RESEÑA:
BULLET PARK
Título: Bullet Park
Autor: John Cheever
Editorial: Vintage Classics
Canción Identificada:
Sinopsis:
Autor: John Cheever
Editorial: Vintage Classics
Canción Identificada:
Sinopsis:
Eliot Nailles loves his wife and son to distraction; Paul Hammer is a bastard named after a common household tool. Neighbours in Bullet Park, the two become fatefully linked by the mysterious binding power of their names in Cheever's sharp and funny hymn to the dubious normality of the American suburbs.
Opinión personal:
Opinión personal:
Tenía muchas ganas de empezarme Bullet Park, porque, cuando descubrí al autor, sentí que iba a ser un escritor que iba a estar a la altura de mis expectativas, en especial en lo referente a la crítica social que pudiera hacer de la América de esa época. Me sorprendió encontrarme que prácticamente todas sus obras eran consideradas unos clásicos de la literatura, y en especial me gustó que trabajara el aspecto más ambiguo de la moral de los personajes, esa enteramente inexplorada escala de grises que, aunque es fácil de reconocer, cuesta muchas veces identificar en nosotros mismos y en los demás.
Así que Bullet Park era un libro entre varios que me quería leer del mismo autor, pero decidí que la portada de éste era lo suficientemente sugerente como para que me decantara primero por él.
Además, su premisa me resultaba interesante, porque siento especial interés por la dicotomía que pueda existir entre dos personajes, el yiong y el yang, dos caras de una misma moneda, es decir, dos protagonistas opuestos que se encuentran muy necesitados del otro, ya sea para fines buenos, o para su propia autodestrucción.
Todo esto siempre me trae recuerdos de la oposición entre el doctor Jekyll y Mr Hyde, Victor Frankenstein y su monstruo, Jonathan Strange y Mr Norrell, o en general prácticamente cualquiera de las muchas novelas que retratan a dos personajes como los completos opuestos del otro... Recientemente, además, me he leído un libro de Highsmith que tiene mucho que ver con este estilo, y a mí me ha parecido que dicha novela es sensacional.
Pero tristemente, no puedo aplicar el mismo adjetivo a Bullet Park, una historia que podría haberse considerado como bastante groundbreaking si no tendiera a monólogos interiores de escaso valor, situaciones entre los personajes deshiladas de la trama, y, en especial, los motivos o el esbozo de la mente de los personajes demasiado artificial e impuesto como para que se sintieran reales.
Pese a todo, creo que también trabaja bastantes aspectos que deben destacarse en esta reseña, como, por ejemplo, las consecuencias de la monotonía de una vida que técnicamente parece dártelo todo, o la búsqueda de un sentido en la vida en un país que, de hecho, nada más tú naces ya parece darte todo el sentido que necesitas para existir a base de una serie de dictámenes sociales muy fuertemente arraigados.
De manera que comenzaré con la reseña, aunque, tratándose de un libro breve y que no me ha aportado demasiado, no creo que le dedique demasiado tiempo y espacio.
¿De qué trata?
Como ya he comentado, la idea principal de Bullet Park -si pasamos por alto su mensaje, que consiste en una crítica más o menos conseguida de la alienación y monotonía de la sociedad de principios del siglo pasado- consiste en el enfrentamiento de dos personajes que se nos presentan como totalmente opuestos... No solo sus ambientes de crianza han sido diferentes, sino que uno de ellos acaba elaborando un peligroso objetivo de obsesión que plantea destruir al otro de manera gradual y temeraria.
La razón de esto a veces puede parecer un poco pillada por los pelos, pero, a medida que avanzamos en la historia, comprobamos que Bullet Park es una buena narración de obsesión, poder, tensión, y, en especial, mucho juego vengativo y secreto. E insisto en que es una buena narración trabajando estos temas, pero, desde luego, a mí no me pareció para nada de las mejores.
Bullet Park se construye en una historia sobre la que no puedo hablar mucho más acerca de lo que "trata", porque no solo es un libro de escasas páginas, sino que además a veces parece que tan solo tenemos el cuerpo de la historia, y que, encima, le falta mucha "chicha".
“Grief was for the others; sorrow and pain were for the others; some terrible mistake had been made.”
