RESEÑA:
ESTOY PENSANDO EN DEJARLO
Título: Estoy pensando en dejarlo
Autor: Iain Reid
Editorial: Alianza de Novelas
Canción Identificada:
Sinopsis:
Autor: Iain Reid
Editorial: Alianza de Novelas
Canción Identificada:
Sinopsis:
«Estoy pensando en dejarlo». Una vez que llega este pensamiento, se queda. Está presente siempre. Siempre. Jake y yo tenemos una conexión de verdad, un apego raro, intenso. ¿Cuánto llevamos…? ¿Un mes? Me siento muy atraída hacia él, aunque en realidad no sea precisamente guapo. Voy a conocer a sus padres por primera vez, al mismo tiempo que estoy pensando dejarlo.
Jake dijo en una ocasión que «A veces un pensamiento está más cerca de la verdad, de la realidad, que una acción. Se puede decir cualquier cosa, se puede hacer cualquier cosa, pero no se puede fingir un pensamiento».
Y lo que estoy pensando es que no quiero estar aquí.
Estoy pensando en dejarlo.
Opinión personal:
Un único mensaje. No más, no menos, solo una frase que lo encierra todo en sí misma.
Con una frase de tan solo cuatro palabras, se erige una novela potente, intensa, desgarradora, y plagada de miedos, terrores, inseguridades, y mensajes ocultos.
Estoy pensando en dejarlo fue una novela increíblemente compleja que me leí hace ya varios meses, una obra fuerte, verdaderamente fuerte, donde creo que lo que sin duda mejor define a la historia es la frase que se presenta en la premisa: "Tendrás miedo, pero no sabrás por qué..."
Estoy pensando en dejarlo es un único mensaje, una propuesta, simple y llana, que parece no revelarnos nada más, un viaje a uno mismo que comienza a enredarse mientras caemos en el minimalismo más puro e inhumano.
La historia va reduciendo su significado, va cerrando la narrativa dentro de una única frase, hasta que todo lo que existe, todo a lo que podemos poner más o menos cierto límite en la historia, es a un único pensamiento: la protagonista de la novela quiere dejar su relación con Jake, su pareja, con quien viaja en coche para ver a los padres de éste.
La narrativa se convierte en un engaño desde la primera frase. ¿Dejar el qué?, nos planteamos. ¿Dejar a Jake, dejar la relación, dejar el trabajo, dejar el estilo de vida, dejar el viaje, dejar el sentido de la existencia? Ese "algo" que parece al inicio sugerente, no más que una relación de pareja, pero que sigue con un viaje familiar... una aventura a lo más profundo de los infiernos... infiernos helados, oscuros, tenebrosos, nocturnos, invernales, y MENTALES.
Es una protagonista sin nombre. De hecho, os voy a ahorrar a todos la necesidad de aprender un nombre más (que sinceramente no recuerdo siquiera si sale en la historia), y voy a reducir aún más el mensaje de la protagonista. "Ella". "Ella" contra "algo".
La protagonista no está segura de la relación. ¿Cómo empezó? ¿Por qué tiene que ver a los padres del chico al que va a dejar? ¿Por qué Jake, que siempre ha sido un novio tan atento, de pronto le resulta extraño a sus ojos, como si no lo conociera? ¿Por qué siente que algo "falta" en ella misma, por qué tiene esa constante y agobiante sensación de que sea lo que sea que va a dejar, es mejor dejarlo pronto? ¿Pero realmente quiere hacerlo? ¿Realmente quiere abandonar a Jake?
¿De qué trata?
Sea como sea que me salga esta reseña con TODO lo que quiero decir del libro y el moderado espacio que quiero ocupar del mismo, ya os lo voy diciendo... Había leído grandísimas reseñas sobre este libro, y leérmelo ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en lo que llevo de año.
La historia queda envuelta en una única frase que hace referencia a gran parte de los temas que trata la obra, la cual es una novela llenísima de simbolismo, y, como a mí me gusta, no es un simbolismo surrealista, sino centrado en los detalles más minimalistas y precisos de la historia, detalles del mundo """real""".
Así que Iain Reid es un autor que sinceramente es increíblemente cirujano con la novela, decidido, contundente, con mensajes claros pero que al mismo tiempo están gobernados por muchísimas formas de ser interpretados.
