Título: Fulminada (Fulminada #1)
Autor: Jennifer Bosworth
Editorial: Nocturna Ediciones
Canción Identificada: Sober (TOOL)
Sinopsis:
«Me llamo Mia Price y soy adicta a los rayos».
Estadísticamente, la probabilidad de que te caiga un rayo es de uno entre más de medio millón. Pero a sus diecisiete años, Mia es la excepción a la norma: las tormentas siempre parecen perseguirla. Tras un trágico accidente, su familia se traslada a California, el lugar más soleado de los Estados Unidos. Un año después, un terremoto sacude Los Ángeles y sólo una enorme torre se salva de convertirse en escombros.
Entonces el caos se apodera de la ciudad: hay un mercado negro de medicamentos y la gente empieza a seguir con fervor a un fascinante profeta que anunció el terremoto.Y entretanto, Mia tiene extraños sueños protagonizados por una torre, un chico y el fin del mundo.
Opinión:
Estadísticamente, la probabilidad de que te guste este libro es de un millón entre poco más de medio millón.
No obstante, como todo libro, tiene sus defectos, y creo mejor decirlos de inmediato para poder dedicar la reseña a insistir en los cientos de virtudes que claramente los eclipsan.
Por ejemplo, la falta de más personas a parte de las dos centrales. Habría estado bien más profundización en la relación de los hermanos, y de los amigos, también de los padres, pero en muchas ocasiones todo esto estaba tan dejado de lado que se hacía un tanto insoportable pensar en el contacto social de la protagonista con únicamente un chico.
La historia romántica, a otro lado, está muy bien llevada a cabo... pero le sigue faltando credibilidad.
Y una de las razones centrales para esto es que la historia transcurre en un diminuto espacio de tiempo de tres días, lo que hace que sin duda se me hiciese muy extraño en la lectura ver a los personajes conociéndose, haciéndose amigos y pasando a la fase de lo más parecido a una pareja cuando hacía apenas un par de días se acababan de conocer.
Por lo demás... Sé de sobra que solo he recogido dos puntos malos, y no creo que me aparezcan más en la reseña, porque este libro es sensacional.
Quedémonos entonces con la frase premonitoria de « Soñarás con una torre, un chico y el fin del mundo », y así con en general toda la gran idea que hay detrás de esta corta novela... Por la cual estuve muriéndome de ganas de saber la continuación, sin ésta ser publicada, hasta que el tiempo ha pasado y queda su segunda parte en uno de esos baúles de sueños que no se hicieron realidad.
Y que ahora será mejor no abrirlos, pues, por razones varias (crecimiento, exploración, maduración, distanciamiento, gustos distintos) no me gustaría tanto, y será una lástima...
Este libro tiene muchísimo potencial, ¡ciertamente su segundo debe ser igual de bueno... si cabe más frenético!
"A veces, los rayos juegan un poco contigo, te elevan en el aire y te sueltan a veinte metros de distancia, te quitan los zapatos o te fríen la ropa y te dejan desnuda y humeando en medio de la lluvia. Los rayos pueden borrar los últimos días u horas de tu memoria o sobrecargarte el cerebro, provocar un cortocircuito en tu personalidad y transformarte en una persona completamente distinta. Oí que a una mujer le cayó un rayo y se curó de un cáncer terminal"
A Mia Price le persiguen los rayos: allá a donde va, las tormentas le susurran y le fulminan los rayos. Pese a su amenaza de muerte, ya la descarga eléctrica que te sacude el cuerpo (o puede que precisamente por eso), Mia siente una extraña adicción a quedar fulminada... Su cuerpo entero despierta, las marcas en su cuerpo, rojas y feas, dejadas por los ayos, parecen cosquillearse con la emoción de volver a quedar lacerada por un rayo.
"Nada te hace sentirte más viva que quedar fulminada por un rayo. A menos, por supuesto, que te mate."
Huyendo de las tormentas a un sitio en el que apenas llueve, la familia de Mia se ve de nuevo sacudida por una catástrofe: un terremoto sacude la cuidad entera, destrozando hogares, sembrando la desesperación y llenando de angustia las calles. Hay muchísimos muertos, y aquellos que sobreviven no salen indemnes: atrapada durante horas bajo escombros, la madre de Mia ha perdido la luz en su mirada, se encuentra en un trance de depresión y en sus días lo único que hace es pasarse, hipnotizada, mirando a la televisión, escuchando las palabras de un misterioso profeta que dice ser emisario directo de Dios y que clamó, antes del desastre, la llegada del terremoto; y el hermano de Mia ya no es risueño, alegre y desenvuelto, la madurez le ha sacudido y la gravedad de la situación le ha hecho cambiar drásticamente.
