RESEÑA:
THE NIGHTWALKER
Título: The Nightwalker
Autor: Sebastian Fitzek
Editorial: Sphere
Canción Identificada:
Sinopsis:
Autor: Sebastian Fitzek
Editorial: Sphere
Canción Identificada:
Sinopsis:
As a young man, Leon Nader suffered from insomnia. As a sleepwalker, he even turned to violence during his nocturnal excursions and had psychiatric treatment for his condition. Eventually, he was convinced he had been cured—but one day, years later, Leon's wife disappears from their apartment under mysterious circumstances. Could it be that his illness has broken out again?
In order to find out how he behaves in his sleep, Leon fits a movement activated camera to his forehead—and when he looks at the video the next morning he makes a discovery that bursts the borders of his imagination. His nocturnal personality goes through a door that is totally unknown to him and descends into the darkness...
Opinión personal:
De corazón que lo digo, jamás pensé que me iba a enganchar tanto a este escritor y sus extrañas historias. Es cierto que creo que todos podemos coincidir en que la premisa de cada una de las novelas de Fitzek es bastante original, pero, pese a que es un autor reciente pero muy prolífico, uno debería esperarse que su carrera literaria tenga baches... pero, si los tiene, aún no he dado con ninguno.
Sebastian Fitzek es un autor que no es que me apasione por cualquier razón por la que lo pueda hacer cualquier otro escritor, pero, aunque solo me siento profundísimamente admirada por sus ideas y la trama que da tantas vueltas en torbellinos, creo que eso es más que suficiente.
Ya tengo que destacar que, habiéndome leído tres libros de este autor (si no recuerdo mal), no hay ningún protagonista o en sí personaje que me apasione y que yo considere que está hecho para ser memorable, y eso es una lástima, porque para mí el punto fuerte de las novelas está precisamente en sus personajes.
Pero quizá sea que siento que el verdadero protagonista en las novelas de Sebastian Fitzek es siempre el misterio y el suspense, esa manera de dejarnos en la cuerda floja desde el primer momento, la tensión está ahí y es cortante como la punta de una aguja, y me parece que la verdadera DELICIA de poder leer el terror psicológico de Fitzek es que parece que le trae sin cuidado en sí la psicología de sus personajes, y lo que busca es llegar, trastocar y manipular la psicología de sus LECTORES.
Obviamente, por muy brillantes que sean tus dotes de condicionamiento instrumental o clásico, un libro no deja de ser un libro, y no es como si Fitzek pudiera simplemente salir de las páginas, meter las manos en nuestras masas cerebrales, y jugar un poquito con las neuronas que nos van danzando de lado a lado, pero PARECE QUE LO HACE, desde luego, porque se siente muchísima proximidad al misterio, a la intriga, y al miedo que deja ahí haciéndose un espacio infeccioso en nuestras tripas y nuestros corazones.
Me parece que en esta reseña no me voy a detener demasiado a hablar de la prosa de Fitzek, porque ya lo he hecho en otros libros, y en todas esas reseñas comenté que tiene una contundencia muy muy impactante, brutal, sangrienta con las palabras, es como dejar caer un mazo pesadamente sobre un cadáver y esperar a que los lectores tengamos que adivinar de dónde viene el ruido y porqué viene el ruido. Vamos, que es una sensación desconcertante, porque las novelas de Fitzek TE HACEN ESTAR ALERTA TODO EL RATO.
Yo creo que, al ser una lectura aceleradísima y llenísima de tensión y emoción, se hace súper rápido de leer, pero ya voy avisando de que no es una novela ligera de esas que "pasar el rato", sino que lo más probable es que, si lees libros como The Nightwalker, acabes sin uñas de tanto mordértelas por las noches.