La estructura de la novela es confusa, porque se hace muy, muy pesada al inicio, con escenas que aportan bien poco y personajes que se supone que deberían verse como ordinarios, pero la insistencia de su naturalidad los hace parecer justo lo que son, personajes que otro humano ha creado para contarnos una historia que, tristemente, a mí desde luego me dejó tal cual la empecé.
La desvinculación que tuve con los personajes, los cuales se movían de un lado a otro porque "la trama lo demandaba", hizo que perdiera muy rápidamente también el hilo de la historia, y a esto se suma que John Cheever no tiene una prosa nada significativa, sino que se queda muy, muy estancada en las descripciones de escaso valor, superficiales por el simple hecho de que uno no tiene muy claro cuál es la razón de que se ponga a divergir tanto y se salga de su trama y del ritmo de la misma.
Y así, queda una especie de canción sin ritmo, donde la letra quedaba cantada, pero con tono monocorde, como en sepia, sin hacer sobresalir absolutamente nada: todo tenía la misma relevancia, lo que me hizo pensar que era como si un niño tirara la caja de tizas de la escuela al suelo y te pidiera que fueras tú el que decidieras con cuál quedarte.
Como yo estaba como una loca buscando formas de interpretar la mente de Eliot y, en especial, la de Paul, me centré en cada una de las tizas y perdí de vista el todo completo, y, para cuando volví a centrarme en la historia y la acabé por completo, caí en la cuenta de que seguía sin haber dado con el punto clave de la narrativa.
Llamadme tonta pero quizá es que no haya tanto de historia como para que tenga un "corazón" propio.
Era como si en el fondo la tiza correcta jamás estuviera, o, sencillamente, al contarse de la manera tan monótona como todas las demás, quedaba reducida a un borrón de blanco que tenía más de importancia por las buenas críticas del libro que en sí por el contenido del propio libro...
Una trama que no avanza, un desarrollo de los personajes completamente ausente, una prosa limpia pero gris, y un final que me dejaba tan indiferente como el resto del trayecto de la historia
Es como si estuviéramos en una clase de uno de los mejores escritores que existen en la historia estadounidense (y por muchos es así), y en sí lo que Cheever tiene que decirnos quizá pudiera ser interesante, pero hay demasiadas interrupciones en su conferencia, una y otra vez la historia se detenía en seco para explorar durante varias páginas un punto de vista poco innovador sobre la Iglesia, el cristianismo, la vida urbana, qué se yo, un poco de todo y en especial mucho de nada.
No me hubiera importado tener un buen debate con Cheever sobre todas estas cosas, de verdad que lo digo, pero sus argumentos se quedaban mid-point, es decir, que sentía que en general hablaba de muchas cosas pero no acababa el análisis de ninguna, comentaba que nos estábamos encaminando a un mal momento, pero las razones se las guardaba para sí, ¿quizá para dar misterio? No lo sé, yo me encontraba perdida dentro de su propio lío mental.
Siento que la idea del argumento surgió casi por error y mucho después de que el escritor ya se hubiera decidido a escribir sobre sus propias ideas del mundo, así que Bullet Park se queda en una especie de vacío entre una historia y una digresión. Y como está a medio camino entre ambos, los personajes no aportan nada y se encuentran perdidos sobre el por qué de sus actos (cosa que, aunque trataba de ser aclarada, a mí me parecía que tenía bastantes agujeros y muy poca personalidad), y, además, tampoco logra ser una obra de reflexión literaria, porque los temas a tratar parecen los típicos que cómodamente se sacarían en una cena familiar. Algunos eran un poco más complejos o controvertidos, pero la mayoría resultaban huecos, un primer plato que se había quedado escaso de condimento, y que no sacia estómago alguno.
Podría al menos defender que las intenciones del escritor estaban bastante curradas, pero, ¿honestamente? Aún no tengo ni la más remota idea de cuáles eran sus intenciones a la hora de escribir esta historia.
¿Se supone que tenía que llegarnos, se supone que tiene que dejar impacto en el lector?
La sentía demasiado insustancial, con muy muy poca acción y muy muy poca tensión psicológica, y flashbacks al pasado de los personajes (especialmente el pasado de Paul Hammer) que parecían más que nada obligaciones del escritor, como si Cheever se hubiera dado cuenta de que una novela no funciona si no hay una idea mínima de por qué los personajes hacen las cosas.