En esta situación, Mia trata de recobrar la normalidad, intentando recoger los fragmentos rotos de su familia y asegurándose de que tienen alimentos y suministros médicos.
Además de eso, estamos hablando así de una... ¿distopía cercana? No se me ocurre otra forma de describirlo: el ambiente social en el que se vive es igual de caótico, desesperado y desordenado que en una distopía (de la clase B, aquella en la que no gobierna el control enfermizo sino que el duro golpe deja a la población entera en desorientación).
No es de todo una distopía, sé que no lo es (para empezar, la idea del gobierno no es siquiera mencionada), pero podría ser el fruto que la inicia, allá en su segunda parte...
Más que eso: el tema del Profeta. De veras que debe ser señalado. Para empezar, que Bosworth se atreva a plantar una idea complicada... Aunque no se mete con la religión ni con sus ideas, sí lo llega a hacer, en completamente creíble crítica, con la forma en la que a veces las personas se aprovechan de la palabra de la figura tan venerada de Dios para conseguir sus fines, clamando ser portavoces de sus deseos cuando las ambiciones personales son lo que les guía a obrar como lo hacen.
"- Ya hemos comenzado a presenciar la ira de Dios- continuó el Profeta-. Me susurró que atacaría Los Ángeles justo unos minutos antes de que cayera Su puño. El fin de todas las cosas está próximo, hermanas y hermanos, y empezará aquí mismo, en Los Ángeles, puesto que esta no es la ciudad de los ángeles, sino una ciudad donde gobiernan los demonios desde sus mansiones en la ladera y los inmensos estudios, propagando su corrupción como una plaga a través de las pantallas de televisión, los cines e Internet"
La religión, en sí misma, es un tema que no se toca en este libro... Pero lo que la gente puede llegar a hacer con el ideal, a manejarlo, a retorcerlo para sus propósitos, sí lo es, porque es algo que desgraciadamente ocurre en nuestro día a día, y no hay forma de negarlo.
"-Hermanas y hermanos -entonó el Profeta-, Dios pronto hará su juicio final. Ahora debéis decidir de qué lado estáis, si del lado del cielo o del de la Tierra y sus perversos placeres mundanos. ¿Os elevaréis extasiados al paraíso u os quedaréis abajo para la terrible venganza de Dios?"
También el tema recurrente es los límites a los que nos hace llegar la desesperación: las palabras de una salvación inmediata que nos hacen cegarnos a la verdad, la desnortación y el comercio ilegal en un mercado negro de alimentos, el fervor con el que se persigue la idea de un ente superior que pueda ayudarnos con lo sucedido, y la volubilidad y lo sugestionable que nos gobierna en momentos de mayor necesidad de agarrarse a una creencia.
Por otro lado, como si eso no fuera poco para la originalidad que destila las páginas (puesto que una de las cosas por las que tanto he admirado este libro es por la capacidad que tiene la escritora en que, en un pequeño intervalo de tiempo, describa al detalle todos los cambios de la población, toda la agitación social, todas las bandas que emergen y los grupos religiosos que claman tener el control de la situación, así como rebaños enfervotizados que en angustia creen ver la verdad en las palabras de redención religiosa que les hacen ser seguidores de ese desconocido profeta que se ha hecho con el control de toda la población de la cuidad...), otro fuerte, fuerte detalle es que la tensión a lo largo del libro es insoportable, crece, con cada palabra y con cada acción y con cada golpe que lo descoloca todo te hace querer saber más, siempre más, sobre la trama, y sobre cómo va a avanzar, y sobre cómo va a acabar...
Y luego llega el momento en el que Mia decide asistir de nuevo a clases, pues en el instituto ofrecen alimento a los que acuden a él, y cree que puede ser bueno para recobrar normalidad en ella y en su hermano.
