que llorar, y no es muy expresivo, pero sus palabras resultan muy enternecedoras y muy inspiradoras, profundas y sumamente ciertas en lo que una relación amorosa conlleva.
Memorias de Idhún es un muy buen libro para jóvenes, lo digo en serio. Da una visión muy bonita y evolutiva de lo que es una relación sana y fuerte.
Pese a tener un triángulo amoroso, éste está dominado a la perfección, y hay mucho, mucho más en la historia que eso... Todos los personajes son fascinantes, y la originalidad y la magia rebosan las páginas. Me siento muy orgullosa de haberme encontrado con este libro cuando me empecé a iniciar con la lectura.
Si bien la trama muy buena del primero prometía una siguiente continuación interesante, me encontré con un libro que deja magia y misterio atrás y se centra en la vida de unos personajes que no me interesaban nada. Literalmente, no ocurre nada en todo el libro, o esa es la sensación que me he llevado, porque incluso en el supuesto "culmen" de la historia la voz narrativa era tan monótona y desinteresada que no podía sentir emoción alguna.
La carisma de Ellie pasa a ser una queja prolongada, un mohín continuado, en ausencia de Colin, y éste se agravia con otros factores de su vida que no son de su agrado. Nunca son de su agrado.
Los problemas con su hermano no son sino otro granito más que echar al montón de decepción que he sentido en la novela: estaban muy mal trabajados, y no podía sentir afecto por ninguno de ellos. Ninguno sabía afrontar sus respectivos problemas, y se trataban como si no fueran familia, una pasividad a veces enfadada que no hacía nada más que irritarme.
La prosa me cansaba, se me hacía tediosa y sin pausas, la repetición fastidiaba y quedaba muy extraño que así porque sí la protagonista nos hiciese al inicio todo un resumen el anterior libro. Y me gustaría decir que tengo un buen recuerdo de este libro por a trama, pero lo cierto es que no... La magia estaba evaporada, y el misterio quedaba aniquilado por la voz sin emoción de la protagonista.
Tanto porque yo había cambiado desde que me leí el primer libro, como también porque el libro ha cambiado y la escritora también, esta obra no me ha dejado buen sabor de boca: juzgar por la portada, aunque me cueste reconocerlo, no siempre es fiable.
Autor: Bettina Belitz
Editorial: Anaya
Canción Identificada:
Sinopsis:
Lejos queda ya el verano en el que Elisabeth Sturm descubrió el peligroso mundo de los ladrones de sueños, el verano en el que se enamoró de uno de ellos. Hace meses que Colin desapareció, y Ellie sobrevive atormentada a un invierno que no quiere acabar nunca. Los días se suceden con monotonía, y por la noche tiene pesadillas que la dejan agotada.
Para intentar pensar en otra cosa, Ellie se marcha a Hamburgo a ver a su hermano. Pero apenas lo reconoce: parece agotado y angustiado, como si quisiera ocultar algo. Cuanto más se introduce en el mundo de Paul más le invade a Ellie una sensación de amenaza, y de pronto ya no sabe en quién puede confiar. Ignora que su preocupación por Paul y su amor por Colin podrían herirla más que el peor de los sueños…
Opinión:
"No eres tú, soy yo", digo, mirando al libro apoyado en la mesa.
¡Por supuesto que no es el libro! Hay libros de todo tipo, de todas las tramas posibles, de todos los personajes posibles, ¡y para todas las personas posibles! Este libro atraerá más a unos, menos a otros, y yo me encuentro en el montón que sujetan el libro y miran sus páginas y parpadean varias veces y ponen los ojos en blanco.
Por no decir, además, que uno va evolucionando. Es decir, es muy interesante pensar que este libro podría haberme gustado de haber sido más joven, dos añitos más joven, no más. Pero las personalidades cambian, los gustos se modifican, los libros se pasan de moda en nuestra mente como prendas de ropa viejas o que ya nos quedan pequeñas.
Lo leí hace mucho, hace bastantes años, cuando estaba metida en el mundo de la adolescencia romántica (¡confieso esta fase, y no me avergüenzo... he conocido libros muy buenos, y me ha ayudado a desarrollar mi juicio!).
Por supuesto, ni aun entonces me gustaban los libros empalagosos, y a medida que fue pasando el tiempo me fueron gustando menos estas novelas, y menos, y menos... Ya casi saliendo de esta temática, quise seguir con esta saga, pero mi mente estaba un poco más despierta y superaba estos libros, y me encontré con muchos bloqueos en la lectura.