Más que un libro que llevar a la tumbona de la playa, es una novela que hay que coger entre los extremos de los dedos, pellizcándola con miedo a que pueda morderte. Me parece que el atractivo de la prosa de este autor no es solo que no se va nada a la deriva, sino que se queda muy muy fija en el peligro, en la sensación de miedo, en agarrotar tu cuerpo y estrujarte las tripas hasta que no sientes nada más que ansiedad, tensión, y muchísimas ganas de llegar al fondo de todo.
Las novelas de Fitzek, a su vez, son contundentes por su ORIGINALIDAD, probablemente es lo más importante en ellas: son ingeniosas, astutas, perversas, juegan con tu mente pero también elaboran una historia que se extrae capa a capa hasta llegar a una revelación final que hace que literalmente el mundo TIEMBLE con lo que acabas de averiguar.
Otra de las cosas que a mí me gustan mucho de Fitzek, y que se nota especialmente en esta obra, es que te sumerges en la mente del protagonista pero no como en otros libros que te dejan ver sus pensamientos con extrema claridad, aquí, aunque pueda estar contado desde su perspectiva y se pueda leer literalmente cada frase que piensa, se siente que las aguas de su mente están siempre turbias, como si hubiera algo más allá de la superficie que somos incapaces de saber qué es exactamente.
No os hacéis una idea de la tensión que a mí me genera cuando estoy leyendo desde el punto de vista de un personaje y en realidad siento que, aunque me cuenta cada cosa, su pasado, sus ideas, sus propósitos y hasta cómo se siente emocionalmente, hay algo que está quedando oculto para el lector, y probablemente también para el propio protagonista.
Los narradores poco fiables de Fitzek, no obstante, también se nota que tratan de ser personajes que no nos revienten las tripas y las esperanzas de pronto, por lo que muchas veces, aunque son sospechosos de asesinato, de tortura, o de quién sabe qué atrocidades, y dudamos de su mente y de su fiabilidad, suelen ser más "buenos" de lo que siempre se los acusa, algo que, aunque es una técnica buena para que tampoco se hagan extremadamente estremecedores, me parece que quita mucha chispa a la lectura, porque al final con todos los libros de este autor ya voy con la idea de que generalmente las muertes y el mal externo es generado por algo que tiende a ser ajeno a los protagonistas pero que juega un poco con sus cabecitas y los implica de manera personal en todas esas barbaries.
Pero esto ya es solo opinión mía, que quizá elabore un poquito más cuando diga por qué los personajes de las obras de Fitzek se me hacen un poco bola por ser demasiado básicos a la hora de la verdad (al menos, en términos del bien y el mal y sobre todo respecto a su personalidad bastante plana).
Lo más sobresaliente de The Nightwalker, a mi parecer, es su temática.
Ya son muchas las obras de Fitzek que han sido súper aclamadas por la crítica debido a la innovación que tiene con las ideas, pero creo que en The Nightwalker se vuelve a superar a sí mismo, pues va a caballo entre el territorio del realismo más siniestro, y la sobrenaturalidad que más piel de gallina te deja en el cuerpo.
No considero que la obra sea de por sí una lectura que trate únicamente sobre el mundo de los sueños, el sonambulismo, y la simbología onírica (y sin duda alguna con fuertes influencias en el psicoanálisis), también me parece que la intención principal es generar una historia de terror con unas bases muy muy clavadas en la garganta de cual sea el canal psicológico predominante en el lector, es decir, atrapa por completo porque con Fitzek es IMPOSIBLE saber qué esperarse y siempre, de una manera u otra, su giro argumental te deja una sensación en el cuerpo de puro pánico y especialmente fascinación e incredulidad inicial (aunque luego queda muy bien explicado todo).
El punto fundamental de The Nightwalker tiene bastante en común con otras obras del mismo autor. De hecho, hay una técnica narrativa que utiliza muy, muy a menudo que honestamente ya comienza a cansarme un poco porque la veo como un método fácil para sacar adelante una historia, que es la pérdida de memoria de los personajes, una constante en sus novelas que a veces ya me deja un poco cansada de que parezca que ningún personaje es capaz de reconocerse a sí mismo.