Y podría parecer la oportunidad típica de los libros juveniles de aportar escuelas, matones, y cosas diversas de vida prdinaria de los adolescentes a un libro, como sucede en tantos, pero aquí el ambiente del instituto es igual de demoledor y desesperado tras la tragedia...
Por si fuera poco, en él las bandas, los grupos divididos y las diferentes opiniones de lo ocurrido entran en oposición entre ellos, así haciendo que lo peor que puede suceder en esta clase de cosas tenga lugar: la división de ideas, la irrupción del orden, la desunión humana.
Y en su misma clase, Mia conoce a un chico... Silencioso, poco agitado y con una mirada extraña que siempre le lanza a ella, Mia se siente al instante familiar con él... Es el chico con el que ha soñado. Junto a una Torre. Junto al fin del mundo.
... No hay duda de su originalidad.
"Gente bailando. Sus cuerpos se agolpan a mi alrededor, moviéndose paroxismos epilépticos al ritmo electrónico de los latidos de un corazón. Un ritmo como un trueno. No..., como un trueno, no. Miré hacia arriba. Estábamos en el tejado de la Torre; el cielo se hallaba cargado de nubarrones negros y húmedos. No era como un trueno. El ritmo era un trueno. Había relámpagos..., unos relámpagos rojos como la sangre que manaba por mis venas se extendía por el cielo. Me ardían los ojos. Parpadeé hasta que pude ver otra vez."
Ante todo, sus personajes son igual de realistas: Mia es una chica que puede no encajar de inmediato con el papel de heroína, puesto que es taciturna, seca, dura, egoísta y poco amigable, pero esto está muy bien explicado con la obsesión que la persigue en derredor a las tormentas y con la desconfianza que tiene hacia todo, temiendo dañarse en las relaciones.
Jeremy ha sido otro personaje fantástico, también extraño y distante al inicio, pero tierno (y continuando con misterio) más adelante... Y el misterio que le rodea no tiene la intención de hacerle la clase de chico enigmático que tan locos vuelve a los lectores, sino que los motivos de su silencio y del porqué de que se cierre en sí mismo están igual de bien explicados que el tema de la personalidad de Mia.
Juntos, su relación funcionaba muy bien, había también mucha lógica en ella, muchos pasos intermedios, pero de hecho ocurrían tantas cosas en la relación que siempre tenía la sensación de que todo transcurría en cuestión de muchos días, no horas...
Luego tenemos a otras personas... El mismísimo Profeta, los Doce Apóstoles, Katrina (necesito abrir este parántesis para solo decir que este personaje ME ENCANTÓ), el señor Kale...
Es una lectura indiscutiblemente rápida, la idea de que esté dividida en partes que contienen un único día nos hace sentir que todo ocurre demasiado deprisa, que no tenemos tiempo de reaccionar. Es un libro adictivo, con mucho misterio y espacio para desarrollar sabiamente la relación de los dos personajes que llevan la historia (Mia y Jeremy), y también nos muestran la mentalidad de otros pocos (el hermano de Mia, la madre de Mia, y el Profeta, son sin duda unos personajes esenciales, con personalidades muy destacables, con mucha importancia en la historia).
La acción tiene lugar con la misma velocidad: los hechos acontecen de manera brusca, dejándonos descolocados, y nuestra protagonista rompe con todo esquema y se muestra fuerte, taciturna, ardiente en deseos de conocer y de acabar con lo que atenta con destruir el lugar en el que vive y su familia, y eso la lleva a embarcarse en una investigación intensa, de nuevo comprimida en cuestión de apenas tres días, y a confiar en un extraño chico que parece esconder mucho más de lo que deja ver. Todo ello, mientras Mia inapelablemente evoluciona, una barbaridad, y mientras nosotros vamos descubriendo con ella que aquello que creíamos vagamente como enemigo, y lo otro en augurio de salvación, pueden estar aliados para desestabilizar el mundo y, si no se para antes de tiempo, que llegue a su fin...
Sectas, fanáticos, bandos en guerra, fin del mundo, visiones de destrucción, una cuenta atrás que dice de haber una nueva catástrofe natural... La ambientación es deslumbrante, igual que lo son los personajes, muy bien construidos, y la narrativa, que hará de esta lectura desenfrenada algo tremendamente adictivo.
Autor: Jennifer Bosworth
Editorial: Nocturna Ediciones
Canción Identificada: Sober (TOOL)
Sinopsis:
«Me llamo Mia Price y soy adicta a los rayos».