El arte de Estoy pensando en dejarlo es el misterio que deja cada cabo suelto de la historia, unos puntos suspensivos que van poco a poco extendiéndose, adueñándose mucho más del argumento, hasta que lo que importa no es lo que se dice, sino lo que NO se dice, es decir, justo esos cabos sueltos, esos espacios en blanco, esos puntos suspensivos, esos silencios de Jake y de la protagonista que parecen ser mutuos, como si compartieran una idea, un "algo" que los dos son aún incapaces de identificar.
“We're never inside someone else's head. We can never really know someone else's thoughts. And it's thoughts that count. Thought is reality. Actions can be faked.”
Y de verdad que la frase que más se ajusta a un mensaje tan preciso y tan urgente como el de "estoy pensando en dejarlo" es que uno tiene miedo, en efecto. Se nota en el aire frío de fuera, en los copos de nieve que parecen suspendidos como esperando "algo", en la radio que ponen en el coche, en las habitaciones tapizadas de los padres de Jake... Hay algo nuclear en la historia, un corazón que está dando sangre a todos los cuerpos y materiales que entran en su escenario... Pero hay uno de ellos que está blanco, sin sangre, algo que ya no está, un algo que, en realidad, hace mucho que ha quedado abandonado.
¿Qué es? ¿Qué es la esencia, el punto vital, de que sintamos tanto TERROR por el bienestar de los dos personajes?
Y no obstante, Estoy pensando en dejarlo, con lo difusa y nocturna que es la novela (una novela de tinieblas, tenebrosa, donde no sabes qué estás pisando ni cuándo dejará de haber suelo a tus pies que pueda sostenerte), lo más impresionante que hace el escritor de la historia es que creemos que somos nosotros los que tenemos un pensamiento en la novela, cuando es solo la protagonista la que lleva la narrativa... la que dirige nuestra atención donde la conviene, la que nos va dando "pistas" de lo que sucede dentro de ella, una rabia que siente... Aunque creo que yo la pondría más como resquemor. Ella no está cabreada, pero sí frustrada, porque ese algo se le escapa, y no puede hacer nada para evitarlo. Porque ya no quiere a Jake, pero no quiere admitirlo, porque perder a Jake es perderse a sí misma.
Y nótese que uso mucho también en esta reseña la ambigüedad, porque el giro en el argumento cose prácticamente a balazos todo lo que creíamos que era la realidad de la novela.
Siento mucho no poder dar muchas más pistas sobre lo que trata. La idea de Estoy pensando en dejarlo es que entres en el libro creyendo que es una lectura superficial. Una novia que ha dejado de sentir el interés por su extraño novio. Unos padres que van a conocer y que son bastante raros. Parece más o menos aceptable para que el argumento sea interesante y poco más. Pero la rotura que hay en la historia (la fisura del abandono, que es el tema más CENTRAL de todo el argumento), es que estamos asustados. Lo estamos y no nos va a gustar admitirlo, porque lo que el ser humano más detesta es NO SABER por qué tenemos miedo... no saber a qué tenemos miedo.
¿Es la protagonista, que nos está ocultando cosas? ¿Es Jake, que no parece un tipo muy normal? ¿Son sus padres, probablemente lo que más estremece de toda la historia? ¿O son los escenarios, las ocasiones donde estamos apuntísimo de descubrir qué estamos dejando atrás, pero no conseguimos llegar al "algo"?
Parece que es la protagonista la que dirige la historia. Está contada desde su perspectiva, en primera persona del presente (como ya he comentado muchas veces, este estilo narrativo es sin duda el mejor para las novelas de terror psicológico), y la obra queda henchida de sus pensamientos, de sus inseguridades, de sus "¿estoy tomando la decisión correcta?"
¿Lo está haciendo?
Pero ¿es realmente ella la que controla el curso de la historia, la que está junto a nosotros, la que nos está contando las cosas tal cual son? ¿O hay "algo" más? ¿Por qué la narradora va a abandonar a Jake? ¿Es por ella, es por él? ¿O es porque se está dando cuenta de algo que no la gusta... algo que quiere olvidar?
Una trama completamente tensa, gélida pero electrizante, plagada de terror psicológico, precisión en el estilo, y una narración fuerte, concisa, matemática, emocionalmente tajante
Hay muchas novelas que me han hecho sentir una admiración profundísima por ellas. La construcción de los personajes, el ambiente que dominan, la prosa que guía la historia, o incluso la idea central del argumento.