No queda mal, por supuesto, porque eso nos permite tener narradores poco fiables, protagonistas que no sabemos cuáles son sus verdaderas intenciones ni mucho menos su pasado, un misterio que amenaza la identidad de los protas y que está muy fuertemente ligado con aquello que no recuerdan, y muchísimas dosis de desconfianza y sospecha por nuestra parte respecto a si realmente el personaje central es tan buena persona como él insiste que es.
Cuando el propio protagonista duda de su propia credibilidad, nos metemos en una faena psicológica a la que Fitzek siempre le saca el mejor partido posible, con amistades y alianzas que de pronto también se quedan teñidas con la desconfianza, relaciones familiares que no parecen ya tan seguras, matrimonios al borde del colapso, e incluso asesinatos que parece que de pronto llevan al firma de los protagonistas.
Está extremadamente bien trabajado el tema del narrador poco fiable, pero al final, que salga esta técnica narrativa en CADA novela del escritor, acaba haciendo que pierda mucha parte de su chispa de originalidad, y acaba siendo un método bastante barato para poder sacar adelante una trama donde el primer requisito es que el prota no sepa nada de nada de hasta qué punto está relacionado o implicado con el suspense y el misterio central.
El argumento me sigue pareciendo de diez, en especial porque en The Nightwalker se trabaja el tema del sonambulismo desde un ángulo que da VERDADERAMENTE MIEDO, dudar de todo y de todos ayuda muchísimo a que las emociones estén a flor de piel y que haya tanta tensión que el más mínimo giro en la historia nos hace pegar saltitos de estrés.
El avance de la trama es tórpido, arrollador, no hay ni un solo momento para el descanso, lo que es de agradecer, aunque, como ya he comentado que el centro de la historia es el misterio en sí mismo, el autor no hace pausas de reflexión más allá del propio argumento, es decir, que es un libro que no trata nada de humanismo, meditación, o debates filosóficos y complejos, sino que va a lo que va, y es que se centra solo en el misterio de la historia, es una narrativa directa porque está puesta en el relato y no tanto en opiniones o ideas que nos quiera compartir, es decir, que cien por cien es una lectura que solo trata de su argumento, y deja de lado cualquier otra temática o énfasis en cosas más bien de divagación o introspección del ser humano y su realidad.
Aunque a mí me gusta que en una novela se incorpore algún debate de interés sobre cosas del ser humano, y en esta novela eso está bastante falto, se puede sacar algo de la historia que nos permita abrir mucho debate, en especial respecto al tema de qué es la realidad, hasta qué punto nos conocemos a nosotros mismos, y qué parte de nosotros es más imperante en nuestra persona: si lo que reprimimos o lo que dejamos mostrar al mundo... aunque esto último, a veces, sea más falso.
Además, que ponga los pies siempre sobre el argumento y no se vaya de la historia permite que toda nuestra atención esté completamente enfocada en la trama y en el suspense, y el ritmo de la historia es muy muy veloz, sin ni un solo freno, no hay descanso y, por tanto, aunque sea un libro de longitud media, creo que se saca tanto partido a cómo te deja en vilo que es bastante probable que pueda acabarse en una sola noche o como mucho dos o tres más, la novela se lee del tirón porque es imposible dejarla sin más, la revelación que llega te deja literalmente con el cuerpo modo "WTF" y eso me parece una proeza que veo en muy muy pocas ocasiones en otras lecturas.
No obstante, como punto en contra, los personajes de Fitzek, muchas veces, se sienten como marionetas de una sola dimensión, quizá porque realmente están en la historia tan solo para ser utilizados como la clase de gente con la que identificarte un poquito para poder meterte más en la trama.