Estadísticamente, la probabilidad de que te caiga un rayo es de uno entre más de medio millón. Pero a sus diecisiete años, Mia es la excepción a la norma: las tormentas siempre parecen perseguirla. Tras un trágico accidente, su familia se traslada a California, el lugar más soleado de los Estados Unidos. Un año después, un terremoto sacude Los Ángeles y sólo una enorme torre se salva de convertirse en escombros.
Entonces el caos se apodera de la ciudad: hay un mercado negro de medicamentos y la gente empieza a seguir con fervor a un fascinante profeta que anunció el terremoto.Y entretanto, Mia tiene extraños sueños protagonizados por una torre, un chico y el fin del mundo.
Opinión:
Estadísticamente, la probabilidad de que te guste este libro es de un millón entre poco más de medio millón.
No obstante, como todo libro, tiene sus defectos, y creo mejor decirlos de inmediato para poder dedicar la reseña a insistir en los cientos de virtudes que claramente los eclipsan.
Por ejemplo, la falta de más personas a parte de las dos centrales. Habría estado bien más profundización en la relación de los hermanos, y de los amigos, también de los padres, pero en muchas ocasiones todo esto estaba tan dejado de lado que se hacía un tanto insoportable pensar en el contacto social de la protagonista con únicamente un chico.
La historia romántica, a otro lado, está muy bien llevada a cabo... pero le sigue faltando credibilidad.
Y una de las razones centrales para esto es que la historia transcurre en un diminuto espacio de tiempo de tres días, lo que hace que sin duda se me hiciese muy extraño en la lectura ver a los personajes conociéndose, haciéndose amigos y pasando a la fase de lo más parecido a una pareja cuando hacía apenas un par de días se acababan de conocer.
Por lo demás... Sé de sobra que solo he recogido dos puntos malos, y no creo que me aparezcan más en la reseña, porque este libro es sensacional.
Quedémonos entonces con la frase premonitoria de « Soñarás con una torre, un chico y el fin del mundo », y así con en general toda la gran idea que hay detrás de esta corta novela... Por la cual estuve muriéndome de ganas de saber la continuación, sin ésta ser publicada, hasta que el tiempo ha pasado y queda su segunda parte en uno de esos baúles de sueños que no se hicieron realidad.
Y que ahora será mejor no abrirlos, pues, por razones varias (crecimiento, exploración, maduración, distanciamiento, gustos distintos) no me gustaría tanto, y será una lástima...
Este libro tiene muchísimo potencial, ¡ciertamente su segundo debe ser igual de bueno... si cabe más frenético!
"A veces, los rayos juegan un poco contigo, te elevan en el aire y te sueltan a veinte metros de distancia, te quitan los zapatos o te fríen la ropa y te dejan desnuda y humeando en medio de la lluvia. Los rayos pueden borrar los últimos días u horas de tu memoria o sobrecargarte el cerebro, provocar un cortocircuito en tu personalidad y transformarte en una persona completamente distinta. Oí que a una mujer le cayó un rayo y se curó de un cáncer terminal"
A Mia Price le persiguen los rayos: allá a donde va, las tormentas le susurran y le fulminan los rayos. Pese a su amenaza de muerte, ya la descarga eléctrica que te sacude el cuerpo (o puede que precisamente por eso), Mia siente una extraña adicción a quedar fulminada... Su cuerpo entero despierta, las marcas en su cuerpo, rojas y feas, dejadas por los ayos, parecen cosquillearse con la emoción de volver a quedar lacerada por un rayo.
"Nada te hace sentirte más viva que quedar fulminada por un rayo. A menos, por supuesto, que te mate."
Huyendo de las tormentas a un sitio en el que apenas llueve, la familia de Mia se ve de nuevo sacudida por una catástrofe: un terremoto sacude la cuidad entera, destrozando hogares, sembrando la desesperación y llenando de angustia las calles. Hay muchísimos muertos, y aquellos que sobreviven no salen indemnes: atrapada durante horas bajo escombros, la madre de Mia ha perdido la luz en su mirada, se encuentra en un trance de depresión y en sus días lo único que hace es pasarse, hipnotizada, mirando a la televisión, escuchando las palabras de un misterioso profeta que dice ser emisario directo de Dios y que clamó, antes del desastre, la llegada del terremoto; y el hermano de Mia ya no es risueño, alegre y desenvuelto, la madurez le ha sacudido y la gravedad de la situación le ha hecho cambiar drásticamente.