Pero me parece, y cada vez estoy más segura de esto que voy a decir, que Estoy pensando en dejarlo es la obra más ADMIRABLE que me he encontrado en toda la vida.
No os creáis que es una historia monstruosamente pesada. AL CONTRARIO. En sus poquísimas más de doscientas páginas, el golpe final de la novela está en que, para ser tan breve, para ser tan meticulosa y cortante, tras cada palabra, tras prácticamente cada frase que se escapa del hilo del pensamiento de la protagonista, hay algo que subyace que esconde una carga que pesa toneladas.
Las palabras rasgan la historia y generan una tensión insoportable porque hay muchísimo que no se dice pero que los lectores y los personajes sabemos que está AHÍ, justo sobre nosotros.
Me parece que Estoy pensando en dejarlo es como desenvolver el pañuelo que tiene un mago. Ahí metido, bajo el pañuelo mágico, hay un cadáver. Algo crudo y desagradable, un ave que tiene las alas arrancadas, el corazón detenido, los ojos hinchados y cubiertos de sangre.
Hay algo que lleva muerto mucho, mucho tiempo, pero nos negamos, una vez más, a aceptarlo. Creemos que el truco final tiene que ser bonito, y no sabemos que lo que va a ser es realista. Porque en los trucos de magia, lo que siempre más se esconde de la mirada del público es que por cada paloma liberada mágicamente se esconden los cuerpos sin vida, machacados en sus jaulas plegables, de todas sus otras compañeras.
Es decir, ahí están lo que antes fueron, lo que es mejor hacer desaparecer para que la paloma que se muestra al público parezca de una pieza.
Pero hay mucha sangre tras ese numerito. Y ese "estoy pensando en dejarlo" de la protagonista, que no es sino la única paloma que ha quedado viva, poco a poco se va desmenuzando. Y deja ver la verdad.
Ninguna obra es buena sin un gran escenario. Antiguamente, en las obras de teatro, era de lo más crucial en la historia.
Pero creo que a muchos se nos olvida que lo que importa no es el dónde está la escena sino el qué genera el escenario.
Estoy pensando en dejarlo se sitúa en un lugar desolador, gélido, sin rastro de población. Y no solo hablo del paisaje central de la obra, que yo siempre me lo he imaginado como una escala monocromática, en blanco y negro, siempre con la noche caída del cielo sobre nosotros. Es mucho más.
Los pensamientos de la protagonista son serios, solemnes, distantes. Son escuetos y agresivos, aunque realmente nunca se revela la tensión por sí misma.
Están en un baúl, pero quedan arrancados a tiras, como notas musicales de un piano que está perdiendo su afinamiento.
Estoy pensando en dejarlo es una novela RIGUROSA, exactamente como la mente de Jake, porque la obra va, en realidad, de los personajes, del desligue mutuo que tienen, pero también ese algo en común de lo que se están despidiendo.
¿Es una historia de abandono, o en realidad las cosas pueden salir bien?
Si la protagonista deja tirando a Jake en el viaje de visita a sus padres, ¿acaso va a pasar ALGO MÁS que una simple ruptura amorosa?
Eso es lo que no nos queda claro.
Y para añadir aún más énfasis a la tensión, de muy cuando en cuando, la narrativa queda intercalada por el diálogo, y solo diálogo puro y duro, de dos hombres. Dos hombres que están mirando atrás, a algo que ha pasado. Algo que nos pone los pelos de punta pero no sabemos, una vez más, exactamente qué es.
Una prosa rígida, urgente, detallista y parca, formal y tremendamente específica, donde queda bien claro que "el diablo está en los detalles"
Gran parte del viaje que hacen los personajes en realidad es un viaje mental, que ahonda en los pensamientos y sentimientos de la protagonista.
Los personajes son impecables, porque son puntillosos, sabemos cada más mínima nueva curva en sus pensamientos, cada diferencia, cada vaguedad y cada defecto.
Lo importante de esta historia es que la seguimos desde los ojos de la protagonista, y sabemos de sobra que su percepción está SESGADA, no puede tomarse como la única válida... pero es la única que tenemos, y eso hace que veamos todo lo que sucede en el libro con una distorsión inevitable.
La protagonista, tan curiosa, tan llena de interés por las cosas más mínimas de la vida, se descubre insegura sobre su relación con Jake, a quien conoce de hace tan solo un mes.