Por ejemplo, de tantos libros leídos de este tema, detecté tantas frases, tantas reacciones y tantas relaciones tan tópicas que se me hacía imposible no ver a los personajes como máquinas salidas de una ferretería de clichés juveniles.
Pese a la separación de tiempo más o menos considerable entre libro y otro, la mente tiene cambios delicados en los gustos (a no ser que un factor externo obligue a que éstos se alteren drásticamente), y no debería haber notado diferencia.
Por tanto, libro, ¡tú también has cambiado! La saga ha dejado atrás la idea de los ladrones de sueños y se ha convertido en el día a día de nuestra compi de viajes: si relaciones con el hermano, si relaciones con el amigo, si relaciones con el noviete... Nuestra prota nunca estaba satisfecha. ¿Y los elementos mágicos? Desaparecidos, no explicados.
Eso es algo que me da mucha, mucha rabia... ¡la de cosas que habría que explicar del mundo de los sueños, del mundo de los demonios!
Si algo hace bien la escritora es la idea: aunque luego mal efectuada (y esta dejadez de ella continúa página tras página hasta que el tercer libro se me hizo insoportable de leer), el mundo de los sueños siempre es algo que da mucho jugo en la novela, y su idea, además, es muy original... Pero poco a poco va perdiendo su chispa cuando se mete en el terreno de previsibilidad, dejando fantasía, magia, todo aparte...
Las parrafadas abundan y no en el buen sentido: consiste en un tedioso monólogo sin apenas pararse a poner puntos y comas en el que la protagonista no deja de divagar sobre aspectos irrelevantes.
Y con esto no digo que no deba un personaje principal pararse a pensar en la vida, en la existencia, o en cosas más triviales como lo son las relaciones humanas, pero era como si Elizabeth no saliese nunca de esa burbuja de niñería que tan tierno resultaba en el primer libro y tan pesado continuaba en este. Sus pensamientos no eran nada profundos, no eran nada más que quejas infantiles y ascos a todo aspecto de su vida.
Tampoco es cuestión de crucificarla: de todas las pocas cosas medianamente buenas que puedo sacar de este libro, Ellie entra en una de ellas.
Su personalidad es curiosa, es una de estas chicas literarias que tienen un tono de voz divertido, entretenido, entrañable.
Pero mientras que en este cajón hay otros personajes femeninos que a esto le añaden una voz resuelta y espabilada, Ellie es de esas chicas que le encuentran puntilla a todo, que no están satisfechas con nada, que se quejan y se quejan y no cambian NADA.
Aun así, gracias a ella la lectura era fresca... y me gustaría decir que ligera, pero podía pasarse pensando en un mismo tema durante capítulos y capítulos, ¡sin llegar a ninguna conclusión!
Y estoy intentando crear una frase entera sin que me encuentre enfadada con Ellie, porque de verdad que no estaba mal el personaje, pero era un cliché un tanto visto.
¿Veis? Lo he vuelto a hacer.
Como sea, hay grandes chicas ahí fuera esperando a ser conocidas (en los libros, me refiero, aunque en nuestro mundo también tenemos personillas súper interesantes), gente con un estilo burlesco como Elizabeth pero que además de eso pasan a la acción (todos los personajes femeninos principales de Kerstin Gier, por ejemplo. Véase Liv, véase Gwendolyn).
Y de pasar a la acción... ¡Ellie, pasar a la acción es mucho más que dar un besuqueo a tu chico! ¡Explora y adéntrate en el mundo de los sueños y los demonios en el que estás metida! Al menos haz eso, ¿no? Teniendo en cuenta que en más de una ocasión han intentado matarte por tu relación con uno de ellos...
Y luego, ¡su hermano! ¡Qué irritante, qué egoísta, qué poco merecedor de toda la atención que se le daba!
Y Colin... ya en el primer libro me parecía un tanto raro... En el mal sentido de la palabra. No es que sea distinto, es que es "de pe a pa" un personaje dignamente de ser llamado "topicazo masculino literario": es enigmático, misterioso, ¡pero también todo un... en fin, todo un tonto, dicho suavemente!
Y lo raro está en esta "esencia bipolar masculina" que los libros juveniles románticos nos quieren vender: un chaval que se interesa por la protagonista, que la sigue a todas partes, que se obsesionan con ellas y que las quieren para sí (esto... como se den estas ideas a las más jóvenes mal lo llevamos)... pero luego también está una característica frialdad en ellos que vuelve loca ("¡qué misterioso!", "¡qué interesante!"... ¡qué soberana tontería, ese desinterés de chico malo no es otra que una actitud pasiva hacia la relación... ¡que no acabará bien en la vida real!).