En esta situación, Mia trata de recobrar la normalidad, intentando recoger los fragmentos rotos de su familia y asegurándose de que tienen alimentos y suministros médicos.
Además de eso, estamos hablando así de una... ¿distopía cercana? No se me ocurre otra forma de describirlo: el ambiente social en el que se vive es igual de caótico, desesperado y desordenado que en una distopía (de la clase B, aquella en la que no gobierna el control enfermizo sino que el duro golpe deja a la población entera en desorientación).
No es de todo una distopía, sé que no lo es (para empezar, la idea del gobierno no es siquiera mencionada), pero podría ser el fruto que la inicia, allá en su segunda parte...
Más que eso: el tema del Profeta. De veras que debe ser señalado. Para empezar, que Bosworth se atreva a plantar una idea complicada... Aunque no se mete con la religión ni con sus ideas, sí lo llega a hacer, en completamente creíble crítica, con la forma en la que a veces las personas se aprovechan de la palabra de la figura tan venerada de Dios para conseguir sus fines, clamando ser portavoces de sus deseos cuando las ambiciones personales son lo que les guía a obrar como lo hacen.
"- Ya hemos comenzado a presenciar la ira de Dios- continuó el Profeta-. Me susurró que atacaría Los Ángeles justo unos minutos antes de que cayera Su puño. El fin de todas las cosas está próximo, hermanas y hermanos, y empezará aquí mismo, en Los Ángeles, puesto que esta no es la ciudad de los ángeles, sino una ciudad donde gobiernan los demonios desde sus mansiones en la ladera y los inmensos estudios, propagando su corrupción como una plaga a través de las pantallas de televisión, los cines e Internet"
La religión, en sí misma, es un tema que no se toca en este libro... Pero lo que la gente puede llegar a hacer con el ideal, a manejarlo, a retorcerlo para sus propósitos, sí lo es, porque es algo que desgraciadamente ocurre en nuestro día a día, y no hay forma de negarlo.
"-Hermanas y hermanos -entonó el Profeta-, Dios pronto hará su juicio final. Ahora debéis decidir de qué lado estáis, si del lado del cielo o del de la Tierra y sus perversos placeres mundanos. ¿Os elevaréis extasiados al paraíso u os quedaréis abajo para la terrible venganza de Dios?"
También el tema recurrente es los límites a los que nos hace llegar la desesperación: las palabras de una salvación inmediata que nos hacen cegarnos a la verdad, la desnortación y el comercio ilegal en un mercado negro de alimentos, el fervor con el que se persigue la idea de un ente superior que pueda ayudarnos con lo sucedido, y la volubilidad y lo sugestionable que nos gobierna en momentos de mayor necesidad de agarrarse a una creencia.
Por otro lado, como si eso no fuera poco para la originalidad que destila las páginas (puesto que una de las cosas por las que tanto he admirado este libro es por la capacidad que tiene la escritora en que, en un pequeño intervalo de tiempo, describa al detalle todos los cambios de la población, toda la agitación social, todas las bandas que emergen y los grupos religiosos que claman tener el control de la situación, así como rebaños enfervotizados que en angustia creen ver la verdad en las palabras de redención religiosa que les hacen ser seguidores de ese desconocido profeta que se ha hecho con el control de toda la población de la cuidad...), otro fuerte, fuerte detalle es que la tensión a lo largo del libro es insoportable, crece, con cada palabra y con cada acción y con cada golpe que lo descoloca todo te hace querer saber más, siempre más, sobre la trama, y sobre cómo va a avanzar, y sobre cómo va a acabar...
Y luego llega el momento en el que Mia decide asistir de nuevo a clases, pues en el instituto ofrecen alimento a los que acuden a él, y cree que puede ser bueno para recobrar normalidad en ella y en su hermano.
Y podría parecer la oportunidad típica de los libros juveniles de aportar escuelas, matones, y cosas diversas de vida prdinaria de los adolescentes a un libro, como sucede en tantos, pero aquí el ambiente del instituto es igual de demoledor y desesperado tras la tragedia...