“We live in a sad time, which doesn't make sense to me.”
Jake tiene una mente brillante, es calculador, frío, pero también apasionado con sus temas del laboratorio. Jake es un hombre extraño, diferente, pero también con una mente plagada de obsesión y conocimientos.
Esto lo hace ser una persona muy inteligente, pero nuestra protagonista no se queda NADA atrás.
De hecho, parece que la protagonista sale del propio Jake, es muy diferente a él, pero los dos comparten una visión por el mundo que suele ceñirse a sus propios sentidos: no se fían de nada más aparte de ellos mismos.
Están, por tanto, encerrados en sus propios cerebros.
Las páginas del libro no son realmente trozos de papel de una historia: son cerebros blancos y grises puestos directamente para diseccionar.
E Iain Reid hace justo esto, pero, además, con extrema precisión, sin que su pulso tiemble lo más mínimo.
Esa forma que tiene de dar referencia y espacio simbólico a cada elemento de la historia es lo que nos sugiere un arte por su parte que no se ve en ninguna otra narrativa. Por ejemplo, la protagonista, tan cargada de dudas, se presenta como tan físicamente real que puedes notar el lenguaje sórdido tras sus palabras, el significado a carne viva de sus pensamientos.
“What if intelligence leads to more loneliness rather than to fulfillment.”
Los personajes son tan reales que a veces nos darán asco, rechazo, molestia, incomodidad. Y eso se debe a que Estoy pensando en dejarlo es la lectura más temeraria y compleja que me he leído en probablemente toda la vida, pero se construye sobre la base de un lenguaje que, aunque formal y profesional, es exiguo y sobrio, con frases muy cortas, y comentarios que no son filosóficos (aunque tras ellos tendremos al final del libro muchísimo de lo que pensar), ni están adornados de manera extraña, simplemente son frases rápidas y recién sacadas del infierno que es el horno del pensamiento, frases que no están pulidas, y son huesudas, agrias; a veces se descubre a Jake de manera que sentimos repulsión, y a veces la protagonista nos parecerá descarada o insensible...
Son pensamientos que no han sido "corregidos" para que se hagan más sencillos de experimentar. Salen de las tripas de una tortura muy interna, de un cerebro que solo establece conexiones, y por eso es todo tan eléctrico, vibrante, puro, pero es puro porque no es bonito, es áspero y cortante al tacto.
“But isn't being alone closer to the truest version of ourselves, when we're not linked to another, not diluted by their presence and judgments?”
Y así llegamos hasta el impacto final de la historia, el momento en el que todo lo que quedaba suelto como dagas hundiéndose en la carne poco a poco se va uniendo, cosiendo, cicatrizando.
Y entendemos qué es lo que se supone que estamos pensando en dejar. Y entendemos por qué. Y todo se cierra como si la herida ya no tuviera más sangre que echar sobre el mundo humano.
Es un final que, honestamente, jamás creo que otro final pueda igualar.
IMPRESIONANTE.
Conclusión
Estoy pensando en dejarlo es una novela ruda y fuerte, pero que no es en sí por su contenido tangible, sino por lo que hay detrás de lo aparentemente superficial.
La novela es una herida que lleva mucho tiempo abierta, y que va grapándose a medida que avanzamos. Sabemos que hay una amenaza muy grave que está arañando las paredes de la conciencia de la protagonista, y por eso la tensión es tan imperante, pero desconocemos de qué se trata hasta el momento más final de la historia.
Mientras se esculpe todo este malestar, Iain Reid va profundizando en muchos temas de gran complejidad, con diálogos con fuerza y con debates de gran interés, y unos personajes en cuya mente se enreda la raíz de este terreno psicológico: lo que tenemos miedo es justo lo que está dentro de las cabezas de los dos personajes principales de la historia, y ahora nos toca, como lectores, descubrir QUÉ ES.
Una lectura sobrecogedora, con mucho valor narrativo, gran fuerza narrativa, y admirable en su construcción de principio a fin. Un coloso literario que no tiene igual, muy, muy, MUY recomendable.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 6/5
♫ Acción: 4/5
♫ Trama: 5/5
♫ Originalidad: 6/5
♫ Tensión: 6/5
♫ Tensión: 6/5
♫ Desenlace: 5/5
♫ Prosa: 5/5
VALORACIÓN PERSONAL: 10/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/
VALORACIÓN PERSONAL: 10/10
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