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sábado, 1 de junio de 2019

Reseña: The Bird Eater

Resultado de imagen de the bird eater ania ahlbornTítulo: The Bird Eater
Autor: Ania Ahlborn
Editorial: 47North
Canción Identificada: God Am (Alice in Chains)





Sinopsis:


Twenty years ago, the mysterious death of his aunt left Aaron Holbrook orphaned and alone. He abandoned his rural Arkansas hometown vowing never to return, until his seven-year-old son died in an accident, plunging Aaron into a nightmare of addiction and grief. Desperate to reclaim a piece of himself, he returns to the hills of his childhood, to Holbrook House, where he hopes to find peace among the memories of his youth. But solace doesn’t come easy. Someone—or something—has other plans. Like Aaron, Holbrook House is but a shell of what it once was, a target for vandals and ghost hunters who have nicknamed it “the devil’s den.” Aaron doesn’t believe in the paranormal—at least, not until a strange boy begins following him wherever he goes. Plagued by violent dreams and disturbing visions, Aaron begins to wonder if he’s losing his mind. But a festering darkness lurks at the heart of Holbrook House… a darkness that grins from within the shadows, delighting in Aaron’s sorrow, biding its time.



Opinión:


De manera que Ania Ahlborn es de esas escritoras que lo que hacen es, en la sinopsis, describirte el ataúd en el que te van a meter. 


Si ya de por sí la sinopsis resulta fascinantemente estremecedora, el libro lo que hace es cavar el agujero y tirarte sin ningún miramiento en él. 

Luego, por supuesto, está el lento pero horrible proceso en el que ves cómo te van echando tierra encima hasta acabar completamente muerto.


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Y como no podía ser de otra manera, Ania Alhborn decide dejarte al final del todo vivo para que puedas sentir todo lo que se siente al terminar del libro.
Porque claro, la muerte es un respiro que no está permitido en este libro: el dolor, la angustia y los escalofríos forman parte de cada palabra en esta absorbente novela que decide innovar y poner una chispita a lo que el género de terror se refiere.


“Was it possible that, if there wasn’t someone present to watch a soul pass from this side to the next, that soul could become trapped by the sorrow of that very spot;” 




Pocos son los libros que me he leído de terror. La razón de esto es simple: no me generan terror. De todas formas, no es justo hacer esta observación teniendo en cuenta que me he debido leer escasos cinco libros de esta temática. 


La mayoría de ellos de Stephen King: este escritor es grandioso porque, pese a que por ejemplo It no me dio excesivo miedo, la idea de la historia era muy compleja y original. 

Un libro que sí que me dio miedo es para mí su obra maestra de lo que llevo leído suyo: The Shining, impactante y creador de la mayor ansiedad que he sentido en todas las lecturas. Sus escenas son increíbles, y su ambientación es igual de descorazonadora.





Y luego tenemos en un huequecito de la estantería a un libro oscuro (en los dos sentidos de la palabra), demente, aspirante al mayor viaje de la locura humana... Un viaje que en muchos momentos del libro, por todo el estrés y el terror que nos comparten, desearíamos no haber tomado.



Es en este libro con el que por primera vez he sentido el por qué de que ciertas personas deseen sentir esa adrenalina con las novelas de terror: ¡es verdaderamente adictivo el miedo!

“But what had once been a cheerful house now sagged on its eaves. The only thing missing was the opening strain of the Addams Family theme song.”






Mientras que Stephen King se centra, en especial, en las escenas, en el terror en sí del susto, Ania Alhborn se orienta más, por lo que he podido ver en esta lectura, en lo que éstas hacen en los protagonistas. 


Es decir, en sí las escenas no dan tanto miedo, pero luego lo verdaderamente terrorífico es cómo éstas, y la tensión acumulada que crean, acaban por destrozar toda cordura del protagonista, llevándole a la más cruel locura.




No obstante, puede que este énfasis en la mente del protagonista sea demasiado grande, lo que me hace llegar a la segunda razón, y la más importante, de por qué no tiendo a comprarme libros de terror: y es que el terror, el objeto de miedo y de susto, apenas está explicado. 


Por ejemplo, en este libro: ¿quién es Birdie, de dónde ha salido, cuál es su motivación para aterrorizar a tan sólo esa familia?

Se llega a explicar un poco que conocía de antes a Miranda pero este pasado, que tan crucial es para el desarrollo de toda la historia, se deja inacabado, apenas sin explicar. 
¿Por qué acabar con esta familia? ¿Qué pasado compartía con Miranda? ¿Quién es, y por qué come pájaros (elemento que le daba a la novela una originalidad de lo más peculiar y magnífica)?


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Sacudiendo la cabeza ante esto, dejo atrás estos defectos para dedicarme al máximo en la evolución del protagonista. 

Si algo ha hecho que se le coja cariño, nostalgia, miedo y embobamiento a la historia es por lo bien perfilado que está el personaje principal... 