Por si fuera poco, en él las bandas, los grupos divididos y las diferentes opiniones de lo ocurrido entran en oposición entre ellos, así haciendo que lo peor que puede suceder en esta clase de cosas tenga lugar: la división de ideas, la irrupción del orden, la desunión humana.
Y en su misma clase, Mia conoce a un chico... Silencioso, poco agitado y con una mirada extraña que siempre le lanza a ella, Mia se siente al instante familiar con él... Es el chico con el que ha soñado. Junto a una Torre. Junto al fin del mundo.
... No hay duda de su originalidad.
"Gente bailando. Sus cuerpos se agolpan a mi alrededor, moviéndose paroxismos epilépticos al ritmo electrónico de los latidos de un corazón. Un ritmo como un trueno. No..., como un trueno, no. Miré hacia arriba. Estábamos en el tejado de la Torre; el cielo se hallaba cargado de nubarrones negros y húmedos. No era como un trueno. El ritmo era un trueno. Había relámpagos..., unos relámpagos rojos como la sangre que manaba por mis venas se extendía por el cielo. Me ardían los ojos. Parpadeé hasta que pude ver otra vez."
Ante todo, sus personajes son igual de realistas: Mia es una chica que puede no encajar de inmediato con el papel de heroína, puesto que es taciturna, seca, dura, egoísta y poco amigable, pero esto está muy bien explicado con la obsesión que la persigue en derredor a las tormentas y con la desconfianza que tiene hacia todo, temiendo dañarse en las relaciones.
Jeremy ha sido otro personaje fantástico, también extraño y distante al inicio, pero tierno (y continuando con misterio) más adelante... Y el misterio que le rodea no tiene la intención de hacerle la clase de chico enigmático que tan locos vuelve a los lectores, sino que los motivos de su silencio y del porqué de que se cierre en sí mismo están igual de bien explicados que el tema de la personalidad de Mia.
Juntos, su relación funcionaba muy bien, había también mucha lógica en ella, muchos pasos intermedios, pero de hecho ocurrían tantas cosas en la relación que siempre tenía la sensación de que todo transcurría en cuestión de muchos días, no horas...
Luego tenemos a otras personas... El mismísimo Profeta, los Doce Apóstoles, Katrina (necesito abrir este parántesis para solo decir que este personaje ME ENCANTÓ), el señor Kale...
Es una lectura indiscutiblemente rápida, la idea de que esté dividida en partes que contienen un único día nos hace sentir que todo ocurre demasiado deprisa, que no tenemos tiempo de reaccionar. Es un libro adictivo, con mucho misterio y espacio para desarrollar sabiamente la relación de los dos personajes que llevan la historia (Mia y Jeremy), y también nos muestran la mentalidad de otros pocos (el hermano de Mia, la madre de Mia, y el Profeta, son sin duda unos personajes esenciales, con personalidades muy destacables, con mucha importancia en la historia).
La acción tiene lugar con la misma velocidad: los hechos acontecen de manera brusca, dejándonos descolocados, y nuestra protagonista rompe con todo esquema y se muestra fuerte, taciturna, ardiente en deseos de conocer y de acabar con lo que atenta con destruir el lugar en el que vive y su familia, y eso la lleva a embarcarse en una investigación intensa, de nuevo comprimida en cuestión de apenas tres días, y a confiar en un extraño chico que parece esconder mucho más de lo que deja ver. Todo ello, mientras Mia inapelablemente evoluciona, una barbaridad, y mientras nosotros vamos descubriendo con ella que aquello que creíamos vagamente como enemigo, y lo otro en augurio de salvación, pueden estar aliados para desestabilizar el mundo y, si no se para antes de tiempo, que llegue a su fin...
Sectas, fanáticos, bandos en guerra, fin del mundo, visiones de destrucción, una cuenta atrás que dice de haber una nueva catástrofe natural... La ambientación es deslumbrante, igual que lo son los personajes, muy bien construidos, y la narrativa, que hará de esta lectura desenfrenada algo tremendamente adictivo.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 3.25/5
♫ Acción: 3.25/5
♫ Trama: 4.75/5
♫ Originalidad: 3.75/5
♫ Desenlace: 3/5
♫ Pluma: 3/5
VALORACIÓN PERSONAL: 9/10
VALORACIÓN PERSONAL: 9/10
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