¿No es extremadamente raro que pase un chico de estar enfocado a ti a ser un auténtico descarado en darte la espalda completamente y tratarte con frialdad? ¡Nadie se merece eso, y esa no es una buena relación sentimental!
Me da igual que sea de naturaleza demoníaca: si sus sentimientos por Elizabeth son sinceros, podría enseñarlos de una manera un tanto más bonita, no dejándola tirada sin decirla nada, no tratándola con frialdad (y excusándose diciendo que estaba "distante" porque se preocupaba por ella...).
Y vale que no la soporta nadie, pero tío, si te interesas por ella, ¡haz algo para demostrarlo!
Es celoso, posesivo, malote y poco detallista. No se molesta en preguntarla, en explicarla, en meterla en su mundo. Porque quiere "protegerla", cómo no, metiéndola en el saco de la ignorancia que, a la hora de los problemas, la hace más mal que bien.
Por poner un ejemplo, hay algo que Laura Gallego domina muy bien en su libro Memorias de Idhún: y es que se muestra ambos lados de una relación.
Jack es tierno, sensible, cálido y dedicado, aunque también tiene celos (que los va dominando hasta darse cuenta de que no son buenos para una relación, y acaba por superarlos).
Kirtash, por otro lado, es frío... Pero es frío en el sentido de que no es meloso, no es sobón y no da regalitos a su chica... Pero ciertamente la protege hasta el final, lo da todo por ella, y da una visión de que hay que dejar en libertad a aquél a quien queremos, que no hay que perderse a uno mismo por ser todo de él. Es distante, pero está en todo momento para ser un hombro sobre el que llorar, y no es muy expresivo, pero sus palabras resultan muy enternecedoras y muy inspiradoras, profundas y sumamente ciertas en lo que una relación amorosa conlleva.
Memorias de Idhún es un muy buen libro para jóvenes, lo digo en serio. Da una visión muy bonita y evolutiva de lo que es una relación sana y fuerte.
Pese a tener un triángulo amoroso, éste está dominado a la perfección, y hay mucho, mucho más en la historia que eso... Todos los personajes son fascinantes, y la originalidad y la magia rebosan las páginas. Me siento muy orgullosa de haberme encontrado con este libro cuando me empecé a iniciar con la lectura.
Si bien la trama muy buena del primero prometía una siguiente continuación interesante, me encontré con un libro que deja magia y misterio atrás y se centra en la vida de unos personajes que no me interesaban nada. Literalmente, no ocurre nada en todo el libro, o esa es la sensación que me he llevado, porque incluso en el supuesto "culmen" de la historia la voz narrativa era tan monótona y desinteresada que no podía sentir emoción alguna.
La carisma de Ellie pasa a ser una queja prolongada, un mohín continuado, en ausencia de Colin, y éste se agravia con otros factores de su vida que no son de su agrado. Nunca son de su agrado.
Los problemas con su hermano no son sino otro granito más que echar al montón de decepción que he sentido en la novela: estaban muy mal trabajados, y no podía sentir afecto por ninguno de ellos. Ninguno sabía afrontar sus respectivos problemas, y se trataban como si no fueran familia, una pasividad a veces enfadada que no hacía nada más que irritarme.
La prosa me cansaba, se me hacía tediosa y sin pausas, la repetición fastidiaba y quedaba muy extraño que así porque sí la protagonista nos hiciese al inicio todo un resumen el anterior libro. Y me gustaría decir que tengo un buen recuerdo de este libro por a trama, pero lo cierto es que no... La magia estaba evaporada, y el misterio quedaba aniquilado por la voz sin emoción de la protagonista.
Tanto porque yo había cambiado desde que me leí el primer libro, como también porque el libro ha cambiado y la escritora también, esta obra no me ha dejado buen sabor de boca: juzgar por la portada, aunque me cueste reconocerlo, no siempre es fiable.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 2.5/5
♫ Acción: 2.75/5
♫ Trama: 2.75/5
♫ Originalidad: 2.75/5
♫ Desenlace: 3.25/5
♫ Pluma: 3/5
VALORACIÓN PERSONAL: 5.5/10
VALORACIÓN PERSONAL: 5.5/10
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