No siento que Fitzek trate de dar a sus protagonistas más profundidad aparte de ser sospechosos de algo relacionado con la trama, porque es la TRAMA, precisamente, la que lleva la voz cantante en sus relatos. Es la trama la que nos lleva de un lado a otro, la que nos deja hecho un amasijo de nervios el cuerpo, la que se mete en nuestro cerebro y lo desorganiza hasta que ya no sabemos ni qué creer o en qué confiar, y es la trama, a su vez, la que da muchísimas vueltas de campana, con escenarios cada vez más extraños y misteriosos, con ambientes lúgubres, y siempre en el mundo de los recuerdos.
Aunque con Fitzek pasa muy a menudo, en este libro sucede aún más el hecho de no saber si seguimos dentro de un sueño o si estamos en el mundo REAL, y de verdad que, aparte de ser muy desconcertante, es verdaderamente enriquecedor en la historia, consigue sacar cada cosa, esparcirla sobre la mesa, y hacernos estar de nuevo consumiéndonos las uñas del estrés, porque con Fitzek la idea de "¿QUÉ ES REAL?" es una constante que realmente nos come la cabeza desde el primer momento.
No me siento nada atraída por sus personajes, pues todos me parecen réplicas de los otros, prototipos que sirven para que simpaticemos un poco con ellos pero que en sí no me parece que tengan un carácter muy definido.
La única profundidad en ellos está, en realidad, en el misterio de la historia, en la brutal lucha consigo mismos que mantienen, desconfiando hasta de sus propias memorias, hasta que la realidad y el engaño convergen y ya no se sabe por más tiempo qué existe y qué es producto de sus cabezas.
Me parece, ya relacionado con el final, que el villano de esta historia estaba así muy gratuito, las intenciones de la mente criminal tras todo quedaban demasiado insulsas y baratas (al menos para mí), pero eso no quita que todo se explique, como de costumbre con este autor, de manera muy clara y sin dejar lugar a dudas.
Es un desenlace que como siempre tiene cosas de realidad y otras muchas cosas de ficción y terror del más potente, así que no os esperéis algo cien por cien coherente con nuestro mundo actual, pero queda todo tan explicado y cobra tantísimo sentido dentro de la historia que yo creo que se consigue ver como bastante realista dentro de la manipulación mental que nos ha estado haciendo en toda la novela.
Como consejo, recomiendo leer este libro en especial teniendo en cuenta que no podemos fiarnos de nada ni de nadie, los personajes a veces ni siquiera tienen por qué ser cien por cien reales, ni en términos de tener buena personalidad ni de ser materiales o tangibles, por lo que lo mejor es ir con los ojos bien abiertos, la alarma ya puesta en la cabeza, y meterse de lleno en esta historia donde NADA es lo que parece y hay que estar preparadísimos para encontrar la verdad dentro del puzle mental y de completo caos que nos deja el autor como cerebro.
En conclusión, a nivel personal yo he disfrutado bastante de esta historia, aunque tan solo haya sido por la trama tan enredada y tan profundamente original que arrastra todo lo demás de la misma, hay mucha acción, mucha tensión, las emociones son potencias al cuadrado que rajan las tripas del misterio y echan sobre nosotros todo el caos y toda la descomunal complejidad que se esconde tras esta historia, y es verdaderamente fácil de disfrutar, porque es una lectura que se lee de la noche a la mañana, y que va dejando una serie de giros sorprendentes que llevan a un final simplemente explosivo.
Una muy buena lectura. Aunque no le doy la nota más elevada porque los personajes estaban muy poco desarrollados, me parece que su trama es capaz de robar quién sabe cuántos corazones de lectores a lo largo de todo el mundo. Muy recomendada.
PUNTUACIÓN
♫ Personajes: 2.5/5
♫ Acción: 4/5
♫ Trama: 4/5
♫ Originalidad: 5/5
♫ Tensión: 5/5
♫ Tensión: 5/5
♫ Desenlace: 4.5/5
♫ Prosa: 4/5
VALORACIÓN PERSONAL: 9/10
Más reseñas aquí en el blog La Llanura de los Mil Mundos: http://lallanuradelosmilmundos.blogspot.com/
VALORACIÓN PERSONAL: 9/10
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