Sinceramente, de los secundarios no podría haber sentido más desinterés, porque apenas se les daba importancia y las intervenciones que hacían no se salían nada de lo esperado. 

“he couldn’t help but be hopeful that the house served as a metaphor for his own life—it was broken now, but one room at a time, it would be resurrected into something livable, bearable. It would never be as it had once been, but maybe, despite it all, it could be patched together again.” 




Eran como marionetas, realmente. Incluso aunque la escritora quisiese darles algo de profundidad, lo que hacía era cavar con la misma pala y en el mismo hoyo que tantos escritores han hecho: si se Aaron les confiesa lo que le ocurre y que está perdiendo la cabeza, primero podemos los lectores cerrar los ojos e imaginarnos su reacción, y ella será la que aparecerá en los siguientes párrafos del libro.


Y si bien por ejemplo Eric comenzó a aparecer en escena con una personalidad algo más trabajada (en el aspecto de su fascinación hacia lo paranormal), esta primera imagen al poco quedó disuelta por un personaje sin muchas luces en la cabeza que tan sólo obedecía las órdenes de lo que mejor quedaba en la historia. 

Era muy predecible, tanto sus movimientos como los de los demás personajes en escena: Cheri y tantos otros no hacían nada más que estorbar al lector a lo largo de la lectura. 

¡Qué poco me importaban!


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Y, sin embargo... ¡qué bien trabajada estaba la mente de Aaron!

“What if insanity is just a heightened sense of perception?” 



Cierto que, para mi lástima, poco se dejaba ver de su pasado, de sus relaciones con otros personajes, de su personalidad. 

Resultado de imagen de alice in chains logoTodo lo que antes de comenzar el libro era queda completamente borrado, pero en oposición a esta mueca de disgusto está la carcajada demente que invade las páginas mientras vamos viendo cómo, poco a poco, los eventos llevan al protagonista a una locura tan desquiciada que resulta muy probablemente el elemento más estremecedor de toda la lectura.


(Además le gustaba Alice in Chains, ¡lo que ya aumenta mucho mi interés por el protagonista!)






También algo que me ha gustado mucho de los libros de terror es que, de los que llevo leídos, he notado que son estos escritores los que más tienen el poder para innovar en cuanto a la escritura se refiere. 

Con total honestidad, el estilo de Ania Alhborn era indiscutiblemente IMPECABLE: atreviéndose a jugar con todas las formas existentes de vocabulario y gramática, y también de mayúsculas, minúsculas, cursivas, exclamaciones, cosas que retorcían el lenguaje hasta crear uno nuevo... indudablemente teñido de terror.



lo de que por ejemplo el sueño sigue de esta manera, con palabras realmente tenebrosas e inquietantes

y sigue de golpe de esta otra manera, fuera de las ilusiones. Puede que así parezca una tontería, pero a medida que leías el libro esto daba mucha más aura de miedo y angustia.

spoiler el momento del bate... ¡dios, qué momento! No exagero si digo que ha sido ¡¡¡¡¡¡¡UNA DE LAS SITUACIONES MÁS ESTREMECEDORAS Y MÁS GORES Y MÁS SINIESTRAS QUE ME HE ENCONTRADO EN TODA LA HISTORIA DE LA LITERATURA!!!!!! fin del spoiler




Como sea, ¡una prosa increíble!

“but the dust seemed to meander from room to room like a lazy cat, lounging on whatever it deemed convenient and comfortable.” 


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The Bird Eater era, en el aspecto más demoledor, un billete de ida a tu propia tumba, donde las pesadillas empañan las palabras y donde el miedo impregna las páginas. 

La cordura se pone en juego y Ania Alhborn juega con total elegancia y agilidad todas sus cartas: no sólo nos quita la sanidad mental y la necesidad de dormir, sino que también nos deja en completa parálisis ansiosa y desesperada de la más pura, imparable y destructora adicción.



También hay que decir que no todo podía ser explicado en las poquillas páginas que nos ofrecía el libro (lo que excusa los fallos que le he podido sacar en la reseña). 

Con toda la tensión y la locura y el terror comprimido en 267 páginas, Ania Ahlborn logra a la perfección chuparnos toda la sangre y dejarnos completamente en blanco de ideas de lo que puede llegar a pasar: decir que ha sido una lectura entretenida, absorbente y demoledora es quedarse corto. 


Era imposible, sencillamente imposible, dejar el libro a la página siguiente, o al capítulo siguiente, la lectura absorbía cada átomo de mi cuerpo y me dejaba completamente adicta a la pluma de Alhborn.


Ha sido, en el sentido más delirante, estremecedor y realista de la palabra, un libro absolutamente brillante.





PUNTUACIÓN

♫ Personajes: 3/5
♫ Acción: 3.5/5
♫ Trama: 3.75/5
♫ Originalidad: 4/5
♫ Desenlace: 4/5
♫ Pluma: 4.75/5


VALORACIÓN PERSONAL: 9/10



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