Quizá el análisis que más me interesó fue la relación que Paul Hammer tuvo con un gato que se encontró y con el que se generó un pensamiento que no tardó en generar un efecto bastante fuerte en él, pero por lo demás, sentía que los motivos no eran suficientes para explicar nada, en especial porque se contaban las cosas pero no nos metíamos en los personajes, y yo seguía sin entender qué llevaba a que cierta cosa afectara más que otra a cualquiera de los dos de manera diferenciada.
Parecía como si supuestamente los personajes estuvieran sentados en unas bases evidentes, pero a mí no se me ocurría cómo Cheever podía creer que había algo que sacar de su historia cuando solo ponía un par de diálogos por cada veinte páginas y, lo que quedaba, no eran sino pequeños pensamientos sueltos que se quedaban siempre frenados por otros nuevos que surgían, así haciéndome sentir que nada llegaba a ninguna parte.
“The secret of keeping young is to read children's books. You read the books they write for little children and you'll keep young. You read novels, philosophy, stuff like that and it makes you feel old.”
Y entre eso y que el final tampoco me dijo nada en absoluto, sentí que la historia era extraña, porque tenía mucho de otras historias, como imitaciones de otros libros de thriller y suspense que sí que han sido un triunfo, pero, para darle más originalidad, el autor trató de añadir el factor de digresión... y se le fue mucho de las manos, casi como si se hubiera quedado dormido sobre el teclado.
Las palabras se seguían las unas a las otras en el libro, y eran coherentes, decían frases con sentido, limpias y facilitas, pero al final tampoco añadían mucho más aparte de contar la experiencia de dos personajes que parecían monigotes con escasa emoción. Cuando Cheever les decía que lloraran, lloraban, cuando les decía que gritasen, gritaban, pero eso no hace sino pensar en ellos como objetos mediante los cuales añadir contenido de pensamiento, en sí, por sí mismos, de realismo tenían muy poco.
Lo que salva la historia es que el realismo estaba más bien en los detalles más superficiales, temas como las rutinas de los trabajadores, las relaciones intrafamiliares, diálogos madre-hijo, visitas diarias a la iglesia... Daban bastante modernismo a la historia, conseguían inyectarle al menos un pelín más de color, aunque pronto se desinflaba de nuevo, como una vena sin sangre, cuando nos salíamos del argumento y comenzábamos a leer sobre cosas que no se relacionaban en ningún punto.
Y así, un poco en idas y venidas, la historia me pareció que quedaba incompleta, como un cuento que ni siquiera hubiera acabado su frase inicial, un mensaje moral que quedaba atascado dentro de una serie de nubarrones internos que impedían el paso a la ligereza narrativa.
Todo pesaba, todo era denso, al mismo tiempo que era demasiado fácil de leer, la escritura era fluida pero el contenido era aburrido, y así casi daba la sensación de que yo me quedaba "barriendo" con la mirada todo el significado que para otros hayan podido tener las palabras de este escritor.
Así que, en resumen, un libro que se queda en el "podría haber sido un buen libro", pero que pasa a no ser nada, al menos para mí, una propuesta que ni siquiera tengo muy claro de qué consistiría pero que, en cuanto a desarrollo y ejecución, explora muy, muy poquito los temas que yo considero que son al menos los mínimos que tiene que trabajar un libro.
Conclusión
En conclusión, no he salido muy contenta con la historia, aunque supongo que tiene más que ver conmigo que en sí con la narrativa de John Cheever. Me hace quedarme pensando, ¿lo habré entendido mal? ¿Me habré saltado algo importante?
Para ser un libro que entra dentro de los clásicos, ¿por qué no parecía mucho más significativo que un folletín de estos que te regalan en las elecciones para que repases en una rápida ojeada las cosas producto de fábrica que ya hemos leído tantas otras veces?
No sé, le daré más vueltas a la historia, pero me decepcionó bastante.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 2/5
♫ Acción: 2/5
♫ Trama: 2.5/5
♫ Originalidad: 2.5/5
♫ Tensión: 2/5
♫ Tensión: 2/5
♫ Desenlace: 2.5/5
♫ Prosa: 2.5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 4/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/
VALORACIÓN PERSONAL: 4/10
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